🌸•Capítulo 45•🌸
Recostado a lo largo del sofá, con su cabeza apoyada en uno de los cojines mirando hacia la gran TV, Jimin y sus cuatro mascotas estaban observando nuevamente una película infantil, Monster Inc, para ser más exactos.
Y mientras Tata y Koya parecían extasiados chillando de vez en cuando y moviendo su cabeza, Chim y Shuga estaban bastantes tranquilos observando la película.
Una suave sonrisa distraída estaba en los rellenos labios del omega al contemplar la Tv, pero realmente no le estaba prestando mucha atención a la película.
Su mente, en ese momento, estaba en uno de sus pequeños estudiantes, Theia para ser más exactos.
El niño era dulce y se notaba que estaba buscando cariño, pero realmente se estaba apegando demasiado a él durante sus clases.
Jimin se había percatado incluso, que su padre Akanishi ni siquiera había vuelto a pasar por él al jardín, lo cual le confundía.
¿No se suponía que estaba interesado en él?
No es que le molestara que no intentara nada, él realmente estaba feliz con ello porque era un problema menos, pero... Todo era tan extraño entonces.
Sabía que Yudai seguía insinuándose y molestando a su pareja en cada oportunidad que tenía, Yoongi se lo había confesado y Jaebum se lo había informado, así como también había descrito con detalles cada rechazo que su alfa le había dado a ese molesto omega.
Pero Akanishi... El por otro lado no intentaba algo más que cuando iba por el niño, y eso rara vez estaba sucediendo.
Sentía un poco de pena por el cachorro, quien se notaba que estaba pasando por una falta de cariño y atención que ningún niño debería de pasar.
Dejando de observar la TV, el pelirrojo observó su pequeño vientre donde sus dos manos descansaban y comenzó a mover una de forma circular.
—Te prometo que nosotros nunca seremos así, antes del trabajo estarás tú, Chispita —murmuro con ternura.
Sintiendo otros sentimientos de ternura y amor a través de su lazo, Jimin alzó su mirada hacia su alfa quien le miraba desde su habitación, y le sonrió hasta que sus lindos ojos se perdieron.
—Yo también te amo —pronunció el menor.
Yoongi resoplo una risa alegre.
—Yo igual cariño —expresó con un tono cariñoso.
—Te has arreglado —observó el pelirrojo.
—Así es —asintió con una sonrisa—. Y tú también lo harás cachorro, porque iremos a una cita —anunció.
—Una cita —repitió el omega, enderezándose lentamente para no marearse—. ¿A dónde?
—Pronto lo sabrás —le guiñó un ojo.
—¿Alcanzo a bañarme?
—Mientras no te demores una hora... —asintió.
Jimin rió mientras se levantaba del sofá.
—Me demoro una hora cuando me baño contigo —se burló subiendo las escaleras.
Yoongi rió sabiendo que aquello, era real.
—Y de quién es la culpa, ¿eh? —se burló golpeando suavemente el redondo traserito de su pareja cuando pasó por su lado.
Jimin chillo por el repentino golpe y luego se carcajeó.
—Tuya porque te auto-invitas —respondió entre risas mientras desaparecía en el baño, dejando la puerta abierta.
—Hey, como no lo voy a tomar como una invitación cuando me miras de aquella forma tan dulce antes de entrar en la ducha —se excusó con una gran sonrisa, siguiéndolo al baño.
—¿Cómo se supone que te miro? —preguntó observándole de forma coqueta, con un dulce brillo alegre, juguetón y lleno de amor en sus ojos.
—Exactamente de esa forma —suspiro cruzando sus brazos sobre su pecho mientras le observaba desvestirse.
—Así es como te miro siempre —argumentó con tono cantarín, entrando en la ducha y cerrando la puerta de vidrio.
Los ojos de Yoongi siguieron observando a su pareja, contemplando con adoración el magnífico cuerpo en estado de su omega mientras el agua caía sobre su cuerpo y una capa de vapor comenzaba a reunirse a sus pies, subiendo e impidiendo la perfecta visión.
"Deja de mirarme así si no me vas a acompañar, Hyung, no seas pervertido" pronunció la voz de su cachorro en su mente.
"No es mi culpa, eres demasiado hermoso y sensual" se defendió antes de obligar a sus pies a moverse, saliendo del baño.
Aprovechando que su cachorro no estaba a la vista, Yoongi fue hacia su clóset y buscó en el último de sus cajones, metiendo la mano hasta el final, sacó la pequeña cajita aterciopelada y revisó los anillos antes de meterla en su bolsillo.
Hoy sería el día.
Hoy, pondría un anillo en esa perfecta mano anunciando a todos aquellos idiotas que no creían en la marca en el cuello de su omega, en su pareja destinada.
Desde ese día, ya no habría duda de que Jimin le pertenecía de todas las maneras posibles, así como él le pertenecía a su omega.
Respirando profundamente, Yoongi trató de tranquilizarse para que su pareja no sintiera algo a través de su lazo.
Una pequeña pista que su pareja tuviera al respecto, y no lo dejaría en paz hasta que le contara todo.
Dejando de escuchar el sonido del agua cayendo, ocultó la cajita dentro de un bolsillo y volteó para contemplar a su pareja salir con una toalla envuelta alrededor de su cintura y otra más pequeña descansando sobre su cabeza.
Observando el largo cabello de un tono rojo más oscuro ante lo húmedo que estaba, sonrió. Algunas cosas simplemente no cambiaban.
—¿Algo casual o elegante? —preguntó Jimin observando el conjunto de su alfa, era un simple jeans negros y un suéter blanco de líneas, casual pero algo elegante.
Él sabía por experiencia propia, que aquel suéter en realidad era muy delgado y fresco, perfecto en realidad para la tarde de calurosos días, él mismo se lo había sacado a su alfa y usado unas cuantas veces.
—Casual, con lo que te sientas cómodo y no muy caluroso —respondió colocándose detrás de él para secarle el cabello con la toalla mientras el menor buscaba ropa.
Decidiendo por un estilo similar al de su alfa, escogió unos jeans rasgados negros y un suéter rojo unas tallas más grandes, que caía ligeramente hacia su costado, mostrando parte de su clavícula, hombro y su marca.
Mientras Yoongi se alejaba en busca del secador, Jimin aprovechó de echarse algo de crema para cuidar su piel y se alcanzó a colocar la ropa interior antes de que apareciera.
—¿Llegaremos a cenar? —preguntó mientras se colocaba el delgado suéter.
—No, comeremos afuera —anuncio parándose frente a él, entre sus piernas.
Un silencio cómodo se formó entre ellos, siendo interrumpido solamente por el sonido del secador mientras el alfa secaba su cabello, pasando sus dedos a través de los rojizos mechones.
—Está listo —anunció, pasando su mano por el suave cabello, peinándolo hacia atrás.
Inclinándose hacia adelante, Jimin apoyó su rostro en el firme abdomen de su alfa.
—Siempre me relaja cuando haces eso —murmuro.
—Lo sé, me pasa lo mismo cuando lo haces por mí —respondió con cariño antes de detener las caricias—. Vamos, o te quedarás dormido y no habrá cita —le recordó observando con satisfacción como el suéter que había escogido su omega mostraba orgullosamente su marca.
Alejándose, permitió que Jimin se levantara de la cama.
—Yoonie, ¿no olvidas algo? —preguntó logrando que se detuviera cerca de la puerta.
El alfa estuvo realmente tentado a comprobar el bolsillo donde estaban los anillos, pero se aguantó y volteó a observarlo con curiosidad.
Entre sus manos más pequeñas, descansaban sus famosos lentes.
—Ah... Eso...
—Sí, ah eso —se burló acercándose y colocándoselos—. Sabes que debes de usarlos siempre —le recordó besándolo de forma dulce y casta antes de alejarse.
—Al menos ya no los olvido tan seguido como antes —se encogió de hombros antes de seguir con su camino—. ¿Llevarás a tus mascotas? —preguntó una vez estuvieron abajo.
Jimin observó a las cuatro aves observando la película y negó con su cabeza.
—Aunque me guste estar con ellas, no, es nuestra cita —contestó asegurando de programar una maratón de Runing Man para cuando terminara la película.
—Vamos entonces —sonrió el alfa colocándose sus zapatos.
—¿A dónde? —preguntó curioso, imitando a su pareja.
—Primero, al cine —anunció—. Iremos a ver esa película de la cual me estuviste hablando.
El pelirrojo omega sonrió sin poder evitarlo, con un sentimiento cálido en su pecho al saber que su alfa siempre prestaba atención a sus palabras.
Jimin salió del cine aun riéndose por la película que acababan de ver.
—Estuvo genial, ¿no, Hyung? —preguntó tomando su mano y entrelazando sus dedos.
—Sí, me reí mucho —contestó con una gran sonrisa.
Y mientras ambos comentaban sobre la película de comedia, se dirigían al estacionamiento donde se encontraba aparcado el auto del alfa.
—¿A dónde iremos ahora? —preguntó Jimin arrugando ligeramente su nariz al contemplar al sol ocultándose—. ¿A casa?
—Nop —respondió Yoongi deteniéndose frente a su auto, girando para verle sin soltar su mano—. ¿Tienen hambre? —preguntó colocando su otra mano libre en su abdomen, sobre la tierna y pequeña curvatura.
—Podría comer —se encogió de hombros.
El mayor le observó en silencio.
Soltando una pequeña risa, el omega soltó la mano de su alfa y se acercó rodeando su cuello con sus brazos.
—Está bien, sí, tengo hambre —aceptó ocultando su carita en el cuello de su pareja, aspirando su rico aroma.
—Ves, nada malo ocurrió por decírmelo —bromeó.
Jimin rió bajito—. Solo pensé que tenías algo más planeado y no quería que te salieras del camino —se excusó.
—Descuida, ir a cenar está incluido en mis planes —reveló bajando su cabeza para besar la marca de mordedura en el cuello de su omega.
Soltando un suspiro alegre y relajado, Jimin instintivamente movió su cabeza dándole más acceso a su alfa.
Yoongi depositó unos cuantos besos más antes de obligarse a sí mismo a alejarse. Si no lo hacía, otros deseos despertarían en ambos y lo próximo que pasaría es que irían directo a su casa y adiós a sus planes.
—Vamos, vamos a cenar —pronunció abriéndole la puerta.
Subiéndose, Jimin se colocó el cinturón de seguridad y observó a su pareja una vez que se subió.
—¿A dónde iremos a cenar? —preguntó curioso como siempre.
Yoongi negó con una sonrisa—. Ya sabrás —contestó, comenzando a manejar.
—¿Ni siquiera me darás una pista? —preguntó estirando su abultado labio inferior en un adorable puchero.
—No —respondió y rió—. No me mires con esos ojitos —se carcajeo dándole rápidas y cortas miradas mientras conducía—. Si te doy una pista lo sabrás inmediatamente —argumentó.
—Está bien, está bien —sonrió dejando de mirarle para observar a través de la ventana.
Luego de unos minutos, volteó a verle nuevamente.
—¿Vamos al restaurante de Namjoon? —adivino reconociendo el camino.
—Ves, te dije que no eran necesario las pistas —respondió.
—Pero los sábados cierra temprano, al medio día —le recordó.
—Sí —asintió—. Pero yo soy tu alfa, él es mi hermano, y técnicamente también soy casi dueño de ese restaurante.
—Snob —se burló Jimin estallando en carcajadas.
—Eish, mocoso —gruño el contrario fingiendo estar indignado y enojado.
Pero pronto, una sonrisa interrumpió en sus labios al escuchar la alegre risa de su pareja.
Estacionando el auto, ambos se bajaron y se tomaron de la mano.
—¿No me vendarás los ojos como aquella vez? —preguntó el pelirrojo con una dulce sonrisa coqueta, moviendo sus cejas de forma juguetona.
Dios, cómo su omega podía ser tan sexy y tierno, era algo que Yoongi no comprendía, pero si le encantaba.
—Esta vez no tuve más ayuda que en la comida —respondió sacando unas llaves de su bolsillo—. Así que lamento si no es tan especial como aquella vez —dijo abriendo la puerta.
Levantándose ligeramente sobre las puntas de sus pies, el pelirrojo omega besó su mejilla.
—Cada cosa que haces por mí es especial —aseguró—. ¿Yo no me estoy olvidando de alguna fecha importante, cierto?
Yoongi rió y negó con su cabeza.
Suspirando en alivio, el pelirrojo permitió que su alfa colocara su mano en su espalda baja y le comenzara a guiar hacia el ascensor.
Subiendo, el aliento del omega quedó atrapado en sus labios al contemplar una única mesa en el centro con velas eléctricas adornando e iluminando desde todas las direcciones.
—¿Es en serio? —preguntó volteando a observarlo—. Dijiste que no era nada especial, es como nuestra cita antes de que me mordieras —golpeó su pecho débilmente en protesta.
—Te dije que no recibí tanta ayuda como aquella vez, y no es tan igual porque los chicos realmente me ayudaron con todo y su decoración fue mucho más que esto, lo sabes —pronunció sosteniendo su mano contra su pecho.
Sin resistirlo, Jimin se levantó en la punta de sus pies y besó los labios de su alfa, lamiendo el superior pidió un silencio permiso e introdujo su lengua inmediatamente cuando Yoongi abrió su boca.
Con su respiración algo agitada, se separaron observándose con un sentimiento lleno de amor que realmente causaría envidia a otras parejas.
—Vamos, cenemos —recordó Yoongi. Juntando sus frentes le besó castamente antes de alejarse.
Tomando asiento, Jimin observó a su pareja destapar la comida ya servida antes de sentarse con él.
—No creo que pueda comer tanto —pronunció observando desde el delicioso caldo de carne con sabroso aroma conocido como galbitang, al arroz con vegetales y carnes que formaba el bibimbap y finalmente el infaltable kimchi y otros acompañamientos.
—Si, creo que Namjoon se emocionó un poco —observó divertido, tomando sus palillos para comenzar a comer.
—¿Seguro de que no he olvidado una fecha importante? —insistió mientras comía de la deliciosa comida.
—No amor, ¿por qué preguntas otra vez?
—Porque... Desapareciste sus horas durante el día y me imagino que fue para preparar esta hermosa sorpresa luego de que Nam hyung cerrara e incluso le pediste a este que preparara comida que se basan principalmente en mis gustos...
—A mí también me gusta la comida que ha preparado Nam —le interrumpió.
—Si, pero todos saben que me gusta la carne y cada plato tiene carne —observó divertido.
—Solo disfruta —dijo finalmente con una pequeña risa, tocando de forma disimulada la cajita con los anillos bajo la mesa.
Disfrutando del resto de la comida, ambos siguieron hablando y bromeando hasta que los colores del atardecer comenzaron a ocultarse.
—Bueno, ¿vamos? —pronunció Yoongi levantándose de la mesa.
—¿Y estas cosas? —preguntó Jimin, imitándolo.
—No te preocupes por ello —aseguró tomando su mano.
—¿Nos vamos a casa? —preguntó mientras subían al ascensor.
—Como no estamos muy lejos del parque Namsan estaba pensando en caminar un poco, ¿qué te parece? —propuso en cambio.
—Me encantaría —asintió satisfecho y alegre por no terminar aún la hermosa velada con su alfa.
A él le encantaba caminar por el parque Namsan, ya que este era uno de los lugares donde más había árboles de cerezo en aquella época, sin contar que la vista de la torre era espectacular, en especial cuando esta se iluminaba.
Saliendo del restaurante, Yoongi se aseguró de cerrar con llave nuevamente antes de alejarse junto a su pareja, comenzando a caminar por las calles hasta llegar al nombrado parque.
Siguiendo el camino pavimentado y rodeado de árboles, ambos caminaban totalmente ajenos a las otras personas.
Con uno de sus brazos rodeando la cintura de tu alfa y su cabeza apoyada en su hombro, Jimin disfrutaba del paisaje, sintiéndose bien, alegre y amado.
Cuando estuvieron frente a la torre Namsan, en la especie de pequeño templo llamado pabellón palgakjeong, se detuvieron para apreciar la vista.
—¿Seguro de que no estoy olvidando una fecha importante? —preguntó divertido Jimin.
—¿Por qué?
—Es que... —suspiro observándolo—. Esta cita ha sido realmente encantadora, será algo inolvidable al igual que aquella donde nos unimos en cuerpo y alma —expresó mordisqueando su labio inferior—. Por eso siento que olvidé algo —encogió un hombro.
—No has olvidado nada —aseguró Yoongi con una sonrisa satisfecha, acercándose para besar su frente—. Yo quería que esta cita fuera especial e inolvidable para ti —expresó.
—Cada cita contigo es así —aseguró acercándose más para rodearlo con sus brazos.
—Quería que esta lo fuera aún más —respondió abrazándolo y tomando una profunda respiración—. Desde que llegaste a mi vida fuiste como un rayo de luz que me iluminó, volteando mi vida totalmente oscura de arriba para abajo —expresó—. Esto te lo he dicho antes y te lo volveré a decir ahora, y es que antes no era nada, porque antes de conocerte yo no era nadie.
—Yoonie —exclamó en un susurro bajo y cargado de cariño el omega—. Yo tampoco era nadie antes de conocerte —intentó separarse, pero su alfa lo estrechó más fuerte entre sus brazos.
—No es solo eso, cachorro, todos los días me siento el hombre más feliz por haberte conocido. Cuando dices que me amas, solo necesito esas palabras para poder respirar, para poder vivir —dijo con ternura, poco a poco soltándolo—. Día a día, verano e invierno, segundo a minuto, incluso si no lo sabes, tienes lo mejor de mí a cada momento.
—Hyung... —pronunció un poco confundido y nervioso cuando su alfa se empezó a inclinar frente a él, consiguiendo la atención de otras personas.
—Eres la persona más especial en mi vida, cada mañana me despierto conteniendo la respiración mientras te veo entre mis brazos, con tu cabeza apoyada en mi pecho, esperando a que reveles esos hermosos ojos tuyos para poder besarte, deseando escuchar tu somnolienta voz musitando un suave buenos días —expresó sacando finalmente la cajita aterciopelada—. A cada momento del día me encuentro pensando en ti, esperando llegar a casa para poder verte y tocarte... Y cada vez que me miras, el amor en tus ojos me deja sin aliento —sonrió abriendo la caja—. No hay un futuro sin ti a mi lado, Jimin. Tú ya eres el amor de mi vida, el padre de nuestro cachorro, el dueño de mi corazón y mi alma gemela, pero... ¿Quieres ser también mi esposo? —preguntó finalmente.
Observando ambos anillos en aquella pequeña caja y luego los ojos de su pareja, Jimin abrió su boca y en seguida la cerró sin poder emitir palabra alguna de la emoción.
Olvidándose de las otras personas rodeándolos, curiosos por su respuesta, rió agachándose y lanzándose a los brazos de su alfa, casi llevándolos al suelo a ambos.
—Si, si, si ¡SÍ! —gritó lleno de alegría—. Quiero casarme contigo —aceptó tomando el rostro de su alfa para besarlo con pasión, obteniendo aplausos de los curiosos a su alrededor que avergonzaron un poco al menor—. No puedo creer que realmente me lo hayas preguntado aquí —exclamó escondiendo su rostro en el cuello de su alfa, algo abochornado.
Riendo, Yoongi lo rodeó con sus brazos y se levantó del suelo llevándolo con él.
—Admítelo, era el lugar perfecto —sonrió buscando el dulce rostro de su pareja—. Vamos bebé, déjame besarte y ponerte el anillo.
Riendo bajito, aun emocionado por todo, Jimin salió de su escondite y recibió gustoso su beso antes de alejarse para apreciar los anillos de oro.
—Este es el tuyo —dijo sacando el anillo con perlas verde jade.
—Es bonito, me recuerda al verde de tus ojos —expresó encantado, observando los detalles.
—Y en el mío, me recuerda a tus ojos —comentó con orgullo, señalando las perlas de topacio, amarilla.
Besando otra vez a su alfa por ser tan detallista, Jimin volvió a observar su anillo encontrando algo en el interior, era un grabado.
"Mi luz hoy, mañana y siempre. Te amo toda la eternidad Y&J"
Alzando su mirada, observó el sonriente rostro de su alfa al ver que había descubierto el grabado.
—El mío también lo dice —aseguró mostrándoselo.
Tomándolo, el omega lo verificó y luego observó a su pareja otra vez.
—Realmente no sé qué fue lo que hice para merecerte —expresó colocándole el anillo.
—Esas son mis palabras —anuncio Yoongi, tomando el otro anillo para colocárselo en su mano.
Era a la medida perfecta.
—El destino pudo habernos unido, pero me alegro de que me hayas escogido. Nunca podré agradecerte lo suficientemente por haberme dado otra oportunidad —expresó sosteniendo su mano, entrelazando sus dedos.
—Y yo nunca podré agradecerte lo suficiente como para haber seguido luchando por mí —sonrió.
—¿Vamos a casa?
—Vamos a casa —aceptó Jimin, besándolo otra vez porque así lo quiso.
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Hola mis copitos! Espero que estén bien y se estén cuidando<3
Esos son los anillos de los chicos, la subiré también en insta junto a otras fotitos de su cita<3
Nos vemos mis copitos, se me cuidan, un besote y un abrazote<3
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