🌸•Capítulo 58•🌸

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Sentando en el suelo del baño, Jimin masajeaba la espalda de su alfa mientras este se inclinaba sobre la taza del inodoro, arrojando aparentemente todo el contenido de su estómago.

—La doctora nos engañó esta mañana, Yoonie, se supone que este sería un mes tranquilo —refunfuñó.

—Estoy bien, cariño, simplemente algo me cayó mal —respondió una vez su estómago se asentó.

—¿Estás seguro? —preguntó preocupado, observando como finalmente se enderezaba—. Podemos quedarnos aquí si te sigues sintiendo mal, Momo lo entenderá.

—Esto es tan importante para ella como para ti, tuviste el papel principal hasta que Chispita hizo aparición en nuestras vidas —expresó con cariño, observando el tierno vientre de su pareja—. Y después de ello, te esforzaste para enseñarle todo lo que sabías a quien se volvió tu suplente —le recordó.

—No disfrutaré nada sabiendo que tú te sientes mal, alfa tonto —regañó estrellando suavemente su frente en la contraria—. Te estaría besando si no fuera porque acabas de vomitar.

Riendo suavemente, Yoongi se enderezó y levanto del suelo. Estirando su mano, ayudó a su gestante omega a levantarse también.

—¿Seguro de que estás bien? —insistió su cachorro mientras le observaba lavarse la boca.

—Son solo malestares pasajeros —le recordó—. Así como tú tienes náuseas de la nada y se te pasan al segundo —prometió y luego sonrió.

—¿Por qué sonríes? —preguntó frunciendo el ceño, divertido.

—Esta mañana en la consulta era yo quien te decía sobre no salir a menos que te sintieras bien, y ahora eres tú quien me lo está diciendo a mí —explicó tomando una toalla pequeña para secar su boca y manos.

Minnie rió suavemente comprendiendo la contradictoria situación.

—Iré a prepararte ese té de hierbas antes de salir —anunció acercándose para besar su mejilla antes de retirarse del baño.

Saliendo de la habitación, Jimin bajó las escaleras y apagó la Tv en la cual había estado viendo películas con su alfa antes de que este se levantara de la nada.

Colocando agua a calentarse, el omega se sentó en un banquillo frente a la isla y observó la libreta que había dejado encima de esta. Tomándola, la abrió revisando las anotaciones sobre la boda, lo poco que sabía de la familia de sus verdaderos padres y el plan para unir a Yudai con Akanishi.

¿Hum? No había tenido ninguna noticia sobre ellos desde aquel día de la fiesta.

—Amor ¿sabes si algo sucedió finalmente entre Akanishi y Yudai? —preguntó alzando la vista cuando su alfa entró en la cocina.

—No más que tú cachorro —respondió encogiéndose de hombros—. Tampoco los he visto por la oficina, así que si nuestro plan funcionó deben de estar hablando las cosas —sonrió.

—Espero que así sea, nos quitaríamos un peso de encima —comentó parándose y apagando el agua—. Si tan solo pudieran ver y aceptar lo que hay entre ellos.

—Para algunos siempre va a ser más difícil que para otros —comentó tomando asiento frente a donde había estado sentado su omega—. A Namjoon y SeokJin también les fue difícil de aceptar, a Jin más que nada.

—Si, pero con un pequeño empujoncito finalmente avanzaron —sonrió recordando aquellos momentos.

—Y ahora están felizmente casados y con dos hermosas niñas en sus vidas —dijo observando el vientre de su pareja cuando este se volvió para mirarle—. Así como nosotros lo estaremos pronto —sonrió agradeciendo cuando el pelirrojo dejó frente a él una taza con té de hierbas.

—Hablando de nuestra boda... —pronunció volviendo a tomar asiento—. No sé si pedirle a Taehyung que nos tome fotografías o contratar a alguien para ello —anunció mordisqueando su labio inferior.

—Creo que los chicos no tuvieron un fotógrafo, ¿o sí? —preguntó juntando sus cejas levemente—. No lo recuerdo.

—Nop, TaeTae les tomó unas pocas cuando se estaban bailando y antes de que se casaran, pero... No quiero que en mi boda mi amigo esté preocupado por ello y no disfrutando —explicó.

—Entonces pregúntale a Tae por alguien de confianza y listo —solucionó con un encogimiento de hombros—. Tendrás fotografías buenas y Taehyung podrá disfrutar también sin entrometerse.

—Oooh, hyung, con razón eres un empresario tan exitoso —sonrió satisfecho, anotando algo en su libreta.

Riendo, Yoongi bebió un poco más de su té de hierbas.

—Le preguntaré a TaeTae cuando lo vea —anunció cerrando la libreta—. ¿Estás mejor? —preguntó observando al mayor.

—Sip, así que termina de arreglarte para que salgamos o llegaremos tarde a la presentación —indicó revisando la hora en su reloj de muñeca.

—Ya voy, ya voy —suspiró con fingido pesar antes de levantarse.

Pasando por al lado de su alfa, soltó un chillido sorprendido y luego rió siguiendo su camino mientras acariciaba la nalga que su pareja golpeó juguetonamente.

No muchos minutos después, el pelirrojo volvió a bajar con un suéter a juego con el suyo para su alfa.

—Estoy listo —anunció estirando su mano en su dirección con la prenda.

—Les dejé una maratón de películas infantiles para que no hagan maldades mientras no estemos —señalo a la Tv y las cuatro aves paradas sobre la pequeña mesa de centro frente a esta.

—No creo que tardemos mucho, la presentación debería de terminar poco después de la cena —pronunció dirigiéndose a la puerta—. Podríamos pasar a comprar la cena, si llegamos a cocinar estaremos comiendo muy tarde —pensó.

—Suena bien —asintió cerrando la puerta detrás de ellos—. ¿Qué deseos tienen de comer mis hermosos cachorros? —preguntó con cariño, posando su mano sobre el vientre aún pequeño de su omega.

Jimin frunció sus labios de forma pensativa mientras se dirigían al ascensor.

—Hoy queremos... ¡Pizza! —anunció sonriente—. ¡Y carne de cerdo!

—Uhm, suena bien —le sonrió trasladando su mano a la espalda baja del menor mientras lo guiaba al interior del ascensor una vez las puertas se abrieron ante ellos—. ¿Quieres pasar por ambos a la vuelta o solo por la carne y pedimos pizza a domicilio? —preguntó deslizando su brazo para rodearle la cintura.

—Mejor pasamos por ambos de inmediato, ¿no? —contestó—. Estaremos por ahí, no tiene sentido solo pedir uno y llegar a casa para pedir el otro —se encogió de hombros.

—Cierto —asintió.

Saliendo del ascensor una vez la puerta se abrieron, la pareja salió del edificio y se dirigieron al estacionamiento privado.

—¿Los demás van a ir? —preguntó el alfa mientras se colocaba el cinturón de seguridad.

—Sé que Jaebum mencionó algo de su pareja queriendo ir —respondió—. TaeTae creo que tenía una cita con Kookie y Jinnie con Nam tenían una salida familiar luego del psicólogo con Sana —explicó—. Y hablando de ellos, ¿sabes como van con el tema del abogado?

—Lo último que me enteré es que ellos están demando ahora para que ese imbécil se aleje de Sana —respondió aprovechando el semáforo en rojo para mirarle.

—Con el papel que ahora tienen debe de ayudar en su caso, ¿no? —preguntó frunciendo suavemente su frente.

—El idiota renunció a sus derechos como padre más lo que consiguió el investigador no tiene nada que ganar —prometió volviendo su vista al frente.

Torciendo suavemente sus labios en una mueca, el omega observó sus manos unos momentos y luego volvió su vista hacia su pareja.

—No quiero ser pesimista ni nada —comenzó llamando la atención de Yoongi—. Pero si está tan desesperado para hacer todo esto, ¿en verdad crees que renuncie tan fácil a Sana, Hyung? —expresó preocupado.

El alfa suspiró, comprendiendo la angustia de su pareja, después de todo su padre, él y Namjoon habían pensado lo mismo.

—Creo que el abogado iba a tratar de conseguir una orden de alejamiento —contestó.

—Dime lo que realmente piensas, Yoongi —pidió colocando su mano sobre el muslo del mayor.

—Tampoco quiero ser pesimista —anunció—. Pero viendo que la principal razón por la que se mueve es dinero, no creo que se quede tranquilo, es más, estoy esperando que haga algo —explicó—. Si consiguen la orden y lo atrapan en el acto, ya no tendremos que preocuparnos por él.

—Tiene sentido, pero no me gusta la idea de que Sana esté expuesta a ese alfa de pacotilla de cualquier forma —expresó arrugado su nariz.

—A nadie, amor —aseguró dejando su mano sobre la más pequeña de su pareja que seguía descansado en su muslo—. Creo que padre le mencionó algo a mi hermano de un guardaespaldas para Sana y SeokJin —comentó.

—Ahora siento que estamos viviendo una de esas escenas dramáticas de los doramas donde el chico millonario contrata a alguien para proteger a su chica —bromeó intentando dispersar el ambiente casi tenso que se había creado.

—Puedo ver tu punto —asintió con una sonrisa ladina mientras estacionaba el auto con una mano, viéndose mucho más varonil y atractivo a los ojos del pelirrojo por ese simple hecho—. Pero esos serían mejor nuestros papeles, ¿no?

—¿Por qué piensas eso? —preguntó divertido, quitándose el cinturón de seguridad al igual que el contrario.

—Porque yo soy el CEO de una empresa y tú eres mi omega, mi pronto esposo quien está a la espera de nuestro primer cachorrito —indicó bajándose.

Riendo ligeramente, Jimin asintió mientras se bajaba del auto. Cerrando la puerta, fue al lado de su alfa y tomó su mano entrelazando sus dedos.

—Y eso que no contaste el ligero drama que hubo con la aparición de Yudai y Akanishi —añadió mientras se dirigían al establecimiento donde sería la presentación.

Entrando en la extensa sala alfombrada, la pareja observó a su alrededor buscando una cara conocida.

—Mira, ahí está Jaebum y Jinyoung —pronunció el pelirrojo tirando de Yoongi en dirección a la pareja.

—Minnie —sonrió el alfa contrario automáticamente al verlo—. No te he visto últimamente por la oficina —comentó atrayéndolo en un corto abrazo—. Mira cuánto has crecido —exclamó sorprendido al sentir el vientre de su amigo entre ellos.

Jimin soltó una ligera risita alegre mientras sus ojos casi desaparecían en su sonrisa.

—Hoy tuvimos control, pudimos visualizar un poco más su forma —expresó Yoongi con una expresión llena de orgullo y amor mientras le rodeaba con un brazo por los hombros.

—Tienes casi cinco meses más o menos, ¿no? —comentó Jinyoung—. ¿Ya lo sientes moverse?

—Aún no —negó—. Pero la doctora dijo que pronto lo sentiría o mejor dicho aprendería a diferenciarlo —explicó entusiasmado con ese hecho.

—Ya tengo una lista de unas cuantas casas que pueden ser una buena opción para ustedes —anunció Jaebum observando a Yoongi.

—¿Piensan mudarse? —preguntó la pareja de este.

—El departamento es cómodo y todo, pero no lo suficiente como para criar a un niño —explicó el alfa mayor—. Necesita más espacio, su propia habitación, un jardín en el cual salir a jugar y Minnie no tiene que estar preocupado todo el día por las escaleras o de dejar solo a nuestro bebé en la habitación.

—Bueno, vivir en un loft con un bebé no es buena opción si lo piensas así —asintió el omega contrario.

—Si, es más como un departamento de solteros o una pareja sola, como nosotros —anunció Jaebum—. ¿Cuánto cobran por vivir ahí? —preguntó.

El pelirrojo sonrió divertido cuando la pareja de su amigo rodó sus ojos y le observó.

Haciendo una señal con su mano para que se acercara, Jaebum fue al encuentro de Yoongi y le mostró su oído. Ambos omegas contrarios observaron interesados como Yoongi le susurraba algo y los ojos del otro alfa se abrían exageradamente antes de alejarse.

—Gracias, pero quiero seguir teniendo mi riñón donde está —exclamó abrazándose a sí mismo con fingido horror.

Los tres contrarios rieron ante su exagerada respuesta.

—Hey, si vinieron —exclamó Hoseok al verlos.

—Uy, pero que guapo estás —se burló Yoongi al ver a su amigo.

—Ni lo menciones, Momo se tenía que vestir de gala, ya que estaría al final de la presentación y dijo que, si ella tenía que vestirse así, entonces yo igual —se quejó.

—Creo que es un trato justo —anunciaron ambos omegas en conjunto.

El alfa de cada omega suspiraron y asintieron apoyándolos.

—Cosas de parejas —anunció Hoseok con una sonrisa.

—¿El pequeño NigNig no vino? —preguntó Jimin al no contemplar al hijo del beta.

—Quería traerlo, pero sinceramente no está muy interesado en el baile y las presentaciones, por lo que solo vendría a aburrirse —explicó—. Tiene los dones de ambos, pero no quiere practicar —suspiró negando con su cabeza con un tinte decepcionado.

—A lo mejor es solo por ahora, o tal vez si le interesa y no quiere que lo presionen con ello, tienen que admitir que ambos son intensos y lo digo por experiencia propia —comentó el pelirrojo.

—Uh... No lo había pensado de esa forma —aceptó Hoseok, pensativo.

La voz de una mujer anunciando el permiso para ingresar a la sala para buscar sus respectivos asientos llenó la gran sala de recepción.

—¿Tienen sus boletos, cierto? —preguntó Hoseok sacando el propio.

Jinyoung mostró sus boletos al igual que Yoongi.

—Entonces, vamos —sonrió encabezando el camino.

Con un brazo rodeando la cintura de su omega, Yoongi lo apegó a su cuerpo queriendo evitar que cualquier persona pasara a llevar a su pareja, y de ser posible, que ningún roce por accidente tocara el abultado abdomen donde descansaba su Chispita o Jimin se tensaría ante el contacto ajeno de un extraño en un lugar tan importante para el lobo.

Buscando sus asientos, el alfa los encontró en la cuarta fila, al medio.

Tomando asiento, dejó su mano en el reposabrazos y esperó a que todos terminaran de acomodarse hasta que no hubo más espacio. Minutos después, la luz se apagó y una sola se encendió en el escenario cuando el telón se deslizó hacia los costados, mostrando a Momo.

Mientras la alfa daba un pequeño discurso, Yoongi se concentró en la expresión de su omega de forma disimulada, intentando detectar algo de tristeza o cualquier otra emoción mala que afectara a su cachorro.

No pudo detectar nada, pero sí escuchó perfectamente el pequeño jadeo sorprendido que escapó entre aquellos rellenos belfos.

Mirando hacia adelante, se encontró con un pequeño vídeo siendo proyectado, uno en el cual se mostraba Jimin en las prácticas de la coreografía.

Observándolo, Yoongi se sintió orgulloso de lo hermoso y delicado que se apreciaba su pronto esposo. Mostrando movimientos elegantes a pesar de ser solo una práctica, exudando una belleza casi etérea, ese, era su precioso omega, Min Jimin.

Volviendo su rostro, contempló los ojos llorosos del pelirrojo.

Sonriendo enternecido, alzó su mano capturando una de las mejillas de su cachorro y lo atrajo para un beso casto.

"Te amo, mi hermoso cachorro" expresó.

Minnie le observó y le sonrió lleno de amor.

"Yo también te amo" expresó en su enlace mental y lo susurró a la misma vez, como si necesitara hacerlo.

Sonriendo, el alfa contempló a su pareja llevar un mechón rojizo detrás de su oreja antes de volver a concentrarse en el escenario cuando la presentación se comenzó.

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