🌸•Capítulo 9•🌸


Jimin sonrió como todo padre orgulloso cuando sus pequeños alumnos terminaron de cantar la canción, e inmediatamente los padres presentes aplaudieron felicitando a sus hijos.

—Tomando los regalos que prepararon sus pequeños se pueden ir retirando —informó Jimin señalando al final del aula donde estaban los dibujos de sus familias que había hecho los niños.

Con un movimiento de cabeza, la mayoría se retiró hacia atrás con sus hijos mientras que otros se acercaban al pelirrojo para preguntar respecto a sus cachorros sobre su desempeño y comportamiento en las clases.

—Minnie —pronunció Taehyung una vez su amigo estuvo desocupado y se acercó junto a su alfa, quien cargaba a su hijo entre sus brazos.

—Fue una canción hermosa, ahora entiendo por qué mi conejito murmuraba mientras dormía, practico mucho —comentó con su singular sonrisa.

El cachorro rió alegre mientras asentía con su cabeza.

—Esa es la canción que te preparó Yoongi-ah, ¿no? —preguntó Jungkook—. Recuerdo que me había comentado de una melodía que te ayude en tu trabajo.

—Sí, él la compuso e incluso pensó en la letra —asintió con una pequeña sonrisa—. Fue algo dulce de su parte.

—No me sorprende, Yoongi hyung siempre ha sido detallista contigo, a diferencia de cierta persona que conozco —indicó el otro omega, observando a su pareja.

—Eso no es cierto —se quejó el alfa—. Que le preparé una canción no es diferente a que te pinte un cuadro, cosa que sí hice —le recordó.

—Sí, ¿y me has regalado algo más desde entonces? —arqueó una ceja.

—Tampoco es como si Yoongi-sshi le estuviera dando siempre regalos a Jimin-ah —argumentó menos seguro que antes.

Jimin simplemente cerró su boca para no contradecir a su hermano, pero la verdad era que Yoongi siempre le regalaba aunque fuera solo una flor como el día anterior.

—Vamos hijo, se nota que aquí no somos queridos —dramatizo Jungkook, yendo por el dibujo de su cachorro.

—Tonto y descuidado, igual lo amo —pronunció Taehyung una vez estuvieron a solas.

—Solo porque tú eres igual, Taehyung-ah —comentó Jimin, riendo junto a su amigo.

—Y... Hablando de Yoongi, ¿ya le dijiste sobre eso? —preguntó observándolo directamente.

—Uhm, no he podido —respondió frunciendo sus labios.

—¿Y por qué no? —cuestionó alzando una ceja—. ¿Tienes miedo?

—No, es solo que... El momento no se ha dado —explicó torciendo sus labios en una pequeña mueca—. Lo iba a hacer ayer pero no pude durante nuestro almuerzo y luego con la fiesta de bienvenida para los chicos, me distraje y llegué a casa únicamente para dormir junto a mi alfa.

—Uhm —pronunció pensativo—. ¿Hoy van a almorzar juntos?

—No lo creo —dijo comenzando a guardar sus cosas—. Ya me habría dicho algo de ser el caso y no quiero interrumpir en su trabajo invitándolo, han estado movidas las cosas en la empresa estos días —explicó.

—Pero hoy no tienes ensayo, ¿no?

Jimin negó con su cabeza.

—Pues dile durante la cena, no hay mejor momento que el ahora —instó tocando su hombro.

—Tal vez lo haga —asintió tomando su mochila, colocándosela sobre su hombro—. Podría decirle que cociné algo en el departamento para que así tengamos más privacidad —planeó.

El omega peliazul asintió de acuerdo con los planes de su amigo.

—Entonces vamos, te pasaremos a dejar a tu departamento —anunció llamando a su pareja e hijo—. ¿Podemos llevar a Jimin-ah?

—Claro —asintió Jungkook.

—¿Y no que estaban muy ocupados? —pregunto el pelirrojo mientras caminaba por los pasillos juntos a sus amigos.

—Hoy decidimos despejar nuestra agenda por nuestro conejito —anuncio el alfa—. Ha estado algo decaído últimamente —susurró para que el alegre cachorro no escuchara.

—Bueno, es normal —pronunció Jimin—. Es su único hijo, siempre ha tenido toda su atención y ahora con suerte ustedes se la brindan por turnos debido al trabajo —indicó.

—¿Min Jimin? —preguntó una joven en bicicleta cuando salieron del establecimiento.

—Soy yo —respondió dudoso, luego de observar a sus dos amigos.

La joven sonrió con alivio mientras tomaba algo de la canasta de la bicicleta, inmediatamente la pareja se ubicó a su lado, curiosos.

—Firme aquí por favor —pidió—. Gracias, esto es para usted, que tenga un lindo día —exclamó amablemente antes de volver a montar su bicicleta y retirarse.

Observando el hermoso ramo de flores, Jimin las acercó a su rostro y sonrió.

—Tiene una tarjeta —anuncio Taehyung tomándola—. "Una disculpa por mi retirada de ayer, ten un lindo día cachorro" —leyó—. Aww...

El pelirrojo rió alegre por el gesto dulce de su alfa mientras Jungkook se quejaba por lo bajo.

—Tío Minnie, papá Kookie dijo una mala palabra —acusó el pequeño Beom-gyu que, al seguir en los brazos del alfa, había escuchado perfectamente los refunfuños del mayor.

—Jungkook —reprochó su pareja.

—Fue sin intención —se excusó—. Vamos, pasemos a dejar a Minnie para tener el resto del día en familia —sonrió inocente.

—¿Pueden dejarme en el supermercado que está cerca del departamento? —pidió—. Necesito comprar algunas cosas para la cena.

—Claro, no hay problema —asintió Taehyung mientras se dirigían al auto.

"Hoy en el departamento, cena a las ocho, no llegues tarde" informó a través de su enlace.

"Ocho, ni un minuto más o menos" confirmó su alfa inmediatamente.

Y Jimin pudo sentir y vislumbrar, la sonrisa de Yoongi tras decir aquello.

Si, no era el único que estaba esperando poder pasar tiempo juntos sin interrupciones.

Yoongi estacionó su auto en su lugar habitual y se quitó el cinturón de seguridad. Comprobando la hora en su reloj de muñeca, sonrió ansioso al verificar que solo faltaban cinco minutos para las ocho de la tarde.

Tomando su maletín del asiento de copiloto, se bajó de su auto y se internó en el edificio con tranquilidad.

Saliendo del ascensor cuando llegó a su piso, se dirigió a su departamento y se detuvo frente a la puerta, la cual se abrió sin siquiera darle la oportunidad de sacar su tarjeta llave.

—Hola hyung —saludo su hermoso omega. Alzando su mano la dejó en su nuca y lo atrajo atrapándolo en un dulce beso duradero.

Al terminarlo, Yoongi relamió sus labios y sonrió contemplando a su pareja.

—Uhm, parece que mi cachorro tiene algo en mente —ronroneó entrando en el departamento.

Jimin rió felizmente y le quitó el maletín a su pareja.

—Tal vez —canturreó alejándose con un suave balanceo provocativo de caderas, uno que sabía que encantaba a su alfa.

Quitándose sus zapatos, Yoongi se apresuró a seguir a su pareja en el interior del departamento. Llegando a la cocina lo abrazó por la espalda e inclinó su cabeza arrastrando su nariz por su cuello, aspirando su encantador aroma besó su marca obteniendo un dulce estremecimiento en el cuerpo ligeramente más pequeño y delgado.

—Es japchae —pronunció al observar lo que cocinaba su omega.

—Así es —asintió—. Ya no me queda mucho, deberías de aprovechar de cambiarte de ropa o bañarte si gustas, Yoonie —indicó.

Volviendo a bajar su cabeza, el alfa paseó su nariz por el cuello de su pareja, capturando más profundamente el atractivo ahora de aloé vera con esencia de coco y el toque de roble añadido debido a su unión.

Tan perfecto.

Mordiendo juguetonamente, sonrió satisfecho cuando el menor dejó finalmente de moverse y respiró entrecortado.

—Cariño —pronunció su pareja, girando su rostro para observarle.

—Ya vuelvo —prometió con una sonrisa inocente, besando sus rellenos labios antes de alejarse.

Si no lo hacía en ese momento, cenar era lo último que iban a hacer, su precioso omega lo estaba seduciendo y su cuerpo, obviamente estaba reaccionando positivamente.

Observando a su alfa dejar la cocina, Jimin mordió su labio inferior para retener su gemido cuando una excitante imagen llegó a su mente.

Una donde su alfa le hacía el amor de forma dulce pero desenfrenada en la cocina, con sus manos apoyadas en el mesón de la isla y su espalda arqueada mientras su pareja arremetía por detrás.

Dios, las fantasías de su Yoonie podían ser realmente calientes.

Respirando profundamente, intentó tranquilizar su respiración y se concentró en terminar de cocinar.

Juntando todas las verduras, le echó un poco de salsa de soja y decoró con semillas de sésamo y tiras de chili.

Con su cena lista, apagó la cocina y comenzó a preparar la mesa.

Cuando Yoongi volvió a bajar a la cocina, contempló con sorpresa como su pareja ya tenía servida la mesa y encendía dos velas.

—¿Hoy no es una fecha importante, cierto? —preguntó acercándose al pelirrojo.

—Nop, es mi agradecimiento por tan hermoso ramo de flores y porque quería tener una cita contigo en privado —explicó.

—Te acepto lo de la cita, pero lo de las flores no porque fue mi forma de disculpa por lo de ayer —le recordó tomando asiento junto al menor.

Tomando el servicio, probó el primer bocado bajo unos expectantes ojos mieles.

—Delicioso —exclamó logrando una pequeña sonrisa en los labios del omega.

—Gracias. ¿Cómo te fue hoy? —pregunto comenzando a comer.

—Lo usual, reuniones, papeles que leer y firmar —respondió—. También logré que mi secretaria confirmara la fecha para el viaje a Japón dentro de tres semanas más, justo después de tu presentación.

—¿Un fin de semana? —pregunto para estar seguro.

—Un fin de semana —asintió y tomó la botella de vino—. Casi estoy pensando que estás intentando sobornarme por algo —comentó sirviendo dos copas de dicho líquido.

—¿Por qué? —pregunto con inocencia.

—El vino en las cenas solo lo ocupas en ocasiones especiales —le recordó y Jimin rió bajo al verse atrapado.

—Solo disfruta, Hyung —pronunció tomando de la copa.

El resto de la cena fue en una tranquila conversación.

Cuando terminaron, Yoongi se ofreció a lavar los platos mientras Jimin le ayudaba a guardarlos.

—¿Y bien? —pregunto una vez terminaron—. ¿Me dirás lo que ronda por tu cabeza?

Observando de reojo al mayor, el pelirrojo mordió su labio inferior y finalmente asintió.

Tomando la mano del alfa, lo guio hacia los sofás donde ambos tomaron asiento.

—He querido hablarte sobre esto hace unas semanas ya —comenzó observando sus manos unidas—. Yoongi... ¿Qué piensas de tener un hijo, Hyung? Un bebé nuestro —preguntó yendo directo al punto, sabiendo que si se ponía a divagar nunca lo diría.

Observando a su pareja, el contrario alzó su mano libre y ahuecó la mejilla de Jimin, provocando que este le mirara.

—Pienso que sería el bebé más hermoso de este mundo —pronunció con ternura—. Y si me estás preguntando lo que creo, mi respuesta es que yo también quiero —expresó con seguridad.

—¿En serio? —preguntó mirándole con aquellos bonitos ojos mieles llenos de esperanza y anhelo.

Asintiendo, el alfa tomó de las caderas al pelirrojo y lo guio para que se sentara a horcajadas sobre su regazo.

—Hace un tiempo que llevo pensando y deseando lo mismo —confesó—. Pero quería esperar a que tú estuvieras listo y disfrutaras un poco más de la vida, no sentía justo pedirte tener un bebé cuando aún tenías metas y sueños que cumplir, me resentirías por ello —explicó.

—Ya he disfrutado lo suficiente de ella y logré todo lo que me propuse, Yoonie —respondió restregando suavemente sus narices con ternura—. Solo me queda formar mi propia familia, contigo —sonrió.

—Bueno, esa es una cosa que se puede arreglar, ¿no? —pronunció ahora con una sonrisa coqueta mientras su corazón se encontraba cálido por las palabras de su omega—. Sé que el mejor momento para que un omega quede en cinta es durante su celo o el mío, pero bien podríamos practicar desde antes.

Jimin rió alegre, asintiendo ante las palabras del contrario—. Cierto.

—Entonces, podemos trabajar hoy en ello —anuncio agarrando el borde de la camiseta de su pareja, quitándosela.

—Y ya no habrá más barreras entre nosotros mientras hacemos el amor, ni pastillas anticonceptivas —declaró el menor, desabrochando los botones de la camisa, pasando sus manos por los hombros para quitársela también con ansiosa apresura.

—Dios, joder sí —exclamó alegre Yoongi, antes de comer de la dulce boca de su pareja.

Girando su cuerpo, recostó a su pareja sobre el sofá y siguió besándolo mientras sus manos vagaban por el delicioso torso de su omega, bajando para acariciar aquella apetitosa erección tras el pantalón.

—Yoongi —gimió y golpeó suavemente el hombro de su alfa, llamando su atención.

—¿Qué sucede? —preguntó besando a lo largo de su mandíbula.

—Koya y Shuga nos están viendo —pronunció entre risas—. Parece que ya terminó la maratón de running man que les dejé en nuestra habitación.

—Oh mierda —exclamó enterrando su rostro en el cuello de su pareja—. Bebé, creo que ya es tiempo de admitir que tus mascotas son unos pervertidos.

—Eso no es... Yoonie —gimió al sentir la lengua de su pareja lamer su sensible marca y luego succionar al borde de ella.

—Olvídalos y solo disfruta amor, ya nos han visto otras veces, nada cambia que lo hagan una más —comentó divertido, convencido de distraer a su pareja hasta que los olvidara nuevamente.

Y con sus sensuales besos y provocativas caricias, Jimin realmente se olvidó de aquello mientras su pareja le hacía el amor en el sofá de la sala.

Sacudiendo su mundo mientras ambos comenzaban una nueva aventura en su vida, otra etapa.

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