Diente de leon
Y el gran día llegó, mañana se decidía en una carrera si se sería uno de los seleccionados para los grandes juegos... y sentía que el mundo me aplastaba.
Me la había pasado vomitando de los nervios y estoy seguro que me iba a dar fiebre.
—Es normal tener nervios si —me calmó papá.
Por suerte mis nuevos implantes habían llegado justo a tiempo para esto.
—Anda hidrátate —me dijo Pa tendiéndome una botella de agua.
—Y si... si lo arruino —me quejé— no tendré otra oportunidad y yo...
—Oti, Oti —dijo papá tomando mi mano— escúchame bien hijo lo que tenga que pasar mañana pasará, pero te has preparado mucho para esto y tienes un talento extraordinario.
—Tu eres un campeón —afirmó Pa— pero pase lo que pase todos vamos a estar muy orgullosos de ti.
Asentí aún nervioso, mi papá me abrazó para calmarme.
—Que te parece un pastel pre campeonato, mi mamá lo hizo para mañana pero seguro que una rebanada no se dará cuenta —me ánimo Pa.
—Creo que estaría bien —acepté porque no me podía negar a ese pastel.
Comimos ese pastel de churro que era para la celebración aunque ni con eso resultó pues seguía nervioso.
Me acosté a dormir con ayuda de leche caliente y galletas o sería imposible... que casi lo fue.
Desperté por el suave movimiento de mi Pa en mi hombro y una gran sonrisa.
—<Hora de despertar campeón> —me sonrió.
Me levanté casi temblando, me metí a bañar para luego ese gran desayuno para llenar mi tanque.
—Vendrá tu amigo Flash no es así —insinuó papá.
—No a él le tocó la prueba en otra parte —suspiré— las de él son mañana.
—Bien así ambos tienen la oportunidad de estar en los juegos —animó papá.
Y es que esto era simple, ya había los primeros seleccionados sólo faltaban pocos lugares así que si llegaba primero y lograba llegar antes del tiempo establecido me seleccionaban de inmediato.
Si no lo conseguía entraba en una lista de espera por así decirlo que era una lista de corredores de repuesto.
Mis padres ya tenían sus playeras de go Oti como posiblemente toda mi familia.
Llegamos al establecimiento temprano pero ya había demasiada gente, gracias a papá nos podíamos estacionar más cerca pero al llegar no me quería bajar.
—Por qué no vas organizando a Lu si —le pidió a mi Pa para que nos dejaran.
Mi Pa asintió para sonreírme y bajarse con todo el desmadre que traían de comida.
Las carreras duraban un minuto y ellos traían comida para horas.
Nos quedamos un momento en el auto.
—Tu sabes que yo quería ser corredor no —me miró.
—Me has contado —asenti.
—Claro no era ni la mitad de bueno que tú eres pero me defendía —sonrió— creo que entiendo ese sentimiento de correr, cuando tu padre y yo te metimos deseaba que encontraras ese sentimiento... creo que lo encontraste desde esa primera sonrisa.
—Pensé que me habían metido para que me cansara y no los terminara agotando —conté inseguro.
—Si también, lo que quiero decir hijo es que tú corrías antes de si quiera aprender a caminar, he visto esa sonrisa en ti en cada carrera —asintió— cuando viste tus primeros juegos dijiste que querías estar ahí y ahora... ahora estás apunto de hacerlo, confía en ti y más importante diviértete de acuerdo.
—Si papá—dije más calmado.
—Vamos, es hora —me sonrió.
Bajé para ir con mi enorme familia, todos con la mismas playeras, así como mi novia.
—Tu puedes mi niño que besen tu trasero como siempre —me abrazó mi tío Lu.
—Si tío —negué divertido.
Uno a uno me dieron ánimos, hasta llegar con mis hermanos.
—Rómpete una pierna —me abrazó Jens.
—Gracias por estar aquí —asentí.
—No me lo perdería —sonrió feliz— confío en ti para que me lleves a los siguientes juegos.
—Claro no soy nada sin mi aguador favorito —bromeé divertido.
—Estoy muy orgullosa de ti —me abrazó Temi— cumple tu sueño campeón.
Dicho eso me metió tremenda nalgada que seguro se iba inflamar.
—Es hora —dijo papá— te amamos.
—Divierte —ánimo Pa— estamos orgullosos de ti mi Oti.
—Gracias, los amo mucho —afirmé.
Abracé a mis padres para bajar e ir calentando, había chicos de todas partes del país, caras conocidas y algunas nuevas.
—Sammy —me llamó el entrenador con los gemelos.
—Ruso —saludé— Chip y Dale.
—Amigo —dijeron al unísono abrazándome.
—Ya estuvimos espiando y eres el mejor —afirmó Dale.
—Ese título está en tus manos —afirmó Chip.
—Gracias chicos —agradecí de corazón— lamentó que no clasificaran, no saben lo que se pierde.
—Lo arruinaron por andar jugando —se quejó el Ruso.
—También te queremos —negaron riendo.
So padre solo les dió dos pequeñas palmaditas en su hombro.
—Bien está por empezar y yo quería decirte que te concentres y no lo arruines como estos inútiles —mencionó.
—No, eso no es lo que querías decirle —lo regañó Chip.
—Anda grandote lo practicaste toda la noche —ánimo Dale.
El ruso suspiró para mirarme.
—Estoy muy orgulloso de ti, da todo lo que tengas y diviértete —dijo dándome un abrazo— pero en serio no lo arruines —susurró.
—Lo haré —prometí.
Me puse a calentar para estar preparado, tenía que estar listos porqué muchos dependían de mi: la escuela, mis padres que habían dado todo por mi, mi familia y demostrar que aún siendo sordo puedo ser un atleta.
No podía fallar, no podía fallar era lo que me repetía.
El primer silbato sonó para que nos pusiéramos en la línea.
—Es el gran día no Autumn —dijo Mason a mi lado— me imagino la presión que debe estar en ti, imagínate esforzarte todo este tiempo y perder.
—No, solo me imagino el dinero que perdieron tus padres para que estés aquí y al final del día perder —le sonreí.
El chico solo cerró el puño porque de hacer algo en estos momentos lo descalificarían.
Segundo silbato para ponernos en posición, acomode mi cinta y me coloqué, moviendo mi traserito para tomar fuerza.
Mire a todos a mi alrededor, no era el único que se había esforzado, no era el único que había trabajado mucho y sacrificado cosas, pero si el único de marcar una diferencia.
Respire, me concentré y mire esas luces para esperar.
Ese pitido, esa luz verde... un par de segundos, el viento en mi piel, la línea de meta fija y corrí, corrí dejando el corazón aunque dejara la sonrisa a un lado.
Todo termino en cuestión de segundos, segundo que después se cruzar esa meta estaba tan centrado que no sabía en qué lugar había llegado.
Mire los marcadores pero mi nombre no estaba... había perdido.
—Autumn Jones —me llamó uno de los jueces— ¿Estas bien?
—Perdí —dije incrédulo.
El señor negó divertido mirándome
—Espera aquí quieres —dijo siendo llamado por otros tres señores.
Yo solo estaba muy confundido y cansado, el ruso llegó con esa mirada de seriedad.
—Ruso yo lo siento... no sé qué pasó pensé que había corrido los más rápido que pude pero...
—Sammy, Sammy cálmate llegaste primero niño—me dio la botella de agua regresándome el alma.
—Porque no está mi nombre entonces —dije nervioso.
—Están re calculando —explicó masajeando mi hombro.
Suspiré sentándome, ya había hecho el trabajo pero ahora faltaba la verdad.
—Autumn Jones —me llamo el mismo señor.
—Si —dije confundido.
—Felicidades eres uno de los corredores que nos representarán en los Juegos Olímpicos—dijo dándome la mano.
Creo que el Ruso gritó más que yo en esos momentos, no dije palabra alguna.
Los gemelos me abrazaron de inmediato, aún no me lo podía creer.
Decidimos no decir nada aún pues conocíamos a mi familia.
Competí en la de 100 y 400 metros de velocidad ambas las gané pero la importante era la de cien.
—Autumn Samuel Jones —me nombraron— campeón nacional velocidad cien metros.
Se hizo el bullicio mientras me daban el trofeo, fue casi lo mismo en los 400, por suerte mi tío no se quitó la playera como acostumbra pues siempre lo sacaban, en su honor lo hizo Harry pues a él no lo sacaban.
Me despedí de los hombres que eran los que seleccionaban para ir con mi familia.
All llegar todos estaban ahí a la expectativa.
—¿Y bien Oti? —preguntó mirándome mi tío.
Le miré para bajar la cabeza.
—Que no —susurre.
—¿Qué no que? —preguntó Pa— ahorita me van a escuchar esos...
—Que no estoy en lista de espera, me seleccionaron —conté riendo— iré a los olímpicos.
—Iras a los olímpicos —dijo Pa sin aliento.
—¡Iras a los Olímpicos! —exclamó papá atrayéndome a él reaccionando.
—¡Mi hijo es un olímpico! —gritó restregándoselos a los papás de Mason.
Ambos me abrazaron muy orgullosos, sonreí entré vítores y aplausos no solo de mi familia también de los que pasaban por ahí.
Debo decir que recibí demasiados abrazos, el tío Lu de más llorando con Harry igual de emocionados.
Mientras recogían las cosas para irnos, quería ir hablar con Cas, ella me sonrió para caminar a mi pero a medio camino Temi me detuvo abrazándome.
—No sabes cuan emocionada estoy por ti Oti, lo lograste —me sonrió.
—Lo logre —asentí— fue gracias a ustedes —afirmé.
—Tenemos que celebrar —me sonrió— habrá una fiesta en la noche hoy y ahí estaremos de acuerdo.
Asentí feliz, la morena beso mis labios para irse, por fin llegué a Cas quien me abrazó de inmediato.
—¡Felicidades! —exclamó feliz— te lo mereces.
—Gracias Cas —asentí— vienes a la fiesta verdad, habrá pastel.
—Me encantaría pero es cumpleaños de Carlitos así que debo estar en su fiesta —puso los ojos en blanco— pero si te veo en la fiesta de la noche.
—Ahí te veré —la bese.
Sentí una nalgada diferente.
—Vámonos Cas —dijo Jake burlon.
—Lo llevó a la fiesta —explicó ella.
—No te guardare pastel —me negué viendo al niño.
—Me guardarán, tengo contactos —me miró vengativo.
Negué divertido, senti otra mini nalgada... dios soy persona también.
—Pórtate bien Jake —regañó su hermano llegando.
—No me digas que hacer —gruño.
—Tranquilo yo me encargo de él —se despidió Talita.
La chica tomó de la manita a su cuñado ya para llevárselo.
—¡Felicidades Oti! —afirmó Tali.
—¡Felicidades tonto! —lo apoyó Jake.
Negué divertido, nos fuimos a la casa a festejar ese gran triunfo.
—Descansa eh muchacho que a partir de mañana iniciamos un entrenamiento más duro —sentenció el Ruso.
Asentí, hubo un momento en el que había perdido en el que pensé... pensé que no era el fin del mundo.
Disfrute esa fiesta al máximo, comí mucho pastel incluso llamé a mi amigo Flash que se emocionó bastante.
Pero la noche llegó y fue hora de divertirnos.
—Sin tomar por favor —pidió Papá— o solo uno de ustedes no tomé.
—Tranquilo tío, yo perdí y me toca manejar —dijo Temi tomando la llave.
—Yo me propuse voluntariamente —señaló Jens.
—Es casi lo mismo que conducir borracho —compare la verdad.
—Cuídense y diviértanse —aceptó Pa.
—Y hay condones en la guantera —nos recordó mi tío Lu.
Negamos divertidos para irnos, estaba súper emocionado.
Al llegar estaba lleno de caras conocidas.
—Jensen —saludó Dale.
—Amigo quieres un trago —ofreció Chip.
Uno de cada lado acorralándolo.
—Paso, eso de beber no es lo mío —negó.
—Entonces prueba la soda —sonrió Dale.
—Si la soda es buena —afirmó.
Conocía esos dos y no iban a parar hasta ponerlo bien borracho.
—Tu y yo vamos a celebrar —afirmó Temi— hemos estado separados por un tiempo así que vamos.
Dicho eso tomó mi mano para llevarme por algo de beber.
—Celebraremos mi triunfo y el tuyo —acepté.
—Claro que si —me sonrió.
Estaba feliz y a la vez sentía ese nudo en mi garganta que me ahogaba.
Ahhh nuestro nene 😢
Orgullosa por el Otoñito hasta el mil, ese es nuestro bebé.💕✨
El culito de Oti ya a sido más tocado que nada pobrecito. 😢
Y el niño no en cuenta cuando ganó, muy de los Jones. 🤷🏽♀️
Vámonos a festejar por que alguien rojo que amamos llega el siguiente capítulo 💕
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