Cempasúchil
Ver a Jens emocionado es... encantador, no tardo en proponérselo, y gracias a dios dijo que si, se pasó la semana hablando de eso y si mis celos eran a tope pero por él baby Yoda me los tragaba.
Y el día llegó, en el aeropuerto estábamos esperando al susodicho, con Jens más feliz que cuando Talita le decía cerebrito.
—Les caerá bien ya verán —asintió animado— bueno tal vez no, no habla mucho y siempre parece estar enojado, pero es genial.
—Tranquilo Jens, que podría salir mal, que lo odiemos y no podamos pasar el fin con él —dijo Temi bromeando.
—¡Ay dios que hice! —entro en pánico— muy tarde para escapar.
—No pasará —lo calmé— todo saldrá bien.
Jens suspiró, un par de minutos después lo vimos salir... joder si era lindo, pero en cuanto lo vimos Jens corrió a él para abrazarlo.
—¡Hades! —gritó.
Al llegar a su amigo se lanzó a él para abrazarlo colgándose de se cuello, casi a nada de tirar al pobre.
—Oye, todavía estoy a tiempo de coger otro avión de regreso —sentenció serio.
Jens seguía aún colgado de él.
—Sobre mi cadaver —sonrío el enano para soltarse y bajarse de él— te extrañe —menciono abrazándolo.
Hades resopló negando, lo entendía el enano de buenas podía ser... demasiado efusivo.
—No te ves tan muerto ahora, eso es bueno, supongo —halagó subiendo su equipaje al hombro—. ¿Nos largamos? Muero de hambre.
Un chico rudo, me agrada.
—Hades yo se lo que es morir de hambre, no seas dramático —negó, aún no daba risa el infarto que nos provocó— venga deja te presento —asintió tomando su mano para traerlo hasta nosotros.
—El es mi primo Autumn pero puedes decirle Oti —me preguntó animado.
— Mucho gusto, el enano no deja de hablar de ti —le extiendi la mano para estrecharla, no me gustaba presentarme con gente nueva por mi voz, pero el chico se veía decente.
—Tristemente, por alguna razón le soy importante —Se acomodó el equipaje, estrechando mi mano sin dejar de ver al enano con recelo—. Un gusto, Oti. Tú no me abrazaras, ¿Verdad?
Sonreí para negar, de querer quiero pero debía controlarme.
—No si no quieres y por lo que veo no eres muy afín —asentí mirando al enano.
—Pues yo si, Artemisa —lo abrazó la morena, sabía que lo haría —puedes llamarme —le guiñó picara.
—Llamarla Temi —la empujó el enano separándola de Hades.
—Genial, otra diosa loca —murmuró incómodo echándose atrás—. Enano, no es joda, tengo hambre.
Jens puso los ojos en blanco.
—Vale, vale toma —se sacó una barrita del bolsillo, yo solía ponérselas en los bolsillos para cuando se diera cuenta se la comiera — deja nos despedimos de mis tíos y nos vamos.
Fuimos con mis padres que terminaban de entregar su equipaje.
—Tíos él es Hades, Hades el es mi tío Winter y mi tío Santiago— presentó.
Mi padres le miraron animado.
— Mucho gusto Hades gracias por venir —le extiende la mano mi Pa para estrecharla.
—Siéntete como en casa —realizó la misma acción que mi Pa.
—Gracias, les deseo un buen vuelo —dijo amable pero claramente incómodo.
Me despedí de mis padres abrazándolos con fuerza.
—No quemes la casa quieres —pidió Pa.
—Pero aún no hago el ritual de los Jones de las cortinas —señalé cansado.
—Nosotros somos pendejos —aclaró papá— así que por favor cuídate.
Asentí, me despedí de ellos para volver con los demás que le estaban comprando algo de comer al pelinegro.
Temi se fue por su parte gracias a Dios para ya no incomodar al pobre.
Nos fuimos a casa, Jens no se callaba y había de dos o lo callaba yo o su amigo.
Llegamos, era cerca de las dos de la mañana y estaba muerto.
Al abrir la puerta Krypto llegó para recibirnos dirigiéndose al chico, ese perro era más traidor que ml mismísimo judas.
—Ese es Krypto, cuidado con el caballo le gusta dar amor —advirtió el enano.
El chico un poco sorprendido, alzo la ceja para verlo, dejando caer su equipaje para agacharse y recibirlo.
Alzando el mentón cada vez que intentaba lamerlo, acarició cariñosamente al caballo con una leve sonrisa.
—Ah claro él si te puede dar amor pero a mi me pegas si lo hago —bufó molesto— venga te llevo a tu habitación.
Krypto ladró para hacer callar a Jens, mientras que él le sonreía maliciosamente al enano, encogiéndose de hombros.
—Él no es tan molesto —susurró dándole una última caricia.
El enano miro al perro molesto para sacarle la lengua, para negar y llevarlo a la habitación.
—El baño está ahí —señalo la puerta— si necesitas algo me dices, dormirás solito a menso que quieras que me quedé contigo.
Miró todo en silencio hasta finalizar el tour, sonriendo de lado cuando vio que Jens estaba cerca de la puerta.
—Si...
Se acercó a él con una mano en su pecho, haciéndolo retroceder hasta el pasillo.
—Yo creo que no —dijo cerrándole la puerta en la cara— Buenas noches, gracias
Jens negó divertido del otro lado de la puerta.
—¡En la mañana salimos a correr así que te quiero listo cabron! —gritó para irnos.
Llegamos a la habitación, el enano sacó una de sus chamarras especiales para dormir.
—Y bien... te cayó bien —hizo la pregunta por fin.
—A su manera si —asentí.
Jens asintió para subirse a la cama conmigo.
—¿Dormirás aquí? —señale confundido.
—Me voy a mi cama si quieres pero te recuerdo que no están tus padres...
—Gracias por eso ahora no podré dormir —gruñi.
El enano se acomodó en la cama.
—Gracias Oti —sonrió.
—No hay de que enano, descansa —besé su frente.
Me empujo hasta casi caerme... estupido.
Al despertar me preparé para irnos a correr, el enano abrió la puerta con llave de la habitación, no tiene respeto por nadie.
Entró para aventarse al chico aún dormido.
—No te dije que temprano —sonrío arriba de él.
—Te lo juro, enano, o le bajas dos o tomo el próximo avión —Se sacudió, quitandolo de encima—. No puedes aventarte sobre tus invitados porque si.
Jens le miró molesto levantando la ceja.
—No eres mi invitado eres mi amigo, más aún mi kanguro que no se te olvide —le recordó cruzándose de brazos— pero de acuerdo relájate un poco y quita esa cara de mal humorado tan bonita que tienes.
Jens se bajó de la cama sacudiendose.
—Vamos prometí ayudar a mi primo con su entrenamiento y ya que yo no corro muy rápido nos ayudarás —lo obligo— si no luego lo andan atropellando.
Aún estaba molesto conmigo por eso, no le quedó de otra al chico más que acompañarnos.
Al llegar al parque nos pusimos a correr, un par de metros y el enano ya no estaba, y eso que habíamos corrido lento.
—Con este niño no se puede —me detuve— Hay que esperarlo, así descansamos un poco —propuse para verlo — gracias por acompañarnos, sé que no es precisamente divertido correr un sábado por la mañana.
—Un poco, te relaja —Se encojió de hombros—. Además, mi hermana es igual.
El chico se veía en forma.
—Deja de relajarte cuando lo haces tres veces por día, por más de diez años —me quejé por lo bajo— pero es un lindo lugar para correr, y al final te ganas un café y un muffin —traté de cambiar el ambiente sonriendo.
—Dolor por recompensa, sí, comprendo —me sonrío.
Sonreí para asentir, nos sentamos en una banca a esperar a que el enano nos alcanzara.
—Por cierto quería darte las gracias, Jens me a contado todo lo que has hecho por él —agradecí— de no ser por ti ahora no tendríamos enano
—No hice gran cosa, a decir verdad faltó poco para joderlo yo mismo —resopló, negando para si mismo.
—Pues lo que hayas hecho ayudó —agregué— te aprecia demasiado y que hayas venido significa más de lo que crees para él —le miré — a estado un poco triste por lo de Cade, pero cuando esta contigo es mucho más... emotivo
Era verdad con él era menos gruñón como de costumbre.
—Eres al único que abraza por gusto, de otra forma lo más que te llevas de él es una mordida —suelta una pequeña risita.
—Curioso, porque de todas maneras me mordió. Consejo, nunca viajes en avión con él —Sonrió por lo bajo, mirando el entorno—. Entre nosotros, odio todo contacto físico, pero supongo que me alegra un poco que recuperara su energía...
— Oh lo sé casi pierdo un dedo la última vez que viaje con él —negué divertido— pero si, ya está mejor, subió de peso, se comió dos hamburguesas para que pudieras venir —conté divertido— es bueno tener amigos cerca después de una perdida tan importante
—Si... Es todo un héroe —murmuró para sí mismo.
Mi vista recayó en Jens corriendo con dificultad.
—Pues ahí viene el héroe —sonreí viéndolo correr.
El enano llegó cansado para tirarse sobre los dos.
—Y el pendejo soy yo por aceptar otra vez esta mierda —suspiró cansado— podemos pasar al cafe y pan.
Me miró con carita de perrito.
—Vale, pero si preguntan corrimos todo el recorrido —acepté.
Después del cafesito y pan regresamos a cambiarnos y ducharnos.
Teníamos una fiesta que hacer.
Tres cosas hay que saber de Hades:
1: Está bien pinche sabroso
2: Es bien pinche malhumorado
3: Bajo esa apariencia de chico malo, hay una persona llena de amor.
Para lo último solo falta romper la armadura, mis métodos no eran los mejores pero se hacía lo que se podía.
Entré a la habitación de Hades para tirarme en la cama, ni muerto vuelvo a salir a correr con ellos.
—Eso de correr y comer no es lo mío —mencione cansado acomodándome— debería ser ilegal para personas con piernas tan cortitas.
Hades se asomó desde el baño, dejando su cepillo de dientes en el lavamanos.
—Oh, pobre ser. También debería serlo entrar sin tocar, no sé, digo yo —gruñó cansado, caminando con brazos cruzados hasta el borde de la cama.
Le miré serio.
—Que podría encontrarme si entro sin tocar, a ti desnudo —levanta la ceja— yo no tengo problemas con eso.
El mamon alzó media ceja para inclinarse a mi, tomándome del rostro... demasiado intenso.
No culpo a Cade por haberlo besado.
—Precisamente ese el problema —me soltó con algo de brusquedad y se alejó—. Además, explicame una cosa, ¿Esa chica de anoche no era tu novia? Mi hermana te mandó algo, pero estoy dudando seriamente en dártelo, enano.
— ¿Qué Temi? No, no, es mi prima yo no me ando en esas cosas —me levanté para sentarme cruzando mis piernitas.
¿Qué era? Oti para enamórame de mis primos.
— Pero sobre eso —suspiré nervioso— hay algo que debo contarte, yo... tengo novia —solté nervioso—pero quiero que sepas que tu hermana tienen un lugar en mi corazón y estoy obteniendo experiencia para el día que nos casemos, si, si, seré un buen esposo —asegure. —el mejor.
Apunte con mi dedito a su pecho, me miró como siempre.
—Enano, no te odio, no es algo personal — bajo mis manos para alejarse hacia su malesta—. No sé qué demonios se ven mi hermana y tú, sinceramente; sin embargo, no puedo confiar en ello porque solo es una promesa. De aquí a que pase, y si es que pasa, todo puede suceder. Así que, qué bueno, tienes novia, más lo siento, no puedo confiarte a Leia.
Lo sabía ya, me casaría con su hermana algún día... o con él lo que pasara primero.
El castaño dejó mi regalo sobre la cama, unos chocolates que me habían gustado cuando estuve ahí y más importante ese ramo de flores... un ramo del color de mis ojitos, un azul verdoso que en mi vida había visto.
—Entonces... —Suspiró, dándole una mirada seria—. Por favor, no me contradigan y ya no me lo prometas.
—Tomare eso como tu bendición —sonreí.
Abracé mis chocolates para oler las flores, olían delicioso, las miré recordando a mi diosa.
Las dejé a mi lado para verlo.
—Por cierto cuando te hice la invitación venia implícito que trajeras a Nico —reclame riendo— son la combinación perfecta, tú gruñéndome y él abrazándome.
Quería a mi Nico aquí pero al parecer no lo quisieron traer.
El chico en su maleta se quedó quieto por un momento para verme y desviar la mirada.
—No vendrá —dijo aparentemente tranquilo como siempre.
—¿Por qué no? A caso me odia —me burlé.
Claramente Nico me ama, soy su enanito me lo dijo mil veces.
—No, no es eso —pronunció sin verme.
Fue ahí cuando algo me dijo que estaba pasando algo... Nico me prometió volverme a ver cuando estuviera mejor, pero no estaba aquí.
— Entonces —murmuré con un nudo en la garganta — ¿Esta bien?
Trató de decir algo pero no pudo, suspiró para por fin verme pero en su carita no había ni una expresión.
—Nicholas falleció hace casi dos semanas, Jensen —dijo lo peor que podía decir.
Una vez más ese nudo en mi estómago jalándome a la mierda de hace un par de meses.
— ¿Qué? No —negué para ver e Hades —Él no...
Mi ojitos se cristalizaron sólo podía pensar en aquel último abrazando deseando que fuera mentira, que estaba haciendo algunas de sus locuras y no muerto.
Había querido verlo por meses pero quería estar mejor, más fuerte, no tan hecho mierda... sin embargo el tiempo como mi peor enemigo que es me hizo tardarme demasiado y ahora... ahora lo último que recordaría de mí sería ese chico frágil.
— Lo siento —susurré, quería chillar, quería sacar todo lo que había en mi pero no podía.
No podía ser frágil cuando frente a mi estaba el chico cuyo mejor amigo había fallecido, no podía darle una carga más.
Me miró un momento en silencio para guardar la maleta bajo la cama y negar poniéndose de piel.
—Descuida...
Me limpié las lágrimas que habían llegado a salir.
—Él... sufrió —le miré con tristeza.
Podía afrontarlo, pero no sabiendo si había sufrido, porque se que Cade si.
Negó otra vez.
—Sufrió más viviendo que al morir... —Suspiró—. Pero ya no importa...
Si importaba... solo asentí para mirarle.
—¿Tu cómo estás? —pregunté con cautela.
Me miró de reojo, frunciendo un poco las cejas como si hubiera escuchado algo estúpido.
Pero no es así, sabía que estaba mal, también sabía que me iba a ocultar todo lo que sentía, yo mismo lo hice.
Avanzó hacia la puerta lentamente.
—Claro que mal —Resopló—. Pero no quiero hablar de ello, sin ofender —Abrió la puerta, pidiendo que saliera—. Ahora, no quiero ser grosero, pero tengo algo que hacer antes de esta noche, así que, ¿Me permites?
Suspiré para tomar mis cosas y bajarme de la cama dirigiéndome a él, le daría su espacio porque sabía que así se manejaba él.
—¡Hades! —lo llame— no te encierres en ti quieres, créeme es lo peor que puedes hacer —confesé— se que no quieres escuchar esa mierda y que lo sabes pero aquí estoy cuando lo necesites, después de todo solo quedamos los dos.
Le di un abrazo fugaz para salir.
—Ya están juntos —le recordé tristemente— comiendo galletas y leche en el infierno como prometieron —susurré para darle una sonrisa e irme.
Cerró la puerta tras de mi, Oti estaba con sus abuelos haciéndose la curación de su pierna así que vendría en un rato.
Deje los regalos de mi diosa en la mesita para irme a encerrar al baño y poder sacar todo de una vez por todas.
—Ay Nico porque tú... —chille.
Empecé a llorar para sacarlo todo... parecía fuente.
Nico había sido esa luz cuando Cade murió, un buen amigo al que abrazar, me bulleaba si pero eso hacen los amigos y saber que ya no lo podría volver a ver me dolió.
Me dolía porque aún quería hacer muchas cosas con él, sin embargo me consolaba en el hecho de que me pude despedir de mi Nico.
Ciertamente ya estaba con mi mamon, con sus galletas y leche probablemente terminado lo que papi steff no los dejo terminar.
Y en mi corazón siempre viviría el recuerdo del chico, un loco, un buen amigo.
La puerta se abrió de golpe, cosas que pasan si vives con alguien sordo, Oti me miró para sentarse a mi lado y abrazarme sin decir más.
—¿Hey qué pasa Jens? —me abrazó con fuerza.
—Es que... un amigo murió —conté.
—Oh lo siento mucho primo —dijo besando mi mejilla con un abrazo estilo Oti— piense que está en un mejor lugar.
Asentí triste para tirarme en su pecho aún llorando.
Él se quedó ahí, calmándome el tiempo que fuera necesario, aunque probablemente se estaba meando.
—Si quieres cancelamos lo de hoy...
—No, Talita está muy emocionada se compro un nuevo abrigo —suspiré.
—Como conociste a tu amigo, tal vez podamos hacer algo para conmemorarlo —mencionó.
—Pues... fue en la peda, Cade se burló de él —sonreí— y Hades me rompió la madre por accidente.
Oti me miró confundido.
—Quedamos en empedarnos —conté— pero ya no pudimos, debí...
—No te tortures así —me detuvo— lo he visto con mis padres, lo qué pasó Jens pasó, lo que se hizo y lo que no también, estoy seguro de que tu amigo te recordó con cariño así como tu lo harás para siempre.
Suspiré para asentir, Oti... era demasiado optimista y terriblemente inocente.
—Está en ti decidir cómo lo honras —sonrío.
Y entonces lo entendí, haríamos esa peda, aunque solo fuéramos nosotros dos.
—Me voy a empedar —anuncie.
—¿Cómo así? —dije confundido.
—Si —limpié mis lagrimas— me voy a poner hasta la madre con Hades.
Me levanté, Oti no estaba muy seguro pero es que el niño era demasiado correcto.
—Iré sacando las botellas —asentí.
—Espera enano...
No había vuelta atrás honraría a mis chicos de la mejor manera que podía, como inicio todo.
Esperaba no repetir ese golpe...
Que dice Elmo que chillen 🥲
Llegó el Dios de dioses Hades sabroso Harrison 🤤
Ese reencuentro de los dos 🥺 ¡Viva Jades!
Quien fuera Temi para abrazarlo 🤨
Fin de semana, sin padres y con Hades... que puede salir mal 🌚
Nico te amamos de aquí al cielo 😪 ya estás con el mamon.
Agradecida con Keniteitsuki gracias por darnos a este dios tan sabroso 🥰 siempre es un gusto escribir contigo siempre.
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