🌸•Capítulo 73•🌸
Yoongi alimentó a las pequeñas bestias de su omega y prosiguió cocinando el desayuno que se había propuesto a hacer.
Las vacaciones en el jardín infantil habían comenzado el día anterior luego de un día lleno de actividades, y, por ende, su pareja también tendría unas semanas libre de levantarse temprano para ir a trabajar.
Lo cual agradecía, porque a su pareja cada vez se le estaba dificultando más y más las cosas que antes hacia común y fácilmente.
Su Chispita crecía cada día más, anunciando lo sano que estaba y eso no podía poner más feliz a ambos padres.
Terminando el desayuno, Yoongi lo sirvió todo en la mesa del comedor y subió las escaleras dirigiéndose hacia su habitación, donde su pareja estaba sentado sobre la cama dándole la espalda mientras se vestía luego de haber tomado un baño.
—Sabía que no te ibas a quedar simplemente en la cama esperando a que terminara —comentó con un suspiro, sonriendo levemente.
Jimin en vez de mirarle sobre su hombro y responderle con una sonrisa dulce, siguió vistiéndose como si no lo hubiese escuchado, lo que provocó un leve ceño fruncido en el alfa.
—¿Jimin? —llamó, pero no hubo respuesta.
Su pareja ciertamente no estaba enojada con él, ya que podía sentir la alegría en él, podía incluso escuchar como tarareaba bajito mientras acariciaba su desnudo vientre, esparciendo una crema para el cuidado de la piel sobre este.
Teniendo ya un presentimiento al respecto, se acercó lentamente a su pareja. Con cuidado de no asustarlo, rodeó la cama y se colocó delante de él, agachándose para estar cerca de su altura y se fijó en sus oídos donde sus audífonos estaban puestos.
Observándolo, aquellos ojitos mieles resplandecieron con algo de tristeza.
—Me estuviste hablando, ¿no? —preguntó en un susurro.
El mayor asintió con su cabeza, sus manos apoyadas en sus muslos cubiertos con un cómodo pantalón.
Soltando un profundo suspiro, Jimin alzó sus manos llevándolas a sus oídos y les subió el volumen a sus audífonos, torciendo sus labios al terminar.
—Creo que tal vez estaremos adelantando un poco la cita con la doctora Sohyun —expresó con una sonrisita casi triste.
—¿Ya no puedes escuchar con ellos? —preguntó su alfa.
—Puedo escucharte bien, pero estoy solo a un paso de subirle totalmente el sonido a estos —respondió—. Si se los subo una vez más, ya no podré si dejo de escuchar —explicó.
—Está bien, la doctora nos dijo que esto ocurriría —consoló levantándose para besar su frente tiernamente—. El desayuno ya está listo, ¿te ayudo a terminar de vestirte? —ofreció.
Silenciosamente, Jimin asintió mientras observaba a su bebé en su vientre.
Sintiendo a su alfa alejarse un poco, agitó levemente su cabeza y palmeó sus mofletes suavemente.
No se pondría triste por ello, no cuando su estado de ánimo también afectaba a su Chispita.
—¿Qué haremos hoy entonces? —preguntó cuando su alfa volvió a su lado con el secador de cabello.
—Mis padres vuelven hoy y los chicos estaban pensando en hacerle una pequeña fiesta de bienvenida —explicó.
—Ya me sequé el cabello —refunfuñó esquivando el ruidoso aparato.
—Si, pero seguramente lo hiciste con la toalla, ¿no? —alzó una ceja.
—¿Cómo lo sabes? —arrugó su nariz.
—Porque sigue húmedo —respondió con una sonrisa, usando el secador.
Resoplando suavemente, el pelirrojo omega cerró sus ojos y permitió a su pareja secar su cabello, relajándose al sentir sus dedos acariciando su pelo.
—Listo —anuncio el mayor luego de unos minutos, apagando el secador.
Observando su omega parpadear lentamente, rió y besó castamente sus labios.
—No te duermas amor, el desayuno está servido y se va a enfriar —informó entregándole la camiseta manga larga que había escogido.
—Es tu culpa —bostezo—. Siempre me acaricias la cabeza cuando usas el secador, me da sueño —argumentó vistiéndose.
Alejándose mientras negaba con la cabeza, Yoongi abrió un cajón de la cómoda y sacó un par de calcetines para su pareja. Encima del mueble, contempló el sobre con la información de los padres de su cachorro abierto.
Su omega finalmente había abierto el sobre, pero no le había dicho nada al respecto.
Volviendo al lado de su pareja, se agachó frente a él.
—Si sabes que sin importar lo que haya en ese sobre, nada cambiará tu vida ¿cierto? —comentó mientras le colocaba los calcetines, ya que con un vientre tan grande era imposible para su pareja hacerlo solo.
—Lo sé —musitó cariñosamente, colocando una mano en su hombro—. Quiero hablarte de lo que encontré, solo necesito algo de tiempo para asimilar todo —expresó.
El alfa lo observó.
—No te ves tan sorprendido o enojado por lo que encontraste —observó.
—Oh, créeme, realmente hay una sorpresa ahí —aseguró con sus cejas alzadas—. Por un momento también me enojé, pero luego lo pensé y preferí... —subió sus hombros—. Supongo que ahora puedo comprender algunas cosas.
—Eres un omega terrible, sabes —expresó su alfa, levantándose.
Jimin chillo una risa entre sorprendida y divertida ante las palabras de su amado.
—¿Por qué dices eso, Yoonie? —preguntó rodeándolo con sus brazos, apoyando su mentón en su firme vientre bajo el suéter similar que ambos utilizaban.
—Porque dices cosas así que me dejan en la incógnita, pero tampoco quieres explicar el tema aún —respondió pasando su mano por su cabello—. Pero está bien, estoy feliz de que el miedo que sentiste al tener la información entre tus manos haya sido infundado y que te lo estés tomando bien —expresó con cariño.
—Tengo qué, no quiero que mis estados de ánimo afecten a nuestra Chispita —respondió bajando su rostro, enterrándolo en el abdomen de su alfa.
Bajando la mano hacia el cuello de su omega, Yoongi acarició su marca suavemente.
—Eso no significa que debas forzarte a ver todo positivamente, cariño —reprochó con suavidad—. Si estás enojado puedes estarlo, así como puedes expresar tu tristeza. Guardarlo todo dentro de ti también puede ser malo.
—Pero si te digo cuando me siento así no lo estoy guardando —argumentó sobre su vientre, su voz saliendo algo aplastada por ello.
—Lo es cuando no te das un tiempo a ti mismo a expresarlo dejándolo salir de tu cuerpo, ya sea con lágrimas, risas o maldiciones —indicó sacándolo de su escondite—. ¿De acuerdo?
—Soy profesor de párvulos —le recordó divertido.
—¿Y eso qué? —bufó—. Por favor, amor, como si nunca te hubiera escuchado maldecir.
Riendo despacito al verse descubierto, el pelirrojo omega volvió a esconder su rostro en el abdomen de su alfa donde restregó suavemente su cabeza.
—Venga, vamos a desayunar —le recordó el mayor retrocediendo un paso, estirando su mano le ayudó a levantarse de la cama.
—¿Qué es lo que planean hacerles a tus padres exactamente? —preguntó mientras bajaban las escaleras.
—Solo algo pequeño, mañana es lunes después de todo —respondió—. Namjoon y SeokJin están encargados de cocinar, Jungkook y Taehyung de la decoración y nosotros de comprar las cosas —explicó.
—Uhm... Que tengamos que ir de compras no tiene nada que ver con mi condición, ¿cierto? —preguntó entrecerrando sus ojos en su dirección mientras entraban al comedor.
—Fue todo sorteado —prometió corriendo una silla para él.
—De acuerdo, creeré en ti por esta vez —sonrió—. ¿Y en qué casa lo vamos a hacer?
—En la de mis padres —contestó tomando asiento en la mesa—. Terminando el desayuno nos iremos de compras para tener todo listo temprano, ellos llegarán a las dos de la tarde al aeropuerto, Kook quedó en ir a buscarlos.
—Genial, espero que la hayan pasado bien en la isla Jeju —expresó comiendo animadamente su desayuno.
Observando a su omega comer, Yoongi sonrió satisfecho mientras le escuchaba hablar sobre la inauguración del centro comercial que sería el lunes.
—Parece que Kookie y TaeTae ya están aquí, cielo —pronunció Jimin al contemplar un auto estacionado frente a la casa.
—Primera vez que llegan temprano a algo —se mofó estacionado el auto, sacándole una ligera risa a su omega.
Bajando del auto, ambos se dirigieron a los asientos traseros donde tomaron algunas bolsas de sus compras, dejando salir de paso las cuatro aves de Jimin.
—¿Qué sucede? —preguntó el pelirrojo cuando su alfa se quedó mirando sobre su hombro.
—Gi-kwang está aquí —anunció volviendo su mirada hacia él una vez el alfa entró a la casa nuevamente—. No estés solo en el jardín trasero, ¿de acuerdo? Quiero hablar con él.
—Está bien —asintió echando una rápida miradita a la casa del vecino.
—¡Es tío Minnie y tío GiGi! —chillo una infantil voz y luego un pequeño niño con traje de conejito entero salió de la casa.
Pronto, el infante se presionó contra Jimin, apoyando suavemente el costado de su rostro sobre el abultado vientre del omega.
—Oh, pero que tierno conejito me está saludando —comentó el pelirrojo omega enternecido con la imagen del pequeño.
Beom-gyu rió alegremente y se alejó para estrellarse contra Yoongi esta vez.
—¿Te gusta, tío GiGi? —preguntó el cachorro, inclinando su cabeza hacia atrás para observarle.
—Si campeón, solo te falta la zanahoria —sonrió.
—Conejito, ¿qué dijimos sobre abrir la puerta sin un adulto presente? —regañó Taehyung saliendo de la casa junto a su pareja y el pequeño perrito que les seguía.
—Pero es GiGi y Minnie —pronunció haciéndole puchero.
—Hey, Minnie. Dile a tu bestia que deje en paz a nuestro bebé —gruñó Jungkook agachándose para rescatar al pequeño perrito que estaba siendo abordado por una de las mascotas del pelirrojo.
—Solo son amigos —se rió el pelirrojo omega.
—Deja a Bam en el suelo y ayuda a entrar las bolsas, Kookie —ordenó Taehyung divertido.
Observando con sus ojos entrecerrados a Shuga y las restantes tres aves, Jungkook le entrego el pequeño perrito a su hijo.
—Ve adentro y cuida de él, conejito —pidió, a lo que Beom-gyu felizmente obedeció siendo inmediatamente perseguido por uno de los loros.
—Genial, te advierto que Bam es muy joven para tener una pareja —se quejó Jungkook con Shuga, consiguiendo una risa de los demás.
Entrando todas las bolsas de compras, ordenaron la comida en la cocina y las decoraciones en la sala de estar.
—¿Lo haremos aquí o en el jardín trasero? —preguntó Jimin.
—Aquí es mejor, ¿no? —pronunció Tae observando a través de la ventana—. Corre una ligera brisa que para nosotros puede ser nada, pero para la pequeña Tzuyu y los otros dos cachorros podría sentarle mal, en especial a Sana que se está recuperando de un resfrío —expresó—. Además, somos solo nosotros —se encogió de hombros.
—Es cierto —apoyó Yoongi volviendo a la sala de estar—. Tampoco sería agradable para ti agarrar un resfriado —indicó abrazándolo desde atrás, dejando reposar sus manos en el vientre de su omega mientras besaba su moflete.
—Está bien, ya entendí —sonrió y rio bajito al sentir las pataditas de su Chispita.
—¡Papá! ¡Papá! —chillo Beom-gyu.
—¿Qué sucede conejito? —preguntó Jungkook tomando a su hijo en brazos.
—¿Puedo salir a jugar al jardín con Bam y las mascotas de tío Minnie? —pidió con sus lindos ojitos grandes similares a los de Kookie.
—Eh... Pregúntale a papi —respondió y el cachorro inmediatamente observó en dirección a Tae.
—Sólo por un momento —accedió el omega—. Te pones el gorro y si hace mucho frío te entrarás con todos —advirtió.
El cachorro aplaudió alegre y le lanzó un beso a su papi antes de bajar y salir corriendo con las mascotas detrás de él.
—¿De dónde aprendió eso? —preguntó Jungkook con el ceño fruncido.
Jimin rió ligeramente mientras se acomodaba más entre los brazos de su alfa.
—No lo sé, pero será mejor tener un ojo sobre él jugando allí afuera —indicó Tae—. ¿La piscina está cubierta, cierto? —preguntó.
—No lo sé —respondió su alfa antes de salir corriendo en la dirección de su hijo.
Con la puerta siendo abierta, la familia Kim-Min entró en la casa.
—Princesa, tienes que quitarte los patines aquí adentro —indicó Jin acomodando el cochecito en la entrada para que no molestara a nadie.
—Déjeme te ayudo, cariño —pronunció Namjoon dejando el bolso con diseños de ositos en el suelo antes de inclinarse y ayudar a Sana.
—Oh, parece que ya están todos aquí —sonrió SeokJin tomando a su hija entre sus brazos.
—Minnie oppa, Yoongi oppa, TaeTae oppa —saludó Sana agitando su mano felizmente.
—¿Y Jungkook? ¿Ya fue por nuestros padres? —preguntó Namjoon cambiándose sus zapatos por pantuflas como los demás.
—No, está atrás viendo a nuestro conejito —respondió Taehyung.
—Papá, ¿puede ir a jugar también afuera? —preguntó Sana observando a Namjoon y luego a SeokJin.
—Ve —asintió Jin.
Sonriendo, Sana se detuvo un momento observando a su hermana y luego a Jimin, acercándose al pelirrojo omega, alzó tentativamente su mano para tocar el abultado vientre.
—Ojalá seas niña, así mi hermana puede tener a alguien con quien jugar —expresó y sonrió hacia Jimin antes de salir corriendo—. Hola Kookie oppa —saludó pasando por su lado.
—Eso fue dulce —sonrió Jimin.
—Creo que nuestra hija ya está mejor —sonrió Nam abrazando los hombros de su omega.
—Solo quiero que sean feliz, ambas —pronunció observando los ojitos de la bebé entre sus brazos.
—Lo serán —aseguró Yoongi—. Somos una gran familia unida —les recordó.
—Bien, entonces... ¿Por qué no comenzamos a preparar todo? —sonrió Tae.
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