🌸•Capítulo 61•🌸


Despidiéndose de la doctora Kim, quien había tomado parte de su tiempo libre para visitar y revisar a Jimin en su departamento luego de enterarse del pequeño accidente, Yoongi suspiró y finalmente se derrumbó un momento de puro alivio sentándose en la orilla de su cama.

Haber llegado a la casa de su hermano y encontrarse con Jimin desmayado en el suelo iba a ser una imagen de una pesadilla que nunca olvidaría fácilmente, así como su trayecto al hospital cuando no despertó.

E incluso cuando el doctor Ji les había asegurado que dentro de todo, su pareja estaba bien y que podía volver a su hogar luego de un par de horas, Yoongi no había quedado tranquilo hasta que la doctora Kim había cruzado la puerta de su departamento y revisó a Jimin para llegar al mismo diagnóstico.

Todo momento mientras esperaba había sido como una película de terror, y su pareja solo había despertado por unos segundos un par de veces para luego seguir descansando, que era lo que más necesitaba su cuerpo en ese instante.

Observando a su omega descansar sobre la cama tan tranquilamente como si nada malo hubiera ocurrido, Yoongi suspiró y acarició su cabello con ternura preocupada.

—Cachorro tonto, te dije que debías de relajarte un poco —regañó a pesar de que sabía que no le escucharía.

Saber que el diagnóstico de la doctora Kim tanto como el del doctor Ji había sido finalmente cansancio y estrés, enojó a Yoongi.

No se enojó particularmente con su omega, aunque sí se molestó un poco porque este no le comentó nada al respecto. Lo que le frustró, fue el hecho de que no se hubiera percatado antes de lo que le estaba ocurriendo a su pareja.

Sí, lo había notado más ocupado que antes y por eso le comentó algo, pero no había sabido realmente hasta qué punto estaba ajetreado hasta ese momento, debió de haber sabido aquello, tenía que haber insistido más en que se relajara, pero no lo hizo.

Y ahí estaba el resultado por ello.

Eso fue lo que le enojó, su lobo movía su cola con disgusto por no haberle prestado la atención necesaria a su omega hasta que llegaron a ese punto lamentablemente.

Al menos, tenía la solución perfecta para que su pareja descansara lo quisiera o no.

Besando protectoramente la frente del pelirrojo, Yoongi se levantó de la cama y bajó las escaleras, donde se encontró con sus padres y su hermano menor junto a la pareja de este, esperando por noticias.

—¿Cómo está Minnie? —preguntaron tanto su madre como Taehyung, ambos con expresión preocupada.

—Está bien, tanto la doctora Kim como el doctor Ji aseguraron que solo era cansancio —respondió pasando una mano por su cabello, desordenándolo un poco—. El bebé está bien y Jimin solo tuvo un golpe en su frente y un hematoma en su hombro y brazo —informó.

—Le dije que podía ayudarle con la boda sí me lo pedía —refunfuñó Tae siendo abrazado desde atrás por su alfa.

—Ni siquiera a mí me dijo que estaba tan ocupado con ello, me consultaba cosas al respecto, pero... —suspiró Yoongi, negando con su cabeza.

—¿Y qué vas a hacer al respecto, Yoongi-ah? —preguntó Jungkook.

—Ambos aconsejaron tomar un descanso, la doctora Kim incluso escribió una licencia para que presente en su trabajo y así justificar su ausencia por una semana —explicó—. Estoy pensando en faltar unos días a la empresa y llevármelo a la cabaña en Busan —anunció.

—Esa es una buena idea —asintió su padre aprobándolo—. No te preocupes por la empresa, ayudaré a Jaebum a manejarla mientras no estás —prometió.

—La naturaleza será lo mejor para Minnie en este momento, le ayudará a desconectarse de la ciudad y todo lo demás —asintió su madre—. ¿Pero crees que quiera ir? —preguntó.

—Eso es cierto, según lo que me contaba más temprano, parecía que tenía muchas cosas por hacer —comentó el omega peliazul—. Debí de haber sabido entonces que algo estaba mal —refunfuñó.

—Tranquilo cariño, si ni Yoongi lo sabía cómo lo ibas a hacer tú —consoló su alfa, besando su mejilla.

—Jungkook tiene razón, Taehyung, lamentablemente Jimin supo ocultarlo muy bien esta vez —negó—. Pero eso ya no ocurrirá y quiera o no me lo llevaré por unos días, es por el bien de nuestro cachorro —expresó con seguridad.

—No creo que Minnie-ah despierte, ¿cierto? —preguntó Jungkook observando hacia arriba en la habitación de la pareja.

—Los dos médicos me aseguraron que Jimin dormiría hasta mañana, lo cual es mejor porque tengo cosas que arreglar para el viaje —contestó.

—Llamaremos al matrimonio que cuida de la cabaña y le pediremos que la limpien y llenen la despensa con comida para que no les falte nada —anunció Hyekyo.

—¿Cuánto tiempo planeas estar allá, hijo? —preguntó el alfa mayor.

—Unos cuatro días al menos —respondió luego de pensarlo—. Quiero dejar todo listo para partir mañana después del desayuno.

—Es Jinnie, está preguntando por el estado de Minnie-ah —anunció Taehyung al leer los mensajes del omega mayor.

—Dile que está bien, que ya estamos en el departamento y lo revisó la doctora Kim, que solo era cansancio —pidió Yoongi.

—No estará satisfecho solo con eso —indicó el omega, pero de igual forma escribió aquello.

—No te preocupes, nosotros pasaremos por su casa ahora —aseguró su padre tomando la mano de su esposa—. Cuida de Minnie y llámanos cualquier problema —ordenó despidiéndose.

—Lo haré —prometió besando la mejilla de su madre.

—Bueno, nosotros también nos iremos entonces —anunció Taehyung y se dirigió al sofá dónde su conejito se había quedado dormido finalmente.

—Puedes llevarte la manta —anunció el alfa mayor.

—Gracias —pronunció el omega mientras acomodaba el pequeño cuerpo sobre el suyo.

Beom-gyu suspiró y enterró su rostro en el cuello de su papi, más no despertó.

—Muy bien, ahora ¿puedes pedirle a este salvaje que deje de morder mi chaqueta? —pidió Jungkook dándose media vuelta para mostrar a Shuga en medio de su espalda, con su cuerpo casi colgando mientras su pico estaba mordiendo el cuello de la prenda de cuero.

—No sabía que tenía complejo de perro —se rió suave Taehyung.

—Shuga, ven aquí, no es momento para que molestes a Jungkook, después podrás hacerlo —regañó el alfa.

El animal bateó sus alas y movió su cabeza de lado a lado antes de finalmente soltar la prenda de ropa.

—Kookie tonto, kookie tonto —se burló el loro y luego se carcajeó con aquella característica risa de un personaje de los Simpson, Nelson.

Los tres observaron como el ave volaba a la habitación donde descansaba Jimin y se paraba en la baranda junto a los demás para observar a su dueño.

—Ellos también están preocupados —comentó Taehyung.

—¿Los llevarás contigo? —preguntó Jungkook.

—Sí, Jimin no querrá dejarlos y les hará bien salir —contestó sin pensarlo mucho.

—Bueno hyung, sí necesitas ayuda con algo solo dinos —pronunció el otro alfa con seriedad—. Ayudaremos en lo que más podamos.

—¿En cualquier cosa? —preguntó el mayor de los tres, observándolo nuevamente con una idea.

—Mientras no esté fuera de nuestro alcance... —dijo Taehyung encogiéndose de hombros.

—Entonces, hay un favor que me gustaría pedirles —sonrió.

Jimin se movió en la cama y bostezó antes de alzar sus brazos sobre su cabeza y estirar todo su cuerpo hasta que estuvo satisfecho. Restregando sus ojos, los abrió y contempló el techo de su habitación antes de incorporarse lentamente en sus codos.

Empujándose suavemente, se sentó en la cama y contempló por la ventana de la habitación el feo día gris con nubes oscuras.

Alzando su mano, cubrió el bostezo de su boca y se sintió feliz cuando su cabeza ya no parecía estar matándole, la pequeña siesta había ayudado después de todo.

Pero ¿cuándo había llegado a su departamento? Mejor aún, ¿en qué momento se había quedado dormido? ¿O puesto su pijama siquiera?

Lo último que recordaba era estar en la casa de SeokJin con la podadora de césped y... No había nada más luego de ello.

"Despertaste, cachorro" pronunció una cariñosa voz en su mente.

Dejando de observar por la ventana, el omega giró su cabeza y contempló la puerta que cruzaba su alfa con una bandeja entre sus manos.

—¿Yoonie? —pronunció confundido.

¿Ya había salido del trabajo? Pero si aún parecía ser temprano.

Acercándose, el mayor dejó la bandeja con comida sobre su regazo antes de estirar su mano hacia su mesita de noche y tomar los audífonos de su pareja.

Inclinándose, Yoongi tomó del mentón a su cachorro y le giró el rostro antes de colocarle el audífono con cuidado. Girándole la cabeza para el otro lado, repitió el proceso.

—Ahora sí, buenos días, amor —pronunció picoteando sus labios suavemente antes de alejarse y sentarse frente a él.

—Buenos días —sonrió aún con somnolencia en su rostro.

Observando la bandeja con comida, Minnie frunció el ceño y alzó nuevamente su cabeza contemplando a su pareja.

—¿Buenos días? —preguntó confundido, inclinando ligeramente su cabeza.

—Así es —asintió Yoongi tocando la punta de su nariz con la punta de su dedo índice—. Ayer en la tarde te desmayaste, amor, me diste un susto de muerte con ello —reveló.

Jimin inhalo de golpe y sus manos viajaron inmediatamente hacia su vientre, acariciando su abultado abdomen.

—Está bien —pronunció el alfa contemplando la preocupación en aquellos bonitos ojos mieles—. Tus brazos estaban rodeando a nuestra Chispita y caíste de lado, fue tu frente que recibió un pequeño raspón y tienes en uno de tus hombros y brazo un hematoma por la caída —explicó observando el hombro desnudo de su omega donde su camiseta de pijama caía.

—¿Por qué me desmayé? ¿Algo está mal con nuestro bebé? —expresó aún preocupado.

—No amor, no es nada de eso —aseguró y alejó la bandeja con el desayuno dejándolo en su lado de la cama.

Levantándose, el alfa fue a la cabecera de la cama y quitó las almohadas en las que se recargaba su pareja.

Capturando la idea, Jimin se movió un poco hacia adelante, dejando el suficiente espacio para que Yoongi se sentara detrás de él y lo rodeara con sus brazos mientras lo atraía para que su espalda se recargara en su pecho.

—El bebé está perfectamente bien —prometió colocando sus manos en el abultado vientre—. El único diagnóstico tanto de la doctora Kim como el doctor Ji, fue el cansancio —anunció.

—¿Cansancio? —repitió con tono confundido.

—Así es, cansancio —asintió apoyando su mentón en el hombro bueno de su pareja—. Con el trabajo, la boda y la casa, parece que fueron muchas cosas para tu cuerpo —explicó—. Ambos médicos te recetaron descanso y nada que te estrese.

—Pero, aún tenemos detalles que ver de la boda como la comida, las fotografías, los trajes, etc. Y ya estamos en agosto —expresó—. También tengo que ver mi trabajo por un ayudante hasta que nazca Chispita y un reemplazo para después, también hay que ver los cambios de la casa y-... ¡Auch! —exclamó llevando ambas manos hacia su frente cuando recibió un golpe de dedos—. Hyung —refunfuñó girando su rostro para observarle con el ceño fruncido—. ¿Y eso por qué?

—Porque estabas llenando tu cabeza nuevamente con cosas innecesarias y hasta a mí me estaba doliendo de solo escucharte —respondió con tranquilidad—. La doctora Kim te dio un justificativo médico para presentar a tu trabajo por una semana —anunció—. Ya he llamado y arreglado todo.

—¿Tengo que faltar una semana? —preguntó con un puchero.

—Sí, y lo harás —aseguró con firmeza—. Y terminando el desayuno, nos iremos por cuatro días a la cabaña en Busan —informó—. Ya está todo arreglado en ambos trabajos, la cabaña ya está limpia y esperando por nosotros con su despensa llena. También ya tengo nuestra maleta lista esperando abajo —anunció.

—Parece que iremos sin importar lo que diga, ¿no? —preguntó con un suspiro resignado.

—Necesitas descansar, cariño, cuando estás cansado y estresado también le afecta a nuestra Chispita —le recordó acariciando el vientre.

Sabiendo que su alfa tenían razón, Jimin no volvió a argumentar al respecto, después de todo, esos días en la cabaña se oían de maravilla.

—Siento haberte asustado, Yoonie, no fue mi intención —expresó colocando sus manos sobre la de su alfa, entrelazando sus dedos.

—Sé que tampoco era tu intención preocuparme o molestarme con otros asuntos, pero la boda es de los dos, cachorro, lo que a ti te preocupa debes de comentármelo para que pueda ayudarte a buscar una solución —explicó—. Ayer estaba muriendo de la preocupación y angustia después de que Jin me llamara y luego de que los médicos anunciaran que fue debido al cansancio no me sentí mejor —expresó—. Tienes que decirme esta clase de cosas, Jimin —pidió con seriedad justificada.

—Prometo que lo haré de ahora en adelante, no sabía que algo como esto podía pasar solo por intentar resolverlo yo solo —torció sus labios—. Perdóname tú también, cariño —pronunció observando su vientre.

Y entonces, ambos padres exclamaron sorprendidos cuando hubo un movimiento bajo de sus manos.

—¡Se movió! —exclamó Yoongi, y su bebé volvió a moverse bajo sus manos con más fuerza como para apoyar sus palabras.

Jimin rió alegremente mientras sentía a su precioso cachorro moverse en su interior, capturando algunos movimientos más que otros.

—Bien, ya entendí, quieres comer antes de salir —se carcajeó cuando su estómago rugió.

—Aigoo, mis bebés tienen hambre —sonrió Yoongi alejando una mano del vientre para tomar la bandeja, dejándola sobre el regazo de su pareja—. Come cachorro, saldremos a penas termines —anunció.

—¿Aún si está lloviendo? —preguntó señalando con su cabeza hacia la ventana.

—Comenzó anoche, y se detuvo hoy a las ocho —indicó—. Según el tiempo lloverá hasta medio día y entonces se detendría —comentó.

—Bueno, ya le acertaron con la lluvia, esperemos que con lo demás igual —anunció comiendo de su desayuno—. ¿No vas a comer? —preguntó recargando su cabeza en el hombro de su alfa para mirarle.

—Oh no, yo ya tomé desayuno —prometió—. Me levanté temprano para terminar de arreglar las cosas antes de salir.

—Más para mí —sonrió el omega, siguiendo con su desayuno mientras contemplaba caer el agua a través de la ventana.

Ah, realmente no sabía que había estado tan estresado hasta ese momento.

Ahí, acurrucado entre los brazos de su alfa mientras comía con sus mascotas haciendo un escándalo abajo, no había nada mejor para este omega, para esta pareja.

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