CapitanNemo (Febrero 2018)

Inaguramos este espacio con nuestro primer autor destacado del mes, quien nos compartirá aspectos de su vida y temas relacionados a la escritura. Así como tips y sugerencias para escribir humor.

CapitanNemo

Bien, ¿por dónde empezamos?

Lo mejor será recorrer de un salto unos 3.500 millones de años, dejar a un lado el caldo primordial, los primeros aminoácidos, las micelas, algún supuesto cometa que nos trajo más aminoácidos todavía, las algas unicelulares, peces, anfibios, reptiles, Ardipitecos y demás ancestros, y situarnos en Bilbao en el año 1975.

Y es que allí nací yo, casi en el mismo centro de la capital. El funesto destino quiso que con solo tres días de vida fuera trasladado a un pueblo situado a unos 20 kilómetros, hecho que marcó para siempre mi vida: por no haber permanecido en Bilbao al menos durante una semana, hoy en día necesito afeitarme con pasta, me congelo si se me ocurre salir a pasear en mangas de camisa con una temperatura de -10ºC (cosa que para un Bilbaino de pro sería un día fresquito), y no soy capaz de terminar con un chuletón de kilo y medio antes de seis horas. O sea, que soy un blandengue de cuidado.

Aún así, tuve una infancia feliz, con una media bastante buena en lo que se refiere a esquinces, luxaciones, fracturas y traumatismos variados. Vamos, que afortunadamente para mis progenitores no fui demasiado prolífico en el campo de la autodestrucción infantil.

Tuve la suerte de vivir rodeado de libros, discos de vinilo y cassetes, y un vecino que me pasaba decenas de cómics: Marvel, DC, Cimoc, Bruguera...y también Clásicos literarios universales en versión cómic, con los que conocí a autores como Julio Verne o R.L.Stevenson. Y eso me marcó para siempre. Cuántos mundos, cuántas historias esperando a ser descubiertas... Bueno, de algún lado tuvo que salir el capitán Nemo, ¿no?

Entre la escuela, el Rugby, las clases particulares y salir con mis amigos, el tiempo que disponía para leer era escaso. Entonces llegó Tolkien, y desequilibró la balanza. Decidí que había que restar tiempo al resto de actividades para poder leer, e ideé un maquiavélico sistema para poder hacerlo durante el transcurso de las clases: Pegar páginas de mis libros, en el interior de los libros de texto de la escuela. Y funcionó, hasta que una astuta profesora decidió que no era normal que un alumno se esforzara tanto en leer los tostones que indicaba el plan educativo. "O este chaval es capaz de dormir con los ojos abiertos, o esconde una revista porno", se dijo a sí misma, y me obligó a entregarle el libro de Lengua Española. Supongo que, aunque tuvo que reñirme, le consoló el hecho de encontrar páginas de "Egidio, el granjero de Ham" pegadas sobre los textos que explicaban cómo realizar el análisis sintáctico de las frases.

Me licencié en veterinaria, y ejercí varios años como veterinario especialista en équidos, hasta que me hice profesor de ciclos de formación profesional en materia sanitaria.

Siempre me ha gustado dibujar, crear comics de escasa calidad gráfica (bueno, no es que me guste que la calidad gráfica sea escasa, pero es que cada uno ha de saber reconocer sus límites), y escribir historias cortas, así que con casi 27 años me decidí a redactar un texto más largo. "Unas 50 páginas", me dije," a ver si soy capaz". Terminé un año después, con una historia que cuenta con casi 350 páginas llamada La Canción de Tevunant.

Después redacté una historia corta titulada Cazadores Negros, que fue seleccionada y publicada por la editorial Bubok en un libro de historias cortas denominado Ciudad Oniria. Tan bien me lo pasé, que de ese texto nació la versión ampliada de Cazadores Negros que hay en Wattpad. Y tan bien me lo pasé, que redacté una precuela titulada Torre de Fuego.

Dediqué meses a idear cada historia, realizando centenares de anotaciones (incluso me levantaba de la cama, a las tantas, para poder apuntar algo que temía que pudiera olvidárseme), buscando información sobre el modo de vida en la época en la que ocurrirían los hechos, repasando decenas de veces cada una de las situaciones que iba ideando, creando detalles, paisajes, ciudades, personajes...¡Uffff, lo que hay aún en el tintero!

Y entonces me dije, "¿y si te sientas ante el ordenador sin tener absolutamente ni idea de lo que vas a escribir? Simplemente esboza una idea general sobre la trama y el estilo en el que se va a desarrollar la historia, y dale rienda suelta a tu imaginación". Así nació "El Camaro destartalado", un texto que escribí en tiempo récord (comparándolo con los meses que tardé en redactar cualquier otro de los textos), aunque en el que también batí mi récord en intensidad de quebradero de cabeza para poder hilar la compleja trama que traté de desarrollar sin que quedaran cabos sueltos. Resultado, me divertí muuuuuucho.

Así que, a cualquier persona que se ponga ante cualquier elemento que sirva para dar rienda suelta a sus ansias por escribir, le recomendaría varias cosas:

Primera, no hagas demasiado caso a las recomendaciones de los demás, y menos aún a mí. Siéntate y escribe para pasártelo bien. Bueno, la verdad es que es una gozada asistir a cursos de mejora en la escritura, así que tampoco hagas caso a esta recomendación, ¿o sí?. Qué carajo, haz lo que te dé la gana, pero no olvides que no escribes para ganar un Pulizzer, solo unos pocos privilegiados/as llegan a vender sus libros. Tú escribes únicamente para pasártelo bien, muuuuuy bien, y además haces disfrutar a tus amigos y tu familia con lo que escribes. Y eso también es un privilegio.

Segunda, lo que sí te recomendaría es que tuvieras en cuenta un par de detalles. Por favor, cuida la ortografía, y repasa el texto tantas veces como sea necesario en busca de errores ortográficos, gramaticales, semánticos... No te obsesiones, siempre quedan algunos sin corregir, los hay hasta en algunos buenos libros.

Y una última cosa, hila la historia como si en ello te fuera la vida, teje y desteje cual Penélope hasta que el dibujo del tapiz sea nítido y no quede resquicio por el que pueda entrar ni un mosquito. Esto sí que es importante, ya puedes ser el rey o la reina de la ortografía, de la corrección en todos los niveles lingüísticos, que si la historia presenta orificios argumentales muchas personas dejarán de leerla.

Bueeeeeno, ya vamos terminando. Respecto a la fotografía, no es que sea excesivamente feo, mi madre incluso asegura que soy el más guapo y el más listo del pueblo, pero preferiría seguir siendo como el capitán Nemo, palabra extraída del Latín y que significa "nadie".

♤▪♤ Esta ha sido la intervención de nuestro autor destacado del mes: CapitanNemo
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