Cerezo

Desperté en la cama de mis padres entre los dos como cuando era pequeño, mi papá aún me tenía abrazado lo que significaba que me había quedado profundamente dormido.

—<Buenos días> —me dijo Pa acariciando mi cabello— <¿Cómo estás cariño?>

—<Tengo hambre> —asentí cansado.

—<Yo igual> —agrego sonriendo.

Lo abracé con fuerza, el revolvió mi cabello.

—<Lamento haber sido un imbecil ayer contigo, no te merezco> —me disculpé.

—<Hey no digas eso, eres un adolescente en un momento iba a pasar esto> —me calmó— <No te preocupes Oti, estabas molesto, lo entiendo>

—<Te amo> —besé su mejilla.

—<Yo más> —me abrazó.

Pa me jaló para besar mi mejilla.

—<Yo también te amo> —reprochó— <aunque solo le des amor a tu padre>

Sonreí para abrazarlo o se iba a poner de celoso.

Después de desayunar me la pasé pegado a mi Pa casi todo el día.

—Oti, mi niño hermoso te amo pero quiero ir al baño —dijo besando mi frente.

—No —dije abrazándolo más.

Papá sonrió para girarse y verme.

—Ahora si quieres hablar de lo qué pasó —y iba a empezar.

—Realmente no, solo quiero estar aquí sin hablar podemos hacer eso —pedí.

—De acuerdo mi niño —besó mi frente— porque no bajas a poner una película, mientras voy al baño y preparo palomitas.

—Bien —acepté sólo porque tenía hambre..

Al bajar mi Pa estaba en el sillón con el pato mientras lo acariciaba.

—Ya te caché —sonreí— no que no te gustaban.

—Tampoco tu padre pero aquí estoy con casi veinte años de casados —se burló.

Negué para recargarme en él.

Pasé el fin solo con mis padre como hace mucho no lo hacía, el lunes en la mañana fingí dolor de cabeza lo que era común que me dieran por los implantes.

Me pasé todo el día en cama, en medio de mi siesta fui atacado por un mini mounstro.

—Me extrañaste —dijo Jens sobre mi pecho moviendo sus pies divertido.

Sonríe para abrazar al enano y llenarlo de besos.

—Ah basta, basta —se quejó golpeándome.

—Me alegro que volvieras —suspiré riendo.

—Lo sé, ¿Comoy te sientes? mis tíos dijeron que tenías migraña —señaló sentándose— te traje dulces.

El enano vacío su mochila dejando caer todos los demás.

—Gracias Jens —dije agarrando uno.

Mis padres entraron a la habitación.

—¿Ya estás mejor Oti? —preguntó papá.

—Si un poco mejor —asenti.

—Jens ya está la habitación de invitados por si quieres cambiarte —añadió Pa.

El enano me miró un poco nervioso.

—¿Me puedo seguir quedando aquí? —me preguntó.

—Te costará un dulce pero si —asenti.

El enano sonrío triunfante, nuestros padres nos dejaron solos.

—Bien qué pasó mientras no estuve porque no te creo lo del dolor de cabeza —atacó.

Suspiré para asentir, tenía que contarle porque sentía que me estaba ahogando.

—Fui al concierto de Temi —conté— lo normal su novio fue un imbecil, Temi se enojó y terminamos en mi habitación.

—Entiendo—asintió— y qué pasó después.

—Yo... le confesé mi amor —conté— le dije Jens ... le dije que la amaba, le dije lo que sentía.

Jens tomó mi mano para asentir.

—Te dijo que no —murmuró lo que creo que sería lo peor..

Negué cansado.

—De un momento a otro nos empezamos a besar, y de un momento a otro ya nos estábamos desvistiendo y... me dejo dijo que no podía y se fue —conté— soy un idiota Jens lo arruine todo.

El enano se lanzó a mí para abrazarme con fuerza.

—Hey tranquilo, está bien —me calmó— si no te ve de esa manera se lo pierde eres un buen prospecto cabron.

—Pero y si... y si la perdí, como amiga, como hermana —suspire— no quiero perderla.

Jens negó para recargarse en mi.

—Habla con ella de acuerdo, un error no arruinará el lazo entre ustedes dos —me calmó— ahora tragaras todos estos dulces y te sentirás mejor.

—Bien pero ayúdame —sonreí.

El enano asintió para empezar con un chocolate, claramente yo comí la mayor parte.

Nos quedamos viendo la televisión, pero sin previo aviso entro Harry a la habitación.

—Oti me prestas tu pato —pidió Harry llegando a mi.

—Harry —dije confundido— vienes de visita.

El nene soltó una pequeña risita.

—Si, papi, mami Raven, Temi y yo —asintió— pofis si.

Asentí, el bebé se fue corriendo, miré a Jens nervioso.

—Yo no estoy listo para... para —dije nervioso.

—Tranquilo si —me detuvo— yo me encargo tú hazte el dormido.

—Gracias —asenti.

Me quité los implantes pues si no no iba a ser creíble, Pa subió a ver cómo estaba pero con una actuación decente me dió una pastilla para el dolor y me dejo solito.

Me quedé medio dormido pues debía aprovechar y descansar, una mano me movió levemente, me giré suponiendo era papá sin embargo era ella.

—<Te traje de cenar> —menciono dándome un sándwich.

Me puse el implante algo nervioso.

—Gracias —susurré.

Ella suspiró para sin decir más abrazarme con fuerza, abrazo que le  correspondí.

—Debemos hablar de lo qué pasó —mencionó.

—Podemos olvidarlo, hacer que no pasó nada —pedi.

—Pero pasó Oti —me miró triste— pasó.

Bajé la mirada apenado, nunca había sentido nada así en mi vida.

Ella tomó mis manos para verme.

—Yo te amo Oti, eres mi persona favorita en este mundo lo sabes verdad —dijo acariciando mi mejilla.

Asentí, no quería llorar en estos momentos.

—Esto no puede ser —negó— no quiero lastimarte Otoño, mucho menos perder nuestra relación —señaló.

—No me lastimarás Temi —negué cansado— no lo harás.

—Lo haré —lo dijo muy segura— siempre lo hago, puedo vivir si llego a lastimar a Conner o todos los otros chicos y chicas pero a ti —negó— lastimarte a ti es el peor error que podría cometer en mi vida, lo entiendes.

Asentí cansado, estaba que me moría de nervios... en realidad algo estaba muriendo dentro de mi.

Ella me abrazó con fuerza para besar mi mejilla, le devolví el abrazo.

—Te amo si, no lo olvides —asintió con un par de lagrimas.

—Yo también —asentí.

Nos quedamos así un momento hasta que llegó Harry con mi pato en brazos ayudando por Jens.

—Oti mira me ama —sonrió dichoso.

—Asi es nene —asenti.

Una risita, tomé a mi pato en brazos, Jens nos miró un poco confundido.

—Todo bien —mencionó alerta.

Asentí, el chico nos abrazó a ambos para robarse el pato.

Bajé por más comida pues un emparedado no me era suficiente.

Pasamos la tarde como si nada pero dentro de mi sentía ese hueco que dolía horrores.

Por la noche me quedé dormido de inmediato, a la mañana siguiente me aliste para ir a correr con mi papá, hicimos trampa pues aún estaba adolorido y él estaba de flojo así que nos regresamos en taxi.

Después de desayuno me fui con mi enanito a la escuela.

—Yo manejó —sonrió divertido.

—Ni muerto —bufé.

—Malvado —se quejó.

—Si, si muy malo —negué, era muy joven para morir.

Al llegar Jens corrió a su chica para besarla.

—Te extrañe enano —sonrió divertida.

—Lo sé, es inevitable o hacerlo —sonrió dándole un llavero que le trajo.

Cas me vió para sonreír y abrazarme.

—Ya te siente mejor —sonrió.

—Si, dolores de cabeza ya sabes —asentí.

—Te hace falta relajarte —mencionó lo que era verdad.

—Es verdad —afirmó Jens.

—Tu a lo tuyo enano —lo corrí.

—Con gusto —sonrió para seguir tragándose a Tali.

No comía pero que bien se la tragaba a ella.

—Deberíamos salir, una fiesta no te mataría —guiño Cas.

—No estaría mal —asentí— no salgo desde hace mucho —me convencí.

—Fiesta en tu casa —se metió otra vez Jens.

—¿Por qué en la mía? —pregunté molesto.

—Mi ansiedad no da para que vaya a fiestas pero en tu casa al menos puedo irme a un lugar tranquilo si lo requiero —mencionó abrazándome— ándale si.

—Pues mis padres se irán este fin de semana —conté— tiene el festival de la dona.

—¿Y no te llevan? —dijo Cas confundida.

—No desde que me votaron a mi y a mi tío —conté agotado.

Cas soltó una pequeña risa sonora, la risa de puerquito.

—Perdón —dijo dejándose de reír.

—¿Por qué te disculpas? —pregunté— me gusta esa risa.

—Mentiroso —negó.

—Es de las que puedo escuchar —confesé, las otras risas a veces no las llegaba a oír.

—Volviendo al tema —señaló Tali— la fiesta...

—De acuerdo —acepté— hagamos una fiesta.

Las chicas se emocionaron, pero lo que era un anuncio pequeño para la hora del entrenamiento ya casi media escuela lo sabía.

—Irán los mellizos Cladis—cuestionó Chip.

—No lo sé, sigo diciendo que es raro que quieran salir con mellizos —negué corriendo a lado de Dale.

—Esas relaciones son las mejores —guiño Dale.

—Seguro —me adelanté.

A veces... podían llegar a ser raros.

Al término del entrenamiento el ruso se acercó a mi.

—Samuel escuché que harás una fiesta —mencionó.

—Una pequeña —asenti.

—Bien te hace falta, no estás corriendo como siempre —regaño— si puedes ten sexo...

—Agh Ruso —me queje.

—Los gemelos lo hacen antes de cada carrera —mencionó.

—No necesitaba saberlo —me quejé lo que ya sabía— nos vemos ruso.

Me fui antes de que me empezara a contar de posiciones rusas.

Planear la fiesta era fácil, el permiso ese si me iba a costar, al llegar a casa papá ya esperaba en la mesa para comer como siempre.

—Hola papis —sonreí.

—Ya sabemos lo de la fiesta —se adelantó Papá.

—Estupido pueblito donde saben todo —gruñi molesto.

—Podemos hacerla tíos, me gustaría hacer amigos —sonrió el enano con su carita tierna.

—Odias a las personas Jens —le recordó Pa— en eso te pareces a mi.

—Agh lo se —negó sentándose— tenía que intentarlo.

—Bueno a mi si me gusta hacer amigos, más importante lo necesito —me senté en la mesa.

—Querer y necesitar no son iguales —me recordó Papá besando mi mejilla.

—Lo necesito, mi día consiste en correr, comer y volver a correr —me queje— algo de distracción no me caería mal.

Mis padres se miraron para hablarse telepáticamente.

—De acuerdo pero si rompen algo saldrá de tu mesada —sentenció papá.

—Gracias, Gracias —lo abracé, ni me daban mesada.

—Pero se rompe el trato si no te acabas la comida de hoy —sentenció Pa al enano.

Hamburguesas Jones, receta del tío Nike, deliciosas y enormes hamburguesas.

—Tu me la pelas oiste, he comido más grandes que tú —le murmuro el enano a su hamburguesa.

Lo hizo, se la acabó incluso comiendo papas extras, ese era mi enano.

Terminó agotado echándose una siestesita, yo también quería pero me tuve que ir a practicar para llegar muerto.

Mientras me preparaba para dormir me percaté de la risita de Jens mirando su teléfono.

—¿Adivino Talita? —sospeche.

—Está carita no seria por ella —asintió.

Tenía razón cuando hablaba con ella solía sonrojarse, ahora solo estaba sonriendo,

—¿Con quién hablas? —pregunte intrigado,

—Un amigo —asintió.

—Ah Percy, salúdamelo —sonreí.

—Porque siempre piensan que es Percy, sabes tengo más amigos —se quejó.

—Seguro, menciona a cinco —bromeé.

El chico se quedó pensando para negar .

—No te daré el gusto Yeti estupido —gruño.

—Vale perdón, entonces quien— me senté a su lado.

Jens suspiró para mirarme.

—Se llama Hades, es mi Dios del infierno —explicó— lo conocí en una noche de peda con Cade —contó— tuvimos una gran charla, y después de la muerte de Cade él fue quien más me apoyó, cuidó de mi como un kanguro.

Al hablar de él podía notar el cariño que le tenía.

—Es muy especial para mi —susurró— a veces siento que solo él me entiende, sabe lo que es pasar por lo mismo.

Suspiré para pasar mi brazo por sus hombros,  se había puesto triste y no podía permitirlo.

—Vale, ni lo conozco y ya estoy celoso —gruñi.

Jens negó para sonreírme.

—Solo, lo extraño hace mucho que no lo veo —suspiró.

—Invítalo a venir —anime.

—Como crees, estoy viviendo en tu casa y mis tíos...

—No les molestará, además es tu casa también —le recordé— y te haría bien verlo.

—Bueno la última vez que lo vi yo estaba hecho mierda —mencionó— no sé, puede ser algo...

—Venga invítalo —insistí— si te dice que no pues ya, y si viene mejor para ti.

Jens se emocionó podía verlo en sus ojitos, me abrazó con fuerza.

—Gracias —susurro.

—Para eso somos hermanos no —asentí.

Tendríamos un invitado especial.

Ahhhh el regreso del dios del infierno, si ya saben quien nos visita el siguiente capítulo. 🔥👑🌚

Tendremos Jades. 🔥🔥

Necesito papis como Oti 🥺 y un pato, quiero mi Patosaurio.

Buenos creo que este es el fin de Temi y Oti... o no

Pero Jens y Tali 💕 amo.

En fin nos vemos la siguiente semana con el mega especial, prepárense con helado 🙌🏻 los tqm 🥰

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top