🌸•Capítulo 4•🌸
Jimin aplaudió con orgullo cuando todos sus pequeños terminaron de cantar correctamente la canción en la que habían estado practicando desde comienzo de clases.
Y siendo que el curso al cual impartía sus clases, era uno donde había pequeños de cinco años, lo encontraba en verdad un logro.
Su curso tampoco era muy grande a comparación de otros, por orden del jardín infantil, el omega solo tenía a su disposición diez niños de los cuales estaba encargado de ayudarles con su desarrollo escolar para cuando entraran a la escuela elemental, que vendría siendo a los siete años.
Jimin junto a otra profesora, la señora Shim, estaban encargados de tomar un curso por los últimos dos años, y si eran pequeños grupos, era para poder tener un mejor control sobre ellos.
Pero si era sincero, la mayoría de los niños eran muy responsables con sus estudios a pesar de que seguían siendo niños, y eso era debido a que en su país la educación se tomaba muy en serio desde pequeños, por lo cual, a cierta edad ellos ya iban adquiriendo ciertas características un poco más maduras y pronto, comenzaban incluso a usar los honoríficos con sus mayores.
Los otros cursos tenían niños más pequeños que era entre los tres años hacia arriba, y esos eran grupos más grandes por lo que se necesitaba más personal para no descuidar a ningún infante.
sip, Jimin estaba muy feliz con su pequeño curso.
—Muy bien mis pequeños dulces, fue perfecto —alabó consiguiendo que sus pequeños alumnos sonrieran satisfechos y alegres.
Observando la hora, el pelirrojo les sonrió con cariño.
—Pueden guardar sus cosas, sus padres pronto estarán aquí por ustedes —ordenó sentándose detrás de su escritorio.
Inmediatamente el omega contempló a los pequeños cachorros guardar sus lápices principalmente dentro de sus mochilas y una que otra prenda de ropa que se habían sacado durante el día.
—Profesor —llamó una pequeña levantando su mano.
—Dime —respondió observándola.
—¿Puedo mostrarle el dibujo que hice hoy a mi mami? —preguntó.
Levantándose de su silla, Jimin fue hasta la parte trasera la sala y contempló los dibujos con pintura aún algo húmedos.
—Mañana podrán llevárselos —prometió para todos—. Si se lo llevan ahora, se arruinará —explicó.
Los pequeños asintieron con su cabeza, y antes de que se volvieran algo inquietos por no tener nada más que hacer, sus padres fueron apareciendo en la puerta uno por uno para la suerte del omega.
Cuando la mayoría de sus pequeños se retiró despidiéndose de él junto a sus padres, el pelirrojo comenzó a guardar sus cosas con entusiasmo, a pesar de ser día lunes a él realmente le encantaba su trabajo.
Su horario también era bueno, toda la semana el comienzo de sus clases eran a las ocho aunque él claramente tenía que estar media hora antes que sus estudiantes y el término de estas eran a la dos de la tarde, Jimin usualmente se quedaba hasta las tres o cuatro, dependiendo de lo que tenía que preparar para la clase del día siguiente pero también estaba la opción de hacerlo en su casa.
Era un horario perfecto ya que en la tarde, podía seguir con su taller de danza contemporánea hasta que su pareja iba por él.
Otras veces Jimin simplemente se retiraba a la misma hora que sus pequeños y se iba a la empresa de su pareja para poder almorzar juntos, ya en la casa planeaba su próxima clase. Esa era la rutina de su vida junto a su alfa, una en la que ambos se habían acomodado muy bien, aunque en un principio claramente tuvieron sus problemas estableciéndola.
La paga no era extraordinaria o extravagante a pesar de trabajar en un jardín infantil privado, pero considerando las comodidades de su trabajo, Jimin no se quejaba.
Y el dinero no era algo que faltaba exactamente en su vida diaria tampoco.
—Tío Minnie —llamó Beom-gyu, parándose frente a él.
Jimin observó con cariño al hijo de Taehyung y Jungkook, el niño realmente era una combinación de ambos, con los grandes ojitos de Bambi de Jungkook y la sonrisa rectangular de Taehyung.
El cachorro realmente había estado feliz cuando en navidad, le contó que el presente año sería su profesor hasta el próximo.
—¿Ya estás listo para irnos? —preguntó y los ojitos del pequeño se emocionaron.
—¿Papi no vendrá hoy? —preguntó sorprendido.
—Nop, papi tuvo un trabajo de improviso y papá Kookie está en la galería de arte —explicó.
Beom-gyu hizo una pequeña o con sus labios delgados y entonces se quitó su mochila en forma de conejo de su espalda. Agachándose, la dejó en el suelo y la abrió sacando un paquete de galletas.
—¿Las estabas escondiendo? —interrogó con sus ojos entrecerrados, divertido.
El cachorro le sonrió inocente mientras se levantaba y estiraba su mano con el paquete.
—¿Abre? ¿Por favor? —pidió con un pequeño pucherito.
Riendo, Jimin abrió el paquete de galletas y se la entregó.
—Pero no te las comas todas —advirtió.
Tomando su propia mochila, el pelirrojo se la colocó y tomó la del pequeño ayudando a colocársela nuevamente.
Tomando la mano de Beom-gyu, lo dirigió fuera de la sala y pronto del establecimiento.
Como Taehyung había dejado anotado a Jimin desde que inscribió a su pequeño en el jardín como una persona cercana en caso de emergencia, el pelirrojo omega tenía la autorización para sacar al pequeño Beom-gyu del establecimiento sin problemas con la seguridad.
Cuando estuvieron en la calle, Jimin tomó entre sus brazos al cachorro al contemplar demasiadas personas para tenerle solo de la mano.
Ignorando la punzada de dolor que le envió su tobillo dicho peso adicional, siguió caminando hasta el paradero.
En algún momento tendría que escuchar a su pareja y ver la opción de tener un auto propio, eso sería conveniente, a pesar de que muy seguramente iba a ser su alfa quien iba a pagarlo.
—¿A dónde vamos? —preguntó el menor.
—Primero vamos a ir a almorzar con tío Yoongi y luego a hablar Momo, ya después iremos a mi casa donde tus padres te irán a buscar antes de que el sol se oculte —explicó mientras caminaba hacia el paradero.
—¿Iremos al trabajo de tío Gigi? —preguntó sacando otra galleta para morderla.
Realmente era un pequeño monstruo come galletas, desde que las descubrió, el menor se había hecho adicto a ellas.
—Sip, él nos debe de estar esperando —asintió e hizo para un taxi.
Subiéndose con el pequeño, Jimin le dio la dirección al conductor y se volteó a observar al cachorro.
—Galletas —pidió estirando su mano.
—P-pero aún no he comido muchas —pronunció aferrándose al pequeño paquete contra su pecho.
—Si te las comes todas no vas a almorzar y si no comes, papi Tae se enojará —explicó.
Con un pequeño pucherito, Beom-gyu le extendió el paquete de galletas.
—Gracias —sonrió Jimin, guardándolas dentro de su mochila.
Sacando también un pañuelo desechable, limpió la boca del menor quien tranquilamente se dejó gustoso de los cuidados del omega.
Cuando su celular comenzó a sonar, Jimin lo sacó encontrándose con una vídeo llamada de Taehyung la cual contestó.
—Hola Jimin-ah —saludo el omega enfocando su rostro—. ¿Mi conejito bebé está ahí contigo? —preguntó.
—Hola Taehyung-ah —contestó el pelirrojo y alejó su teléfono para mostrar al cachorro también en la pantalla.
—Hola papi —saludo el menor sonriéndole tiernamente.
—Bebé, papi está tomando unas fotos muy importantes así que escucha a tío Minnie —pidió—. Iré por ti tan pronto como termine.
—Sí papi —asintió.
—Si te portas bien le diré a papá Kookie que te compre ese juguete que tanto quieres —prometió y los ojos del menor se iluminaron mientras asentía emocionado.
—Señor Kim, algo está mal con el conjunto de este modelo ¿puede hacer algo? —preguntó alguien desde alguna parte.
Taehyung rodó sus ojos sacándole una risa a su hijo y amigo.
—Allá voy, no te alteres —respondió observando a la izquierda, después volvió a observar la cámara—. Nos vemos en la tarde, el trabajo llama. Los quiero —se despidió y cortó la llamada.
—Papi Tae está muy ocupado —pronunció el cachorro un poco decaído.
—Lo está, pero ya se hará tiempo para estar contigo —aseguró haciéndole cosquillas para escuchar las alegres carcajadas del menor.
Sí, eso estaba mejor. Su risa infantil era un dulce canto que tenía deleitado a su lobo.
—Joven Min, su pareja le espera en su oficina —aviso su secretaria apenas salió de la sala de reuniones, separándose de otros trabajadores.
—Gracias, ¿ha esperado por mucho tiempo? —preguntó feliz, todo había salido excelente y mejor de lo que esperaba, de hecho.
—Unos diez minutos —respondió sincera, siguiéndole al ascensor.
—... Por casualidad, ¿notaste si cojeaba un poco al caminar? —recordó.
Esa mañana mientras tomaban desayuno, había notado a su pareja cojear suavemente por lo que lo había tomado en sus brazos y sentado en el sofá para revisar su tobillo, colocándole otra vez la venda que se había quitado al despertar.
—Lo siento joven Min, no me percaté de ello —se disculpó la omega subiendo al ascensor junto al alfa.
—Está bien, ¿puedes arreglar las citas que me quedan para mañana? —preguntó—. Necesito tener el resto del día libre.
—No hay problema —aseguró con una pequeña sonrisa.
Ambos se bajaron del ascensor cuando las puertas se abrieron en su piso. La omega inmediatamente fue tras su escritorio para comenzar a arreglar las citas mientras Yoongi fue hacia su oficina.
Cruzando la puerta, una sonrisa brotó instantáneamente en su rostro al contemplar a su pareja jugar con el pequeño Beom-gyu.
Otra vez, se imaginó a su omega jugando con su propio cachorro, fruto del amor entre los dos.
Eso era algo que estaba pensando mucho últimamente, y también entusiasmaba a su lobo.
—Hola amor —saludó Jimin dejando de jugar con el infante.
Acercándose, el alfa lo atrajo por un corto beso debido a la presencia del pequeño.
—Hola cachorro —saludó y observó a Beom-gyu—. Hola a ti también, conejito.
—Hola tío Gigi —sonrió el menor, abrazando la pierna del alfa.
—Eish, ya te dije que es Yoongi —corrigió divertido, acariciando la cabeza del menor.
El infante rió bajito mientras negaba—. Es GiGi, papá Kookie dijo —explicó logrando que el pelirrojo omega riera.
Si, Yoongi como que se imaginaba que ese mocoso estaba detrás del tonto apodo dulce.
—Papi y papá están ocupados con su trabajo —informó con un pequeño puchero que sacó una risita baja a los adultos.
—Así que pasarás el día con nosotros, eh —sonrió caminando detrás del escritorio una vez el pequeño lo soltó—. Eso no es tan malo, ¿cierto?
—Nop —pronunció felizmente—. Los quiero mucho y es muy divertido estar con los dos.
Sin poder evitarlo, el omega acarició el cabello castaño del menor.
—¿Cómo te fue con la reunión? —recordó el pelirrojo, observando curioso como su pareja ordenaba y guardaba algunos documentos.
—Excelente, parece que pronto podremos abrir otro restaurante en otro país —sonrió volviendo al lado de ellos, tomando en brazos al pequeño Beom-gyu.
—Esa es una muy buena noticia, estoy feliz por ti, Yoongi hyung —exclamó Jimin, besando la mejilla de su alfa—. Hay que celebrarlo en casa después —le cerró un ojo.
—Uhm, me gusta como suena eso —rió el mayor, guiando a su pareja fuera de la oficina—. Pero primero, iremos a comer.
Pasando frente a su secretaria, los tres se despidieron.
—Y después hay que ir con Momo, mi tobillo me está molestando un poco por lo que no creo que sea buena idea forzarlo al practicar baile hoy —pronunció torciendo sus labios en una mueca.
Solo una vez había querido bailar a pesar de no sentirse muy bien, no había sido bonita la charla que le había dado la alfa después de que se enterara de ello.
—Y después al médico —asintió Yoongi subiéndose al ascensor junto a su pareja.
—¿Por qué vamos a ir con el doctor? —preguntó el cachorro antes de que Jimin hablara.
—Porque ayer tu tío Minnie se torció el tobillo y le sigue doliendo —explicó el mayor.
—Si, pero no le encuentro el sentido visitar al doctor Ji por una simple torcedura, con unos días se me pasará —pronunció observando a su pareja.
—Puede ser —aceptó—. Pero será el doctor quien decida eso.
—No puedes simplemente ir a verlo sin una cita —resopló—. La última vez que lo hiciste te regañó —le recordó.
Saliendo del ascensor, ambos caminaron hacia el auto del alfa.
—Está bien, pero si veo que de aquí a la tarde sigues cojeando, pediré una hora para mañana —advirtió y Jimin asintió satisfecho con la respuesta.
—Tio GiGi, no está mi silla —pronunció Beom-gyu cuando se subió al auto.
—Lo siento campeón, no sabía que ibas a venir hoy —explicó.
—Yo me sentaré atrás contigo —pronunció Jimin subiéndose junto al cachorro.
Cuando Yoongi subió detrás del volante, una duda surgió en la mente del omega.
—Espera, ¿no volverás a la oficina? —preguntó.
Porque no había modo de que su alfa los llevara a almorzar, luego con Momo y seguido al doctor como había estado planeando, todo en una hora.
—No, tenía pensado llevarte al médico a arrastras pero tienes razón, esperaré hasta esta tarde para decidir algo —respondió dándole una corta mirada por el espejo retrovisor antes de concentrarse al frente, saliendo del estacionamiento del subterráneo.
—Entonces, si no vas a volver y tenemos tiempo, ¿podemos ir a buscar a Sana a sus clases de ballet? —ideó.
—¿Sana va a ir con nosotros a su casa? —preguntó interesado el cachorro por tener a alguien con quien más jugar.
"Quiero comprobar esa mala amiga que tiene Sana" agregó por su enlace, no creyendo que sea necesario que Beom-gyu escuchara. "Ayer me dijo que también se había inscrito en sus clases de ballet"
—Claro, iremos por Sana después de comer y de hablar con Momo —respondió Yoongi para darle una respuesta también al infante.
El omega le sonrió a su pareja y le lanzó un beso en agradecimiento.
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