Las cucharas del tío Lalo
Esta historia la escuché hace muy poquito, así que el impacto que me causó aún está fresco y no deja de darme vueltas por la cabeza.
Antes de empezar, deben saber que cuando mis hermanos y yo crecíamos, solo teníamos un juego de cucharas, tenedores y cuchillos (o sea, seis de cada); a excepción de unas tres o cuatro cucharas que eran diferentes al juego y también entre sí. Yo sabía que eran una herencia de mi mamá, pero tenía entendido que habían sido de su padrino.
Hace pocos días, mientras mi mamá lavaba una de las mentadas cucharas, me empezó a contar:
-Estas cucharas eran de mi tío Lalo. Él se suicidó porque le diagnosticaron cáncer de estómago -Así nomás, re tranquila.
Y yo me quedé shokeada. No me esperaba eso, ni mucho menos que lo comentara tan ligeramente.
Pero la historia se pone muy pintoresca. Cuando le pregunté por que lo hizo, ella contestó:
-Él era de la {Policía} Federal y ahí le enseñaron lo que tenía que hacer si lo descubrían.
Perdón, pero esto lo tengo que expresar con un emoji: 😳.
Yo no entendía qué tenía que ver una cosa con la otra, así que seguí haciendo preguntas.
-Porque trabaja de encubierto en el narcotráfico, y parte del entrenamiento era que se tenía que suicidar si lo descubrían. (...) Porque él ya había visto lo que sufrió su padre con el cáncer y no quería pasar por lo mismo.
Bueno, me queda un poco más claro, pero lo peor vino después (y espero no estar dándole ideas a nadie 🙌).
-Un día de fiesta nacional llevó a mi papá {el hermano} a la jineteada y, antes de entrar, le dijo que se había olvidado algo en el auto, y lo mandó a que se adelantara. Y lo hizo en el auto.
¡Un horror! Trato de pensar en qué le habrá pasado por la cabeza para hacerlo de esa forma, si lo tenía planeado desde antes o simplemente se le ocurrió en el momento. ¡Y no lo entiendo!
Algunos días después de que mi mamá me contara la historia del tío Lalo, vinieron dos tías de visita, hermanas de mi mamá y, en esas largas charlas en el recuerdo que duran toda la noche, una comentó que recordaba muy bien el 20 de junio del ochenta y pico, cuando salió de la fiestita de jardín de uno de sus hijos y se enteró de lo de su tío.
Además, desempolvando otras historias jamás contadas, llegaron a la conclusión de que ser sus sobrinas las había salvado de varias bravas. Años después del hecho, uno de mis primos, aún menor de edad, se dirigía a la plaza con unos amigos cuando se los llevó detenidos la policía provincial por disturbios apenas llegar. Hay que tener en cuenta que esto fue en los ochentas, antes de los juicios a las Juntas Militares por Lesa Humanidad, cuando aún seguían trabajando los jefes de policía que servían a los militares para desaparecer y detener gente clandestinamente. Aún hoy abusan de su autoridad y golpean o violan a pibas y pibes que no estaban haciendo nada o incluso que se acercan a ellos para pedir ayuda. La cuestión es que mi primo dio el nombre de su madre, y uno de los oficiales reconoció el apellido, así que le preguntó si era familiar de Lalo (inserte su nombre real aquí), a lo que mi primo respondió con nombre completo y cargo a su tío. Enseguida los oficiales cambiaron de actitud y llamaron a los padres para que los fueran a buscar a la comisaría. ¡Quien sabe que hubiera pasado si no!
Por supuesto, me memoricé el nombre del tío por si acaso. Uno nunca sabe cuándo podría ser útil.
Existen otros hechos similares, pero que son tan complejos que merecen su propia entrada.
Así que esta es una de esas historias familiares que marcan a fuego pero que por alguna razón se dejan de contar y por eso corren el riesgo de perderse para siempre. Y por lo mismo me parece interesante plasmarla en este espacio.
.
Una última curiosidad, cuando éramos chicos siempre nos peleabamos para que nos tocara la cuchara más grande que teníamos, que estaba decorada con puntos en los bordes, porque decíamos que esta era la cuchara del rey. Y, en cambio, evitabamos a toda costa tener que usar las otras, las del tío Lalo, porque eran más chicas, simples, sin decoraciones, porque "eran de los sirvientes del rey". O sea, el que tenía la cuchara del rey era superior al resto de hermanos. Y ahora, después de escuchar esta historia, no creo querer volver a usar ninguna, me da repelús, ¡andá a saber si no queda algo de la persona en sus pertenencias!
🥄 🥄 🥄
Una última aclaración para quienes no lo sepan: la jineteada o doma es un evento donde hombres vestidos de gauchos (muy involucrados en la cultura gauchesca) tratan de aguantar más tiempo arriba de un caballo no domado. Algo así como el rodeo en yankilandia, creo. Pero acá se acompaña con cantos, bailes y asado.
Datito súper random: a una cuadra de mi casa hay un campo donde solían hacerlo, y mi gato William desaparecía todo el día cuando pasaba, solo para volver tarde y con una tira de chorizos en la boca. 😹
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top