🌸•Capítulo 60•🌸
Sentando en su escritorio en un completamente vacío salón de clases, cierto pelirrojo omega observaba distraídamente a través de la ventana a su derecha. Uno de sus abultados mofletes se encontraba lleno de aire mientras sus dedos hacían presión a los costados en su sien, en un intento de aliviar su dolor de cabeza, el cual le había comenzado a acompañar desde un par de horas más o menos.
Y si así le molestaba a él, no quería imaginar el dolor de su pareja quien sufría de migrañas, aunque no tan constantemente a comparación a cuando lo conoció, claro.
Contemplando el cielo con un feo tono gris en sus nubes, Jimin frunció sus labios al pensar que el pronóstico del tiempo podría haber acertado y posiblemente lloviera esa noche o el día siguiente por la mañana.
Lo cual no ayudaba en sus planes.
Observando la libreta abierta frente a él donde estaba anotando sus planes, asintió decidido antes de cerrarla. Tomando la mochila que descansaba a sus pies, la guardó en su interior y corrió un poco hacia atrás su silla para acariciar cómodamente su abultado vientre.
—¿Tienes hambre, cariño? —preguntó moviendo su mano sobre este en forma circular.
En vez de recibir alguna patadita como tan ansiosamente esperaba cada día junto a su alfa, se escuchó un gruñido que le sacó una sonrisa divertida y un poco avergonzada al omega, era una suerte de que se encontrara a solas.
—Sí, supongo que ya es hora de ir a almorzar o papá nos regañará —rió bajito, después de todo su alfa ya le estaba mirando algo preocupado cada vez que se ponía a hablar de la casa o los planes de la boda.
Esa misma mañana le había pedido que se relajara un poco con el asunto, pero Jimin no podía realmente hacerlo, esa iba a ser su boda y nueva casa, quería que todo fuera perfecto.
Echando su silla hacia atrás para finalmente levantarse de su escritorio, perdió el equilibrio por un momento y sus manos se aferraron en un mortal agarre al borde del mesón, un intento para no caer.
Cuando se estabilizó, suspiró con alivio y torció sus labios en una mueca.
Debía tener más cuidado, no podía simplemente caer torpemente ahora cómo antes.
Y como si estuviera olvidándose de algo, su estómago volvió a gruñir recordándole que tenía hambre, lo cual era bueno, ya que se había atrasado con ello debido a su dolor de cabeza que le había quitado hasta el apetito.
Sus clases habían terminado hace media hora exactamente, y a pesar de su dolor de cabeza Jimin en vez de irse a almorzar sin ganas o retirarse a su casa, había decidido adelantar un poco de trabajo, el cual después había dejado a medio terminar para desconcentrarse con los planes de su boda y las pequeñas remodelaciones de su nueva casa.
Si, nueva casa.
Con tan solo el pensamiento de que habían logrado comprar aquella hermosa casa que le había mostrado la alfa un par de días atrás, le sacaba una gran sonrisa que ocupaba todo su rostro.
El día anterior, los hijos de los dueños finalmente habían sacado todo lo que decidieron llevarse, dejando principalmente las habitaciones vacías además de los muebles junto a otros objetos en toda la casa antes de entregar las llaves.
Pero estaba bien, con sus pertenencias llenarían los espacios dejados, aunque tendrían que comprar una que otra cosa, especialmente las cosas para su bebé el cual aún no podían saber el sexo porque era una cosita terca como él que no quería mostrarse, según Yoongi.
Observando las copias de las llaves de la casa que le había entregado su alfa el día anterior luego de firmar el documento de compra, Jimin decidió ir a revisarla y limpiar un poco el jardín después de alimentarse.
Sus planes habían sido hacerlo el día siguiente luego de terminar sus clases, pero con el pronóstico de lluvia prefería arreglar un poco antes de que el agua comenzara a caer, ya que no podría trabajar bajo la lluvia.
Aunque tenía otras cosas que hacer en ese momento, como por ejemplo terminar el material de trabajo para mañana, hablar con Taehyung sobre el fotógrafo, seguir viendo los detalles de la boda, y por supuesto, comenzar a averiguar el tema para arreglar la casa según los cambios que quería hacerle su alfa y las cosas para su bebé.
Ugh, su cabeza ajetreada parecía empeorar con solo pensar en todo ello.
Si que tenía muchas cosas por hacer, por lo que, aunque no quisiera admitirlo, había sido buena idea hablar con Momo después de su presentación para decirle que ya no iría a sus clases, no tendría tiempo.
Bueno, en realidad había sido idea de Momo junto a su alfa y Jimin había accedido luego de pensarlo.
Aunque si era sincero, había leído que algo de yoga hacía bien para los omegas gestantes por lo que buscaría más información al respecto y luego lo consultaría con su alfa, no perdía nada con intentarlo, pero con el tiempo que disponía en ese momento, era difícil lograrlo en realidad.
Guardando la llave en su bolsillo, sacó su teléfono y colocó su mochila sobre su hombro mientras salía del aula, asegurándose de cerrar bien la puerta.
Intercambiando unos mensajes con SeokJin, sonrió cuando su amigo le prestó su podadora de césped. Eso le ahorraría algo de trabajo.
—¡Minnie-ah! —gritó una conocida voz cuando salió de las instalaciones del jardín infantil.
—¡Hyung! —gritó otra voz infantil que también reconocía.
—¿Taehyung? ¿Beom-gyu? —pronunció al contemplar a padre e hijo llamarles desde el auto, pidiendo que se acercara con un gesto de mano.
Quitándose la mochila de su espalda, el pelirrojo omega se subió al auto.
—Hey, ¿qué hacen aquí? —preguntó mientras se colocaba el cinturón de seguridad.
—Kookie dijo que estabas en modo trabajo por lo que sería bueno venir a darme una vuelta para asegurarme de que no te estés saltando la comida —respondió—. Ya teníamos sus minutos esperando, estaba pensando en llamarte —expresó.
—Yo no me salto la comida, ahora mismo iba a ir por algo de comer a uno de esos carritos en la calle —argumentó—. ¿Kookie vino por el conejito hoy? —preguntó confundido.
¿Realmente había estado tan distraído con todo, particularmente su dolor de cabeza, qué apenas se había dado cuenta de ello?
—A eso me refería, dijo que a penas te diste cuenta de que era él y que te pusiste a trabajar en cuanto nuestro conejito se despidió de ti junto al otro chico, Theia —le observó de reojo—. Pero no te preocupes, te llevaré donde Nana para que tengas una rica comida casera para ti y esa pequeña Chispita en tu barriguita.
—Gracias, pero no es necesario, no quiero molestar y tengo otros planes —protestó.
—Sabes que no les molesta —descartó echándole una rápida miradita—. Además, ya le avisé a Nana y mamá que íbamos a asaltar su cocina. ¿Qué otros planes tienes para después? —preguntó curioso.
—Bueno, tengo que adelantar algo de material de trabajo para mañana, arreglar otros detalles para la boda y limpiar un poco el jardín de mi nueva casa —enumeró alzando sus dedos—. SeokJin dijo que tenía una podadora de césped y que me la prestaba, quiero cortar un poco antes de que llueva, tiene pinta de hacerlo —explicó mirando el cielo a través de la ventana.
—Vaya, realmente estás tan ocupado que ni siquiera recuerdas que mañana es fin de semana —indicó deteniéndose en un semáforo en rojo.
—¿Qué? Pero si hoy es jueves —pronunció mirándole con el ceño fruncido.
—No, hoy es viernes. ¿Cierto conejito? —preguntó mirándolo por el espejo retrovisor.
—Hoy viernes, tío Minnie —rió el cachorro.
—Vaya —rió suave, rascando su cuello—. Supongo que puedo olvidar el material de trabajo por ahora, pero aun así tengo que ver otras cosas.
—Bueno, te acompañaré lo que más pueda, pero primero tenemos que alimentarte a ti y esa pequeña criatura o Yoongi hyung nunca me lo perdonará —exclamó volviendo a conducir.
—Él también te llamó, ¿no? —sonrió atrapando a su amigo.
—Sí —aceptó Tae—. Dijo que habló contigo y quedó un poco preocupado cuando le dijiste que no almorzabas aún porque querías adelantar el material de trabajo para tu próxima clase.
—Pero eso no es raro, lo he hecho otras veces antes —argumentó.
—Sí, pero le dijiste que tu próxima clase sería mañana —se carcajeó sabiendo que había atrapado a su amigo.
Con sus mofletes sonrojados, Jimin observó por la ventana ignorando la risa de su amigo. No le dijo que el fuerte sonido alegre empeoraba su dolor de cabeza, o que el volumen de las caricaturas animadas que estaba viendo el cachorro también le molestaba, solo ignoró la molestia porque tenía otras cosas que hacer.
Después de todo, ya se había tomado algo para ello, aunque no creía que le hiciera mucho efecto desde que debía tener cuidado con los medicamentos por su Chispita, pero era algo que podía tolerar por lo que no había problema.
—Dejando de lado este vergonzoso momento —pronunció volviendo su mirada al peliazul omega—. ¿Conoces un buen fotógrafo para mi boda? —preguntó.
—¿Y yo qué? ¿Estoy pintado? —exclamó.
—¡No! Papi es mi papi, no pintura —exclamó el cachorro en los asientos traseros, con su atención dividida entre el programa infantil en su tablet y la conversación de ambos adultos.
—Por supuesto conejito, solo soy tu papi —le sonrió el padre, tranquilizándolo automáticamente.
—Bobo, no es eso —resopló—. Pero quiero que disfrutes en mi boda y que no te pongas a sacar fotografías porque no te gusta como las está sacando la persona que contraté, como pasó en la boda de los chicos —explicó.
—Ah... Bueno, siendo así conozco a alguien, era mi Hyung-nim en la universidad, todavía mantenemos contacto por nuestra línea de trabajo y porque es amigo de Kookie —explicó.
—¿Podrías preguntarle? —pidió.
—Claro, no hay problema, no creo que diga que no —le sonrió disminuyendo la velocidad mientras se acercaban a la casa de su madre.
Jimin suspiró masajeando su sien, tomándose un minuto antes de tocar la puerta frente a él, esperando unos minutos para que esta fuera abierta.
—Jimin-ah —sonrió SeokJin al contemplar al pelirrojo omega.
—Jinnie —sonrió y observó a la pequeña bebé entre sus brazos—. ¿Cómo está esta hermosura?
—Muy bien en realidad, aunque es un poco exigente —rió suave—. ¿Vienes por la podadora de césped? —preguntó.
—Sip, pero solo dime dónde está y yo iré por ella —aseguró no queriendo molestar.
—¿Viniste solo? —preguntó observándole un poco inseguro—. Es algo pesada.
—No, TaeTae me acompaña, solo fue a dejar a Beom-gyu con su papi Kookie porque el conejito lo extrañaba —explicó.
—Entonces ven, te digo dónde está —anunció saliendo de la casa.
—¿Sana aún está en la escuela? —preguntó mientras lo seguía rodeando la casa.
—Sí, se supone que los viernes sale más temprano, pero ahora se inscribió en un club de natación por parte de la escuela así que está hasta más tarde —explicó—. No estaba muy seguro, pero el psicólogo dijo que era bueno tener una distracción además del ballet, más ahora que no está yendo.
—¿No está yendo a sus clases de ballet? —preguntó sorprendido.
—No —suspiró agitando sus brazos suavemente cuando Tzuyu se quejó—. Él imbécil se apareció por ahí, fue una suerte que la profesora Park le negó llevarse a Sana sin importar sus excusas y la mantuvo a su lado hasta que fuimos por ella, ahora mi princesa tiene un poco de miedo de que aparezca nuevamente e intente llevársela a la fuerza —explicó—. Namjoon estaba furioso, nunca lo había visto así antes, casi parecía cómo otra persona cuando contempló el hematoma que el estúpido ese dejó en su antebrazo al intentar llevársela.
—¿Cuándo ocurrió esto? —preguntó con el ceño fruncido.
—Hace unos días —contestó—. El abogado acaba de sacar la orden de alejamiento con esto y también se decidió que no tiene ningún derecho a exigir nada sobre mi princesa desde que renunció a sus derechos de padre —sonrió satisfecho.
—Bueno, no soy una mala persona, pero realmente espero que pise popo de perro y lo atropelle una bicicleta y luego un auto —expresó con sus tiernas facciones mostrando enojo.
El omega mayor rió asintiendo con su cabeza.
—No te preocupes, tengo los mismos sentimientos —confesó y señaló un extremo del jardín trasero—. Está allá al fondo —indicó—. Pero tengo curiosidad, ¿para qué la quieres si vives en un departamento?
—¿Nam hyung no te dijo? —preguntó sorprendido mientras iba por ella.
—¿Decirme qué? —preguntó curioso.
—Yoongi compró una casa en este mismo vecindario, estamos prácticamente frente al parque y a dos cuadras de tu casa —sonrió empujando la máquina.
Vaya, realmente era más pesada de lo que esperaba y tal parecía que hacer fuerza no ayudaba con su dolor de cabeza.
—¿En serio? —exclamó sorprendido—. ¿Y ya se mudaron?
—Oh no, la casa necesita unas mejoras —respondió empujando con esfuerzo—. Yoonie quiere hacerla a prueba de bebés antes de mudarnos, pero creo que posiblemente en una semana más sí es que no es menos me tendrás cómo tu casi vecino —sonrió.
—Eso sería genial, solo falta que se mude Taehyung para que podamos salir los tres juntos otra vez —sonrió con ilusión—. Y ahora, sí se mudan Hobi y Jaebum tendríamos a la pandilla completa —rió suave.
—Eso sería fantástico, pero no creo que ninguno se mude realmente. Menos Tae, que a pesar de tener más probabilidades está bien en su departamento —suspiró.
—A menos que aparezca otro niño en el mapa —añadió inocentemente el otro omega.
El pelirrojo le observó y luego sonrió negando.
—No creo que suceda a menos que se descuiden otra vez —dijo divertido, deteniéndose a su lado—. Pero tanto su madre como Nana estaban abordando el tema duramente —sonrió.
—Bueno, con ellos dos nunca se sabe —se encogió de hombros, divertido.
—¡Hola! ¡Hay alguien en casa! —gritó una conocida voz.
—Yo voy, tú espera aquí para que venga a ayudarte, no es bueno para ti hacer mucha fuerza —ordenó Jin alejándose antes de que Jimin pudiera reclamarle al respecto.
Observando la pesada máquina frente a él, llenó de aire uno de sus mofletes, pero no intentó empujar nuevamente, suficiente esfuerzo había hecho llevándola hasta el lado de Jinnie y tal vez por eso se le estaba moviendo un poco el piso, ¿o era su dolor de cabeza?
—Esa cosa no es una cortadora de césped, es un monstruo —dramatizo Tae al rodear la casa y contemplar a su amigo—. ¿Cierto, Minnie? ¿Jimin-ah? —preguntó tras no recibir respuesta.
Alzando su cabeza, el pelirrojo omega sonrió mientras asentía con sus manos aferrándose a la empuñadura de la cortadora de césped.
—Está algo pesada —añadió.
—A ver, déjame intentar moverla yo solo —anunció Taehyung acercándose.
Soltando la empuñadura, Jimin retrocedió un paso inseguro y sus ojos se abrieron bien grandes cuando perdió el equilibrio y cayó sobre su trasero.
Inmediatamente, los dos omegas saltaron sobre él intentando ayudarle mientras expresaban su preocupación.
—Estoy bien, solo tropecé —aseguró golpeando sus manos en su trasero para sacudir la tierra de sus pantalones.
—¿Estás seguro? —preguntó el mayor de los tres, escéptico.
No, no le estaba, pero decirles a ellos era preocuparlos por nada y preocupar de paso también a su alfa, porque era imposible que sus amigos no lo llamaran para contarle.
—Sí —asintió y rió un poquito para quitar la expresión preocupada del rostro de los dos contrarios—. Vamos, saben que hay veces en las que soy propenso a caerme sin razón alguna —les recordó.
—Bueno, eso es cierto —asintió Taehyung con una sonrisa divertida—. Aunque pasa más cuando estás bebiendo, de igual forma ocurre estando sano —bromeó—. Vamos, ve a esperarme al auto mientras yo llevo esta cosa, suficiente ya has agitado a Chispita con tu caída —indicó.
—Pero...
—Sabes que Tae tiene razón —interrumpió Jin—. Solo déjame poner a Tzuyu en su cochecito y yo le ayudo —aseguró.
—Bien, gracias —suspiró aceptando la ayuda de sus amigos mientras se dirigía hacia el frente de la casa.
—Estaba mintiendo —anunció SeokJin en cuánto el pelirrojo desapareció de su vista.
—Sí, me di cuenta —asintió Taehyung—. Ha estado algo raro desde que lo recogí en el jardín y ya estaba pensando en avisarle a su alfa —informó—. Hyung, por qué no llamas a Yoongi mientras intento mantenerlo tranquilo y sentado, parece que finalmente está colapsando con tantas cosas en su mente —chasqueó su lengua.
—Yoongi-ah se sentirá horriblemente culpable —suspiró Jin sacando su teléfono móvil.
—¿Escuchaste eso? —preguntó Tae quedándose quieto por un momento antes de salir corriendo.
Rodeando la casa, su corazón dejó de latir por un segundo tras contemplar a Jimin desmayado en el suelo, con sus brazos al rededor su vientre en un intento de protegerlo en su caída.
—¡Jimin! —gritó acercándose rápidamente.
—Oh mierda —exclamó Jin marcando rápidamente el número de Yoongi mientras se acercaba a su amigo.
—Joder, parece que se golpeó la frente —gruñó Taehyung con preocupación, sus manos vagando sobre el cuerpo de su amigo sin tocarlo realmente.
¿Qué sucedía si había lastimado a la pequeña Chispita?
—No lo toques, se supone que no debemos moverlo, pero ve si le puedes hacer despertar —instruyó el omega mayor nerviosamente—. Yoongi, ven rápido a mi casa, Jimin se desmayó —anunció observando a su pelirrojo amigo en el suelo con Taehyung a su lado intentando animarlo sin éxito.
No necesitó decirle otra palabra al alfa, y realmente esperaba que Jimin estuviera bien.
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