CAPÍTULO 7

La noche había caído en el bosque de las mariposas, y el aire estaba fresco, pero no frío. Una suave brisa movía las hojas, creando susurros entre los árboles, mientras las estrellas comenzaban a brillar en el cielo. Taehyung y Jungkook se habían apartado del sendero, encontrando un claro donde la vista hacia el horizonte era despejada y el cielo, despejado de nubes, se extendía como un manto oscuro y brillante.

Ambos se sentaron en el suelo, sobre la suave hierba, mirando hacia arriba. Taehyung nunca había visto tantas estrellas en su vida. En la ciudad, las luces de la corte siempre opacaban el cielo, y las estrellas eran solo manchas pequeñas, casi invisibles. Pero aquí, en medio del bosque, el universo parecía estar al alcance de la mano, una vastedad infinita llena de misterio.

—Es... hermoso —murmuró Jungkook, con la voz cargada de asombro, mientras observaba las constelaciones, esas formaciones de estrellas que parecían formar figuras conocidas, como animales o héroes mitológicos, como si el cielo estuviera contándoles historias.

Taehyung sonrió, disfrutando de la quietud de la noche. Había algo especial en esos momentos, cuando las estrellas se alineaban y todo parecía conectar. Aunque el príncipe no entendía aún todo sobre el tiempo y el futuro, algo en el cielo siempre lo hacía sentir más cercano a la verdad.

—Sí..—dijo Taehyung, sin apartar la vista del firmamento—...las estrellas tienen una forma de hacerte sentir pequeño y, al mismo tiempo, infinito. En mi país, los sabios solían mirar el cielo para aprender sobre el paso de los días, las estaciones, y sobre todo, para predecir lo que estaba por venir.

Jungkook lo miró, con un abismo de curiosidad. Había algo en las palabras de ese plebeyo americano que lo invitaba a pensar más allá de lo evidente.

—¿Predecir el futuro? —preguntó, sin comprender del todo, pero intrigado— ¿Como una especie de adivinación?

Taehyung sonrió suavemente y negó con la cabeza.

—No exactamente...— respondió, su voz tranquila, pero profunda —...No es que los sabios pudieran ver el futuro como si fuera un libro abierto. Pero al observar las estrellas, podían entender ciertos patrones, ciertos movimientos. Sabían que las estaciones cambiaban cuando algunas constelaciones aparecían, o que ciertos eventos ocurrían con la alineación de los planetas. Era como si el cielo fuera un gran reloj, donde cada estrella, cada planeta, seguía un ritmo, un ciclo.

Jungkook miró el cielo, intentando seguir el hilo de lo que el otro decía.

— Entonces, ¿crees que el cielo tiene un ritmo? —preguntó, mientras sus ojos seguían las estrellas fugaces que cruzaban el firmamento.

A pesar de la ciencia de su tiempo, lo que Kim estaba sugiriendo sonaba más a algo filosófico que a algo tangible, como si hubiera algo más allá de la observación pura.

Taehyung asintió lentamente, pensativo.

— El cielo tiene su propio ritmo, sí. —dijo, con la mirada fija en una constelación que parecía dibujar una figura mitológica en el cielo — Y el tiempo, aunque no lo veamos, también sigue ese ritmo. Es como un flujo constante, donde todo está conectado, pero a veces, no entendemos cómo.

Jungkook giró la cabeza hacia el pelinegro, sintiendo que había algo más en sus palabras. Aunque no entendía completamente lo que quería decir, había algo en el tono del científico que lo hacía pensar que el tiempo no era simplemente una sucesión de horas, sino algo mucho más grande.

— No estoy seguro de entenderlo...—admitió Jungkook — El tiempo... para mí siempre ha sido solo algo que avanza. Como las horas que marcan los relojes. Un minuto, una hora, un día. Es como si fuéramos arrastrados por un río, y solo vamos en la dirección que nos lleva.

Taehyung lo miró y sonrió, sabiendo que la idea de tiempo de Jungkook era muy diferente a la que él mismo había aprendido. En su mundo, los conceptos de tiempo y espacio se entrelazaban de una manera que desafiaba la lógica común, pero en el de Jungkook, las reglas eran mucho más rígidas y claras.

— Eso es lo que muchos creen — dijo Taehyung suavemente, mientras apuntaba hacia una constelación en el cielo — Pero imagina que el tiempo no es solo una línea recta, como un río que fluye en una sola dirección. Imagina que el tiempo es más como estas estrellas. Todas están distantes, pero de alguna manera, todas están conectadas. Cada estrella tiene su propio lugar en el cielo, pero el cielo mismo, el universo, funciona como una red. Los momentos que creemos que son del pasado, en realidad, siguen allí, en el cielo, esperando para ser vistos de nuevo.

Jungkook miró las estrellas, intentando entender. Algo en las palabras del sucios plebeyo lo desconcertaba, pero al mismo tiempo lo atraía. Nunca antes había pensado en el tiempo como algo tan complejo.

—¿Entonces, si el tiempo no es una línea recta, ¿qué significa eso para nosotros? — preguntó, su voz llena de dudas.

Taehyung se recostó ligeramente, mirando las estrellas con más detenimiento, como si estuviera buscando una respuesta en el cielo.

—Eso significa que el tiempo, aunque parezca avanzar, no siempre es fijo. — explicó con calma — Así como las estrellas se mueven en el cielo según un ritmo, el tiempo también puede ser fluido, cambiar. Tal vez los momentos del pasado todavía están aquí, como estas constelaciones, solo que no podemos verlos. Pero si pudiéramos encontrar una forma de verlos, podríamos comprender cómo todo está conectado. El futuro, el presente, y el pasado... todos podrían influir unos en otros.

Jungkook frunció el ceño, intentando comprender lo que ese plebeyo pobre le decía.

—¿Es como si pudiéramos volver al pasado? — preguntó, aunque no estaba seguro de si esa era la pregunta correcta.

Taehyung asintió lentamente, su rostro serio pero lleno de una sabiduría tranquila.

— Podemos, de alguna manera. Si entendemos cómo conectar esos momentos, como un mapa estelar. Cada estrella, cada momento, tiene su propio lugar en el cielo, y nosotros solo tenemos que aprender a navegar por ellos, a movernos entre las constelaciones. Así es como los viajes en el tiempo funcionan. No es como ir de un lugar a otro, es más bien una forma de entender los ritmos del universo.

Jungkook se quedó en silencio, mirando las estrellas. No podía comprender todo lo que el otro había dicho, pero de alguna forma, las palabras del científico pobre lo hacían sentir que había algo mucho más grande que lo rodeaba. Algo que no podía ver, pero que, tal vez, él también podría entender algún día.

Taehyung sonrió y miró al príncipe, como si en ese momento estuviera compartiendo algo aún más importante, algo que había estado oculto hasta ahora.

Jungkook seguía sin entender su explicación acerca de las estrellas y el universo...

— Hablando de los caminos y de cómo encontrar el camino... —Taehyung tomó aire antes de continuar, su voz ahora cargada de una seriedad especial—...He logrado establecer contacto con algunos de los compañeros del futuro, los mismos con los que intentamos encontrar una solución para que puedas regresar a tu tiempo. Y aunque hemos intentado varias formas de calcular cómo regresar, algo extraño salió a la luz.

Jungkook lo miró con atención, sintiendo que la conversación tomaba un giro aún más misterioso.

— ¿Qué descubrieron? — preguntó, ya intuyendo que lo que el pelinegro tenía que decir no era algo sencillo.

Taehyung miró el cielo, con la mente un poco distante, como si las estrellas mismas le dieran las respuestas.

— Parece que hay una fuerza, algo que está más allá de todo lo que conocemos. Y los compañeros del futuro mencionaron un elemento que podría tener algo que ver. Algo o alguien muy antiguo, que podría ser la clave para ayudarnos. Un dragón.

Jungkook frunció el ceño, sin entender del todo.

— ¿Un dragón? —repitió, incrédulo como si se hubiera desviado de la conversación—...¿Qué tiene un dragón que ver con todo esto?

Taehyung sonrió ligeramente, con un brillo de misterio en los ojos.

— No lo sé con certeza. Pero ellos mencionaron que el dragón podría ser un punto de energía. Una fuente que puede alterar el flujo del tiempo, como una corriente que se conecta con el río del que te hablaba antes. Si logramos localizarlo, y si realmente tiene el poder que dicen, podríamos usarlo para "recargar" el portal. Una especie de... amplificación del flujo temporal.

Jungkook se quedó en silencio, procesando todo lo que el plebeyo americano le había dicho. Un dragón, una criatura mítica que robaba su ganado. ¿Realmente podría tener algo que ver con los viajes en el tiempo?

— Eso suena... imposible. —murmuró Jungkook, aún con dudas.

Taehyung lo miró con una sonrisa que denotaba algo más que solo misterio.

— Tal vez. Pero si todo lo que hemos hablado sobre el tiempo es cierto, nada es completamente imposible. Tal vez sea una cuestión de encontrar el lugar adecuado, el momento adecuado, y el poder adecuado.

Pasaron unos minutos, el aire fresco llevaba consigo el aroma de la comida que Taehyung había preparado. Había sido una promesa que le debía a Jungkook: una comida, una pequeña muestra de su agradecimiento. Aunque lo había dicho en broma, sabía que Jungkook no lo aceptaría fácilmente.

— Cierto, aquí tienes — dijo Taehyung con una sonrisa satisfecha, mientras le entregaba el plato humeante con arroz, vegetales salteados y pan recién horneado. El aroma era delicioso, el toque de especias era sutil pero perfecto.

Jungkook miró el plato con desconfianza, y luego alzó una ceja al ver la expresión entusiasta de Taehyung.

— ¿En serio? —preguntó con una sonrisa irónica — ¿Esto es un soborno disfrazado de comida? ¿Me vas a "comprar" con esto?

Taehyung soltó una pequeña risa, completamente tranquilo. Ya sabía que Jungkook no se rendiría tan fácilmente, pero eso no lo detenía.

— No, no es un soborno, es solo una comida — dijo, acercándose un poco más al plato — Pensé que te gustaría, te la debía.

Jungkook lo observó por un momento, aún dudando. Con un suspiro, tomó el plato y añadió:

— Está bien, lo probaré, pero no te hagas ilusiones.

— No estoy esperando que me lo agradezcas, sólo quería... — comenzó a decir Taehyung, pero se detuvo al ver a Jungkook que ya había probado un bocado.

Jungkook mordió un trozo de arroz, y al principio intentó mantener su rostro indiferente. Sin embargo, a medida que el sabor lo invadió, no pudo evitar que una ligera sorpresa asomara en sus ojos. Al principio, pensó en disimularlo, pero el sabor fresco de las verduras y el toque de especias lo habían atrapado.

— Huh, bueno, esto no está tan mal —dijo, tratando de mantener la expresión de indiferencia. Pero el brillo en sus ojos no mentía — ¿Tu madre te enseñó a cocinar?

Taehyung soltó una risa, disfrutando del pequeño comentario sarcástico.

— Mi madre no cocina...— respondió con tranquilidad — Pero me alegra que te guste, aunque no lo digas con palabras bonitas.

Jungkook, aún con una ligera sonrisa en los labios, siguió comiendo, pero sin mirarlo directamente. Cada bocado parecía hacerlo un poco más relajado, aunque no lo admitiera.

— ¿Esto va a ser una costumbre ahora? ¿Cada vez que te haga un favor voy a tener que comer tu horrorosa comida? — dijo Jungkook, haciendo un gesto exagerado con las manos, como si intentara restarle importancia a lo que en realidad le estaba gustando.

—¿Qué, no te está gustando? —preguntó Taehyung, sonriendo de manera más amplia, sabiendo perfectamente que Jungkook no podía esconderlo por completo.

Jungkook resopló y tomó otro bocado, sabiendo que estaba perdiendo la batalla.

— Está... pasable. No moriré de hambre hoy — respondió, con tono desafiante pero con una ligera sonrisa que traicionaba su actitud.

Taehyung, satisfecho con la respuesta implícita, se recostó sobre el suelo, mirando a las estrellas mientras seguía observando a Jungkook comer. No necesitaba más que eso para sentirse feliz con el gesto. No importaba cuántos comentarios sarcásticos lanzara el príncipe, el hecho de que estuviera comiendo, disfrutando la comida, le decía todo lo que necesitaba saber.

— Entonces, si no te molesta tanto... ¿quieres más? — preguntó Taehyung, casi de broma, con una mirada divertida.

Jungkook levantó la mano rápidamente, como si ya hubiera alcanzado su límite.

— No, gracias. Con uno de tus feos platos ya es suficiente por hoy —respondió, mientras intentaba no dejarse llevar por la tentación de pedir más.

Taehyung sonrió para sí mismo, satisfecho con el pequeño triunfo.

— Eso es todo lo que necesitaba escuchar — respondió con una sonrisa tranquila, contento de haber cumplido su promesa, aunque Jungkook no lo reconociera abiertamente.

Jungkook lo miró de reojo, sin poder evitar un leve suspiro.

— Está bien, ya sé que soy un mal agradecido, pero no pienses que te lo voy a agradecer con palabras — dijo, mirando al plebeyo con una expresión de desdén fingido, mientras su tono dejaba claro que, a pesar de todo, algo en esa comida le había gustado.

Taehyung se echó atrás, mirando las estrellas, mientras Jungkook seguía comiendo con una mezcla de duda y satisfacción.

— No hace falta que lo digas —respondió Taehyung, con una sonrisa satisfecha—...el hecho de que te guste es suficiente.

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