🌸•Capítulo 84•🌸
Con el sonido de un claxon fuera de su casa, Yoongi salió de su despacho y se dirigió a una ventana, tras comprobar la camioneta de SeokJin se alejó y se colocó sus zapatillas antes de salir.
—Hola Yoongi-sshi —saludo un Taehyung sonriente tras bajar la ventana—. ¿Y Minnie-ah? —preguntó sin bajarse del interior.
—Está tomando una pequeña siesta, no pasó una buena noche —explicó.
—¿Está enfermo? —preguntó SeokJin inclinándose ligeramente para observarlo.
—No, solo que los pequeños estuvieron algo inquietos hasta tarde y le es muy difícil encontrar una posición cómoda para dormir —explicó.
—Uhg, sí, recuerdo eso —pronunció Jin arrugando su nariz—. Me imagino que con Jiminnie debe de ser más difícil al ser más grande por los gemelos.
—Recuerdo que Kookie me compró una almohada grande y extraña que ayudó para eso —comentó Tae.
—Le preguntaré al respecto entonces —asintió—. Otra cosa, aunque no lo diga Minnie está un poco deprimido por haber dejado de trabajar ya, por lo que si pueden venir a visitarlo más seguido o invitarlo a salir, se los agradecería mucho.
—No te preocupes, ya estábamos pensando en eso —sonrió el omega mayor—. Tal vez TaeTae no lo entienda tan bien, pero yo que dejé de cocinar entiendo perfectamente ese sentimiento de no tener nada que hacer —bromeó.
—Solo por esta vez no me lo tomaré como un insulto, Jinnie —refunfuñó el otro omega, sacándole una pequeña risa al otro par.
—De acuerdo, iré a despertarlo entonces —pronunció alejándose—. Gracias por ir a acompañarlo a probarse su traje, yo iré a buscarlo —comunicó a lo que ambos omegas asintieron.
Entrando nuevamente en la casa, Yoongi se sacó sus zapatillas volviendo a las pantuflas de interior y subió las escaleras dirigiéndose a su habitación.
Contemplando a su omega dormir en una desordenada cama, con las mantas revueltas a su alrededor y una almohada entre sus brazos, la ternura llenó a alfa.
Acercándose, reconoció que algunas prendas en la cama no eran solo las mantas de esta, sino que variaban entre camisetas, suéteres y pijamas de los dos.
Su lobo aulló tras apreciar el hermoso nido que su omega había preparado para dormir mejor.
Tan silenciosamente como pudo, llegó al lado de la cama y en vez de sentarse en el borde, desarmando el nido de su amado, se agachó frente a su pareja con sus rodillas tocando el suelo.
—Cachorro —musitó alzando una mano para acariciar su cabello—. Amor, ya han llegado los chicos —informó bajando para acariciar su abultado moflete levemente sonrojado, con sus preciosos labios rellenos formando un pequeño piquito—. Vamos cariño, despierta.
Jimin juntó sus párpados con fuerza y luego los abrió lentamente, un pequeño bostezo saliendo entre sus labios.
—¿Hyung? —musitó con tono adormilado, sus ojos volviendo a cerrarse.
Sonriendo enternecido, el alfa se acercó y deposito dulces besos en su frente, nariz, mejillas y labios, logrando finalmente sacarle una dulce sonrisa somnolienta a su omega.
—Yoonie —dijo entre risas cuando su pareja resopló en su moflete como lo haría en la pancita de un bebé y luego le besó.
—Uhm, ¿ya despertaste, amor? —preguntó cariñosamente, enderezándose.
Asintiendo mientras bostezaba, Jimin alzó sus manos y restregó sus ojos mientras estiraba su cuerpo. Pronunciando un sonidito a gusto tras estirar sus músculos, observó a su alfa.
—¿Por qué estás sentado en el suelo? —preguntó curioso.
Su alfa le sonrió.
—No quería desarmar tu nido ni deseaba entrar sin tu invitación —explicó.
Parpadeando lentamente, el pelirrojo observó a su alrededor y su boca formó una pequeña o al ver lo que había hecho en la cama.
—Hice un nido, Yoonie —exclamó alegre—. Sé que la doctora nos informó que tal vez lo hiciera, pero como nos advirtió que solo unos pocos lo hacían, no creía que yo fuera uno —comentó incorporándose lentamente con la ayuda de su alfa.
—¿Sabes qué significa eso? Que tu lobo está tan a gusto y alegre por nuestros cachorros como tú y yo —respondió levantándose.
Jimin sonrió alegremente mientras admiraba su cama, con un sentimiento satisfecho llenando su corazón junto a una extrema comodidad y confort, sentía como si hubiese dormido envuelto en los brazos de su alfa.
—Los chicos te están esperando abajo —le informó Yoongi, sacándolo de sus pensamientos.
—Oh, debiste de haberme despertado antes de que llegaran —refunfuñó mientras se levantaba con cuidado de su nido, con la ayuda de su alfa por supuesto.
Dirigiéndose al baño, Jimin orinó aliviando su vejiga y luego se lavó las manos. Saliendo, su alfa le esperaba con una chaqueta delgada entre sus manos, la cual le ayudó a colocarse.
—¿Vas a ir con nosotros? —preguntó mientras bajaban las escaleras.
—No amor, debes de tener tu tiempo libre y a solas con tus amigos para distraerte y divertirte un rato, pero sí iré a buscarte —prometió.
—De acuerdo, te avisaré cuando terminemos entonces —prometió observando como Yoongi se agachaba y le ayudaba a colocarse sus zapatillas cómodas.
Besándose, el pelirrojo omega salió de la casa y sonrió al contemplar a sus amigos esperarle.
—Hola chicos —saludó abriendo la puerta del auto—. Gracias por acompañarme a ver el traje —expresó cerrando y colocándose el cinturón de seguridad.
Sus cejas se juntaron un poco ante la ligera presión que este ejercía en su vientre.
—No es nada, necesitaba un tiempo para mí mismo ya y Namjoonie se ofreció a cuidar de las niñas —sonrió SeokJin.
—Por aquí casi lo mismo —pronunció Tae volteando a verlo—. Kookie le había prometido a Beom-gyu que irían al parque porque le enseñaría a andar en bicicleta sin las rueditas y mi conejito dijo que no fuera porque quería que lo viera cuando ya no las tuviera que usar —explicó—. Eso ocurrió antes de que me llamaras, si lo hubieses hecho cuando él estaba lo más seguro es que habría querido venir para ver a su tío Minnie —le sonrió—. Solo ha sido casi una semana sin ti, pero ya te echa de menos en sus clases.
—Que lindo —sonrió el pelirrojo—. Yo también echo de menos a mis pequeños dulces, pero ya se me estaba siendo difícil trabajar. Ahora sólo tengo que esperar y aburrirme en casa —resopló—. Ayer incluso llamé a la señora Shim para invitarla a almorzar cuando Yoonie no pudo.
—¿Tu abuela, cierto? —pregunto Jin, observándole por el espejo retrovisor.
—Sip —asintió.
—¿Y cómo van las cosas con ella? —curioseo TaeTae—. Lo último que supe es que conocía hasta los problemas de mi madre por culpa de mi alfa —negó divertido.
Jimin se carcajeó sin poder evitarlo.
—Ese día en el auto no dejaba de parlotear, cuando llamé a mi abuela solo me pidió que él no estuviera cerca, aprecia que la hayan aceptado tan rápido en nuestro grupo, pero no está acostumbrada a tener compañía —explicó.
—Bueno, ahora entiendo por qué no se ha querido quedarse a conversar estos días que he ido a buscar a mi conejito —comprendió Tae.
—¿La invitaste a la boda? —pregunto SeokJin estacionando su camioneta.
—Si, lo hice —asintió—. También invité a Akanishi, Yudai y Theia. Claro que primero lo hablé con Yoonie —dijo quitándose el cinturón de seguridad.
—Por favor, como si tu alfa te fuera a negar algo —resoplaron ambos contrarios.
Soltando una pequeña carcajada porque sabía que aquello era real, Jimin se bajó del automóvil junto a sus amigos.
—Tuve que hacer algunas llamadas para arreglar todo, pero ya está solucionado —sonrió y observó el anillo en su mano—. En unos días más seré oficialmente el esposo de Min Yoongi.
—¿No estás nervioso? —pregunto el omega mayor, abordando un costado del pelirrojo mientras que Tae el otro.
—Un poquito, solo espero que todo salga bien —respondió.
—Las invitaciones fueron entregadas hace un mes y ya todos te han confirmado su asistencia —comentó Taehyung—. ¿Cuántas personas invitaste?
—No muchas —respondió observando a su alrededor—. Quería que fuera algo privado, pequeño y solo entre nosotros —explicó.
—Está bien, todos tienen diferentes gustos —le sonrió SeokJin.
—Pregunta tal vez tonta, ¿por qué debemos de ir a probar el traje unos días antes de la boda? —preguntó Tae.
—Porque no queremos que a Minnie le pase lo mismo que a mí el día de la boda y su traje le quede pequeño —le recordó Jin.
—Ah —se rió suave Taehyung, contagiando a Minnie.
Entrando los tres a la tienda, Jimin se acercó al mostrador y esperó que el hombre mayor terminara la llamada.
—Señor Min —sonrió el modista tras cortar la llamada.
—Hola, vine por la última prueba —anunció con una sonrisa dulce.
—Por su puesto —asintió rodeando el mostrador y saliendo detrás de este—. ¿Su alfa no vino hoy? —comentó.
—No, hoy vine con mis amigos —indicó y tanto SeokJin como Taehyung saludaron al hombre.
Correspondiendo el saludo, el hombre siguió hablando, preguntando por los pequeños de Minnie mientras buscaba el traje.
—De acuerdo, ya sabe qué hacer —le sonrió entregándole el traje enfundado.
—Vuelvo enseguida chicos —pronunció observándolos.
—Por favor síganme, tengo una pequeña salita más cómoda y con sofás para que tomen asiento —indicó el beta guiando a los chicos mientras Jimin entraba en la habitación para cambiarse.
—Como que debiste de hacer lo mismo con tu traje, Hyung, así no habrías tenido ese problema de última hora —expresó Tae tomando asiento.
—En mi defensa, no pensé en ello y ustedes tampoco —contestó—. Me imagino que a quien se le ocurrió esto fue a Yoongi —sonrió.
—Ese alfa siempre trata de adelantarse a todos los problemas solo para que Minnie-ah no se sienta mal —negó divertido.
—Eso es-... ¿Minnie? ¿Estás bien? —preguntó SeokJin cuando escuchó un pequeño golpe seguido de un quejido.
—Estoy bien —anunció desde el otro lado—. Solo me golpeé un poco la frente —explicó seguido de una pequeña risa.
—No nos asustes así, Jimin-sshi —reprochó Taehyung con tono divertido—. Tenemos que entregarte en buenas condiciones o nos regañaran —expresó sacándole una carcajada a los otros dos omegas.
—¿Ya estás listo? —preguntó Jin luego de unos minutos.
—Uh... ¿Le pueden decir al señor Byun que venga? —pidió sin salir del cuarto.
Ambos omegas se observaron antes de que Taehyung se levantara y fuera en su búsqueda.
Levantándose de su asiento, SeokJin se dirigió al cuarto y golpeó suavemente la puerta.
—¿Estás bien, Minnie? ¿Sucede algo?
—No mucho, solo que tendrá que agrandar el traje más de lo esperado y no quiero salir con riesgo a caerme —explicó.
—¿Cómo te caerías? —preguntó confundido.
—Mis pantalones no suben mi trasero —respondió y soltó una ligera risa.
El omega mayor negó con una sonrisa.
—Me alegra que te lo estés tomando tan bien, yo en tu caso ya estaría llorando y pensando que es el fin del mundo —resopló—. Esas hormonas realmente me afectaron.
—Aquí está el señor —anunció Taehyung volviendo.
—¿Señor Min? ¿Puedo entrar? —preguntó golpeando la puerta.
—Por favor —respondió el pelirrojo omega corriéndose lejos de la puerta.
—Oh, vaya —pronunció el beta tras observarlo.
Jimin le mostró una sonrisa apenada mientras sus manos estaban al frente con sus dedos entrelazados.
—¿Se puede arreglar?
—Por supuesto —asintió y cogió la cinta para medir que siempre descansaba en sus hombros—. Tendré que medirlo de nuevo para ello —anunció.
—¿No echaré a perder el diseño del traje, cierto? —preguntó preocupado mientras se quitaba la ropa—. La boda es solo en unos días —expresó.
—Está hablando con un experto, señor Min —anunció con confianza, midiendo lo que era los hombros, brazos y piernas de Jimin—. Le prometo que todo estará bien —aseguró y se detuvo cuando era el momento de medir su vientre.
Cada vez que había tenido que medir esa zona, había sido su alfa quien lo hizo para no incomodar al lobo de Jimin, pero en ese momento Yoongi no estaba con ellos.
—¿Desea hacerlo usted mismo? —estiró la cinta.
—Gracias por entender —pronunció recibiéndola y utilizándola.
Anotando las medidas que el pelirrojo omega le dio, el modista se retiró de la habitación dejando solo a Jimin para que se vistiera.
—¿Estamos listo? —preguntó Jin una vez Jimin salió.
Sin responder, los tres omegas contemplaron al beta cuando este volvió con ellos.
—Puedo tener el traje listo a las nueve si desea llevárselo a su casa hoy, pero me gustaría mantenerlo conmigo hasta el día de la boda e ir a dejárselo personalmente para arreglárselo en caso de ser necesario —explicó—. Si desea llevárselo hoy, mi trabajo estaría terminado y le volvería a cobrar si me llaman el día de su boda, sin poder asegurarle que podré ir.
—Oh, entonces lo dejaré con usted —anunció Jimin—. La boda es este próximo sábado a las cinco de la tarde —informó—. ¿Estará libre?
—Por supuesto. Listo señor Min, apartaré un espacio para usted ese día —le sonrió cerrando su libreta.
—Gracias por todo —se despidieron los tres omegas saliendo de la tienda.
—¿Qué dicen? ¿Cine o un pequeño aperitivo antes de la cena? —propuso Taehyung.
—Estamos cerca del centro comercial, por qué no comemos algo mientras miramos las tiendas —propuso SeokJin y ambos omegas observaron a Jimin.
—Uh... Podríamos comprar algo para comer y yo quedarme sentado en la banca mientras ustedes salen a mirar —propuso—. Sinceramente, mi espalda me está molestando y mis pies comienzan a doler si camino mucho —explicó con una ligera mueca.
—Entonces compraremos algo dulce para comer descansar un rato en la banca —decidió Taehyung tomando un brazo del pelirrojo.
—Pero si tu espalda te está doliendo mucho, podemos simplemente comprar algo y quedarnos hablando en la banca —ofreció Jin tomando su otro brazo.
—Creo que puedo caminar si descanso un momento —sonrió comenzando a caminar junto a sus amigos.
—Si no recuerdo mal, por aquí había una tienda de crepes —comentó el peliazul con entusiasmo.
—Quiero uno dulce —anunció inmediatamente Jimin, y su boca se hizo agua en pensar en uno con crema, fresas y manjar.
—Bueno, ahora sí hay que encontrar ese puesto de crepes —sonrió el mayor de los tres.
Riendo, Taehyung asintió observando a Minnie, quien se veía un poco distraído mientras observaba con entusiasmos los locales.
—Ahí está —indicó el pelirrojo deteniéndose.
—Yo voy por ellos, ustedes espérenme en la banca mientras —ordenó SeokJin—. ¿Algo en específico?
—Fresas, crema y manjar —contestó Jimin y relamió sus labios.
Sonriéndole, Jin espero al otro omega quien se concentraba en leer el menú ofrecido en el cartel fuera de la tienda.
—Quiero con crema, manjar y plátanos —sonrió.
Asintiendo, el omega mayor se retiró para formarse en la pequeña fila de tres personas mientras que los otros dos tomaban asiento en una mesa para cuatro que estaba ubicada en el centro, entre todas las tiendas de comida rápida para que así pudieran sentarse y disfrutar o bien seguir caminando.
—¿Y bien? —preguntó Taehyung.
—¿Y bien qué? —parpadeó confundido.
—Te casas en cinco días más, ¿cómo te sientes? —interrogó observándole con interés.
Jimin observó el anillo en su mano y sonrió hasta perder sus ojos.
—Muy feliz y enamorado.
—Dime algo que no sepa —resopló su amigo con diversión—. ¿Ya sabes a dónde irán de luna de miel?
—No —negó manteniendo su sonrisa de labios—. Le he preguntado a Yoonie, pero solo dice que no me preocupe de ello, aunque sé que adelantó la consulta con la doctora Kim —reveló—. ¿No les ha dicho nada a ustedes? —cuestionó arqueado una ceja.
—Por lo menos esta vez a mí no —suspiró.
—Ya llegué chicos —anunció SeokJin con dos bolsas en sus manos.
Sentándose, sacó primero los recipientes en forma de cajita de plástico transparente y le entregó a cada omega sus crepes junto al servicio desechable. Luego de la otra bolsa tomó botellas de té helado y las repartió.
—No quise zumo porque ya estamos comiendo algo dulce y Minnie-ah no puede beber café —explicó.
—Está bien así, Jinnie, gracias —aseguró el pelirrojo.
—Entonces, ¿de qué hablaban? —preguntó abriendo su cajita para comenzar a comer.
—Le preguntaba a Minnie si sabía a dónde iría de luna de miel, pero no tiene ni idea —respondió Taehyung.
—Desde que yo me ocupe de la mayoría de los detalles de la boda, Yoongi dijo que planearia la luna de miel —explicó.
—Considerado de su parte —asintió el mayor—. Nosotros contratamos a alguien para que ayudara a planear la boda, pero la luna de miel solo fuimos nosotros dos —expresó.
—Y hablando de planear —musitó Tae con una gran sonrisa—. Ya hemos terminado de planificar tu baby shower, será después de que llegues de tu Luna de miel, un domingo en la tarde y aquí está tu invitación —anunció buscando en su bolsillo hasta entregársela.
Recibiéndola, Jimin admiro con emoción enternecida la hoja de cartón delgado con el dibujito de un elefante, una jirafa y un león. Los tres bebés estaban en el centro con ramitas decorando por las orillas y la información permaneciendo en la parte de abajo, indicando hora, día y lugar.
—Queríamos ponerle sus nombres, pero desde que no nos lo has dicho, solo lo dejamos así —comentó Jin.
—No es que no se los haya querido decir, solo que aún no lo decidimos con mi alfa —pronunció divertido—. Tenemos una lista de nombres para niños y niñas, la cual hemos reducido bastante, ahora solo debemos de elegir entre cinco opciones —comentó.
—Yo digo que lleven nombres a juego —sonrió Taehyung.
—Déjales ese trabajo a ellos —resopló Jin—. Aunque todavía tengo una lista de nombres chicos que me habría gustado ponerle a mi bebé en caso de que fuera varón —comentó.
—No seas tramposo, Hyung —acusó Tae, causando la risa del pelirrojo.
Y mientras miraba a sus amigos discutir, Jimin sonrió disfrutando de su dulce, realmente había extrañado simplemente pasar tiempo con sus amigos.
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