Pasé de escribir poemas sobre asesinato a temas más introspectivos. Me fui convirtiendo en el personaje principal de mi poesía. Fue desagradable al principio, dudé varias veces porque creí absurdo que alguien quisiera leer mis llantos. Con el paso de los meses, personas llegaron a leerme y decían sentirse identificadas. Pensé entonces que mi arte servía de algo, empecé a agarrar cierta confianza, dejé de tener pena al escribir sobre mí. Me volví musa, protagonista, creador y, más recientemente, me acepté como poeta, porque en eso me había convertido.

Para no hacerles largo el cuento, mis poemarios son mis diarios. En ellos plasmo algunas reflexiones que surgen tras experimentar la vida y me desquito de las cosas con las que no puedo lidiar en voz alta. Autorretrato aborda mi crisis existencial más reciente, la cual se centró en la identidad y el cómo me percibo y soy percibido por los demás.

Si me conocen de antes, habrán notado las referencias en la descripción de este poemario pero, de igual forma, permítanme aclarar ese punto, porque disfruto explicando estas cosas: Autorretrato funciona como secuela de mis poemarios anteriores, específicamente de Antropomórfica, Eliot y Sad girl complex. Pueden echarles un vistazo antes de leer esta obra si gustan, pero puede ser comprendida y apreciada de forma independiente.

Una vez más, les informo que hay menciones a la depresión, el suicidio y descripciones explícitas de violencia. Quienes me han leído con anterioridad, sabrán que deben tener precaución con mis escritos, así que les pido lo mismo a aquellos lectores nuevos que venga acá. La salud mental y emocional es importante, por favor absténgase de leer si se encuentran en un momento vulnerable o son sensibles a los temas antes mencionados.

Sin más que agregar, espero disfruten la lectura. Si desean darme sus opiniones y críticas constructivas, las aceptaré con gusto. Y, una vez más: está bien pausar o abandonar la lectura si empieza a abrumarles.

Lux