soy real,

a veces imaginario.

escribo en mi diario

cosas que detesto

porque me hacen llorar.

todas las ideas

que pululan inquietas

las quiero degollar.

deseo

tocar

el final

de este cuento

y avanzar

a la secuela

de esta humanidad.

¿y cómo lograr

la iluminación

de un cuerpo opaco?

si faltan ganas

y cae el tiempo

por las orillas.

se desborda mi cara

y pienso

“aún hay silencio”

en medio de esto,

ya no quiero gritar.

quiero hablarlo con calma

y dejar de odiar

al mundo,

a lo interno,

a mi mamá.

no sé cómo cosechar los buenos deseos,

no me sé comportar en los buenos momentos,

me invade la ignorancia, es letal

y sigo siendo

efímero grano de arena

en el firmamento.

renazco y perezco

en el mismo ciclo,

y rasco el mismo lunar

porque lo detesto

así como detesto los defectos.

¿por qué no me puedo parar?

¿por qué no me puedo controlar?

las fantasías de violencia

lo arrebatan todo.

y yo solo persisto porque escribo,

y yo solo escribo porque persisto.

ya no quiero llorar,

no quiero que duela,

quiero descansar,

existir y ya.