Lunes.

Yoongi personalmente no odiaba los lunes a diferencia de muchos otros, ya que este día en especial daba inicio a una semana laboral de un trabajo que al menos a él, le gustaba.

Haber tomado el puesto de su padre como CEO de la empresa traía un poco más de responsabilidad de lo que creía, pero su papá le había preparado bien y tenía un secretario competente que siempre trataba de ayudarle en lo que le fuera posible para hacer su trabajo más fácil.

Jaebum era un buen secretario, suspicaz e independiente que aprendía realmente rápido y Min simplemente no entendía por qué lo habían despedido de su trabajo anterior, pero lo que era pérdida para algunos, para él era ganancias y no se iba a quejar.

Y lo que podría decir que no le gustaba de su trabajo, era tratar con Jin Akanishi.

El hombre realmente era un tiburón a la hora de los negocios, ya se lo había demostrado, y aunque esa era una importante característica... La arrogancia del alfa si era algo molesta, aquella mirada altiva y... Todo en él.

Pero siendo sinceros, lo que más le molestaba e irritaba a Yoongi, era el visible interés que mostraba en su pareja, su cachorro, Jimin.

Eso realmente incomodaba y fastidiaba a su lobo colocándolo algo inquieto o irritable cada vez que lo veía, lo cual obviamente le afectaba a él y a su humor.

No tenía dudas sobre el amor de su cachorro, eso sería algo tonto, pero sí le molestaba que Akanishi no pudiera aceptarlo, dejarlo en paz y solo seguir adelante con el proyecto.

Al menos el hombre realmente se había mostrado interesado solo en el trabajo en el presente momento, incluso en ese preciso instante se habían reunido para ir a conocer el terreno del lugar donde sería construido su proyecto.

—Este es el último lugar y donde tiene puesta su atención el señor Akanishi —anuncio Jaebum antes de bajarse del auto de Yoongi tras llegar al distrito Hanam.

Siguiendo a su secretario, el rubio arena también se bajó de su automóvil y movió su cabeza contemplando el sector.

Era en realidad, un buen lugar.

Había pocos locales por alrededor, algunas tiendas pequeñas, otras ambulantes y era un lugar bastante transitado por personas al estar en un cruce. Tampoco había visto algún centro comercial cerca de la zona mientras conducía.

Era el lugar perfecto para probar, pero había un edificio en la zona donde le habría gustado construir algo, estaba justo en el centro de todo, y en realidad no sabía en qué condiciones se encontraba.

—A diferencia de los otros lugares, en este no es solo el terreno. El edificio es de cinco pisos y está a la venta con derecho a demolición —explicó Yudai observando a ambos alfas.

—El edificio antes fue un pequeño centro comercial, al cual desafortunadamente no le fue muy bien y cerraron —añadió Jaebum, sonriendo con falsa amabilidad al omega cuando este le observó algo feroz.

Él no era el único que había hecho su tarea.

—No le fue muy bien debido a las pocas tiendas que poseían —aclaró Yudai—. Ellos tenían los lugares, pero las personas de aquí no quisieron participar, y como entenderán una tienda por piso no llama para nada la atención de las personas —explicó.

—Y nosotros estaríamos exactamente igual, una tienda por piso —habló Yoongi—. ¿Cuál podría ser la garantía de que no nos ocurra lo mismo? —preguntó alzando una ceja de forma interrogativa.

—Lo principal sería que yo estoy aquí —anunció Akanishi, altivo—. Lo segundo es que es un buen lugar y si corremos la voz, más de alguno querrá participar con nosotros.

—¿Podemos ver el interior? —preguntó Yoongi.

—Claro, por supuesto —asintió el omega adelantándose, guiando a los tres alfas detrás de él—. Tengo también los planos del edificio por si gustan verlo —dijo observando a Min, quien asintió.

—Envíaselo a mi secretario, por favor —pidió observando con ojos críticos el interior del edificio.

La estructura era buena, y eran varios locales vacíos a disposición.

—Señor —pronunció Jaebum acercándose y mostrándole los documentos en su tablet.

—¿Qué piensas? —preguntó apartándose un poco de la otra pareja.

—Se ahorrarían dinero al ya tener un edificio, pero creo que habría que hacerle unas obvias mejoras, revisar la estructura por completo y verificar que cumpla con todas las normas de seguridad —respondió honesto.

—Eso pensé —suspiró pensativo, comenzando a caminar por alrededor—. Tendremos que preparar, arreglar y adaptar los locales para nuestros restaurantes. Pero en sí, es un buen lugar —reconoció.

El lugar perfecto para probar las aguas.

Mientras seguía recorriendo el edificio, haciendo observaciones de las cosas que deberían de arreglar en caso de que escogieran el lugar, en un momento el alfa quedó a solas.

Momento, que por supuesto, cierto omega aprovechó para acercarse.

—Hey, Yoongi-kun —pronunció Yudai colocando su mano sobre el hombro del alfa.

—¿Qué sucede? —preguntó.

—Nada realmente —sonrió—. Quería saber si gustabas de ir a almorzar luego de terminar aquí —explicó.

—¿Almorzar con ustedes? —repitió.

—Bueno, en realidad es almorzar conmigo —corrigió llevando ambas manos tras su espalda en un gesto tímido—. Ya sabes, para recordar viejos tiempos y eso.

Observando al omega, Yoongi suspiró audiblemente.

—Yudai, sabes que tengo pareja y un cachorro en camino —le recordó—. Aunque a veces es agradable recordar el pasado, no es bueno vivir en el y yo ciertamente no quiero hacerlo, solo me gusta el presente y observar hacia el futuro.

—¿Lo dices por lo que le ocurrió a tu hermana? —preguntó—. No fue tu culpa Yoongi, y lamento no haber podido estar contigo en ese tiempo —expresó acercándose.

—No preguntaré cómo te enteraste de lo que le ocurrió a Hyuna, pero no es algo de lo que te debas de preocupar —aseguró un tanto frío—. Pasó mucho tiempo después de que nosotros terminaremos. Y no es solo por eso que lo digo, cosas ocurrieron.

—Bueno, almuerza conmigo y cuéntame, somos amigos ¿no? —alzó su mano tocando su brazo, sobre su codo.

—En realidad me gustaría pensar eso —asintió—. Pero parece que soy el único —suspiro—. Veo el interés que tienes en mí, mi pareja también lo ve. Ya tuve una amiga quien fingió estar bien con mi relación cuando en verdad estaba intentando separarme de Jimin, sé lo que es tener un amigo interesado en uno y no estoy dispuesto a pasarlo otra vez —negó—. Mucho menos ahora que Minnie espera a nuestro bebé.

—Yo no-...

—Lo puedo ver, Yudai, creo que cualquiera lo puede ver —interrumpió tomando la mano del omega para alejarla de su cuerpo—. Expulsas feromonas intentando llamar mi atención, pero en realidad eso solo produce todo lo contrario. Tal vez aún no esté casado con mi omega, pero estamos unidos en cuerpo y alma, nuestro destino es permanecer juntos y ambos lo sabemos, lo deseamos y lo queremos. No hay más personas en esta relación, Yudai, solo es mi Jimin y yo —expresó.

—Nadie nunca puede estar tan seguro de una relación, Yoongi-kun —refutó.

—Nosotros sí, y nuestros amigos también —dijo con firme pero a la vez suave tono—. Jimin es la persona indicada, mi omega, y mi futuro, mi destinado. Y cuando tú encuentres al tuyo, lo sabrás, pero ese no soy yo.

Yudai se quedó en silencio, pensando en las palabras de su amigo duramente.

—Es por la marca en su cuello ¿cierto?

El alfa le observó—. En parte, pero no es solo eso.

—Pero-...

—Señor —llamó Jaebum—. Su pareja llamó informando que ya estaba en su oficina esperando por usted para ir a almorzar —informó.

—Gracias —pronunció y volvió a observar a Yudai—. Lo digo en serio, aprecio tus sentimientos, pero no importa lo que intentes nunca serán correspondidos, y por el contrario, solo lograrás que te termine odiando si haces algo que lastime a mi pareja —anunció alejándose del omega para ir al lado de su secretario—. ¿En verdad llamó Jimin? —preguntó un tanto extrañado.

Por lo usual, su cachorro preguntaba a través de su enlace mental si estaba libre para llamarle directamente a él.

—No, pero se veía como si necesitabas una pequeña ayuda para salir de ahí. Ese hombre no parece tener intención de rendirse contigo, ninguno de los dos —añadió al observar al otro alfa hablar con omega.

—Será una pérdida de tiempo para ellos solamente —se encogió de hombros—. Mientras esto no moleste a mi cachorro y ellos no intervengan directamente en nuestra relación, puedo soportarlo. Pero en el momento en que digan o hagan algo que lastime de cualquier forma a Jimin o le provoquen dudas respecto a nuestro amor, todo se terminará y no me importará perder este proyecto para ello, mi pareja es más importante que todo lo demás —anunció.

Jaebum sonrió ante las palabras de su jefe.

—Casi haces que me arrepienta de haberle contado a Mochi cómo te estuvo abordando hoy Yudai en cada oportunidad que tuvo —comentó con cierta burla.

—¿Y le dijiste por qué...? —preguntó arqueó una ceja.

—Porque Mochi me lo pidió y porque ya tuvieron una Ji-eun en su vida, no necesitan de otra —respondió encogiéndose de hombros.

—Vaya, gracias —exclamó fingidamente agradecido.

"¿Cachorro?" preguntó a través de su enlace mental.

"No vengas por mí para ir a almorzar, iré a tu oficina" anuncio simplemente su pareja.

—Si mi omega está disgustado conmigo te haré la vida imposible —amenazó a su secretario antes de enfrentar a Akanishi—. Me ha gustado este lugar —anunció.

—Lo sabía. Traeremos a alguien experto para que nos diga qué es lo que debemos cambiar y arreglar. También a un arquitecto para que pueda rediseñar algunas partes —planeó.

—Suena bien, nosotros buscaremos al arquitecto y haremos una lista de empresas constructoras —decidió.

—Hazme llegar la lista cuando la tengas —pidió.

—Por supuesto —asintió y revisó la hora en su reloj de muñeca—. Bueno, si me disculpan ya debo de retirarme.

—¿Una cita importante? —preguntó Akanishi.

—Muy importante —sonrió Yoongi, despidiéndose otra vez antes de retirarse finalmente.

—Bueno, realmente parecía como si el señor Akanishi deseaba acompañarte a tu importante cita —pronunció Jaebum colocándose su cinturón de seguridad.

—Y si le hubiera dicho que la cita era con mi cachorro, algo me dice que habría insistido para que comiéramos juntos —resopló comenzando a conducir de vuelta a la empresa.

—Bueno, hablamos del mismo hombre que puso a su hijo en las clases de Mochi solo para tener una excusa de verlo.

—En realidad, Akanishi no se ha vuelto a presentar otra vez desde aquel primer día en el que dejó a su cachorro —comentó frunciendo suavemente el ceño—. Es Yudai quien ha ido a recogerlo o la niñera del pequeño, pero su padre... No.

—Vaya... Yo pensaba que estaba aprovechando la oportunidad para acercarse a Minnie —expresó confundido.

—Ese hombre es impredecible —bufó.

El resto del viaje a la empresa hablaron de trabajo para variar.

En el estacionamiento privado y subterráneo, especialmente hecho para los trabajadores de la empresa, Yoongi estacionó su auto en su lugar asignado y luego se bajó junto a su secretario.

—¿Directo al último piso? —preguntó dentro del ascensor.

Yoongi asintió.

—Avisa en la recepción que Jimin vendrá para que le dejen subir sin problemas —pidió una vez las puertas metálicas se cerraron.

—Es la pareja del nuevo CEO, creo que ya todos deberían de saber que no le deben de molestar —comentó.

—Nunca está de más avisar y siempre hay caras nuevas en la empresa —le recordó saliendo una vez las puertas volvieron a abrirse en su piso—. Estaré trabajando mientras tanto, me avisas cuando llegue —pidió cruzando la habitación abierta donde estaba el escritorio de Jaebum.

Abriendo una de las dobles puertas negras, se internó en su oficina.

Acercándose a su escritorio, Jaebum hizo exactamente lo que su jefe le había pedido y comenzó a investigar más sobre el edificio que habían ido a mirar por último.

Cuando su teléfono fijo sonó avisando que la pareja del CEO iba subiendo, Jaebum informó de ello a Yoongi unos segundos antes de que las puertas del ascensor fueran abiertas, revelando a un hermoso joven pelirrojo con dos bolsos en cada hombro.

—Hey —saludó Jimin al observar a su amigo—. ¿Está ocupado? —preguntó refiriéndose a su alfa.

—Hola Mochi —sonrió Jaebum—. Y no, te está esperando.

—Bien, puedes ir a almorzar si gustas, yo le aviso a Yoonie —pronunció antes de cruzar aquellas puertas.

Y tomando la oportunidad, el alfa se retiró silenciosamente.

Algo le decía que era mejor no estar ahí.