🌸•Capitulo 33•🌸
Cuando el despertador sonó anunciando que ya era la hora de levantarse para prepararse e irse a trabajar, Yoongi en realidad ya estaba despierto.
Luego de todas aquellas emociones de la noche anterior, no había podido dormir muy bien. Se sentía lleno de culpa por haber creado ese bajo estado de ánimo en su dulce pareja.
Demonios, él mismo se odiaba en ese momento por haber sido tan impaciente y haberse adelantado, llenando de entusiasmo y esperanza a su cachorro quien era el que más estaba sufriendo de los dos.
Suspirando, el alfa estiró su brazo y apagó el molesto sonido antes de volver a acurrucarse tras la espalda de su pareja.
Besando su desnudo hombro, presionó su nariz en su cuello, cerca de su marca y respiro profundamente.
Y ahí estaba, al igual que los otros días, un sutil, suave e incipiente aroma a canela sumado al de su amor.
Un aroma que le había dado esperanzas apresuradas a ambos.
Cuando su omega se quejó suavemente, Yoongi alejó su rostro de su escondite no sin antes besar con ternura dicho lugar, permitiendo que su cachorro girara entre sus brazos hasta que estuvo frente a él.
Observando aquellos ojos irritados y con el borde rojo, el corazón del mayor volvió a apretarse al contemplar los rastros de lágrimas en el dulce rostro de su pareja.
Dios, realmente era un idiota. Se estaba odiando tanto a sí mismo en ese momento, porque él era el culpable, quién provocó esas lágrimas, causando el sufrimiento de su amado omega.
Apretando sus labios con fuerza, Yoongi tensó su mandíbula mientras su mente se seguía llenando con sentimientos negativos.
Y como si supiera que algo no estaba bien aún estando medio dormido, Jimin se volvió a quejar acercándose más al cuerpo de su alfa, apoyando su cabeza bajo su mentón.
Cerrando sus ojos por un momento, el mayor respiro profundamente, capturando el aroma de su cachorro, prontamente se fue relajando.
Irónico, aún dormido era su pareja quien le estaba consolando cuando debía de ser al revés.
Dejando de rodear al pelirrojo con uno de sus brazos, se inclinó ligeramente hacia atrás y alzó su mano capturando el mentón de su pareja. Moviendo suavemente su rostro hacia atrás, comenzó a repartir suaves besos en sus mofletes casi como si quisiera captar aquellas lágrimas secas.
"Vamos amor, es hora de despertar" pronunció a través de su enlace mental, irrumpiendo en el sueño de Jimin, quien se quejó apretando sus ojos.
Sonriendo con suavidad, Yoongi besó sobre los párpados de su cachorro y luego bajó a sus rellenos labios, presionando pequeños piquitos repetitivos.
"Vamos cachorro, despierta cariño" volvió a insistir a través de su enlace.
Jimin gruñó bajito, presionando con fuerza sus parpados mientras sentía los dulces labios de su pareja por todo su rostro.
Alzando una de sus manos, restregó uno de sus ojos mientras daba un pequeño bostezo.
Dios, sus ojos se sentían pesados luego de haber estado llorando tanto durante la noche.
"Aquí, cacharro" pronunció la voz de su alfa en su mente.
Apenas logrando mantener sus ojos abiertos, Jimin sintió como su alfa le ayudaba a colocarse sus audífonos.
Una vez eso estuvo listo, el pelirrojo omega se volvió a acercar a su pareja, acurrucándose en su desnudo pecho.
—¿Quieres algo para desayunar en especial? —preguntó su alfa acariciando su espalda.
No hubo pregunta sobre cómo había dormido, lo cual entendía.
Anoche se había derrumbado llevándose a su alfa consigo, quien a pesar de estar tan triste como él, le había consolado y sostenido entre sus brazos.
—Cualquier cosa está bien —respondió casi en un suave susurro.
Alzando su cabeza, observó aquellos bellos ojos de su alfa que tanto amaba. Aquel hermoso verde con distintos matices entre el café y gris.
—Yo... Ayer... —balbuceo y torció sus labios sin saber cómo proseguir.
Se sentía tan... Triste.
Dos manos grandes ahuecaron su rostro y pronto, unos labios delgados y firmes se presionaron en su frente, en la punta de su nariz y por último en sus belfos.
Suspirando, Jimin entreabrió finalmente sus labios y cerró sus ojos mientras comenzaba un beso con su pareja.
Uno lleno de amor que bordeaba la ternura y delicadeza. Una forma dulce de su pareja diciéndole que todo estaba bien...
Cuando no lo estaba.
—Gracias... —susurró abriendo sus ojos, sintiendo el amor y el cariño de su alfa no sólo a través del lazo, sino que también en su mirada.
¿Cómo era posible que un hombre tan increíble como su alfa se había fijado en él? ¿Qué el destino decidiera que eran la pareja perfecta?
Sería una duda que permanecería en el tiempo, ya que no tenía deseos de tentar su suerte y que le quitaran la felicidad de su vida, porque Yoongi lo era.
—Te amo —expresó Yoongi, con tono tan dulce que lograron poner brillosos los ojos del contrario—. Sin importar qué, te amo. Eres lo más importante en mi vida así que no quiero que estés triste o pensando cosas tontas, ¿de acuerdo?
Con un ligero nudo en su garganta y sin poder encontrar las palabras, Jimin asintió y buscó los labios del mayor nuevamente, besándole con necesidad dolorosa, deseando que su alfa llenara su mente con su presencia.
Cuando la alarma comenzó a sonar nuevamente, ambos se separaron.
—Yo también te amo —pronunció el omega, logrando que su alfa le sonriera de forma dulce antes de soltar su rostro para apagar el molesto sonido.
—Bien, hora de levantarse o llegaremos tarde a nuestro trabajo —Yoongi dijo en un intento de verse animado y de paso contagiar a su cachorro mientras se levantaba de la cama
Algo que Jimin realmente apreció porque sabía, que a su pareja estaba tan afectado como él.
Observando a su alfa desaparecer en el baño, el omega se recostó en su espalda y contempló el techo de su habitación mientras su mano vagaba sobre su plano abdomen.
Si tan solo...
Haciendo su mano un puño y dejándola caer a su costado, se negó a que la tristeza y la decepción volvieran a invadir su cuerpo, no cuando su pareja se estaba esforzando en animarle.
Cuando dos aves se detuvieron en su abdomen, Jimin observó con sorpresa a Shuga y Chim, quienes le miraban fijamente emitiendo sonidos de maullidos de gatos, casi como si supieran que algo no estaba bien con él.
—Estoy bien —musitó acariciando la cabeza de ambas aves con su dedo.
Shuga movió su cabeza como si dijera sí mientras que su pareja buscaba más cariño y atención.
—Son adorables cuando quieren, eh —bromeó Yoongi saliendo del baño—. Los tienes muy mimados, Minnie.
Jimin rió suavemente sabiendo que aquello probablemente era verdad.
—Solo un poco —aceptó sentándose en la cama.
—¿Por qué no tomas una ducha mientras preparo un rico desayuno para ambos? —propuso Yoongi mientras se vestía con su traje.
Jimin frunció sus labios e ignoró a sus mascotas que volvían a volar lejos mientras observaba a su pareja.
—Yo debería de prepararlo, hoy es un importante día para ti, comienzas a trabajar como el CEO de empresas Min —recordó el menor.
Dejando de abotonar su camisa, Yoongi observó a su pareja y se acercó a esta, besando esos rellenos belfos que formaban un adorable piquito.
—Está bien amor, puedes preparar la cena está noche —resolvió sin problemas.
—Y yo invito el almuerzo —demandó.
Riendo bajo, el alfa asintió besándole castamente antes de alejarse.
—Yoonie —llamó el menor mientras se levantaba de la cama.
—¿Sí? —respondió el alfa, deteniéndose a mitad de la puerta.
—Tus lentes, cariño —le recordó señalando dicho objeto sobre la mesita de noche.
Arrugando su frente, Yoongi observó sus lentes.
—Pero solo voy a la cocina —se quejó como un niño pequeño.
Soltando una pequeña risita sin poder contenerse, Jimin se levantó y tomó los lentes entre sus manos. Acercándose a su alfa, se los colocó.
—Cada vez que tú olvides tus lentes, yo olvidaré mis audífonos —advirtió logrando que un ceño fruncido naciera en el rostro del mayor.
Yoongi seguía odiando al igual que la primera vez que estuviera sin sus audífonos cuando estaba lejos de él.
—Eso es chantaje cruel, pero lo aceptaré —refunfuño bajando las escaleras.
Con una sonrisa en su rostro, Jimin escuchó a su pareja quejarse con Shuga sobre lo tramposo que era.
Dirigiéndose al baño, el omega dio el agua de la ducha y se quitó su ropa interior antes de meterse.
El agua temperada cayendo sobre su cuerpo le quitó un pequeño gemido a gusto. Cerrando sus ojos, mojó su rostro disfrutando unos minutos en silencio, sintiendo como el agua se llevaba con ella todo rastro de miedo y dolor.
Si su alfa no había perdido la esperanza aún y no estaba permitiendo que el suceso del día anterior le afectara, él tampoco lo permitiría.
Sintiendo el desbordante amor que transmitía su pareja a través de su lazo, el pelirrojo se bañó rápidamente y pronto cortó el agua.
Saliendo de la ducha, tomó una de las toallas del mueble y secó su cuerpo con ella antes de ponerla alrededor de su cintura.
Tomando otra más pequeña, se la colocó sobre su cabeza y comenzó a secar su cabello.
Y mientras lo hacía, sus ojos se posaron sobre el indicio de una bolsa que había quedado afuera de la puerta del mueble del lavamanos.
Curioso, dejó de mover sus manos y abrió la pequeña puerta sacando la bolsa, encontrando otra prueba de embarazo intacta dentro de su cajita junto a la que había ocupado la noche anterior.
"Seguramente hyung las guardó para que no las viera" pensó con una sonrisa un tanto triste.
"Se supone que debemos esperar mañana en la mañana para un mejor resultado" Las palabras de su alfa la noche anterior penetraron en su mente y se asentaron ahí.
Realmente...
Suspirando profundamente, tomó la caja aún sellada y volvió cerrar la puerta, enderezándose. Mordisqueando su labio inferior, el omega contempló la prueba en su mano por unos segundos y luego la abrió.
—Eres un masoquista, Jimin-ah —se quejó consigo mismo mientras la volvía a usar.
Diciéndose a sí mismo que el resultado no importaba y que no debía de permitir que este le afectara en un día importante para su alfa, el pelirrojo dejó la prueba sobre el mueble del lavamanos.
Después de lavar sus manos, el omega salió del baño prácticamente obligándose a sí mismo a olvidar dicha prueba.
—¡El desayuno ya casi está listo! —gritó su alfa desde abajo.
—Ya voy —respondió Jimin asomándose al borde de la habitación para contemplar el piso de abajo, donde su pareja se había asomado por la cocina—. Me peino y voy contigo.
Alzando su pulgar, Yoongi volvió al interior de la cocina.
Terminando de colocarse su ropa, Jimin torció sus labios al contemplar el gran sol a través de la venta.
Tal parecía que los días calurosos ya comenzaban.
Quitándose la camiseta que tenía puesta, el pelirrojo se la cambió por una de manga corta. Tomando un chaleco delgado, se lo colocó encima y volvió apresuradamente al baño, donde comenzó a peinar su cabello.
Una vez su pelo estuvo desenredado, el omega tomó una de las ligas que su alfa había llenado en un frasco transparente para él, ya que tal vez era un poco desordenado con ellas a decir verdad.
—Mierda —exclamó cuando pasó a llevar el frasco.
Suspirando, recogió las ligas que habían caído sobre el mesón y las volvió a guardar.
"Cachorro, ya está listo" informó su alfa a través de su enlace.
"Voy bajando" respondió tomando descuidadamente el palito de la prueba para arrojarlo a la basura.
Pero algo llamó su atención.
Observando la prueba con atención, Jimin se fijó en la indudable línea roja, pero al lado de esta, marcada de forma suave y sutil, había una rosada.
Frunciendo el ceño, el pelirrojo cerró sus ojos y los restregó con su mano libre. Cuando los volvió a abrir, esa fina línea rosada estaba ahí aún.
Su pulso se aceleró suavemente de forma ansiosa. Su lobo se agitó en su mente.
Atrapando su labio inferior entre sus dientes, el omega la contempló sin saber qué hacer con aquella prueba.
Se supone que debían de ser dos líneas rojas, no una roja y otra rosada que apenas podía distinguirse bien.
"¿Cachorro? ¿Sucede algo?" la voz preocupada se filtró en su mente.
"Uhm... Yo... Ahora bajo" respondió apretando entre su mano la prueba.
Saliendo del baño, Jimin se dirigió a las escaleras y contempló a su pareja esperándole abajo.
—¿Qué sucede, amor? —insistió sabiendo que algo le estaba molestando.
—Yo realmente solo lo hice sin pensar, por probar —pronunció estirando su mano entre ellos—. Creo... Creo que esta prueba esta mala, Hyung —dijo abriendo su mano con temor.
Bajado su cabeza, Yoongi contempló la prueba en la mano de su pareja. Entrecerrando sus ojos, observó la línea roja y la rosada a su lado.
—Cariño...
—Está mala... ¿Cierto?
El alfa observó a su pareja, contempló el anhelo y miedo en sus mieles ojos y su lobo se agitó.
¿Y si era otra falsa alarma?
No creía que su omega pudiera soportarlo otra vez.
—Yo... —guardó silencio y observó la mano de su pareja—. Podría serlo o tal vez no... No puedo decirlo.
—H-hay... Hay que comprar otra, ¿no? —tragó.
—Amor, no creo que-...
—Por favor —rogó, tomando su mano, sus ojos mieles suplicantes.
—Yo... —suspiró—. Iré a comprar otra, ¿de acuerdo? —pronunció tomando entre sus manos el rostro de su pareja—. Lo averiguaremos enseguida, pero por favor... No pienses que hay algo malo en ti de no ser el caso —pidió besándole castamente.
—No sé si pueda prometer eso —respondió sincero—. Pero puedo intentar... Solo no tener mis esperanzas altas otra vez. Prefiero esperar otro rechazo que pensar positivo para ser lastimado otra vez —expresó.
—¿Seguro que quieres hacerla? —preguntó.
—Sé que, si no lo hago, pensaré en esto todo el día —sinceró.
—Está bien —asintió, alejándose.
Colocándose apresuradamente sus zapatos, salió del departamento con rapidez en busca de otra prueba de embarazo.
Y mientras Jimin le esperaba, se movía nerviosamente por la cocina tomando agua, mucha agua en compañía de sus fieles mascotas.
La espera se le hizo infinitamente larga al omega, para cuando finalmente la puerta se abrió y su alfa entró con otra prueba en mano, no tardó en estar a su lado.
—¿Estás realmente seguro de que quieres hacerla? —preguntó Yoongi.
—No... Pero necesito saber —respondió en un suspiro.
—De acuerdo —asintió el mayor tomando sus manos mientras le entregaba la prueba—. Ve a hacerla y luego baja para que tomemos el desayuno juntos.
Asintiendo, Jimin se alejó.
Viendo a su pareja salir de la cocina, Yoongi recargó sus manos sobre el mesón de la isla y respiro profundamente tratando de tranquilizar los latidos de su corazón.
Podía sentir a su lobo removerse inquieto, así como también sentía el de su pareja igual de agitado.
Suprimiendo todos los sentimientos, Yoongi se negó a permitir que ellos influyeran nuevamente en su cachorro, entusiasmándolo y lastimándolo.
Solo daría riendas sueltas a ellos una vez estuvieran seguros, de momento no quería nada más que brindarle calma y silencioso apoyo a su omega.
Eso era lo que Jimin necesitaba.
Para cuando el pelirrojo omega volvió a la cocina con su pareja, el desayuno ya estaba servido sobre la isla.
Tomando asiento, Jimin disfrutó lo más que pudo de su comida, ignorando la bola de nervios en su estómago y obligándose a sí mismo a comer, a pesar de que no lo deseaba realmente.
La calma que le transmitía su pareja realmente le ayudó, así como la conversación logró distraerle junto a sus animadas mascotas.
Para cuando la pareja terminó el desayuno, ambos se observaron fijamente en silencio, sin atreverse a moverse.
—¿Vamos? —preguntó el alfa, levantándose y estirando su mano en su dirección.
Asintiendo con su cabeza, el omega se levantó y tomó la mano del mayor.
Aunque ninguno de los dos quisiera admitirlo, ambos estaban bastantes ansiosos y nerviosos ante el resultado de esa prueba.
Ninguno quería volver a ilusionarse, pero en realidad, ambos lo estaban ya.
—¿Juntos? —preguntó Jimin cuando entraron en el baño, ninguno atreviéndose a dar otro paso en el interior para acercarse al mueble del lavamanos donde estaba la prueba, casi pareciendo burlarse de ellos.
Asintiendo con firmeza, Yoongi avanzó primero, logrando que Jimin le siguiera.
Cuando ambos observaron la prueba de embarazo, lo siguiente que hicieron fue abrazarse en silencio, apoyándose en el contrario mientras finalmente, daban rienda suelta a sus sentimientos.
Acurrucándose en el hombro de su pareja, Jimin no podía dejar de llorar mientras su alfa lo consolaba otra vez.
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