🌸•Capítulo 74•🌸

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Con Jungkook retirándose en busca de sus padres, había quedado solamente Yoongi y Taehyung terminando de ordenar y decorar la sala de estar mientras que los otros dos se encargaban de la comida.

Y sentado en el sofá individual en el cual le habían obligado a quedarse luego de que tropezara y casi se cayera, Jimin los observaba un tanto aburrido.

Por un momento, había aceptado la exagerada preocupación de sus amigos y pareja, ya que también se había sacudido un poco con su casi caída. Se había entretenido en cuidar a la pequeña Tzuyu entonces, pero pronto la bebé había cerrado sus ojitos para tomar una siesta, dejándolo sin nada que hacer nuevamente más que observar.

Suspirando aburrido, se movió más a la orilla del sofá y colocó las manos en los antebrazos para tener así un pequeño impulso con el cual logró levantarse, obteniendo así enseguida la atención de los dos contrarios.

—¿Necesitas algo, cachorro? —preguntó Yoongi acercándose.

—Estoy bien, solo iré a la cocina por si necesitan de mi ayuda —expresó y se alejó antes de que pudieran decirle algo como que no era necesario y esas cosas.

Entrando a la cocina, los ricos aromas que invadían dicha habitación le hicieron agua la boca y su cachorro se removió en su vientre.

Tal parecía que alguien ya tenía hambre.

—¿Sucede algo? —preguntó el alfa, dándole una rápida miradita antes de volver al plato que preparaba.

—Uh, no. Tzuyu sigue durmiendo y solo me preguntaba si necesitan algo de ayuda aquí —explicó balanceándose suavemente de la punta de sus pies a sus talones.

—Ya hemos terminado realmente, Minnie —pronunció Jin—. Pero si gustas, puedes comenzar a llevar los platos hacia la mesa —pidió ignorando la mirada de su esposo.

—Gracias —sonrió Jimin aliviado.

—Descuida, entiendo mejor que nadie ese aburrimiento de que no te dejen hacer nada solo por estar en cinta —sonrió divertido, observando a su alfa quien esquivo su mirada.

—Solo los queremos cuidar... —murmuró.

—Lo sé —rió su omega, besando su mejilla.

Tomando dos platos con comida, Jimin los trasladó silenciosamente a la sala de estar y los acomodó sobre la mesa.

—¿Qué? —preguntó ante la mirada de su alfa.

—Nada —respondió con una sonrisa inocente.

Arrugando su nariz, le sacó su lengua y rió suavemente mientras volvía a la cocina, repitiendo el proceso y deteniéndose una vez que solo quedaron los platos y fuentes más grandes y pesadas.

—Kookie dice que ya están por llegar —alertó Tae con su teléfono en manos.

—Solo falta llevar algunas cosas a la mesa —anunció Namjoon.

—Iré a buscar a los cachorros —avisó Jimin dirigiéndose al jardín trasero.

Cruzando la puerta que habían dejado abierta para una mejor supervisión de los cachorros, el omega gestante contempló a ambos infantes correr y reírse mientras jugaban entre sí.

—Niños —llamó y pegó un silbido cuando no fue escuchado—. Sus abuelos ya están por llegar, vamos adentro —indicó señalando el interior de la casa.

—¿No podemos jugar un poco más? —pidió Sana.

—Tal vez después de que saluden a los abuelos —indicó—. Venga, adentro.

—Pero el Hyung dijo que esperáramos aquí mientras él iba por dulces —pronunció Beom-gyu con un dedo dentro de su boca.

—Quita el dedo de la boca conejito, podría estar sucio —indicó—. ¿Qué hyung les dijo eso? —preguntó.

—El oppa de esa casa —respondió Sana señalando la casa de al lado—. Dijo que era amigo de nuestros abuelos y que los conocía a todos ustedes.

Observando la casa del vecino, Jimin sacudió ligeramente sus hombros.

—Niños, hay que ir adentro —anunció una conocida voz.

Y con la mano de su alfa descansando sobre su hombro, Jimin le observó.

—Aprovecharé de hablar con él después de saludar a mis padres —prometió y trasladó su mano a la espalda baja de su pareja para guiarlo al interior de la casa.

Cerrando la puerta, se dirigieron a la sala de estar justo a tiempo para ver a la pareja llegar y exclamar con sorpresa al encontrar a todos.

—Aigoo, nuestros nietos e hijos prepararon una linda sorpresa —exclamó Hyekyo dejando su bolso en el suelo mientras apreciaba todo con una sonrisa.

Pronto, ambos infantes exclamaron alegres y saltaron sobre sus abuelos para llenarles de preguntas respecto a su viaje, y por supuesto, cuestionando si traían un regalo para ellos.

Con risas, ambos abuelos se acomodaron en el sofá y abrieron la maleta en la cual llevaban los presentes, repartiéndolos a todos.

—¿Te gusta tu regalo? —preguntó Joongki, observando como Jimin acariciaba la figurilla de una familia de lobos.

—Me encanta —pronunció—. ¿Por qué lobos? —preguntó curioso.

—La vendedora aseguró que trae como buenas vibraciones o suerte en lo que respecta a la familia, un protector —explicó—. Como tú y Yoongi siempre han sido los que están más conectados con su lobo, pensé que sería un buen regalo.

—Es perfecto, gracias papá —sonrió Yoongi, apreciando la figurilla tallada de madera.

—¿Podemos salir a jugar con nuestros juguetes? —pidió Beom-gyu y Sana lo apoyo.

—Quiero mostrárselo a Shuga y los demás, no quisieron entrar —pidió Sana.

—¿No van a comer algo? La mesa está llena de comida —indicó Jin.

La indecisión cruzó en el rostro de ambos cachorros. Ellos querían salir a jugar, pero también comer.

—¿Por qué no comen y luego salen a jugar? —solucionó Jungkook, mostrándole la deliciosa comida, la cual por supuesto, ya estaba atacando.

—¿Quieres comer, amor? —preguntó Yoongi a su pareja luego contemplar como los demás se levantaban en busca de comida.

—Si, hace rato que me está tentando un plato en especial —sonrió entregándole la figurilla a su pareja para que la dejara en un lugar seguro.

Levantándose con la ayuda de su alfa, Jimin se dirigió a la mesa y tomó un plato vacío antes de llenarlo con cada delicia que llamara su atención, sin importarle que la mitad de estos fueran salados y los otros dulces.

Alzando su mirada, observó la sonrisa dulce de su amado y sonrió solo un poco apenado y muy divertido.

Con gritos infantiles, tanto Sana como Beom-gyu corrieron hacia el jardín trasero, arrastrando a sus abuelos y a sus dos padres alfas.

—¿Por qué no vas y te sientas con Jin a comer? —propuso Yoongi ante la indecisión de su cachorro por donde ir—. Una vez terminen pueden ir a fuera con los demás, si gustan.

—Sí, eso suena bien —asintió volviendo al sofá, tomando asiento al lado del otro omega.

—Yoongi —llamó SeokJin—. ¿Te molesta llevar a Tzuyu afuera por un ratito? —pidió—. Esta dulce cosita está molesta y no quiere sus juguetes —indicó divertido a la bebé que no dejaba de mover sus piecitos y manitos con furiosos balbuceos por haber sido dejada atrás, sin tener más atención.

Riendo, el alfa la tomó entre sus brazos con cuidado y colocó encima de ella una ligera manta que le entregó el padre.

Apreciando soñadoramente a su alfa salir de la sala de estar, Jimin suspiró mientras acariciaba su abultado vientre.

—Pronto... —susurró.

Tomando el plato que su alfa le había dejado en la mesita auxiliar al costado del sofá, SeokJin observó a su pelirrojo amigo.

—Es desesperante, ¿cierto? —preguntó con una sonrisa—. Pueden que te falten solo ¿cuánto? ¿Tres meses? —Jimin asintió—. Pero esos tres se te hacen tan largos y cuando ya estás en la recta final, en el último mes, los días se vuelven infinitos e interminables —expresó.

—Gracias por tu gran consejo, Jinnie —resopló.

El contrario rió.

—Solo te cuento mi experiencia, aunque claro, esta vez fue mucho más dulce y fácil con cierto alfa mimador —sonrió enamorado.

—¿Quién es un alfa mimador? —preguntó Taehyung apareciendo en la sala de estar.

Tomando un plato, lo llenó con comida y luego fue al lado de sus amigos, tomando asiento en el sofá individual que estaba al lado de Jin, enfrentando a los otros dos omegas.

—Porque creo que ese puesto se lo lleva Yoongi hyung —comentó.

—¿No tu alfa? —preguntó SeokJin alzando una ceja.

Antes de que Taehyung respondiera, Yoongi volvió a la sala de estar con Tzuyu aún en sus brazos.

En silencio, le entregó a Jimin un vaso con zumo natural de durazno y besó su sien.

—Se me olvidó dejártelo antes —pronunció antes de enderezarse—. ¿Quieren que les traiga algo de beber? —preguntó.

Cuando ambos omegas contrarios negaron, el alfa se volvió a retirar volviendo con los demás.

—¿Y te preguntas por qué no elegí a mi Kookie? —resopló Tae—. Mi alfa es dulce y atento, pero no al grado en que lo es Yoongi con Jimin, muchas personas deben de sentir envidia de solo verlos —expresó.

—Bueno sí, Yoongi siempre es una masita dulce cuando se trata de Minnie —coincidió.

Jimin rió suavemente mientras dejaba el vaso sobre la pequeña mesa de centro.

—Yoongi si es un poco consentidor y muy atento, pero también sabe cuándo darme mi espacio —expresó con cariño—. Y no estábamos hablando de eso.

—Ah... ¿Entonces de qué hablaban? —preguntó curioso.

—Jinnie estaba contándome su experiencia durante los últimos meses de su embarazo —respondió el pelirrojo.

—Esos son terribles —comentó el peliazul—. Lo único que quieres es que pase rápido el tiempo, pero solo se hace más largo.

—Ves —indicó divertido SeokJin.

Jimin arrugó su nariz e hizo una especie de mueca y puchero.

—Ustedes no son agradables —gruñó.

Ambos omegas contrarios rieron.

—¿Cuándo tienes consulta con la doctora Kim? —preguntó Tae.

—Mañana —respondió—. Una hora antes de la inauguración del centro comercial.

—Cierto, mi conejito estaba muy entusiasmado con ganarse uno de los ositos que les darían a los primeros en llegar —comentó el peliazul—. Las vacaciones le tienen un poco más revoltoso donde tiene más tiempo libre.

—Sana también está contenta con sus vacaciones —habló SeokJin—. Con Nam estamos tratando de arreglar rápidamente nuestro tiempo con ella para no dejarla de lado, ya que nuestra rutina estaba armada para cuando ella estaba en la escuela —expresó.

—¿Y por qué no se toman unos días y salen? —propuso Jimin—. Podrían visitar a tu tío.

—Se lo mencionaré a mi alfa —asintió Jin con rostro pensativo.

—Tu tío aún no tiene la oportunidad de conocer a Tzuyu y...

—¿Minnie? —preguntaron ambos omegas cuando el pelirrojo se quedó repentinamente en silencio.

—Es Yoongi —anunció dejando el plato sobre la mesa de centro antes de salir apresuradamente de la sala de estar.

Saliendo al jardín trasero con sus amigos siguiéndolo de cerca, Jimin contempló una escena que le sorprendió.

En el borde de ambos jardines que era separado por una cerca de madera que les llegaba poco más arriba de su cintura, Jungkook tenía afirmado a Yoongi de los brazos mientras su alfa miraba furiosamente a un tranquilo Gi-kwang.

Arriba de sus cabezas, cuatro loros volaban animadamente, batiendo sus alas casi con furia mientras chillaban cosas como si intentarán proteger y defender a Yoongi.

—Papi —llamó Sana, quien dejó de abrazar por la cintura a Namjoon y corrió hacia SeokJin.

Los señores Min inmediatamente se acercaron a ellos, entregando al pequeño Beom-gyu que observaba a su alrededor confundido, con su perrito entre sus brazos intentando bajar.

—Será mejor que vayamos adentro —anunció Joongki, sin dejar de observar a Yoongi y Gi-kwang, la tensión que había entre ellos.

—No —anunció Jimin cuando intentaron guiarlo al interior de la casa con los demás—. Voy con mi alfa —expresó con firmeza.

—No creo que eso sea una buena idea en este momento, Jimin-ah —pronunció Namjoon acercándose con su bebé entre sus brazos.

—Es por mí, ¿cierto? —preguntó observando a ambos alfas—. ¿Están peleando por mí?

—Ellos... Solo estaban hablando —pronunció Nam.

—Pero Yoongi dijo que quería hablarle sobre mí, porque me estaba tratando igual que Hyekyo cuando estaba mal, comparándome con Hyuna —insistió.

—Sí, es por eso —asintió finalmente el alfa mayor—. Y no creo que sea exactamente correcto que te acerques a ellos en este momento, solo lograrás alterar más a Yoongi y su lobo —expresó el padre de su alfa.

—Vamos Minnie, Kookie puede manejar a Yoongi —pronunció Namjoon colocando una mano sobre su hombro—. Tiene fuerza, por algo va al gimnasio a ejercitar.

Torciendo sus labios todavía indeciso, Jimin colocó sus manos sobre su vientre y finalmente se dejó guiar al interior de la casa.

Pero no permitió que lo llevaran más lejos que eso, él se quedó del otro lado de la puerta, esperando.

Los minutos parecieron volverse más largos mientras esperaba, sintiendo el desagrado y el enojo de su alfa a través de su lazo.

Cuando la puerta finalmente fue abierta, sus aves volaron al interior y seguido apareció Jungkook.

—¿Yoongi? —preguntó.

El alfa señaló afuera con su cabeza.

—No quiere que lo veas así de alterado, quiere calmarse un poco antes de entrar —explicó cerrando la puerta.

—¿Llegaron a los golpes?

—Ganas no faltaron —suspiró—. ¿Él en verdad...? —no concluyo la pregunta, pero el omega sabía lo que deseaba preguntar.

—Sí —asintió observando el suelo—. Me hace sentir incómodo, la misma sensación que me provocó tu madre hace años atrás y no deja de decirle Fresita a mi cachorro —explicó.

—Ese hijo de perra —gruñó por lo bajo—. Descuida, ahora nosotros también tendremos un ojo en él por si intenta algo —prometió.

Jimin quiso decir que no creía especialmente que el alfa le hiciera daño, pero tenía que admitir que no se sentía exactamente cómodo con su presencia cerca de él y su cachorro.

—Voy con mi alfa, me necesita —anunció observando la puerta cerrada.

—Está bien —asintió apartándose—. Si él molesta de nuevo, solo grita.

Con su hermano apartándose del camino, el pelirrojo omega abrió la puerta, encontrando a su alfa dándole la espalda mientras tomaba profundas respiraciones, su mirada fija en el suelo.

—Vuelve adentro, cariño, enseguida te sigo —pronunció sin observarle.

En silencio, Jimin avanzó y luego rodeó con sus brazos la cintura de su pareja, apoyando su frente en su nuca. Apretó sus cuerpos juntos lo más que le permitió su abultado vientre y lentamente comenzó a liberar su aroma.

Pronto, sintió como en silencio su alfa se iba relajando, hasta que finalmente soltó un suspiro y colocó sus manos sobre las de su omega.

—Gracias —pronunció con tono suave, inspirando el dulce aroma de su pareja.

—No es nada —murmuró enderezándose, plantando un beso en su cuello antes de aflojar el agarre de sus brazos.

Dando media vuelta, Yoongi enjauló con sus brazos el cuerpo de su pareja y apoyó una de sus mejillas en la rojiza cabellera.

—No dejes que lo que sea que te haya dicho te afecte, ¿bien? —pidió Jimin en un susurro.

—No lo haré, no hoy —prometió—. Pero... Ya no confío en él —expresó—. Está como madre en aquel tiempo, y él no tiene a nadie que lo ayude esta vez. Por favor, no te quedes a solas con él —pidió alejándose, observándolo—. Buscaré una forma de solucionarlo —prometió.

—Está bien —asintió—. ¿Por qué no vamos adentro entonces? No quiero que la bienvenida de tus padres se arruine por mi culpa —pidió.

—No es tu culpa, en ese caso sería mía por no haber hablado del tema en otro momento —indicó.

—Pero yo sigo siendo la causa de ello —argumento.

—Cosita terca —bufó su alfa, besando su frente y luego sus labios—. Vamos adentro con los demás.

Asintiendo, Jimin se alejó y tomó la mano de su pareja mientras volvían al interior de la casa.




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Lamento la tardanza en actualizar mis copitos, no estaba bien de salud pero ya estoy mejor<3

Espero que hayan tenido un buen fin de semana, se me cuidan un montón!

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