CAPÍTULO 17
Jungkook despertó de golpe, el sonido de su respiración agitada llenando sus oídos. El dolor en su cabeza era insoportable, como si alguien hubiera golpeado su cráneo con un mazo, y sus músculos estaban tensos, como si hubiera estado luchando durante horas. Abrió los ojos lentamente, ajustando su visión a la penumbra que rodeaba la habitación. La luz de la luna se filtraba débilmente a través de una ventana pequeña, iluminando parcialmente un espacio que no reconocía.
Estaba en una cama simple, mucho más modesta de lo que había estado acostumbrado en el palacio. Las sábanas eran de lino, algo rugoso y áspero, y el colchón era delgado, no más que un montón de paja cubierto con tela. La habitación tenía paredes de piedra, un techo bajo, y el aire se sentía frío, como si estuviera en algún rincón apartado de la ciudad.
Al intentar levantarse, el mareo lo venció. Su cuerpo, débil y golpeado, se desplomó hacia el suelo. El golpe lo hizo jadear, y una punzada de dolor recorrió su cuerpo, especialmente en la zona de su rostro donde sentía que se había hinchado. El suelo estaba frío, y Jungkook se quedó allí un momento, respirando con dificultad, tratando de encontrar el control sobre su cuerpo.
Con esfuerzo, intentó levantarse, pero sus piernas parecían de gelatina. Solo cuando consiguió arrastrarse un poco hacia la cama fue capaz de apoyarse sobre el borde, tambaleándose. Sin embargo, antes de que pudiera hacer mucho más, la puerta de la habitación se abrió de golpe, y una figura entró, sorprendiendo a Jungkook.
Era el mismo hombre que lo había rescatado del bar.
Pero ahora, con su capa desaparecida. Sus cabellos estaban húmedos, como si se hubiera bañado en algún río cercano, y vestía ropas simples pero limpias, que contrastaban con el lujo que Jungkook estaba acostumbrado a ver. El hombre no mostró sorpresa al verlo en el suelo, como si no fuera la primera vez que alguien se encontraba en esa situación.
ㅡ Parece que despertaste ㅡ dijo el hombre con calma, sus ojos brillando bajo la luz tenue de la habitación.
Jungkook, aún aturdido lo miró, confundido y con más preguntas que respuestas ㅡ¿Dónde... dónde estoy? ㅡ murmuró, su voz rasposa y quebrada por el dolor.
El joven suspiró levemente, como si estuviera pensando cómo explicarlo. Luego, se acercó al borde de la cama, observando a Jungkook con una mirada que no reflejaba preocupación, sino más bien una curiosidad tranquila.
ㅡ Estás a salvo. Estás en un lugar seguro... por ahora ㅡ respondió, como si eso fuera suficiente explicación. Luego, caminó hacia una mesa de madera en el rincón de la habitación y dejó una pequeña bolsa ㅡ Te traje algo de comida. Lo robé de tu propio castillo, así que no te preocupes por eso.
Jungkook parpadeó atónito. ¿Robado de su propio castillo? Miró la bolsa, que contenía trozos de pan y carne seca. Al principio, dudó, pero la desesperación de su estómago lo venció y extendió la mano para tomar la comida.
ㅡ ¿Robaste de mi castillo? Eres de lo peor plebeyo americano.
Taehyung dejó escapar una pequeña risa, una risa que no era burlona, sino más bien una ligera mueca de diversión.
Jungkook, aún recostado sobre la cama, lo observó en silencio. Los recuerdos del bar comenzaron a regresar, fragmentados, borrosos, pero lo que más le quedaba era la sensación de impotencia, de estar completamente fuera de lugar, rodeado por personas que lo odiaban solo por su estatus.
ㅡ ¿Por qué me rescataste? ㅡ preguntó Jungkook finalmente, su voz entrecortada por la confusión ㅡ¿Por qué me ayudaste? Creí que me odiabas...
Taehyung lo miró fijamente, sin prisa, como si estuviera analizando cada palabra. Después de un momento, finalmente respondió.
ㅡ Te rescaté porque veo a través de lo que eres... a través de lo que los demás ven. No eres solo un príncipe, Jungkook. Eres alguien atrapado en un sistema que ni siquiera elegiste. La gente te sigue por lo que representas, no por lo que eres realmente. Y yo... ㅡ Taehyung hizo una pausa, su mirada fija en los ojos del príncipe ㅡ...Yo no soy como los demás. No me importa tu título, ni tu riqueza. Lo que me importa es ver que las personas no pierdan su humanidad por un título o una corona.
Jungkook lo miró, sorprendido por sus palabras. No esperaba escuchar algo tan honesto, tan directo. El silencio se instaló en la habitación por un momento, pesado y reflexivo. Jungkook, después de todo lo sucedido, sentía una extraña mezcla de incomodidad y gratitud, como si todo lo que había vivido hasta ese punto estuviera desmoronándose poco a poco frente a él.
ㅡ ¿Por qué me sigues ayudando? ㅡ repitió Jungkook, esta vez con una necesidad de entender algo más profundo, algo que no terminaba de comprender.
Taehyung finalmente se sentó sobre una silla cercana, dejando que la conversación se tomara su tiempo.
ㅡ Porque nadie más lo hará ㅡ respondió, su voz seria ㅡ Y sé que, de alguna manera, no te mereces eso. Nadie lo merece.
Jungkook permaneció en silencio, procesando sus palabras. A pesar de todo lo que había pasado, había algo en la sinceridad del plebeyo americano que lo hizo sentirse, por primera vez en mucho tiempo, como si hubiera alguien que realmente lo entendiera, alguien que no veía en él solo el título de príncipe, sino a la persona que estaba detrás de él. Y por un momento, se permitió pensar que tal vez, solo tal vez, las cosas podrían ser diferentes a partir de ahí.
El sonido de unos pasos apresurados resonó fuera de la habitación, y de pronto, la puerta se abrió de golpe. Jungkook, que aún estaba sentado en la cama, levantó la cabeza al escuchar los ruidos. Un hombre, vestido con la armadura de caballero, irrumpió en la habitación, su rostro tenso y lleno de ansiedad. Sus ojos buscaban rápidamente a Taehyung, quien no pareció sorprendido por su entrada repentina.
ㅡ El dragón ha atacado ㅡ dijo el caballero, su voz grave, entrecortada por la urgencia ㅡ Ha devastado el reino vecino. Las llamas lo consumieron todo. No quedó nada... ni siquiera las aldeas cercanas. El dragón... está viniendo hacia nosotros.
La noticia hizo que el aire en la habitación se volviera denso. Jungkook sintió un estremecimiento recorriéndole la espalda. Su estómago se encogió al escuchar esas palabras. El dragón. El mismo dragón que había atacado el reino que su padre había intentado conquistar años atrás. La bestia que había dejado una estela de destrucción, que había sido la causa de la ruina del antiguo reino. Ahora parecía que se acercaba a su propia puerta.
Jungkook se levantó rápidamente de la cama, ignorando el dolor en su cuerpo. No importaba lo que había sufrido en el bar, no importaba la humillación de los aldeanos, ni la confusión que sentía al estar con el científico. La amenaza del dragón lo hacía olvidar todo eso. El reino estaba en peligro, y su familia estaba en riesgo.
ㅡ ¡Vamos! ¡Necesitamos ir al castillo! ㅡ exclamó Jungkook, sus ojos brillando con una determinación que no había mostrado en días ㅡ...Tenemos que alertar a mi padre. Esto no puede seguir así.
Taehyung asintió, mirando a Jungkook por un momento con una expresión que parecía entre curiosa y cautelosa. No dijo nada, pero lo siguió sin cuestionarlo, sabiendo que este no era el momento para hablar. El dragón no esperaba a nadie. Su amenaza no podía ser ignorada.
Jungkook y Taehyung salieron de la pequeña habitación y comenzaron a caminar por el oscuro bosque, siguiendo el estrecho camino hacia el castillo. Aunque Jungkook intentaba mantenerse tranquilo, su mente era un caos. Imágenes del pasado llenaban su cabeza, la historia del dragón y cómo había arrasado con todo a su paso, la destrucción que había dejado, y los temores de su propio padre, quien había sido incapaz de derrotarlo en su primer encuentro. Ahora el dragón regresaba, más furioso y destructivo que nunca.
Cuando llegaron finalmente al castillo, el ambiente ya estaba cargado de tensión. Los sirvientes corrían de un lado a otro, y los caballeros se reunían en pequeñas hileras, preparando armas y armaduras. El rey, su padre, estaba en el salón del trono, rodeado de consejeros y comandantes, todos con rostros preocupados. Al ver a Jungkook entrar, el rey levantó la vista, su expresión grave.
ㅡ Jungkook, te estaba esperando, wow, ¿tienes una cortada en la ceja? ㅡ dijo el rey con una ligera preocupación.
ㅡ Es una larga historia padre, eso no importa.
ㅡ Claro...ㅡ el rey se aclaró la voz antes de volver a hablar con un tono que solo los miembros de la familia real podían entender: una mezcla de desesperación y autoridad ㅡ...El dragón ha destruido el Reino de Vadronia. La fuerza de su ataque es... inusitada. Los pueblos, las aldeas, las fortalezas... todo reducido a cenizas. Y lo peor de todo, está viniendo hacia aquí.
Jungkook sintió un nudo en el estómago al escuchar las palabras de su padre. Aunque había escuchado rumores, nunca había imaginado que el dragón fuera capaz de tanta destrucción. El reino vecino había sido una fortaleza importante, y ahora ya no existía. La situación era más grave de lo que había supuesto.
ㅡ ¿Qué haremos? ㅡ preguntó Jungkook, intentando mantener la calma, pero la ansiedad empezaba a filtrarse en su voz.
El rey lo miró fijamente, con una mirada dura pero llena de preocupación ㅡ Lo único que podemos hacer es prepararnos. Esta vez, no podemos permitir que nos sorprenda. Necesitamos reforzar las defensas, reunir a todos nuestros caballeros y, si es necesario, luchar contra él. No podemos permitir que el dragón destruya lo que hemos construido.
ㅡ ¿Reforzar las defensas? ¡Eso no será suficiente! ㅡ exclamó Jungkook, enojado ㅡ ¿De qué sirve todo esto si el dragón nos destruye a todos? Debemos tomar una decisión más radical, ¡tenemos que atacarlo antes de que se acerque más!
El rey negó con la cabeza, mirando a su hijo con una seriedad que dejaba claro que no pensaba de la misma manera. "Ya hemos intentado eso antes, Jungkook. El dragón no es algo con lo que podamos negociar. Es una fuerza de la naturaleza, y hasta los mejores caballeros de nuestro reino cayeron ante él en el pasado."
Jungkook apretó los dientes, frustrado. ¿Qué esperaba su padre? ¿Quedarse sentado esperando a que el dragón arrasara todo? ¿Aceptar que estaban condenados? Sabía que su padre había tenido malas experiencias con la bestia, pero no podía quedarse de brazos cruzados mientras el reino y su gente se desmoronaban.
En ese momento, Taehyung entró silenciosamente en el salón, observando a lo lejos la escena. Jungkook lo miró por un segundo, como si hubiera olvidado por completo que estaba allí, pero luego recordó su presencia y lo llamó.
ㅡ Plebeyo, ¿qué opinas de esto? ㅡ preguntó Jungkook, mirando al hombre que había estado con él en la cueva.
Taehyung se acercó lentamente, con una calma que parecía contrastar con la tensión de la situación ㅡ Creo que ambos están en lo correcto...ㅡ dijo, su voz serena pero decidida ㅡ...el dragón es una fuerza de destrucción, pero no necesariamente invencible. Si se nos da la oportunidad de actuar antes de que llegue a este reino, deberíamos aprovecharla. Y no se olviden de algo: el dragón no es simplemente una bestia. Tiene un propósito, algo más profundo detrás de sus ataques.
La reina lo miró confundido ㅡ ¿Qué quieres decir?
Taehyung le dio una mirada pensativa antes de responder ㅡ No todo es tan sencillo como parece. Tal vez, detrás de su furia, hay algo más. Algo que no hemos entendido. Pero antes de pensar en eso, lo primero es asegurarnos de que estamos listos para defendernos. Y, si es necesario, encontrar la forma de derrotarlo.
Jungkook observó a Taehyung, luego volvió su mirada hacia su padre. Algo en sus palabras resonó en él. Tal vez había más en esta batalla de lo que todos pensaban. Y tal vez, ahora que el dragón estaba tan cerca, era el momento de descubrir qué se ocultaba detrás de su ataque.
ㅡ Vamos a prepararnos ㅡ dijo finalmente el rey, después de una pausa ㅡ No perdamos más tiempo.
Con ese comando, el castillo se llenó de movimiento. Los caballeros se apresuraron a alistarse, y los sirvientes corrieron para reunir las provisiones. Jungkook sabía que esto no iba a ser fácil, y el temor a lo desconocido lo acompañaba en cada paso que daba. Pero no podía rendirse. No ahora.
El dragón estaba cerca. Y esta vez, no podían permitir que lo destruyera todo.
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