🌸•Capítulo 71•🌸


Jimin mordió el interior de su mejilla y acarició distraídamente su abdomen mientras su atención giraba entre los profesores hablando, y su teléfono celular descansando sobre la mesa.

Aunque había dicho que no iba a pensar mucho en su problema auditivo, la verdad era que sí tenía curiosidad al respecto.

Es cierto que la doctora le había explicado de forma breve y clara sobre cómo sería el procedimiento, pero luego de pasar el fin de semana con su alfa quien lo trataba tan amorosamente como siempre, sin exagerar nada de su trato hacia él por su nueva condición, había comenzado a sentir curiosidad.

Y aunque había tratado de resistir, terminando sus clases ese día martes, se puso a investigar al respecto, y ni siquiera el hecho de que pronto tendría reunión de profesores influyó en su curiosidad.

En ese período de espera a que iniciara la reunión, había logrado descubrir algunas cosas, entre ellas la diferencia de la operación que tenían que hacerle a él, y la que tuvo Hyuna.

Con las palabras de la doctora, su alfa había pensado que iba a tener la misma operación que Hyuna, pero investigar descubrió que, a pesar de ser similar, tanto la recuperación, como el problema de ambos era diferentes, por lo que obviamente los resultados también podrían ser muy distintos.

Según recordaba, el problema auditivo de Hyuna había sido mucho más grave, y con la diferencia que ella nació de esa forma, no como él que la adquirió debido a un accidente.

Aunque para estar seguro tendría que preguntarles a los padres de Yoongi, lo haría para no seguir apreciando esa mirada pensativa en el rostro de su alfa, quien también había estado investigando por su cuenta durante el fin de semana, el domingo en la tarde para ser exactos.

Esa tarde después de la cena, Jimin se había acomodado en el sofá en busca de algo que ver cuando su alfa se sentó a su lado con el computador sobre su regazo, haciéndole compañía durante la película que finalmente escogió mientras investigaba a su lado.

No se molestó en ocultárselo, así como en hacerle algunas preguntas similares a las que le había hecho la doctora, y el pelirrojo omega en vez de molestar o entristecerse por pensar en su nueva situación, se sintió cálido.

Su alfa no estaba tratando de hacerle menos por su problema auditivo, le seguía tratando como siempre mientras buscaba otras posibles soluciones que lo ayudasen.

En otro momento, pensando en su juventud, tal vez se habría sentido mal e incómodo, pero ahora...

Ahora sólo quería ser tan positivo como su pareja por el bien de ambos y de su Chispita.

Si tenía miedo, lo enfrentaría valientemente en compañía de su amado alfa.

—¿Profesor Jimin?

Tras escuchar su nombre, el pelirrojo omega detuvo la caricia sobre su abdomen y alzó la mirada, apreciando a otros compañeros de trabajo mirarle fijamente.

—¿Se encuentra bien? —preguntó el jefe de profesores que estaba a la cabeza de la mesa—. No es la primera vez que le llamo —indicó no muy feliz al respecto, al parecer.

—Son menos veces necesarias a las que necesitas cuando llama la atención de la señorita Jihye —expresó distraídamente la señora Shim, cruzando los brazos sobre su pecho.

Todos guardaron silencio, era bien sabido entre el pequeño grupo de profesores que ambos andaban en una aventura a pesar de que el alfa Minsu estaba casado.

Aclarándose la garganta, el alfa jefe de los profesores le frunció el ceño levemente a la vieja beta y dejó el tema, volviendo su atención a Jimin nuevamente, quien observaba con curiosidad a la señora Shim.

Podría pensar que había saltado a defenderle y ayudarle, pero la verdad era que sabía que Shim y Jihye no se llevaban para nada bien, todos lo sabían realmente.

—Entonces, ¿cómo es tu nueva ayudante? —preguntó.

—Oh, Jennie es muy dulce y ya se lleva bien con mis pequeños estudiantes —aseguró—. Todavía necesita estar bajo vigilancia, ya que hay algunas cosas que aún no domina y entra ligeramente en pánico cuando no sabe qué hacer si un pequeño pregunta algo que no sabe cómo responder o se lastima —expresó.

—¿Y cuándo se estará retirando por maternidad? —prosiguió el alfa.

—Uh... Aún me queda un par de meses más o menos —respondió—. Creo que estará lista para cuando me tenga que retirar.

—Muy bien —asintió y la reunión prosiguió su curso.

Después de discutir el aniversario del jardín y las vacaciones, las cuales comenzarían al termino de esa semana y se retomarían a finales de mes, la reunión finalmente terminó luego de dos horas y Jimin podría decir que estaba muriendo de hambre.

Haberse saltado el pequeño período de tiempo que les dieron para almorzar solo para investigar tal vez no había sido su mejor decisión, a juzgar por como su bebé se retorcía en su interior, exigiéndole alimentarlos.

Tomando sus cosas, el omega salió de la sala al igual que los demás profesores y gruñó cuando alguien lo pasó a llevar.

—Te dije que te movieras —se excusó Jihye mirándolo sobre su hombro antes de seguir su camino, detrás de amante.

—Tch, esa mocosa malcriada —expresó la señora Shim a su lado—. Se cree la gran cosa porque tiene una aventura con ese bastardo de Minsu, si lo supiera que es una más en la lista y que será reemplaza cuando el idiota se aburra.

—¿Está bien hablar así de él? —preguntó Jimin curioso mientras caminaba a su lado—. Es el hijo del director.

—Y yo soy la mejor amiga de su madre —bufó—. Parece que tendré que llamarla para que le baje los humos a su hijo otra vez —negó con su cabeza.

El pelirrojo omega soltó una pequeña risa al imaginarse aquello, ahora también comprendía como Minsu podía ser tan arrogante por varios meses para luego ser extremadamente humilde con los demás.

En realidad, había pensado que ese era su patrón para conquistar a las chicas nuevas, ya fueran profesoras, encargadas de limpiezas o guardias, a Minsu no le importaba a la hora de llevársela a la cama.

Saliendo del establecimiento, Jimin caminó por las calles hasta llegar a un pasaje estrecho lleno de puestos de comida ambulantes.

Relamiendo sus labios, se internó deteniéndose en cada puesto con delicioso olor que llamara su apetito, evitando algunos que provocaban todo lo contrario hasta que estuvo totalmente satisfecho.

Con una bolsita con una docena de dumplings de pollo, el omega dejó la calle y tomó un taxi dirigiéndose a su casa, cambiando de opinión a último momento para dirigirse en cambio a la mansión de sus suegros.

Si tenía suerte y no molestaba, tal vez podría averiguar sobre la sordera de Hyuna, aunque también podría averiguarlo con su pareja, generalmente eran los padres quienes tenían todos los detalles respecto algún problema de salud de sus hijos, para así poder ayudarles.

Bajándose del taxi, agradeció al conductor y se dirigió a la gran casa. Tocando el timbre, frunció el ceño cuando no fue recibido por nadie.

—¿Buscas a los señores Min? —preguntó una voz a su costado.

Observando el otro lado del jardín delantero, Jimin contempló al vecino observarle desde la cerca.

—Hola hyung —saludó dirigiéndose hacia el alfa—. Vine en una visita sorpresa, pero parece que no hay nadie —explicó.

—Hoy en la mañana salieron temprano —informó—. Joongki subió una maleta al auto y luego se fue con su esposa, ambos se veían muy felices por salir a distraerse un poco.

—Ellos salieron... ¡Ah! Verdad —exclamó el omega al recordar que los padres de su alfa se irían esa semana a la isla Jeju por unas pequeñas vacaciones.

Observando hacia la gran casa, el pelirrojo suspiró. Bien, entonces tendría que esperar o simplemente consultarlo con su alfa.

—Gracias por decirme o habría pasado más tiempo tocando el timbre —resopló—. ¿Quiere dumping? Son de pollo —ofreció.

—Genial, hace tiempo que no comía de estos, gracias —pronunció recibiendo la bolsa que le entregaba el más joven—. ¿No quieres venir a comer conmigo?

—No, acabo de comer en realidad —se excusó.

—Vamos, tengo un buen té de hierbas para acompañar esto —insistió—. Con una vida dentro de ti debes de alimentaria bien.

Jimin bufó rodeando su abdomen con ambos brazos.

—Gracias a Yoonie realmente estoy comiendo bien, tal vez demasiado bien —expresó divertido—. Cada vez que tengo antojo de algo, por muy extraño que sea, mi alfa me lo consigue. No me sorprendería si la doctora Kim me regañara por estar comiendo en exceso, o por comer cosas no muy sanas —rió.

—¿En serio? Hyuna tenía antojos, pero eran poquitos y la mayoría se trataba de comer fresas, cualquier cosa que tuviera fresa era deseable para ella —recordó.

—Yo tengo antojos muy diversos, un día puedo desear una pizza con piña, otro un pepino con nutella y el más extraño hasta ahora es el jabón con el que lavo los platos —rió avergonzado—. Afortunadamente, Yoonie ha estado al lado mío cada vez que hay que lavar o ya le habría dado una probadita.

El alfa contrarió rió.

—Bueno, eso sí es un poquito extraño —sonrió el mayor.

—Pero no es nada que una mandarina no pueda arreglar —sonrió pequeño—. Mi alfa es un poco adicto a ellas y ahora puedo decir que yo también me he vuelto uno por su culpa, las estoy comiendo en la mañana, noche y en cualquier momento en que la pueda acompañar con algo sin hacer un experimento —expresó divertido.

—Bueno, ahí tienes algo en común —sonrió—. Para Hyuna eran las fresas, y para ti son las mandarinas.

—Cierto —asintió acariciando su vientre con cariño.

—¿Puedo tocar? —preguntó Gi-kwang, observando su abultado abdomen con cierto brillo que el omega no pudo reconocer.

—Lo siento, no me sienta bien el tacto de extraños, más aún si son alfas —expresó sincero.

—Auch —sonrió llevando su mano hacia su pecho—. ¿Extraño? —preguntó.

—Bueno, es verdad que antes éramos vecinos, pero hace años que yo me mude y usted igual —le recordó—. Que nos hayamos reencontrado hace poco no dice mucho, solo éramos conocidos —se encogió de hombros.

—Eres cruel, pequeño —suspiró—. Pero supongo que tienes razón, solo soy un alfa desconocido en este momento, es obvio que no me lo ibas a permitir —expresó con tristeza.

—Por favor, no me mires así —torció sus labios—. En verdad no puedo dejarle, mi lobo no me lo permite.

—Entonces ignora a tu lobo —dijo simplemente.

Jimin parpadeó y le observó extraño.

—¿Por qué me miras así? Nadie escucha esa parte de ellos, es lo común no hacerlo —se encogió de hombros, acercándose.

—Tal vez la mayoría no lo haga, pero mi alfa, yo y mis amigos sí —anunció llevando una mano hacia su cuello, bajando el delgado pañuelo que lo rodeaba para revelar su marca—. Y todos somos muy felices por haberlo hecho.

—¿Qué hiciste? —exclamó sin quitar sus ojos de la marca de Jimin.

—Solo ser feliz —respondió volviendo a colocarse bien el pañuelo—. Pero como no muchos entienden el significado de esto, también lo haremos oficial y nos casaremos —sonrió mostrando su anillo.

—¿Cuándo?

—Octubre, antes de que nazca Chispita —respondió sonriente.

—Vaya... —murmuró con sus ojos concentrados en su vientre—. Entonces, ¿la pequeña fresa estaría llegando en diciembre?

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Jimin mientras una sensación extraña le invadía.

—Es Chispita... —corrigió—. Aún no sabemos si será mujercita o un hombrecito, Chispita no va a ninguno de los dos lados —expresó.

—Oh, si —sonrió—. ¿Seguro de que no quieres venir a comer? —alzó la bolsa.

—No, gracias —retrocedió un paso—. Mi alfa me debe de estar esperando ya en nuestra casa.

—Por supuesto, ¿deseas que te lleve? —ofreció.

—No, no vivimos muy lejos y caminar me hará bien —sonrió—. Adiós, hyung —se despidió.

—Adiós, pequeño.

Sintiendo la mirada del alfa sobre su persona, se alejó por la calle dirigiéndose hacia su casa. Doblando en una esquina, soltó un suspiro cuando finalmente, dejó de sentirla.

Ugh... Esperaba que no significara nada malo, pero la sensación que le había invadido cada vez que el alfa hacia una comparación con Hyuna, no se había sentido bien...

Era similar a cuando Hyekyo lo había hecho.

De momento se lo comentaría a Yoongi y trataría de evitar estar a solas con Gi-kwang.

Cuando sus pies comenzaron a doler a mitad de camino, consideró seriamente retroceder y hacer una parada en la casa de SeokJin, pero solo la idea de devolverse lo que ya había avanzado le estremecía, obligándolo a seguir.

Consideró también tomar un taxi cuando su espalda se comenzó a quejar, pero ya le faltaba tan poco que era tonto.

Cuando finalmente estuvo frente a su casa, soltó un profundo suspiro de alivio mientras abría la puerta de la cerca.

Cruzando el jardín delantero, observó con interés el auto de su pareja ya guardado en la cochera.

Abriendo la puerta, escuchó sonidos en la cocina.

—¿Amor? —llamó quitándose los zapatos con esfuerzos—. ¿Llegaste antes?

—Nop, mi última reunión se canceló por lo que salí solo unos minutos antes, ahorrándome el tráfico de las seis —explicó apareciendo—. Ve al sofá cachorro, te traeré una fuente con agua tibia para tus pies —anunció al no sólo sentir el cansancio de su omega, sino que también apreciándolo en sus rasgos.

—Mi espalda también se está quejando —pronunció con un puchero.

—Entonces te haré un pequeño masaje —anunció ayudándole a ir al sofá—. ¿Saliste con Tae? No debió dejarte de caminar tanto.

—Uh, no —respondió soltando un suspiro de alivio tras tomar asiento—. Terminando la reunión de profesores fui a la casa de tus padres, pero no recordé que se iban de vacaciones —explicó recargándose en el respaldar del sofá mientras cerraba sus ojos.

—¿Y caminaste todo eso? —preguntó su alfa desde la cocina, la sorpresa y el reproche incluido en su tono.

—Bueno, me encontré con Gi-kwang hyung y se ofreció a traerme, pero... Como que no me sentí bien con su amabilidad... Con él en realidad —expresó.

—¿Qué quieres decir? ¿Intentó volver a tocar a nuestra Chispita? —gruñó volviendo con él.

—Preguntó y me negué —respondió abriendo sus ojos, contemplando a su pareja agachado a su lado quitándole los calcetines y subiéndole los pantalones para finalmente meter sus pies en el agua tibia.

—¿Te hizo sentir incómodo?

—Fue extraño —gimió bajito, feliz mientras sentía el agua en sus cansados pies—. Estábamos bien hasta que empezamos hablar de Chispita, hizo comparaciones con Hyuna y... Se sintió similar a cuando tu madre lo hacía —explicó.

Sentándose a su lado en el sofá, Yoongi ahuecó su rostro con sus manos.

—Intentó algo...

—No Yoonie, solo me dio esa sensación —prometió.

—No quiero que estés a solas con él, por favor —pidió besando su frente—. Hablaré con Gi-kwang e intentaré saber qué está ocurriendo por su mente, pero hasta no saberlo no me gustaría que te quedaras a solas con él cerca.

—Está bien —asintió y cerró sus ojos cuando su alfa lo besó juntando sus lenguas en una caricia.

Gimoteó disgustado cuando Yoongi se alejó, él quería más besos y tal vez... Llegar a la cama, desnudos.

—Estaría encantado de hacer lo mismo —sonrió el mayor, besando la comisura de sus labios—. Pero hay algo importante que tengo que mostrarte, algo que ya he retrasado el tiempo suficiente.

Alejándose, Yoongi tomó el sobre café que había dejado en la pequeña mesa de centro y lo dejó en el regazo de su pareja.

—¿Y esto es...? —preguntó su omega, alterando la mirada entre su alfa y el sobre.

—Es lo que estabas esperando, la información del detective sobre tus padres —anunció.

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