Para Boss Chaikamon, últimamente el cansancio es una condición intolerable causada por el déficit de atención de cierto Omega ausente en su día a día.

Es miércoles en la noche y los hombros se le hacen pesados al caminar, su cuerpo sintiéndose más tenso que de costumbre después de una tediosa reunión de tres horas y es este tipo de cosas lo que lo hacen necesitar la presencia que no lo estará esperando cuando abra la puerta de su apartamento.

En su lugar, quién lo recibe es la madre del Omega y una sonrisa de complicidad que ciertamente lo confunde...cómo si supiera algo que Boss ha estado ocultando.

-Buenas noches...-Él le dice y la sonrisa del rostro del Omega se ensancha-¿Están durmiendo?-Ella asiente y se acerca a él, arreglando su traje desaliñado como solía hacer su madre con su uniforme cuando aún era adolescente.

Boss tuvo que preguntarle.

-¿Sucedió algo?-La Omega muerde sus labios feliz.

-¿Arreglaron las cosas?- Y la respuesta solo lo confunde-Un pajarito me dijo que tú y mi bebé iban a hablar hoy, y sinceramente esperaba que pudieran arreglar las cosas- Boss parpadea seguido. ¿De qué le estaba hablando?-Conozco a Noeul y por eso puedo asegurarte que no eres un capricho para él, menos simplemente compañía así que por favor solo....

-Yo...-La interrumpe y es entonces cuando la Omega se percata de la mirada preocupada del Alfa, casi perdida como si no tuviera la menor idea de lo que le habla y es que...es exactamente así. Boss no tiene ni la menor idea de lo que está pasando-Yo no ví a Noe hoy, terminé la reunión y vine aquí.

La sonrisa de la Omega decae.

-Pero Fort y él dijeron que...-Ella murmura, más asustada que confundida porque si el Alfa no tenía planeado encontrarse con su cachorro...el menor de los problemas sería que los había llevado a tal confusión.

El verdadero problema era que si aún seguía en esa casa esperando por Boss... Noeul estaría solo. Llevaría horas completas totalmente solo y eso sería...

-Dios Mío...-La Omega murmura, pasando sus manos por su cabeza, llevando su cabello hasta atrás con nerviosismo sin dejar de mirar el suelo-Pero él dijo que le habías enviado un ramo de rosas amarillas al hospital junto a una nota para que se encontraran en la casa que iban a comprar juntos, a las diez- Boss palidece.

-¿Amarillas?-La Omega asiente asustada y molesta por el hecho de que el Alfa se preocupara por cosas tan sencillas como lo eran el color de las rosas-Yo nunca le envié rosas, menos amarillas. Yo jamás...-Y Boss no cree poder quedarse más tiempo buscándole pies y cabeza a un asunto que no entiende.

Él solo quiere ir a dónde el Omega y asegurarse que está bien, traerlo a casa con él y acurrucarse juntos hasta que a ambos se les olvide el desastre que ha sido sus vidas las últimas semanas.

Boss solo quiere...

-Iré por Noeul -Dice seguro y los ojos nerviosos de la Omega lo siguen hasta la puerta-La llamaré cuando esté con él y me asegure de que se encuentra bien. Aunque conociendo su condición no creo que....

-Boss -La Omega lo llama,con pequeñas lágrimas en los bordes de sus ojos. Sus finas manos temblando antes de decir-Cuida de mí bebé, por favor...

Boss Chaikamon nunca había violado tantas leyes del tránsito: Saltarse semáforos en rojo, conducir más allá de los kilómetros por hora permitidos a tal hora por la noche y quizás tentar contra el orden público al conducir como un total demente.

Pero hacerlo le permitió llegar lo más pronto posible a la casa en la que esperaba que el Omega no se encontrara.

Esperaba que no estuviera ahí, rezaba que estuviera tranquilo en casa de sus padres, en compañía. Él solo pedía que el Omega no estuviera solo.

Abrió la puerta a ciegas, chocando contra los muebles al correr a oscuras por el interior de la casa, buscando un rastro de él más allá del aroma apagado en la sala.

Subió las escaleras de a dos, sus pasos resonando estruendosos contra la vieja madera y en las habitaciones no estaba, tampoco en el estudio con vista al patio trasero pero a Boss algo lo detuvo frente al baño.

Giró la manilla de la puerta en vano, no sé abrió pero pronto escuchó un ruido parecido a un sollozo que se incrementó cuando forcejeó, intentando abrir la puerta cerrada.

-Noeul...-No escuchó nada- Noeul,¿estás ahí?-Y Boss lo escuchaba. La puerta siendo lo suficientemente vieja como para permitirle escuchar la respiración irregular del Omega-Mi amor, soy yo. Abre, ¿si?

No obtuvo respuesta y Boss suspiró, apoyando su frente en la vieja puerta blanca.

-Solo no quiero que estés solo...

Pero la simple frase solo empeoró las cosas.

-¡Vete!-Retrocedió un paso cuando la voz del Omega se escuchó rota y desafinada por todo el lugar, provocando un eco horrible en toda la casa-¡Ya no quiero más! ¡Ya no más, por favor!

El Alfa contuvo el sollozo. Las lágrimas colocándose en el borde de sus ojos como un par de crueles adornos que le apretaron el pecho y la garganta, el malestar del Omega aflojandole las rodillas hasta hacerlo apoyarse completamente en la puerta.

-Noeul, ábreme-Pide, con las manos echas puños sobre la madera

-Vete...- Boss gruñó, ya desesperado.-Tú no quieres que esté solo, en realidad...yo sé lo que en realidad quieres-Él alfa frunce las cejas-Sé cómo me miras...eres asqueroso, haces que me sienta asqueroso.

Dejó de hablar durante el momento que le tomó digerir las palabras del Omega, palabras que sabía que no se dirigían a él pero que aún así le afectaron.

Era como si el Omega le hablara al demonio de sus pesadillas, no a él. Era consciente de que Noeul nunca podría referirse así a él. Jamás lo haría.

-Voy a entrar-Aseguró, golpeando la puerta de costado repetidas veces, una y otra vez, haciendo la madera añeja crujir estripitosamente-Voy a entrar y te voy a sacar de ahí, quieras o no. No pienso dejarte solo.

Ay, duele 💔🥀

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