🌸•Capítulo 35•🌸


Como todas las mañanas, Jimin saludaba alegremente a los padres que aparecían dejando a sus pequeños hijos al cuidado de sus manos, esparciendo su Estado de ánimo en los cachorros.

—¡Tú! Eres un mal amigo, el peor mejor amigo del mundo —exclamó Taehyung en cuanto estuvo frente al pelirrojo.

—Hola Minnie hyung —saludó el pequeño Beom-gyu con carita adormilada.

—Hola pequeño. Vamos, ve adentro y toma asiento —indicó.

Despidiéndose de su papi, el pequeño cachorro tomo mochila e ingresó al aula siguiendo la indicación de su profesor, sentándose en su puesto asignado con su nombre escrito sobre la mesa.

—¿Por qué soy un mal mejor amigo? —preguntó Jimin a pesar de que ya intuía la respuesta.

Cruzando los brazos sobre su pecho, Taehyung le observó con sus ojos entrecerrados.

—¿Cómo pudiste decirle a Kookie antes que a mí? —exclamó con un puchero—. Yo soy tu mejor amigo, no él. Con Jinnie lo puedo dejar pasar, pero ¿con mi alfa Minnie-ah? ¿En serio? El tonto no ha dejado de molestarme por ello —se quejó.

Sin poder evitarlo, Jimin rió suavemente ante el berrinche de su amigo.

—Si te sirve de consuelo, no tenía pensado decírselo primero, pero se percató de que me aroma había cambiado y luego... Estaba tan emocionado que no pude guardar silencio y fue Kookie justo quién se encontraba ahí en ese momento, sino no se lo hubiese contado —explicó.

—Ahora lo puedo sentir un poco más... —movió su nariz—. Es canela, ¿cierto? —preguntó curioso.

El pelirrojo omega asintió felizmente.

—Te lo habría dicho antes, te lo juro, pero luego de tanta prueba negativa ambos queríamos un examen de sangre para no hacernos falsas ilusiones —expresó.

—Está bien, no te preocupes. Estoy feliz de que finalmente su deseo haya sido escuchado —aseguró abrazándolo cortamente—. Pero me debes un almuerzo —advirtió alejándose.

Resoplando una risa, el pelirrojo asintió y se despidió de su amigo.

Esperando unos cinco minutos más a que llegaran los últimos pequeños, Jimin finalmente decidió que era hora de cerrar la puerta.

—Hola señora Shim —saludó al encontrarse con la mujer mayor.

La beta movió su cabeza reconociéndole en un saludo y entonces cerró la puerta sin decir nada más.

"Espero que no esté enojada conmigo" pensó antes de cerrar la puerta.

Caminando, se detuvo en el centro de la habitación, frente a su escritorio y se apoyó ligeramente en este.

—Buenos días mis pequeños dulces, ¿cómo están? —preguntó observando a toda su pequeña clase, notando como un puesto estaba vacío.

Inmediatamente los pequeños dejaron de hablar y jugar entre ellos, y se levantaron saludando al omega en coro, preguntándole cómo estaba.

—Muy bien, tomen asiento —indicó con una pequeña sonrisa—. Mis pequeños, quería comenzar esta clase comentándoles que tendrán un nuevo compañero —anunció obteniendo inmediatamente murmullos curiosos.

Antes de que pudiera decir alguna otra cosa, la puerta fue golpeada suavemente.

Abriéndola, Jimin alzó ambas cejas con sorpresa al contemplar no solo al pequeño Theia, sino que también al padre de este y al director del jardín infantil.

—Él es el señor Jin Akanishi y su hijo Theia Akanishi, su nuevo alumno —presento el director.

—Lamento llegar tarde e interrumpir la clase, estaba arreglando unos asuntos —se excusó Akanishi en perfecto coreano, con su mano posada sobre la cabeza de su hijo que observaba a Jimin sonriente.

—Oh... Uhm, no se disculpe. Todavía no iniciaba la clase del todo —aseguró saliendo de su estupor.

Sonriéndole un tanto arrogante, Akanishi se agachó a la altura de su hijo y habló con este en japonés.

—Hai, otōsan —pronunció el pequeño cachorro y se volvió hacia Jimin con una gran sonrisa dulce.

—¿Tendrás algún problema con el idioma? En tu currículum dice que manejas el japonés —pronunció el jefe del omega, observándole dudoso.

—Estoy bien, le entiendo perfectamente —aseguró—. ¿Desea que le enseñe coreano? —preguntó al padre del cachorro.

—Él sabe algunas palabras y reconoce otras pocas a pesar de que aún no las usa —explicó—. Pero sí, me gustaría que le enseñara coreano —pidió.

El pelirrojo omega asintió y le echo una rápida mirada a su curiosa clase antes de volver su atención a los dos alfas frente a él.

—De acuerdo, trabajaremos en ello. Si me disculpan, debo de volver con mi clase —anunció retrocediendo un paso.

Ambos hombres asintieron y se despidieron de él.

"Uhm, no creo que Hyung esté muy feliz cuando le cuente esto" pensó Jimin mientras volvía a caminar al centro del aula con el pequeño a su lado.

—Muy bien mis pequeños, como les había comentado antes, me gustaría presentarles a su nuevo compañero —anunció—. Él es Theia Akanishi —presentó colocando sus manos sobre los hombros del pequeño—. Theia es de Japón y se quedará un tiempo con nosotros. No entiende mucho el coreano así que por favor, sean amables y pacientes con él —pidió.

Un coro de saludos se presentó en el aula, sobresaltando al pequeño Theia, e inmediatamente después, comenzaron las preguntas.

Con paciencia, Jimin respondió cada una de ellas, saciando la curiosidad de los infantes, explicándole la diferencia de lengua entre Theia y ellos, entre otras cosas que seguramente la mayoría no entendió pero quedaron tranquilos con las respuestas del omega.

—Toma asiento al lado de Beom-gyu —indicó el profesor en japonés.

—¿Beom-gyu? —repitió el pequeño pelirrojo.

—Beom-gyu, levanta la mano por favor —indicó Jimin.

Inmediatamente el hijo de sus amigos alzó su brazo e incluso se levantó de la silla con entusiasmo.

Con una sonrisa, el pelirrojo omega observó como inmediatamente Beom-gyu intentó integrar a Theia a su grupo de amigos, conversando a pesar de no poder entenderse muy bien.

—Así que hoy es tu último día —pronunció Yoongi, observando a su secretaria Chae-young sentada en el sofá frente a él.

—Sí, los dolores se están volviendo un poquito pesados y hace tiempo que tengo que estar usando zapatos cómodos —dijo observando las zapatillas en sus pies.

—¿Qué clase de dolores? —pregunto interesado el alfa.

Chae-young sonrió mientras acariciaba su vientre.

—Lo usual, dolores de espalda o de los pies. Ya ni siquiera puedo estar mucho tiempo de pie y estoy comenzando a ir al baño seguido —explicó—. Todos son cosas normales durante el embarazo por lo que no tiene que preocuparse por si a Jimin-ah le ocurre también —adivinó.

—¿Tanto se nota? —pregunto el mayor con una gran sonrisa.

—Usted ama mucho a su pareja y siempre se preocupa por él así como Jimin lo hace con usted, no es difícil de adivinar —se encogió de hombros—. Aunque algo me dice que se volverá un poco insoportable ahora que su omega está en cinta, así que tenga cuidado de ahogarlo con cuidados excesivos —aconsejó—. Está embarazado, no inválido.

—Trataré de recordarlo —rió Yoongi—. ¿Cómo está Jaebum? —preguntó volviendo al trabajo.

—Bastante bien —contestó—. Se adaptó con facilidad y aprende con rapidez, ya le he enseñado todo lo que sé. Estos últimos días le dejé todo el trabajo a él y lo hizo a la perfección sin más supervisión —reveló—. Estoy segura de que él todavía puede aprender más bajo su tutela —habló con seguridad—. Ambos trabajarán en conjunto como un perfecto motor.

—Eso es bueno —asintió satisfecho—. No sería bueno buscar a otro secretario y empezar todo de nuevo ahora que soy el CEO. Me sería difícil tener confianza en otra persona y el asistente de mi padre se retiró en cuanto él lo hizo.

—Todo irá bien, hasta el momento no ha habido ningún problema con usted tomando el puesto —sonrió.

La puerta de la nueva oficina fue tocada y Jaebum apareció luego de que Yoongi diera el permiso.

—El señor Akanishi ya se encuentra aquí con su asistente —informó.

—De acuerdo —asintió Yoongi levantándose y ayudando a la omega a levantarse también—. Te puedes retirar a casa si gustas —ofreció a su secretaria.

—Gracias, pero esperaré hasta la hora del almuerzo, no falta mucho —respondió alejándose a la puerta.

Observando a Jaebum, el alfa asintió con su cabeza.

—¿Sucede algo? —preguntó cuando su nuevo secretario se quedó donde mismo.

Con un rostro que no mostraba emoción alguna, Jaebum se acercó a Yoongi y le tomó una foto con su celular.

—Directo al jefe Mochi —sonrió Jaebum y Chae-young rió.

—¿Por qué le enviarías de la nada una foto mía a...? —alzando sus manos, tocó su rostro y maldijo por lo bajo.

Rápidamente fue tras su escritorio y tomó sus lentes, colocándoselos.

—No se lo envíes —pidió—. Solo me lo saqué por unos minutos.

—Demasiado tarde jefe, ya fue enviada y revisada —sonrió alejándose.

—Aprende rápido —pronunció la omega riendo mientras salía de la oficina junto al otro alfa.

"Yoongi" pronunció la dulce voz de su pareja con cierto reproche en su tono a través de su enlace mental.

"Fue solo unos minutos, cachorro" respondió rápidamente. "Estaba hablando con Chae-young y me los saqué un momento, pero ya me los he vuelto a colocar" prometió.

"De acuerdo, pero que sea la última vez Yoonie" advirtió.

"Sí cariño, ¿nos vemos en el almuerzo?" preguntó.

"Te estaré esperando. Tengo que contarte algo" respondió solo dejando curioso al mayor.

Cuando las puertas de su oficina se abrieron, Yoongi ya no pudo preguntarle más al respecto a su pareja y tuvo que concentrar su atención en el hombre que las cruzaba, desafortunadamente.

—Min-san —saludo Akanishi.

—Akanishi —correspondió y ambos hombres se dieron un apretón de mano—. Yudai —reconoció.

—Buenos días Yoongi-chan —saludó el omega con una radiante sonrisa.

—Tomen asiento por favor —indicó señalando las sillas frente a su escritorio, ignorando la sonrisa de Yudai.

Mientras ambos alfas tomaban asiento, el secretario se quedó de pie y rodeó el escritorio para dejar una carpeta frente a Yoongi.

—¿Y esto es? —pregunto arqueando una ceja mientras la abría.

—Los posibles lugares que he escogido para comenzar con este proyecto —anunció Akanishi con su siempre arrogancia presente—. He señalado cuál me ha gustado luego de estudiarlos.

—De acuerdo, los revisaré y daré mi decisión final luego de estudiar los lugares que ha escogido —dijo solo un poquito amargado porque el que le gustó a Akanishi fuera un buen lugar.

Él también había pensado en abrir uno de sus restaurantes ahí mismo.

—Perfecto, ya he organizado una salida para recorrer los lugares.

Cerrando la carpeta, Yoongi empujó sus lentes más arriba y le observó.

—Estoy feliz con su entusiasmo, pero me temo que de momento no me es posible, su asistente tendría que hablar con mi secretario para ver cuándo tengo un tiempo libre —expresó—. Como sabrá, asumir el puesto de CEO requiere que mi atención esté dividida de forma justa.

—Claro —asintió juntando sus labios—. Yudai, ve arreglar las cosas con el secretario del señor Min —ordenó con un chasquido de dedos.

Yoongi apretó sus labios para no bufar, como si chasquear sus dedos hiciera que las cosas ocurrieran mágicamente.

—¿Cómo está Jimin-kun? —preguntó el alfa contrario.

—Bien —respondió escasamente.

—Se veía hermoso esta mañana —reveló logrando que Yoongi frunciera ligeramente el ceño.

—¿Esta mañana? —repitió.

—Sí —sonrió—. Resultó que es el nuevo profesor de mi hijo Theia. Mi cachorro estaba bastante feliz con ello.

"Y tú seguramente" pensó el rubio alfa acomodando sus lentes más arriba.

—Es un gran profesor, lo has dejado en buenas manos —pronunció y agradeció cuando las puertas fueron abiertas y ambos hombres entraron con una tablet en mano.

—¿Para el próximo lunes está bien? —pregunto Jaebum observando a ambos hombres.

—¿No puede ser antes? —pregunto Akanishi.

—El miércoles o jueves —propuso Yudai.

Jaebum revisó la agenda de Yoongi y negó con su cabeza.

—A menos que se cancele una reunión u otro compromiso, no se puede —anunció.

—Tienes un espacio en blanco para mañana entre las cinco y seis —observo el omega.

Jaebum frunció el ceño y se alejó del intruso.

—Perfecto, entonces será mañana —decidió Akanishi levantándose.

—Tengo esa hora libre porque tengo un compromiso con mi omega —negó inmediatamente Yoongi.

—La vida personal no debe de interferir en los negocios —pronunció el alfa contrario, frunciendo el ceño.

—Lo siento, pero no comparto tus pensamientos. Mi pareja siempre estará presente antes que mi trabajo, más ahora —sonrió y observó a su secretario—. ¿Conseguiste una hora con la doctora Kim?

—Sí señor, mañana les atenderá y le envía sus felicitaciones por adelantado por el embarazo de su pareja —anunció con una ladina sonrisa, percibiendo la violenta inhalación del omega ante sus palabras.

—Cómo ve, hay cosas que son más importantes que van primero que el trabajo —sonrió con satisfacción—. Usted es padre, debería de entenderlo.

—Vámonos —anunció el alfa sin más miramientos ni despedida.

Cerrando la puerta de la oficina, Jaebum observó a su jefe.

—Ellos serán una espina en nuestro costado, ¿no?

—En mi costado mejor dicho, y espero que con esto la haya podido sacar —suspiro tomando asiento otra vez.

—Fue mi idea o el asistente entrometido ese te estaba haciendo ojitos —comentó dejando de lado su profesionalidad como secretario.

—No me di ni cuenta si fue así —respondió desinteresado.

—Mochi va a arrancarle su cabello si hace algún movimiento sobre ti, puede ser muy feroz —le recordó riendo.

—Lo sé —sonrió Yoongi con cariño y revisó la hora—. Ya me iré a almorzar con él, puedes salir tú también —indicó saliendo de su oficina.

Fuera de la empresa, dos hombres observaban como Min Yoongi se retiraba en busca de su pareja.

—Está embarazado —exclamó el pelinegro omega—. Esto cambia los planes —murmuró alzando su mano para morder la uña de su pulgar.

—¿Por qué los cambia? —contestó Akanishi observándolo de aquella forma llena de confianza que, de cierta manera, le calmó, como siempre.

—¿No nos vamos a rendir? —preguntó Yudai dejando de morder su uña.

—No —respondió volviendo su vista a la ventana del auto—. No lo haré —anunció.

Un "no puedo", creyó el omega que había escuchado murmurar al alfa, pero eso sería imposible considerando la personalidad de su jefe.

—Yo tampoco lo haré entonces.

Subiendo nuevamente el vidrio del auto, el alfa movió su cabeza hacia el conductor.

—Vamos —ordenó logrando que el vehículo se pusiera en movimiento otra vez.

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