CAPÍTULO 5

La mañana transcurría con normalidad en el castillo, y una atmósfera inquietante se apoderaba de los pasillos. Jungkook, caminaba por los oscuros corredores hacia una habitación que rara vez visitaba. La sala del hechicero Hoseok.

Hoseok, un hombre de mirada penetrante y sabiduría ancestral, vivía apartado del bullicio de la corte. Sus poderes eran conocidos en todo el reino, pero pocos comprendían realmente el alcance de su habilidad para ver lo que aún no había ocurrido. Muchos lo temían por sus visiones, pues siempre traían consigo una verdad que no todos estaban preparados para escuchar.

Jungkook había evitado sus predicciones durante años, temeroso de lo que podría descubrir. Sin embargo, el creciente caos en su reino y la incertidumbre sobre su propio futuro lo habían empujado a buscar respuestas, aunque eso significara enfrentar sus peores miedos.

Al llegar frente a la puerta, Jungkook respiró profundamente antes de entrar. Hoseok estaba en su habitual silla, rodeado de velas que parpadeaban suavemente, lanzando sombras danzantes sobre las paredes. El hechicero levantó la mirada, como si hubiera sentido su presencia antes de que él tocara la puerta.

ㅡ Príncipe Jungkook ㅡ dijo Hoseok, su voz grave y misteriosa ㅡ Te has decidido a venir.

Jungkook asintió, sintiendo un nudo en el estómago ㅡ He venido a... saber. Saber lo que me espera. Fue por orden de mi padre.

Hoseok no dijo nada más, solo levantó la mano, indicándole que se acercara. Jungkook, con algo de reticencia, se sentó frente a él. El hechicero cerró los ojos por un momento, como si estuviera concentrándose, y luego extendió su mano hacia el príncipe.

ㅡ Déjame ver tus sueños, tu futuro ㅡ La voz de Hoseok era suave, pero estaba cargada de una autoridad mística.

Jungkook cerró los ojos, sintiendo cómo la habitación se volvía más fría y oscura a su alrededor. Un leve susurro pareció llenar el aire, como si las sombras mismas hablaran. De repente, las visiones comenzaron a desplegarse ante sus ojos, como si el tiempo se hubiera detenido.

Vio caos.

El reino se derrumbaba ante él. Torres que se desmoronan, bosques en llamas, y calles llenas de desesperación. El sonido de las campanas de la ciudad sonaba lejano, pero su eco resonaba en su corazón. Gritos de su gente, llamados desesperados que llegaban desde cada rincón del reino, parecían rodearlo.

Jungkook se vio a sí mismo, en medio de la destrucción, intentando detener lo que ya era inevitable. Pero a medida que su visión avanzaba, la imagen del príncipe desmoronandose también comenzó a borrarse, como si algo lo estuviera apartando de ese destino oscuro.

En el horizonte, entre las sombras de lo que parecía una tormenta interminable, una pequeña chispa de luz apareció. Era débil, tenue, pero brillaba con fuerza en medio de la oscuridad.

Jungkook intentó acercarse, pero cada vez que lo hacía, la luz se desvanecía un poco más, como si quisiera escapar. Alargó la mano, pero en el momento en que tocó esa pequeña luz, las visiones cambiaron bruscamente.

De la oscuridad surgió una figura que se acercaba a él. Un hombre.

Un ser que no pertenecía al tiempo en que vivía el príncipe. Era una figura familiar, con una expresión decidida, pero también una cierta calma en su rostro. En ese momento, Jungkook lo reconoció.

El inmundo plebeyo.

La luz parecía emanar de él, como si fuera la única esperanza para detener el colapso. A su alrededor, las sombras no podían alcanzarlo, y en su presencia, el caos se detenía. Pero la visión también mostraba que Taehyung no podía hacerlo solo. La luz dependía de Jungkook, de su capacidad para tomar decisiones, para actuar.

Cuando la visión se desvaneció, Jungkook abrió los ojos, con el pecho agitado y el sudor frío recorriendo su frente. Hoseok lo observaba en silencio, esperando su reacción.

ㅡ Lo he visto ㅡ susurró Jungkook, casi sin querer creer lo que acababa de presenciar.

Hoseok asintió lentamente ㅡ Él tiene el poder de cambiar el curso de tu destino, pero necesitarás ser valiente para confiar en él. No es solo su inteligencia lo que puede salvarte, Jungkook. Es su corazón, su sacrificio.

Jungkook se quedó en silencio, digiriendo las palabras del hechicero. Sabía que Taehyung, aunque brillante y racional, era un enigma para él. Un hombre del futuro que parecía tener un propósito más grande que el suyo, y cuya presencia había comenzado a alterar las percepciones del príncipe.

ㅡ ¿Qué debo hacer? ㅡ preguntó finalmente Jungkook, su voz llena de incertidumbre.

ㅡ Debes confiar en él...ㅡ respondió Hoseok con una mirada profunda ㅡ El destino no es algo que se pueda forzar, pero a veces, solo basta con caminar hacia la luz, incluso si es pequeña. Este hombre tiene el poder de cambiar el curso del futuro, pero necesita tu ayuda. Y quizás, tú también necesites la suya.

Jungkook se levantó lentamente, sintiendo el peso de la revelación. Su corazón latía con fuerza, sabiendo que su futuro no solo dependía de su reino, sino también de un hombre de otro tiempo, alguien que no podía comprender completamente, pero cuya importancia en su vida era innegable.

ㅡ Gracias, Hoseok ㅡ dijo en voz baja, antes de salir de la habitación, sus pensamientos envueltos en un torbellino de dudas y determinación. Si el sucio plebeyo era la clave, tendría que enfrentarse a su propio destino, a su propia oscuridad, para poder abrazar esa luz, aunque la incertidumbre lo rodeara.

Cuando Jeon salió lo primero en ver fue al científico esperando por él junto a los dos caballos.

ㅡ ¿Y bien? ¿Qué te dijo el brujo?

Jungkook se hundió de hombros ㅡ Dijo que mi vida sería mejor sin tu presencia. Pero prefiero acompañarte a la montaña que ir a mis clases de tiro.

Taehyung sonrió un poco antes de extender la mano hacía el príncipe para ayudarlo a subir al caballo, mas este lo ignoró y subió solo, para comenzar a cabalgar dejando atrás a Taehyung.

Los dos comenzaron su viaje a las Cordilleras del Dragón, donde la entrada de las cuevas esperaba. El aire se volvía más frío a medida que se acercaban, y el sonido de sus pasos resonaba en el silencio de la mañana. Taehyung llevaba una lámpara que emitía una luz tenue, lo suficiente para iluminar dentro de la cueva. O eso esperaba.

Al llegar a la entrada de las cuevas, el príncipe vaciló. Las formaciones rocosas, cubiertas de polvo y grava, parecían tener una vida propia. Jungkook miró a su alrededor, buscando alguna señal de peligro.

ㅡ No te preocupes, el dragón está profundamente dormido ㅡ dijo Taehyung, como si pudiera leer sus pensamientos ㅡ...Solo necesitamos el mineral y salir rápido. Yo me encargaré del resto.

Jungkook asintió con cautela, dejaron los caballos en la entrada de la cueva y juntos se adentraron en la oscuridad. Las paredes de las cuevas se estrechaban a medida que avanzaban, y el aire se volvía cada vez más denso. El sonido del agua goteando y el eco de sus pasos formaban una sinfonía inquietante que parecía hacer crecer aún más el miedo de Jungkook.

Finalmente, llegaron a una cámara grande, donde la roca resplandecía con un extraño brillo. En el centro de la cámara, el óxido de manganeso se encontraba esparcido entre las formaciones minerales, brillando débilmente en la oscuridad.

ㅡ ¡Lo tenemos! ㅡ exclamó Taehyung, extendiendo la mano hacia el mineral.

Pero en ese momento, un rugido profundo y resonante retumbó a través de las cavernas. El suelo tembló bajo sus pies, y las rocas comenzaron a caer a su alrededor.

ㅡ ¡Rápido, Kook! ㅡ gritó Taehyung. ㅡ...Tenemos que salir ahora, antes de que despierte.

Jungkook, cuyo miedo había alcanzado su punto máximo, se volvió hacia la salida. Pero justo cuando comenzaron a correr, una enorme sombra se alzó ante ellos. Un par de ojos dorados brillaron en la oscuridad, fijos en los dos intrusos. El dragón de la cordillera, con escamas de obsidiana y alas de fuego, estaba despertando.

ㅡ ¡Yo lo veo muy despierto! ㅡ jadeó Jungkook, sus piernas temblando de terror.

Taehyung, sin embargo, no perdió la calma. ㅡ Confía en mí, Kook. Solo corre.

Con un rápido movimiento, Taehyung tomó la lámpara que tenía, le roció un poco de alcohol que había robado de la cocina del reino y lo aventó del otro lado de la cueva, distrayendo al dragón momentáneamente. Aprovechando la distracción, Jungkook y Taehyung corrieron hacia la salida de la cueva, el sonido del dragón rugiendo detrás de ellos.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, salieron de las cuevas, subiendo a los caballos y volviendo al reino a toda velocidad, con el óxido de manganeso en sus manos. Jungkook, agotado pero aliviado, miró a Taehyung.

ㅡ Lo... lo logramos ㅡ respiró, sin poder evitar una sonrisa nerviosa. ㅡ...Aunque, no sé si me atreveré a volver a esa cueva otra vez.

Taehyung sonrió ㅡ Solo tenemos que asegurarnos de que este artefacto funcione. Después de eso, nadie tendrá que ir allí.

Y así, con el mineral en sus manos, los dos regresaron al castillo, listos para reparar el artefacto y finalmente comunicarse con el futuro. Pero, en el fondo, Jungkook sabía que aunque había vencido su miedo, las leyendas del dragón seguirían siendo parte de su historia, marcando el destino del reino para siempre.

El viento helado azotaba sus rostros mientras avanzaban sobre los caballos, las sombras de la tarde alargándose detrás de ellos. El regreso al castillo debería haber sido un alivio, pero, en lugar de eso, una silenciosa incomodidad se cernía entre Jungkook y Taehyung. La tensión era tan palpable como el frío que envolvía el paisaje, y, aunque ninguno de los dos lo admitiera, ambos sabían que las palabras no dichas se acumulaban como una tormenta en el aire.

Jungkook miró hacia adelante, sin atreverse a volver la vista hacia Taehyung. Había sido arrastrado a la cueva por un impulso, pero lo que realmente lo había aterrorizado no era solo el dragón, sino la fría determinación con la que Taehyung había manejado la situación.

ㅡ ¿Por qué no me lo dijiste? ㅡ La pregunta salió de su boca antes de que pudiera detenerla.

Taehyung, que había estado cabalgando con la mirada fija en el horizonte, giró levemente el rostro hacia él ㅡ ¿Qué quieres decir?

ㅡ Que sabías que el dragón estaba allí. Que sabías lo que podría pasar, entre todas las cuevas elegiste entrar a esa ㅡ Jungkook apretó las riendas de su caballo con fuerza, como si eso pudiera contener el torrente de palabras que ahora necesitaba soltar. ㅡ...entraste de todos modos. Sin miedo. ¿Cómo puedes ser tan... frío?

La respuesta de Taehyung no fue inmediata. El científico pareció masticar la pregunta, como si pensara en cada palabra con cuidado antes de hablar. Finalmente, suspiró y detuvo su caballo, señalando a Jungkook que lo hiciera también.

Jungkook desconcertado, hizo que su caballo se detuviera junto al de Taehyung. Los dos se quedaron en silencio un momento, el viento soplando alrededor de ellos.

ㅡ ¿Por qué te preocupas tanto por mí? ㅡ Taehyung preguntó, su tono suave pero cargado de algo más, algo que Jungkook no pudo leer ㅡ ¿Es tan difícil creer que puedo ser inteligente incluso en momentos tan estresantes?

El príncipe lo miró fijamente, sorprendido por la pregunta. ㅡ No es eso...ㅡ respondió con rapidez, aunque su voz traicionó una inseguridad que no quería admitir ㅡ...Es que no entiendo por qué te arriesgarías por algo tan... incierto. Sabíamos que las posibilidades de éxito eran mínimas, y aún así te metiste quedando a unos metros del dragón. ¡Casi tocándolo!

ㅡ Porque era lo correcto...ㅡ dijo Taehyung, y su mirada parecía más profunda, más seria de lo que Jungkook había visto antes. ㅡ...Porque necesito el óxido. Sin eso, no habría forma de comunicarme con el futuro. Yo no tengo miedo de lo que pueda pasar. La única pregunta es, ¿tú tienes miedo de perderlo todo?

Jungkook no respondió de inmediato. El peso de las palabras de Taehyung lo alcanzó de una forma que no esperaba. Por un momento, se sintió vulnerable, como si estuviera viendo a través de los ojos de Taehyung, un ser capaz de desprenderse de cualquier temor y de cualquier duda.

ㅡ Tal vez...ㅡ comenzó Jungkook, su voz casi inaudible ㅡ...tal vez mi miedo sea perderme a mí mismo si no hago lo que debo.

Taehyung lo miró fijamente, como si estuviera evaluando sus palabras. Un silencio largo y pesado pasó entre ellos. Luego, finalmente, Taehyung asintió, una leve sonrisa apareciendo en sus labios.

ㅡ Eso es lo que te hace humano, Jungkook ㅡ dijo, y esta vez, su voz era más cálida ㅡ...el miedo es lo que nos mantiene alerta. Solo que a veces, hay que saber cuándo dejarlo ir y seguir adelante.

Jungkook lo observó por un largo momento, sopesando las palabras del científico. Algo en el fondo de su pecho comenzó a calmarse, como si de alguna forma, el enfrentar su miedo ya hubiera dado el primer paso hacia algo más grande.

ㅡ Gracias ㅡ dijo finalmente, aunque no sabía si estaba agradecido por la lección, por la compañía, o por la forma en que el sucio plebeyo lo había hecho enfrentar su propio miedo.

ㅡ De nada ㅡ respondió Taehyung, su tono sereno como siempre, pero sus ojos destilaban una comprensión silenciosa, como si supiera que había algo más entre ellos que solo volver al futuro ㅡ Mira, tuvimos una conversación normal sin que me insultaras, es un avance ¿no crees?

Jungkook soltó una carcajada y continuó su viaje de regreso, el viento ya no parecía tan frío, ni las sombras tan oscuras. Había una conexión que se había formado, algo que los unía más allá de esa pequeña misión o sus diferencias.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top