🌸•Capítulo 67•🌸


Jimin dejó escapar un suspiro de alivio otra vez simplemente porque podía y quería.

Amaba su baño, era algo tan simple como eso.

El baño integrado en la habitación principal, su dormitorio, consistía en una ducha con paredes de vidrio donde el agua caía en todas direcciones, la cual también era maravillosa y con el espacio justo para dos personas.

Y como si eso no fuera suficiente, también estaba incluida una tina lo bastante amplia para que Jimin pudiera acurrucarse junto a su alfa y relajarse, aunque en ese momento no se podía debido a que Yoongi se encontraba trabajando.

Y aunque ambas duchas eran estupendas, por supuesto que también lo era el resto del baño, desde algo tan simple como el piso, o los muebles del lavamanos, etc.

Jugando un poco con el agua, Jimin se relajó sintiendo alivio en sus pies y su espalda baja después de un día de trabajo.

Tal parecía que, pasando los cinco meses, su vientre había aparecido con creces de la nada, el cual seguía creciendo cada día más y más hasta el punto en que agacharse sin ayuda se le estaba dificultando, lo que provocaba ciertos dolores en su cuerpo.

Y si le preguntaban al respecto, todo era maravilloso debido a la personita que los provocaba.

Sintiendo ya como el agua se había entibiado, el pelirrojo omega terminó de lavar su cabello y salió de la tina con cuidado.

Agarrando una toalla, secó su cuerpo con ella y rió bajito cuando su cachorro respondió con una patadita consecutiva tras secar su vientre.

Envolviendo la toalla en su cintura, tomó otra más pequeña y la dejó sobre su cabeza. Secó su cabello antes de dirigirse hacia su habitación donde había dejado su ropa lista encima de la cama junto a su celular.

Colocándose su bóxer, tomó la crema que su alfa le había regalado y comenzó a esparcirla por su abdomen.

Abriendo el cajón de su mesita de noche, Jimin quiso tomar su cámara, pero su mirada se desvió hacia la fotografía de ambas mujeres pelirrojas sonrientes.

Una tía.

Él había tenido una tía.

El pequeño Theia era realmente un familiar de él, un primo.

Cerrando el cajón, Jimin agitó suavemente su cabeza sin querer pensar en ello aún, porque cuando lo hacía, otras dudas respecto a sus padres resaltaban en su mente sin descanso, lo que le llevaba a preocuparse y por consecuencia, preocupar a su alfa.

Ya pensaría en todo ello cuando el investigador llegará con la información. ¿Podría estar evitando el tema? ¿Esquivándolo? Tal vez, pero lo prefería así, no podía volver a estresarse y tener emociones como la angustia y tristeza también afectaban a su cachorro, algo que no quería.

Sentándose en la cama, frunció el ceño al contemplar la pantalla de su teléfono brillar con el nombre de Taehyung en esta, anunciando una llamada entrante.

¿Pero por qué no estaba sonando si era una llamada?

Tomando su teléfono, lo revisó asegurándose de que tuviera sonido antes de contestar, pero no pudo escuchar nada del otro lado.

—¿Taehyung? —preguntó, pero no hubo respuesta—. Oye, no es gracioso, habla —pidió, y aun así no hubo nada.

Un mal presentimiento se apoderó de él y con temor, cortó la llamada. Revisó si celular nuevamente, asegurándose de que el volumen estaba todo y cuando la pantalla volvió a brillar sin sonido a pesar de ser una llamada, dejó caer su teléfono en la cama mientras llevaba ambas manos hacia los audífonos en sus orejas, comprobándolos.

Subiéndole todo el volumen, siguió sin escuchar absolutamente nada.

Ni el sonido de llamada de su celular, ni sus mascotas revoloteando por alrededor de la casa, simplemente había un puro silencio ensordecedor que lo atemorizó.

Respirando profundamente para controlar sus emociones y así no transmitir su angustia a su alfa, Jimin se quitó los audífonos y abrió nuevamente su cajón, revisándolo.

Cuando no encontró su otro par de audífonos, fue al lado de su pareja y abrió el cajón nuevamente, encontrándolos.

Colocándoselos, esperó retorciendo sus dedos sobre sus desnudos muslos. Un chillido escapó de sus labios cuando una melodía fuerte le sobresaltó.

Llevando una mano hacia su pecho, giró su cuerpo contemplando su teléfono con otra llamada entrante de su amigo.

Una risita de alivio escapó de sus labios tras eso.

Realmente debería de permitir que Yoongi gastara lo que fuera necesario en sus audífonos para no pasar un susto como ese simplemente por ahorrar algo.

—Hola TaeTae —saludó alegremente.

—¿Hola TaeTae? —repitió el contrario—. Dios Minnie, me pegué un buen susto cuando no contestaste ninguna de mis tres llamadas y la cuarta que me respondiste fue solo para dejarme más preocupado —regañó y gruñó—. Estaba a punto de llamar a Kookie todo asustado.

—Lo siento, tomé un largo baño en la tina y dejé el teléfono en la cama. Mi audífono se echó a perder y no escuchaba nada, por eso corté cuando contesté tu llamada, pero ya los cambié por otros —explicó.

Pfff, ese no fue un susto que dan gusto, Jimin-sshi —refunfuño.

—Ya, perdón —rió bajito—. ¿Para qué me llamabas de todos modos?

Te hablé por mensajes, pero no me respondiste —gruñó.

—Vamos Taehyungie, ya estamos hablando así que dímelo por aquí, ¿si? —pidió un poco divertido.

Bueno, está bien, ya que ruegas tanto —se rió—. Quería saber cuándo nos podemos encontrar, quiero presentarte al nuevo integrante de la familia Kim-Min.

—¿Ya lograste quitárselo a Kookie? —preguntó divertido.

Beom-gyu le había hablado todo el día sobre su nueva mascota y Jimin había pensado que le vería cuando su amigo fuera por su hijo, pero ese no había sido el caso debido a que el alfa lo había tomado al cuidado esa mañana.

Es que es tan tierno Minnie, es imposible no quererlo —expresó con emoción—. Tú también te vas a enamorar de él, pero te advierto que no te lo puedes llevar.

El pelirrojo negó con una sonrisa.

—Bien, pero ¿no tenías trabajo en la tarde? —recordó.

La modelo se enfermó y cambiaron la fecha —dijo sin importancia—. ¿Y entonces?

—¿Por qué no nos vemos en la casa de Jinnie? Tenía pensado ir a verlo de todas formas —propuso.

Perfecto, ¿nos vemos ahora?

—Me tengo que terminar de vestir primero, pero saldré enseguida y llevaré algunas galletas, quiero comer helado de vainilla —se le antojó repentinamente y masajeó su abdomen.

Uhm... Ese helado quedaría perfecto con algo de caramelo sobre el.

El clima no está muy agradable para comer helado —indicó su amigo.

—No está lloviendo ni corriendo viento, solo está nublado parcialmente —argumentó.

—... Rayos, ahora entiendo lo que sentías cuando me decías esas cosas mientras comía helado en pleno invierno —se carcajeó—. Está bien, nos vemos en la casa de Jin, voy de salida.

—Bien, nos vemos —se despidió cortando la llamada.

Terminando de vestirse, Jimin salió de su habitación al pasillo e inevitablemente lo cruzó dirigiéndose al dormitorio de su cachorro frente a ellos, admirando satisfecho y encantado el resultado final.

Las paredes que había pintado de celeste le habían pegado unas nubes junto a unas pequeñas estrellas, las cuales combinaban con el diseño de las cortinas que cubrían ambas ventanas.

En la esquina de la habitación, había un cómodo sofá reclinable con el propósito de que Jimin o Yoongi pudieran alimentar bien a su bebé y al lado de esta había una pequeña mesa alta para dejar cosas.

En la otra pared cercana a la puerta estaba la cómoda y el cambiador de pañales, el cual consistía en un mueble con cajones y en la superficie estaba un pequeño colchoncito forrados con bordes por el alrededor.

Al ladito estaba un moisés que era una especie de mini cuna en la cual se podía balancear fácilmente, habían descubierto que era más fácil y cómodo para los bebés recién nacidos dormir en ellos por lo que no habían dudado en comprar uno, además era fácil de mover a todos lados de la casa para tener una constante vigilancia y quedaría bien su habitación también.

Y al medio de la habitación, estaba la cuna para cuando su cachorro estuviera un poco más grandecito con una alfombra afelpada de color azul descansando debajo.

Mientras estaban de compras, habían tenido deseos de comprar más cosas, pero ambos se abstuvieron de ello porque fueron advertidos de que tenían que hacer un baby shower en el cual, también estarían recibiendo regalos para el cachorro y no tendría ninguna gracia que estos se repitieran.

Recorriendo los pasillos ambos padres habían tenido tantos deseos de comprar ropita al ver los diseños y modelos para hombre como para mujeres, pero como aún no sabían el sexo de su cachorro solo observaron con la esperanza de saber en la próxima consulta.

Entonces ya ninguno de los dos se contendría más y podrían comprarle lo que quisieran a su Chispita.

Saliendo de la habitación, se dirigió hacia su cocina y revisó el refrigerador por algo de helado, cuando no encontró nada, hizo un puchero.

"Hyung, ¿cuando vengas a casa puedes pasar a comprar helado de vainilla y algo de caramelo para echarle encima?" pidió.

"Claro amor, ¿deseas otra cosa?" respondió inmediatamente.

"Galletas con chispas... No, mejor que sean de miel" pidió.

"Bien, ¿puedes aguantar hasta la tarde o le pido a Jaebum que te lo lleve?"

"Iré a casa de Jinnie, él tiene comida deliciosa que me llenará mientras espero" aseguró.

"De acuerdo cachorro, en unas horas más estaré en casa" prometió.

"Te extraño, trabaja bien" se despidió.

Revisando la comida y agua de sus mascotas, el omega se dirigió hacia la puerta y ni siquiera chilló sorprendido cuando una de sus mascotas se posó sobre su hombro.

—¿Quieres ir conmigo, hermoso? —preguntó observando a Tata.

—Si, si. Si, si —respondió el ave moviendo su cabeza de arriba hacia abajo.

Riendo, Jimin tomó su chaqueta ligera y se la colocó antes de salir de su casa, dirigiéndose a la de Jin.

Cuando estuvo cerca, sonrió al contemplar el auto de Jungkook estacionado frente a la casa.

Subiendo el único escalón del pequeño porche delantero, golpeó y esperó apenas unos segundos antes de que la puerta fuera abierta de golpe por Sana y Beom-gyu, quienes chillaron y lo abrazaron con fuerza.

—Chicos, demasiada presión para mi bebé —expresó e inmediatamente ambos aligeraron su agarre.

—Tío Minnie, tengo un perrito —chillo alegremente Beom-gyu.

—Es lindo, pequeño y muy energético —rió Sana y luego tosió tapando su boca.

—Sana, adentro que está helado y tú estás resfriada —le regaño Jin apareciendo en la puerta—. Hola Minnie —saludó con una sonrisa.

—Hola JinJin —sonrió y ninguno parpadeó cuando su mascota voló de su hombro al interior de la casa, ya más que acostumbrados, pero Beom-gyu corrió alegremente detrás de el con una risita traviesa.

—Vamos Minnie-ah, entra —invitó el mayor colocando su mano en el hombro de su hija—. Vuelve a la cama, se supone que estabas muy enferma y por eso te fui a buscar a la escuela.

Soltando una risa traviesa que pronto se transformó en tos, Sana obedeció a su padre.

Cerrando la puerta detrás de él, Jimin se quitó sus zapatos y se colocó las pantuflas antes de seguir a Jin a la sala de estar, donde Taehyung sostenía a la bebé mientras se reía de algo que no alcanzaba a ver.

Acercándose más, rodeando el sofá, el pelirrojo alzó una ceja y luego se carcajeó al igual que SeokJin cuando observó a Tata persiguiendo a un pequeño y adorable perrito con pelaje entre negro y café, intentando llamar su atención.

—Oh si, a Kookie le gustará ver esto —se rió Tae grabando la interacción de ambos animales.

—Inusual, pero dulce y Jungkook no dejará de molestar a Shuga por esto —comentó Jin.

—Esos dos juntos son peor que dos niños —sonrió Jimin tomando asiento en el sofá.

—¿No ibas a traer helado? —pregunto el omega peliazul dejando de grabar.

—Lo pensé mejor y preferí que Yoonie me lo trajera en la tarde para así poder tener el estómago vacío en la casa de Jinnie porque siempre tiene cosas ricas —sonrió inocente, observando al nombrado.

—Tienes razón, hoy hice una tarta de manzana —sonrió el mayor—. ¿Quieren?

—Hasta la pregunta ofende —exclamaron ambos omegas.

Riendo, el omega mayor negó con su cabeza y se alejó dirigiéndose a la cocina.

—Tío Minnie, el es mi perrito Bam —presentó Beom-gyu tomando al animalito entre sus brazos para dejarlo en el regazo del pelirrojo.

—Pero mira esta bolita de ternura —expresó Jimin alzando al pequeño animal entre sus dos manos, acercándolo a su rostro, recibiendo un húmedo lengüetazo en su nariz de una pequeña lengua.

Riendo, lo dejó nuevamente en el suelo y Tata fue inmediatamente a su encuentro.

—¿Conejito, por qué no llevas a Bam con Sana y ven una película? —ofreció su padre—. Así no está solita en su cama.

—Voy —respondió tomando al perrito antes de salir corriendo con Tata siguiéndole de cerca.

—Lo ama —pronunció Taehyung dejando a la durmiente bebé en una pequeña cuna que estaba en la sala de estar antes de sentarse al lado del pelirrojo—. No sé cómo lo haremos cuando crezca, pero ya nos preocupa remos de eso cuando pase —dijo no muy preocupado.

Matando divertido, Jimin se concentró en Jin cuando volvió con ellos.

—¿Sana está muy enferma? —preguntó.

—Solo es un pequeño resfriado, ya le he dado algo, pero si no mejora un poco la llevaremos con el médico, últimamente las mañanas están heladas y no le ayudará, menos con sus clases de natación —explicó dejando la bandeja en la pequeña mesa de centro—. Les hice algo de té para acompañar.

—Gracias —pronunciaron ambos omegas antes de estirarse para tomar el pequeño platillo con el postre.

—Por cierto, estás hermoso Jimin-sshi, tu pequeña Chispita está creciendo muy bien —observó el mayor.

—Gracias —sonrió el pelirrojo observando su vientre—. Esperemos que en su próxima cita con la doctora nos dejé saber si es niña o niño para poder terminar de decorar la habitación —expresó.

—Es una cosita terca como ambos —se rió Taehyung.

—¿Cuándo piensas hacer el baby shower? —preguntó SeokJin—. Debes de hacerlo antes de que nazca obviamente.

—Uh... Si soy sincero, ya hasta lo había olvidado con las otras cosas hasta que me lo mencionaron —respondió y rió solo un poco avergonzado.

—¿Cómo pudiste olvidarlo, Jimin-sshi? —se burló Taehyung.

—He tenido otras cosas en la cabeza. Tal vez hemos terminado con los detalles de la casa, pero aún me quedan de la boda, los cuales estoy discutiendo con Yoonie entre su trabajo y el mío, el tiempo se nos está acabando y no es algo que simplemente pueda dejar —explicó y su mirada viajó al hermoso anillo que le había regalado su alfa.

—Entonces, ¿por qué no nos dejas eso a nosotros? —ofreció el omega mayor.

—¡Oh! Sí, nosotros podemos hacerlo —apoyó Tae totalmente.

—No lo sé... —torció sus labios—. Ustedes también tienen cosas que hacer.

—Pff, lo único que hago es cuidar de Tzuyu, Sana y la casa, tengo tiempo —aseguró el mayor de los omegas.

—Y tú sabes que el dinero realmente no me falta, por ello solo acepto trabajos de vez en cuando para así poder pasar más tiempo con mi conejito —le recordó el peliazul—. Además, sabes que con Kookie es como si fuéramos nuestro propio jefe por nuestra línea de trabajo —se encogió de hombros.

—Bueno, si no les molesta, confiaré en ustedes entonces —aceptó finalmente—. Pero por favor, nada extravagante y solo familia y conocidos —pidió.

—Por supuesto —aceptaron ambos contrarios e inmediatamente comenzaron a hablar de los detalles.

Riendo, Jimin negó con su cabeza y terminó su postre.

—Por cierto, ¿cómo han ido las cosas con el idiota? —preguntó Tae.

Dejando el platillo vacío sobre la pequeña mesa de centro encima de la bandeja, el pelirrojo tomó su taza de té y observó interesado al omega mayor.

—Bueno, a decir verdad, hace dos días apareció en el restaurante e hizo un escándalo épico, Namjoon estuvo a punto de llegar a los golpes —comentó.

—¿Y no lo hizo? —preguntó Minnie alzando una ceja.

—Quiso, pero una persona intervino —sonrió—. Dicho individuo, resultó ser el padre de ese idiota, quien se disculpó personalmente con mi Joonie por todos los inconvenientes que causó su hijo y trato de darle dinero —explicó—. Namjoon lo rechazó, y a cambio pidió que JaeHwan no se volviera a acercar a nosotros.

—¿Y él aceptó? —preguntaron ambos menores interesados.

—Sí, y hasta el momento no hemos vuelto a saber o escuchar de ellos —sonrió feliz—. Namie dijo que el padre se veía realmente avergonzado y furioso, y como ni siquiera preguntó por Sana, no creemos que esté interesada en ella por lo que no hay de que preocuparse y podemos cerrar esa parte de nuestras vidas otra vez —expresó sonriente.

—¿Y cómo está Sana con todo esto? —preguntó Jimin.

—Se ha mostrado un poco más cautelosa con los extraños y otros adultos —comentó—. No creo que sea algo particularmente malo y Namjoon tampoco, pero el psicólogo está tratando con ello. Al menos sé que la ayudará, porque definitivamente ha ayudado con los sentimientos encontrados que tenía con su nueva hermanita —expresó con una sonrisa cálida.

—Eso es bueno —sonrió Taehyung y Jimin asintió.

"Amor, ya he conseguido lo que has pedido y voy a casa" anunció su alfa a través de su lazo.

Frunciendo sus labios levemente, el pelirrojo sacó su teléfono celular y comprobó la hora.

"Pero Hyung, aún falta una hora para que salgas del trabajo" respondió.

"Se canceló una cita y lo demás era papeleo"

"¿Se canceló o cancelaste?" preguntó divertido.

"No iba a dejar a mi omega con mi bebé esperando un antojo" argumentó.

Sonriendo automáticamente ante la determinación que proyecto su alfa, Jimin soltó una pequeña risita.

"De acuerdo, iré a casa entonces" aceptó y observó a sus amigos.

—Es Yoonie, dice que cancelaron su última cita y va camino a casa —explicó volviendo a guardar su teléfono.

—Oh, está bien —pronunció Jin observándolo al igual que Tae.

—Yo me quedaré un rato más —anunció el peliazul.

—No te preocupes por el baby shower, nosotros lo arreglaremos todo —prometió el omega mayor, siguiendo a Jimin a la entrada.

—En serio le agradezco esto, si tienen alguna duda o por el tema de dinero solo díganlo y...

—Te dije que no te preocuparas por ello —interrumpió el contrario—. Ahora ve con tu alfa.

Sonriendo, Jimin se colocó sus zapatillas y llamó silbando a su mascota.

—Espero que Sana mejore pronto —expresó—. Despídanme de ella y Beom-gyu —pidió abriendo la puerta cuando Tata finalmente estuvo sobre su hombro, despidiéndose de su nuevo amiguito quien le había seguido.

Saliendo de la casa, Jimin se dirigió a la propia burlándose de su feliz mascota que no dejaba de hablar repitiendo él nombre de Bam.

Abriendo la pequeña puerta de la cerca, el pelirrojo se detuvo y se inclinó ligeramente de dolor cuando un agudo pitido penetró en ambos oídos, asustándolo.

Cuando este finalmente terminó, el omega observó a su alrededor un poco desorientado antes de cerrar la cerca y recorrer su jardín delantero antes de subir los escalones del porche y sacar la llave de su casa.

Abriendo la puerta, la cerró detrás de él y caminó hasta el sofá dejándose caer cuidadosamente en el.

Otra vez... Estaba teniendo problemas para escuchar.

Pensando en los cambios que había tenido, el miedo se apoderó de Jimin tras comprender que aquellos dolores de cabeza, los pitidos y la repentina pérdida de sonido a momentos no era normal...

Su médico le había asegurado que su cachorro estaba bien, y eso solo le dejaba una opción.

No eran sus audífonos los que estaban fallando, eran sus propios oídos.

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