🌸•Capítulo 54•🌸
Contemplando a su amigo cargando entre sus manos a la pequeña Tzuyu, Jimin moría lentamente de ternura desde su posición en el sofá.
—Gracias por venir a visitarnos después del trabajo, Minnie —sonrió Jin—. Y gracias también por los regalos a ambas niñas, a Sana le encantarán sus nuevas zapatillas de ballet.
—No te preocupes, Hyung, con Yoonie teníamos pensado ir a verlos al hospital el sábado y entregarles los regalos, pero a TaeTae le llegó el celo y al no tener a nadie más a quien recurrir tuvimos que actuar de niñeros —explicó divertido.
—Esos chicos —suspiro negando con su cabeza—. Cuándo aprenderán a anotar esas fechas.
—No creo que el anotarlo haga mucha diferencia con ellos —se rió y el contrario asintió apoyándolo.
—¿Y Namjoon hyung? —preguntó—. Creí que tenía tres semanas para disfrutar contigo y las niñas.
—Salió con su padre para encontrarse con el detective privado que contrataron para averiguar sobre el idiota de JaeHwan —rodó sus ojos—. Y después tiene que ir a la escuela de Sana, hay reunión de padres —explicó.
—¿Y qué sucede con ese idiota? ¿Ya averiguaron lo que en realidad quiere? —preguntó arrugando su nariz con molestia al recordar a aquel alfa.
—No alcance a escuchar mucho, ya que Joongki solo dijo algo breve en la llamada, pero parece que tiene problemas de dinero y su padre le dio un ultimátum —respondió—. Cuando Joonie vuelva me lo explicará mejor y te contaré.
—Lo bueno de todo esto, es que parece ser que Sana ya sabe que no es un buen hombre —intentó consolar.
—Lo sé, las citas con el psicólogo realmente han ayudado a Sana. Es como que tener un punto de vista desde afuera, que no esté relacionado con nadie, la hace confiar más, ya que hay menos probabilidades de que le mienta para apoyar una parte —explicó.
—Sana siempre ha sido una chica inteligente —sonrió—. ¿Pero cómo va con el tema de Tzuyu? —preguntó observando a la bebé de pelo castaño en brazos del omega, durmiendo plácidamente.
—Hasta el momento bien, nos vamos acomodando. Estamos tratando de organizarnos desde un principio con los tiempos de las chicas de forma igual para que Sana no piense que hay favoritismo —explicó—. Si Sana quiere pasar tiempo conmigo le dejó a Tzuyu a Namjoon y estoy con ella, y si quiere pasar tiempo con Joonie yo tengo a Tzuyu mientras él está con ella, también tratamos de pasar tiempo entre los cuatro juntos.
—Suena una buena idea, pero no se presionen mucho —aconsejó Jimin—. Solo hace dos días que volvieron a casa, pasará un tiempo para que ustedes mismos se acostumbren a la rutina y según tengo entendido, no te puedes mover mucho luego de tener una cesárea —le reprochó.
—¿Tú también, Jimin-ah? —se quejó—. Estoy bien, el médico me dio de alta y solo tengo una ligera punzada cuando me agacho y nada más.
—Solo tómatelo con calma, Jinnie.
—Lo sé —asintió y ambos omegas observaron al bebé cuando esta comenzó a emitir pequeños sollozos—. Creo que ya es hora de su comida —anuncio SeokJin levantándose—. ¿Puedes tenerla mientras le preparo su leche?
—Claro —aceptó ansioso el menor, recibiendo con cuidado el pequeño cuerpo delicado—. Eres tan bonita, Tzuyu —susurro pasando la punta de su dedo índice por las infantiles facciones con delicadeza, acariciando el pequeño puchero.
De pronto, una pequeña mano se apoderó de su dedo con fuerza y el omega sonrió enternecido, contemplando enamorado unos bonitos ojos verdes con marchitas café.
—Sus ojos son verde —exclamó el pelirrojo.
—Son hermosos, pero generalmente el color de los ojos de un bebé no está definido hasta que crecen un poco más —comentó el padre—. Y creo que sus ojos serán café, pero de un tono más suave a los míos, como los de Sana.
—Tal vez herede los ojos de los Min, todos los chicos los tienen de un diferente tipo de verde —le recordó—. Yo quiero que mi Chispita tenga los ojos de Yoonie, son hermosos con sus marchitas café y gris.
—¿Chispita? —repitió Jin volviendo al lado de Jimin con un biberón entre sus manos.
—Así le pusimos al bebé —rió volviendo a entregarle a su amigo su hija.
—Tierno —sonrió el mayor—. Ayer o antes de ayer hubo una fiesta en la empresa, ¿no? —recordó—. ¿Cómo les fue con ello?
—Sí, fue el lunes —asintió—. Fue aburrida, lo mismo de siempre, solo que esta vez no pudimos escaparnos por unas horas con Hyung, ya que como el nuevo CEO todos querían hablar con él —suspiro—. Recibimos muchas felicitaciones por mi embarazo y por la boda.
—Y hablando de la boda, ¿cómo vas con ello? —preguntó curioso—. ¿Te estás tomando un tiempo de las clases de Momo para poder organizarla?
—No es así —respondió e involuntariamente hizo un puchero—. Momo me llamó y me dijo que no era necesario que fuera esta semana, prácticamente no me ha dejado bailar desde que supo que estoy en cinta —se quejó—. Me está tratando como un inválido cuando ni siquiera tengo ocho meses.
—Ya sabes cómo son los alfas —consoló.
—Si, pero es un poco molesto —resopló—. Ni Yoongi me puso un pero cuando le dije que quería seguir bailando, solo le consultó a la doctora y ella dijo que estaba bien mientras no exagere.
—Recuerda que Momo tuvo un embarazo difícil debido a que es una mujer alfa, son muy pocos casos en los cuales una hembra alfa pueden quedar embarazada, ella solo está tratando de protegerte a su manera —le recordó colocando un paño sobre su hombro mientras llevaba al bebé contra su pecho, comenzando a golpear suavemente su espalda.
—Hum... Tal vez debería de hablar con ella al respecto, pero lo haré después de su presentación. Es muy importante para ella como para que la distraiga con esto —pensó—. Pero aprovecharé el tiempo y comenzaré con los planes de la boda —volvió a sonreír hasta que sus ojos desaparecieron—. Ya tenemos las invitaciones —dijo con emoción—. Hoy Yoongi iba a conseguir una fecha para la boda así yo tengo que buscar el lugar para poder pedirlas finalmente, como Hyekyo ha organizado fiestas de la empresa me acerque a preguntarle antes de venir y me prometió hacer una lista con los lugares más bonitos para mí.
—Esa fue una buena idea, yo también le pregunté respecto a donde realizar mi boda. ¿Ya tienes la lista de los invitados? —preguntó SeokJin sonriendo satisfecho cuando su pequeña eructó.
—Sí, la tengo, pero estoy dudando si invitar a Akanishi y Yudai o no —expresó.
—¿Por qué invitarías a dos tipos que estuvieron coqueteando con ustedes y tratando de entrometerse en su relación? —cuestionó el mayor y entrecerró sus ojos cuando su amigo esquivo su mirada con un tipo diferente de sonrisa—. Esto huele a chisme, cuéntale a tu Hyung, Minnie-ah —exigió.
El pelirrojo rió sin poder evitarlo.
—Bueno, tal vez descubrimos con Yoonie que ellos dos solo estaban actuando y que en verdad se gustan entre sí —confesó.
—Espérame un poco que ya me perdí —parpadeo confundido—. ¿Cómo es eso posible cuando el tal Akanishi se veía realmente interesado en ti, así como Yudai en Yoongi? —interrogó.
—Descubrimos que Akanishi en verdad solo estaba siguiendo los deseos de su cachorro de quererme con él y que yo no le intereso de esa forma, y Yudai a su manera intentaba darle celos a Akanishi —explicó.
—Por esa mirada tuya, me imagino que ya estás metiendo las manos en todo esto —indicó divertido.
—En la fiesta comprobamos que Akanishi siente algo por Yudai, ya que estuvo muy molesto cuando un alfa se le acercó y prácticamente lo arrastró lejos de él —exclamó—. Así que con Yoonie nos pusimos en plan cupidos para que ambos vean lo que tienen ahí, también tengo el presentimiento de que los dos pueden ser destinados —confeso—. Me dio esa sensación luego de hablar con Yudai y su interés en mi marca y relación con Yoonie —tocó su cuello delicadamente.
—Bueno, sabes que cuentas con nuestra ayuda y esperemos que ellos se den cuenta de lo que tienen antes de perderlo —expresó SeokJin observando a su pequeña dormir otra vez entre sus brazos—. La iré a dejar a la cuna —anuncio.
—Está bien, Jinnie, yo ya me voy —informó el menor levantándose—. Solo venía a ver como estabas, la verdad es que quería ir a visitar a mis padres para contarles como va la boda —expresó.
—¿Quieres que te deje mi camioneta? —pregunto SeokJin.
—No te preocupes, almorcé con Yoonie y se lo comenté, me dejó su auto y ahora tengo que ir a buscarlo cuando salga del trabajo —sonrió—. Me dejas saber cómo le fue a Nam con el detective—pidió dirigiéndose a la puerta.
—Lo haré —asintió siguiéndolo—. Gracias por venir.
—No es nada —sonrió saliendo.
Emitiendo un silbido y estirando su brazo izquierdo, cuatro aves se posaron sobre este.
—Ya me parecía extraño que Yoongi te dejara salir solo —bromeó el contrario.
Riendo, Jimin negó con su cabeza mientras se dirigía al auto con sus amadas mascotas guardianes.
Yoongi se despidió del guardia de seguridad que custodiaba la entrada de la empresa y salió del edificio encontrándose con su pareja estacionado frente a él, esperándole.
Subiéndose al auto, sonrió al encontrar las cuatro aves en el interior, en los asientos traseros.
—Vaya, hace tiempo que no salían los cinco juntos, eh —comentó luego de besar castamente los labios de su omega.
—Sí, como ayer no los saqué al parque los tuve conmigo todo el día afuera —respondió su pareja comenzando a conducir luego de que el alfa se colocara el cinturón de seguridad.
—Hoy me encontré con Akanishi —anuncio el mayor y sonrió ante la mirada curiosa de su cachorro.
—¿Y...? —presionó cuando su malvado alfa se mantuvo en silencio.
—Y resulta que me expresó su descontento por haber dejado a solas a su asistente con un extraño que podría haberlo dañado —dijo con una sonrisa de labios—. Le aseguré que no había peligro alguno y se enojó aún más cuando salimos y los encontramos a los dos hablando nuevamente fuera de mi oficina. Akanishi realmente estaba enojado cuando Yudai recibió el número del alfa.
—Vaya, ¿le reclamó por ello?
—No —respondió con un suspiro—. Actuó como sí no fuera nada y lo regañó por haber estado coqueteando en medio de su trabajo. Pude apreciar a Yudai se desinflándose con esas palabras.
—Él está siendo un idiota —refunfuño Jimin deteniéndose en un semáforo—. Pensé que intentaría algo ahora que su hijo no parece tan interesado en mí.
—Con el poco tiempo que pasa con el niño dudo que sepa algo del pequeño —resopló.
—¿Y si hablamos con Yudai para hacerle saber que queremos ayudarle y así nos ayuda con los planes? —propuso colocando su dedo sobre su mentón.
—Ehh... No creo que acepte, Yudai es algo orgulloso y no aceptará ayuda. Pensará que, si Akanishi no lo quiere lo suficiente como para admitir lo que siente, entonces no merece la pena —respondió su alfa.
—No lo sabemos en realidad —indicó su pareja volviendo a conducir—. Pueda que sea orgulloso, pero tal vez lo quiera lo suficiente como para querer intentarlo.
—Puede que tengas razón —aceptó el mayor—. Pero siento que el único que logrará que Akanishi se quite la venda de sus ojos, será su hijo —expresó.
—O también ver como finalmente Yudai se va, tal vez no necesariamente con otro, pero sí que ya no esté más en su vida —expresó—. Según lo que tengo entendido por lo que me ha contado Theia, Yudai ha estado con ellos en todo momento luego de la muerte de su madre, no tenerle cerca... Será algo revelador para ambos.
—Entonces no necesariamente tiene que irse de irse, tal vez pedir unas largas vacaciones y tomarlas lejos de ellos les hará pensar cómo sería su vida sin Yudai ahí con ellos, porque parece ser que ha sido el pilar de los dos, quieran padre e hijo verlo o no —pensó Yoongi.
—Bueno, Theia parece que ya se está dando cuenta de esto —expresó el menor estacionando el auto—. Y puede que yo haya tenido algo que ver con ello.
—Fue aquel día en el centro comercial, ¿no? —adivino su alfa.
—Sí, él estaba siendo espacialmente grosero y malcriado con Yudai, le regañé. Por alguna razón, Theia pensaba que sin importar lo que hiciera, Yudai se quedaría a su lado siempre y le corregí aquello —explicó bajándose del auto—. Parece ser que luego de ello ha actuado mejor.
—Entonces tal vez el padre necesite saber lo mismo que el hijo. Lo cual nos lleva nuevamente mi plan de que Yudai tome unas vacaciones, ya que Akanishi está siendo excepcionalmente cabezota con los celos negados —sonrió tomando la mano de su pareja mientras se dirigían al interior del edificio junto a sus aves.
—Y si Yudai acepta nuestra ayuda y planes, mejor será —sonrió también, subiendo al ascensor.
—¿Y bien? —pregunto repentinamente su alfa una vez las puertas se cerraron frente a ellos—. ¿Qué es lo que te ha tenido un poco distraído e inquieto, cachorro?
—¿Por qué piensas eso? —respondió quitando una pelusa inexistente de su camiseta.
—Jimin-ah —musito soltando la mano de su pareja para tomarle suavemente del mentón, guiándole a mirarle.
Cuando logró que aquellos bonitos ojos mieles le observaran, deslizó su mano hacia el cuello en una tierna caricia mientras la yema de sus dedos rozaba su marca, diciéndolo todo con ello.
El pelirrojo respingo suavemente y cerró sus ojos entreabriendo sus labios ante la caricia en sensible zona. Debió de haber sabido que aquella conexión con su alfa lo delataria.
—¿Sucedió algo con mi madre o en el cementerio con tus padres? —interrogó con voz baja y suave.
—Fue en el cementerio —dijo en un suspiro, abriendo sus ojos—. No es nada malo realmente, pero creo que alguien estaba visitando a mis padres.
—¿Alguien como quién? —pregunto alzando ambas cejas.
—No lo sé —respondió llenando de aire uno de sus mofletes.
Las puertas del ascensor se abrieron y sus mascotas fueron las primeras en salir, a un paso más tranquilo, la pareja le siguió.
—¿A caso apareció otro racimo de flores? El encargado dijo que no era inusual que los familiares de otras personas lo dejasen —le recordó.
—Lo recuerdo, pero estoy seguro de que esta vez estaba dirigido a mis padres específicamente —insistió mientras abría la puerta.
—¿Por qué crees eso, amor? —pregunto su alfa quitándose los zapatos al igual que el menor.
—Porque cuando llegue había un racimo marchito, obviamente se lo saqué y fui a comparar uno nuevo, pero al volver, ellos ya tenían uno nuevo —explicó—. Estaba vacío cuando yo llegué, Yoonie, y cuando volví, había otra familia que se encontraba en el otro extremo, les pregunté, pero me dijeron que ellos no fueron y que no se fijaron si había entrado alguien más.
—Bueno, eso sí es extraño —reconoció el mayor, tomando asiento en el sofá.
—No he querido pensar mucho en ello, pero parece que no puedo evitarlo —suspiro sentándose en el sofá, acurrucándose a su lado.
—Y te estás preguntando cosas como si tus padres tenían un amigo cercano, algún familiar incluso —comprendió rodeándolo con sus brazos mientras lo trasladaba a su regazo.
—Si... —murmuró—. Es bastante irónico, nunca pensé más allá de la muerte de mis padres, nunca me pregunté realmente sobre ellos y su vida, cómo se conocieron, si tenían algún amigo, hermano, padres o cualquier pariente... Pero ahora no puedo dejar de pensar en ello y me duele pensar que, si tenían algún familiar, ¿por qué no me llevaron con ellos?
—Creo que es normal que no te preguntaras esas cosas, cariño —expresó Yoongi besando su frente—. Eras pequeño cuando los perdiste, decidiste seguir adelante y no tenías los medios para averiguarlo, pero ahora sí los tienes.
—Pero no estoy tan seguro de que quiero conocer a alguien que nunca me buscó, porque seguramente debió de saber de mi existencia cuando nací, ¿no? —pregunto inseguro.
—No lo sé, cariño, pero sí sé, que si quieres averiguar algo sobre tus padres, yo te apoyaré en cualquier decisión que tomes —prometió.
—¿Y no les molestará a tus padres? Ellos nunca me han dejado de ver como uno de sus hijos.
—Aceptaron tu decisión cuando confesaste no sentirte cómodos al llamarles padres luego de lo de Hyuna y mi madre, aceptaran la curiosidad que tienes sobre tu verdadera familia también —aseguró—. No debes de preocuparte de eso, solo de lo que tú sientes al respecto.
—Ustedes también son mi verdadera familia, tú lo eres, tú eres mi hogar —expresó con amor.
—Y tú eres el mío —respondió su alfa juntando sus frentes—. No lo olvides, si quieres investigar, lo haremos.
—Lo sé, gracias, te diré cuando me sienta listo —prometió besando sus labios con ternura y amor.
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