Escrutinio

desentendido de una prosa que ahora le parece extraña, el poeta se ahoga en el ego que tanto le espanta. dime, ¿cuántos males has sufrido? ninguno. es solo tu cabeza quien te engaña y te somete a duelo eterno con tus pensamientos. se desata la inercia que antes te abrazaba, jalado por la sociedad hasta obligarlo a ser autosuficiente, sigue creyéndose infante mientras duerme. sin anhelo por tiempos mejores, porque el pasado es solo espina que acaricia la espalda hasta sacarle sangre.

escribe siendo un puto cobarde, las personas le aterran y se esconde entre palabras. dice que las domina, siempre corrigiendo y mutilando sus textos, buscando ser eterno en un panorama incompleto. la realidad percibida por cualquier par de ojos humanos se mostrará siempre alterada dentro del cráneo, ¿por qué creerle? ¿por qué creerte? ¿cómo creerse las palabras que surgen en el interior?

simulando introspección, los versos son producto amorfo de la repetición. tantos días tragando agobio porque lo descrito no es bueno, se siente falso. sin monetizar el ocio eres solo un fracaso. enriquecer el intelecto es solo pasatiempo, un lujo que pocos pueden permitirse. los pobres no se hacen ricos vendiendo su arte, no eres la excepción. demuéstralo, ¡demostralo, puta! ¡prostituite por el arte! recitá versos inconexos que a las masas les encanten y creá luego un poema digno de tus deseos. monetizá, pagá las cuentas, trabajá, trabajá, trabajá... ¿de qué te sirve el conocimiento si no podés aplicarlo? ¿de qué te sirve el intelecto si no podés comer solo produciendo

poemas
que no se venden?

vendelo.
escribí y vendelo.
si no vende,
quizás
no eres tan bueno...

y entonces, tanto tiempo cultivando el conocimiento, será bueno, porque la vida no te paga por ser sabio. la vida paga a quienes agarran la pala. la vida apalea a quienes le da la gana. la vida es tu mamá mientras te gritaba que corrigieras los errores y te botaba páginas enteras porque tu caligrafía no es perfecta.

sí, así, dale. sumergite en la autofelación de tu propia miseria. vos sos tu propia miseria y recreás los escenarios funestos que te forjaron para seguir produciendo, escribiendo...

no querés ser engranaje del capitalismo, ¿acaso creés que te queda de otra? ¿acaso creés que somos ricos y te pagarán solo por ser bonita? no, no es cierto todo eso. interiorizalo, comprendelo.

*

releo poesía y a veces la percibo como mía. siempre sabiendo cuanto me describo, me exhibo. ¿y para qué? si no he vendido. si no gano mis centavos con lo escrito, ¿por qué escribo?

el amor al arte es una relación unilateral. el arte no te alimenta, ¿vos qué le das? en un sistema capitalista solo te queda laburar. me excuso en el hecho de no haber nacido clase media, terciopelo en las piernas, tez blanca... quizá si lo fuera, no dolería tanto forzarme a terminar la universidad.

quiero joyas, no porque las merezca. quiero la comodidad de sentarme en libertad, sin sentir como el mundo acelera y yo me quedo atrás. intento ir a mi ritmo pero todo siempre se trata de encajar. me dan miedo las personas y termino transformando ese miedo en odio hacia mí misma.

un triste poeta ególatra, egoísta, con problemas de ira mal digerida. escribo cuando me emputo. releo para encontrarme, saber dónde habito. tecleando es cuando percibo mi poesía como mía, es cuando la veo brotar, sin caer en nociones objetivas (borrá, quitá, esto podés mejorar...).

me gusta criticar porque eso quiero que hagan conmigo. crecer por intuición y poner en palabras las nociones aprendidas. no puedo ver las fallas si no me las señalas, intento la autocrítica pero mi ego se mal viaja y termino ignorando red flags implícitas. ser amable no es mi hábitat, tengo una personalidad cínica. hago masking porque padezco el síndrome del protagonista, simulo no ser un malparido insensible y narcisista.

mi voluntad ya no es suicida pero sigo sin saber controlar emociones, por más que estas sean positivas. veo los defectos floreciendo como espinas, salen de mis palmas. y si alguien las señala, me tiro al piso como Yamcha un par de días. así de sensible, así de intransigente. domo mis preceptos a punta de flagelos, me saco sangre haciendo lo que debo y lo que amo. odio los límites pero intento comprenderlos.

toda la rutina de introspección se ha centrado en mi ego. ¿por qué? porque me he visto reflejado en personajes literarios que me dan asco. a veces me odio pero ese odio es bonito, es bonito cuando veo mis defectos sin haber herido (a alguien más o a mí mismo).

y seguiré,
arrastraré mis piernas y seguiré,
poniéndome el freno
si así lo necesito.

me pregunto qué le depara el futuro
a los versos que publico...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top