Colocó su cuerpo debajo del chorro de agua fría. Dejó que el agua corriera por su cuerpo regulando su temperatura.

Estaba caliente y no en el buen sentido de la palabra.

Hacía ya unos minutos que habían regresado al departamento y con el sonido de la puerta cerrándose la tensión sexual comenzó.

Estaban solos y eran pareja. Sus encuentros no habían ido más allá de toques íntimos y besos subidos de tono, pero nada más que eso.

Noeul no era un vírgen. Podía asegurar que quizás tenía más experiencia en ese tema que el Alfa, pero, por alguna razón desconocida, estaba nervioso como un adolescente que está a punto de tener su primera vez.

Por eso, cuando ambos se quedaron callados en el medio de la sala, él huyó con la excusa de tomar una ducha para quitar el cansancio y el polvo del camino.

Tan ensimismado estaba que no escuchó como la puerta del baño se abría. No lo notó hasta que sintió el pecho caliente del Alfa en su espalda, sus manos aferradas a sus caderas y su aliento irregular contra su oído.

-Bo...-Se cortó cuando el Alfa comenzó a dejar besos húmedos en su cuello y sus mejillas pronto se colorearon de rojo.

Okay, esa sí que era una reacción de un virgen. Pero no podía evitarlo, cuando se trataba de Boss todo era diferente, quizás el sexo también lo era.

Se giró, enfrentando al Alfa y algo en él se revolvió al verlo con ojos brillosos y mejillas rojas.

-Tan lindo- Boss arrugó las cejas-Lo sé, lo sé. Estoy cortando el ambiente, ¿no?-Asintió, tomando las caderas del Omega para atraerlo hacia él.

Y tembló.

Noeul tembló en cuanto los labios del Alfa chocaron contra los suyos, moviéndose con rapidez y deseo. Mordiendo sus labios en medio de un beso qué los dejó sin aliento.

Y por eso adoraba los besos del Alfa, esos besos que hacían que perdiera la noción del tiempo y lugar, haciendo que simplemente todo pasara a segundo plano.

La boca del Alfa dejó un camino de besos desde su cuello hasta el pecho y el Omega se apoyó en las frías losas del baño mientras veía como la boca del Alfa hacía estragos en su cuerpo.

Jadeó cuando su pezón fue apresado entre los dientes de Boss. Sus manos fueron al cabello del pelinegro, agarrándolo con fuerza y atrayéndolo hacia él, mordiendo sus labios cuando las manos del pelinegro se deslizaron hasta su trasero, apretándolo con fuerza.

Levantó una de las piernas del Omega, aprisionando su cuerpo entre él y la pared. Y sonrió al ver cómo las mejillas de este se coloreaban excesivamente de rojo al sentir como uno de los dedos del Alfa se introducía lentamente en él.

-No...-Pidió casi sin voz-No quiero...-Boss arrugó sus cejas al ver cómo Noeul intentaba quitar su mano.

-Bebé, tengo que prepararte primero sino...-Volvió a negar con mejillas rojas- Noe...-Lo regañó con la voz

-Por favor...-Pidió con ojos cristalizados-Estaré bien...

Sus bocas se volvieron a unir en un beso tosco y necesitado, uno en el que pedían más del otro, aspirando con fuerza como si intentaran tomar hasta la última gota de oxígeno en los pulmones del contrario.

Jadeó cuando el Alfa lo tomó de las caderas, alzándolo y apoyándolo contra las losas azul marino del baño. Rodeó las caderas de pelinegro con sus piernas, sus miembros rozándose peligrosamente ante la acción y Noeul se sintió sonrojarse ante la mirada que le dedicaba el Alfa.

-¿Listo?-Preguntó, una mano ayudando a sostener al Omega mientras la otra alineaba su pene en la entrada. Noeul tragó.

-Sí... -Y lo besó, lo besó con suavidad y delicadeza, mientras lo penetraba lentamente. Sus cejas arrugándose ante la estrechez del Omega, creando una sensación placenteramente dolorosa en su cuerpo.

Una primera embestida hizo que su cuerpo chocara inevitablemente con la pared, sus cejas arrugándose cuando el tamaño del Alfa quizás fue demasiado para no tener una preparación previa, pero no sé arrepentía.

No sé arrepentía porque ese pequeño ardor hacía que su cuerpo sintiera al Alfa profanarlo aún más, sintiendo como su interior se acoplaba para recibirlo.

Boss miró atento como la expresión tensa de Noeul se transformaba con el aumento de las embestidas. Su cabello mojado pegándose en su sien y frente, sus mejillas rojas y labios entreabiertos buscando regular la errática respiración.

Su cabeza fue hacia atrás y el Alfa aprovechó eso para atacar el desprotegido cuello, dejando marcas rojas y púrpuras en él. Sus delgadas manos aferrándose a los hombros del Alfa cuando tocó repetidas veces ese punto dulce que lo hacía gemir con fuerza, su vergüenza y pudor deslizándose como el agua por el piso.

Una expresión de placer se apoderó de su rostro y gimió, quizás demasiado alto ya que pronto escuchó al Alfa reír ronco contra su oído.

Su cuerpo tembló mientras se venía, su interior apretándose aún más, asfixiando el miembro del pelinegro quién gruñó ronco, su esencia volcandose en el interior del Omega.

Unieron sus frentes. Sus alientos irregulares mezclandose. Noeul sonrió mientras acariciaba la mejilla roja de Boss

-Te amo- El Omega se sonrojó ante las palabras del Alfa-Te amo con mi vida, Noeul

Y él en serio quería devolverle ese "Te amo", pero tenía miedo de que quien lo dijera fuera su autofobia y no él.