🌸•Capítulo 81•🌸
Agitando suavemente su mano en dirección a su pequeño estudiante, Jimin respingo y llevó instintivamente una mano contra su vientre antes de dar media vuelta y contemplar el rostro de su amigo.
—TaeTae, me asustaste —regañó juntando levemente sus cejas.
—Lo siento, te estuve llamando, pero no parecías escucharme —explicó observándole con curiosidad—. ¿Estás bien?
—¿Por qué estaría mal? —evadió y observó el interior de la habitación, llamando al pequeño Beom-gyu.
—¡Papi! —chilló el cachorro tras contemplar al omega e inmediatamente salió a su encuentro.
—Hey, mi lindo conejito —sonrió tomándolo entre sus brazos, restregando sus narices suavemente.
Soltando una alegre risita, el infante se aferró al cuello de su padre mientras le contaba lo que habían hecho ese día.
—Bueno, ahora entiendo por qué tu ropa está manchada con pintura —pronunció Tae luego de que su hijo le contara como había pintado un dibujo de su familia.
—Eso no habría pasado si el padre hubiese enviado el delantal que pedí y el estudiante usara el que le prestó su amigo —indicó Jimin mientras se despedía de otro de sus alumnos.
—Upsi —rieron ambos.
—¿Ya has terminado? —preguntó Taehyung observando el interior del aula, encontrando solamente a una joven mujer ordenando el desorden de los cachorros.
—Si, estaba pensando en adelantar el trabajo para mañana aquí mismo —respondió el pelirrojo.
—Ah-ah, no señor —negó inmediatamente su amigo, logrando que Jimin le observara.
—¿No? —repitió divertido.
—Nop, ayer en el aeropuerto le prometí a tu alfa que te llevaría almorzar los días que él no estuviera —anunció.
—¿Tío Minnie come con nosotros? —preguntó entusiasmado.
—Lo aprecio, pero tú más que cocinar vas a restaurantes y no siempre quiero comida así —expresó Jimin.
—Hey, déjame decirte que esas palabras han dejado bastante ofendida a mi Nana, quien me enseñó a cocinar —refunfuño con indignación, sacándole una risa a su hijo y amigo.
—De acuerdo, vamos entonces —asintió Jimin feliz de estar con su amigo.
Aunque su plan principal había sido retrasar su llegada a casa trabajando un poco, estaba igual de satisfecho si compartía tiempo con su amigo, evitando comer solo antes de volver.
—Déjame ordenar mis cosas y voy —pidió.
—Te estaremos esperando afuera —declaró el peliazul omega, alejándose con su hijo de la mano.
Negando divertido, Jimin se acercó a su escritorio y ordenó todo, guardando las cosas en su mochila antes de retirarse junto a su ayudante.
Pasando frente al aula de la señora Shim, el omega suspiró cuando encontró la puerta semi abierta y la beta en el interior concentrada en el trabajo.
Como deseaba invitarla también, pero sabía que debía de darle su espacio.
Despidiéndose de su ayudante en la entrada del establecimiento, Jimin fue directamente al auto de su amigo tras encontrarle esperando al frente.
—Hey, ¿por qué esa cara larga? —preguntó tras subirse al auto.
—No sé de qué me hablas —respondió sonriéndole torcidamente antes de poner el auto en marcha.
Observando sobre su hombro, el pelirrojo encontró al cachorro entretenido con una tablet en su mano, por lo que volvió la atención con su amigo.
—Dime, ¿qué ocurre? —pidió.
Taehyung suspiro sin quitar la vista del camino.
—Quería cocinarte algo rico para demostrarte mis habilidades culinarias, pero tardaré y no puedo matar de hambre a cuatro personitas —explicó—. Intenté llamar a Namjoon para pedir una mesa, pero hoy todo el restaurante está alquilado.
—Oh... —musitó comprendiendo—. No importa, podemos comer en cualquier otro lado —aceptó.
—Pero te estabas quejando de que conmigo siempre comes en restaurante y que prefieres la comida casera —refunfuñó.
—Me estaba burlando de tí al igual que tú haces conmigo a veces —explicó divertido—. Y puedo comer en restaurantes, solo que no siempre y seguido.
—¿Por qué no lo dijiste antes? —gruñó dándole una rápida miradita—. Ya sé dónde comer entonces —sonrió en grande.
—¿Dónde es? —preguntó con curiosidad.
—¿Captas esos cafés con temática donde hay gastos o perritos con los cuales jugar? Bueno, hay un restaurante así que vende lasaña. El segundo piso es para comer y en primero están los perritos —explicó—. Lo vi en un comercial, quería llevar a nuestro Bam con nosotros, pero hoy se lo ha llevado Kookie.
—Suena un lugar interesante —aceptó sonriendo.
—¡¿Cierto?! Los pequeños perritos definitivamente te animarán y mi conejito no se aburrirá —dijo alegremente.
Riendo suavemente por la emoción de su amigo, Jimin sacó su teléfono celular y revisó el chat de su alfa encontrando el mismo mensaje que se enviaron durante el pequeño receso en el jardín.
Ambos habían hablado un poco sobre cómo habían dormido, como se extrañaban y luego se habían tenido que despedir porque Yoongi tendría una reunión con el abogado.
No se había vuelto a conectar luego de ello.
—¿Es Yoongi? —preguntó Taehyung observándolo de reojo.
—Oh, no —respondió volviendo a bloquear la pantalla—. Iba a estar en una reunión y parece que todavía no sale de ella —explicó.
—Esperemos que todo se solucione pronto —expresó con simpatía, estacionando el auto.
—Si, ha pasado solo un día, pero ya lo extraño mucho —suspiro quitándose el cinturón de seguridad.
—Entiendo ese sentimiento, me pasa con Kookie —comentó ayudando a su conejito a bajar del auto.
—Papi, tengo hambre —pronunció el infante mientras tomaba la mano de cada omega—. ¿Hay que esperar a tío GiGi?
—No conejito, tío GiGi está trabajando y no puede venir —explicó el pelirrojo omega.
—¿Por qué no suben a escoger una mesa mientras yo pido la comida? —indicó Taehyung tras cruzar las puertas del restaurante.
Asintiendo, el pelirrojo omega sostuvo firmemente entre su mano del pequeño Beom-gyu mientras lo dirigía a través del restaurante, subiendo las escaleras ante la falta del ascensor.
—¿Minnie hyung bien? —preguntó Beom-gyu cuando llegaron arriba.
—Por supuesto conejito, el ejercicio siempre hace bien —le sonrió y buscó una mesa con la mirada.
El restaurante parecía ser bastante famoso, ya que había bastantes mesas ocupadas.
—Ahí afuera —indicó Beom-gyu señalando unas puertas corredizas que llevaban a una terraza.
Saliendo, fácilmente encontraron una mesa para cuatro desocupada cerca del borde, donde tenían una excelente vista del jardín trasero en el cual, perritos de diferentes edades, tamaños, y pelajes jugaban.
—¿Podemos ir, tío Minnie? —pidió el infante, esperanzado.
—Primero hay que comer, conejito —le sonrió tomando asiento.
—¿Puedo seguir viéndolos? —pidió entonces.
—Solo ten cuidado —aceptó y mantuvo un ojo en el cachorro mientras admiraba a su alrededor.
Con su teléfono vibrando, lo sacó con la ilusión de que fuera su alfa, pero solo era un mensaje de SeokJin.
—Nuestra comida será subida enseguida —anunció Taehyung tras encontrarlos—. Te pedí una gaseosa porque el zumo no sabe bien con lasaña —informó al pelirrojo.
—Está bien, gracias —pronuncio y observó el cielo cubierto de nubes—. ¿El día será así de nublado donde está Yoonie? —reflexionó en voz alta.
—Ya lo creo, sigue estando en el mismo país —respondió su amigo con un encogimiento de hombros.
—Lo sé, pero se siente como si así fuera —arrugó su nariz—. Me he estado diciendo a mí mismo que no es un día diferente, que mi alfa está en su trabajo y que nos encontraremos en la tarde... Pero sé que tras llegar a nuestra casa él no estará ahí.
—Lo único que puedo decirte para animarte es que pronto estará aquí —comentó su amigo—. Y no estás solo, nos tienes a todos hasta que Yoongi-ah vuelva.
—Lo sé, Jinnie ya me ha avisado que invadirán mi casa para la cena —comentó alzando su celular entre sus manos.
—Ves —sonrió—. No tienes que preocuparte por estar solo en tu casita, nosotros te haremos compañía —aseguró—. Conejito ven a sentarte, la comida está aquí —ordenó cuando un joven se acercaba a ellos cargando dos bandejas con maestría.
Sonriendo, Jimin contempló como su amigo ayudaba al pequeño y colocó una mano en su vientre al sentir a sus propios hijos moverse.
Por supuesto que no tenía que preocuparse de estar solo, ya no lo estaba.
Jimin salió del baño vistiendo solamente una camiseta grande y un bóxer, con una toalla pequeña descansando en sus hombros por su cabello húmedo.
Preparándose para dormir, tomó las cremas para el cuerpo que tenía encima de la cómoda y se dirigió hacia la cama, tomando asiento en el lado de su alfa.
Echándose crema en su rostro, escogió otra y comenzó a echarse en su cuerpo.
Levantando su camiseta a la cual había tenido que cambiar cuando el pijama de su alfa había dejado de caerle bien, vertió crema en su abdomen y la esparció con cariño, una pequeña sonrisa surgió entre sus labios al sentir los movimientos de sus cachorros.
—Que animados están mis amores, pero espero que se calmen y duerman para que papi pueda dormir —expresó acariciando su vientre antes de bajar su camiseta.
Observando la TV, llenó de aire uno de sus mofletes antes de sacudir ligeramente su cabeza, sin deseos de observar alguna película o serie.
Tomando su diario que había dejado sobre la cama, se acomodó con las almohadas en su espalda y otra en su regazo en la cual podría apoyar el libro.
Buscando la última página, comenzó a escribir con una mano mientras que la otra secaba distraídamente su cabello.
Si Yoongi estuviera ahí, él sería quien estaría sentado detrás de él secando su cabello con cuidado.
Dejando escapar un suspiro, dejó de escribir y observó a su alrededor.
Todo se sentía tan silencioso y vacío sin su alfa cerca.
Aunque podía escuchar a sus mascotas haciendo sus travesuras en alguna parte de la casa, no era lo mismo si no estaba su alfa para regañarles mientras lo acusaba de mimarlas demasiado.
En su interior, su lobo movió suavemente su colita y bajó sus orejas antes de soltar un aullido triste.
—Yo también lo extraño —murmuró y buscó bajo la almohada la camiseta de pijama de su alfa, la cual seguía impregnada con su aroma.
Llevándola a su nariz, respiró profundamente antes de estrechar la prenda entre sus brazos.
Con un pequeño puchero en su relleno labio inferior, soltó la prenda y terminó de secarse bien el cabello para poder acostarse a dormir.
Mientras más rápidos pasarán los días, más pronto su alfa estaría ahí con él, y solo ese pensamiento lograba animarle un poco al menos.
Guardando su diario dentro del cajón de su mesita de noche, corrió las mantas y se acostó con la prenda apegada a su cuerpo, como si fuera una mantita que le proporcionaba protección y cobijo al igual que a los bebés.
Soltando un suspiro, la colocó bajo su mejilla y observó su teléfono celular sobre la mesita de noche, al lado de la lámpara encendida.
"Solo un día más" pensó cerrando sus ojos, intentando dormir.
Y entre vuelta y vuelta, se rindió luego de unos minutos cuando el sueño no llegó a él.
Frunciendo sus labios, observó el lado vacío de su alfa y se lo imaginó observándole, preguntándole que estaba mal con una leve sonrisa adormilada.
—Papá llegará pronto —prometió a los inquietos cachorros que se movían en su vientre, sin deseos de dormir al igual que él.
Al menos le estaban proporcionando compañía en su desvelo, ya que hasta Shuga y Chim, que habían llegado en algún momento en la habitación, estaban descansando en una repisa con unos pocos libros.
"Amor, ¿estás despierto?" preguntó en un susurro la voz de su alfa en su mente.
"Lo estoy" respondió inmediatamente.
Y en segundos, su celular estaba sonando sobre la mesita de noche a su lado. Alzando su mano, Jimin lo cogió y contestó la videollamada de su alfa, apreciando su rostro iluminado suavemente.
—¿Estás acostado, Yoonie? —preguntó bajito, sintiendo alivio de poder apreciar su rostro.
—Sí, cachorro, recién logré acostarme —respondió y soltó un bostezo cansado—. Estuve ocupado todo el día, por eso no pude llamarte antes —explicó.
—Está bien, eso me imaginé —consoló—. Si comiste, ¿cierto?
—Uhm, sí, aunque fueron comidas ligeras —confesó rascando su frente.
—Bueno, al menos tu estómago recibió algo de comida —suspiró.
—¿Cómo estuvo tu día, cachorro? —preguntó acercando más el celular a su rostro.
—Bien —respondió imitándolo, acercando más su celular—. Pensé en ti, trabajé con los niños, TaeTae me llevó a almorzar y llegué a casa a adelantar un poco de trabajo antes de que SeokJin y Namjoon con las niñas llegaran para preparar la cena —contó—. Estuvieron hasta tarde y luego se fueron.
—Suena un día mucho más entretenido que el mío —le sonrió cansado, pero sus ojos brillaron cálidamente al capturar su pijama bajo el moflete de su omega—. Ya es tarde cariño, ¿por qué no estás durmiendo?
—Podría preguntarte lo mismo —contestó con sus labios fruncidos.
Yoongi rió suavemente—. Atrapado, recién logré desocuparme y si, cené algo.
—Tienes que descansar, alfa —le reprochó con preocupación.
—Lo haré cuando sea necesario —respondió—. Ahora dime, por qué no estás durmiendo, cachorro.
—Te extraño —murmuró—. Y los pequeños están algo inquieto —dijo con cariño.
—¿En serio? —preguntó con ilusión, sus hermosos ojos verdes con distintos matices brillando.
—Si —rió suave—. Mira.
Recostándose sobre su espalda con cuidado, bajó las mantas y subió su camiseta, luego movió el teléfono y enfocó su vientre.
Maravillado, Yoongi aprecio como sus cachorros se movían logrando mover la piel de su omega ligeramente.
—Esas Chispitas están muy activas —pronunció con cariño.
—Se emocionaron aún más al escuchar tu voz —sonrió volviendo a taparse. Acomodado bajo las mantas, soltó un gran bostezo.
—Duerme cachorro, tienes sueño —indicó con cariño.
Jimin soltó un pequeño bufido.
—Es algo difícil con los cachorros inquietos —protesto suavemente.
Admirando como los párpados de su pareja se esforzaban por quedarse arriba, Yoongi sonrió cuando una idea surgió en su mente.
—Minnie, acuéstate abrazando mi pijama otra vez —ordenó desapareciendo un momento.
Obedeciendo a su alfa, el pelirrojo omega contempló como la cámara del celular enfocaba el techo de la habitación.
—¿Yoonie? —llamó.
—Aquí —respondió volviendo a aparecer.
Acomodando el teléfono, logró que este le enfocara mostrando la tablet en su mano, despertando la curiosidad de su pareja.
Antes de que Jimin preguntara al respecto, el alfa comenzó a tocar la tablet y la melodía de un piano surgió.
—Es sweet nights —murmuró encantado por el gesto de su alfa.
Observando la cámara, su pareja le sonrió mientras seguía tocando la melodía que había compuesto para él.
Murmurando suavemente, Yoongi observó a través del celular a su pareja, detectando inmediatamente cuando esta finalmente logró quedarse dormida.
—Dulces sueños mis cachorros, pronto estaré en casa con ustedes —prometió admirando el hermoso rostro de su omega dormido antes de cortar la llamada para poder descansar.
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