🌸•Capítulo 31•🌸


Deteniéndose con el carrito, Jimin alzó su mano e intentó coger la caja de cereales que estaba en la repisa superior del supermercado.

Frunciendo el ceño al no alcanzarla, refunfuño por lo bajo y se levantó en la punta de sus pies, aun así no la alcanzó.

—Yoonie, ¿me alcanzas mi cereal? —pidió cuando su alfa llegó a su lado.

Dejando la bolsa con frutas en el interior del carrito, Yoongi fue al lado de su omega y colocó una mano en su cintura mientras alzaba el brazo cogiendo la caja de cereales.

—¿Una o dos? —preguntó.

—Uhm, una —decidió tomándola y dejándola dentro del carrito junto a las demás cosas—. Todavía me queda la mitad de una caja en casa.

—¿Necesitamos comprar algo más? —preguntó volviendo a caminar junto a su pareja.

—No, ya hemos comprado todo lo que necesitamos —respondió su omega luego de observar el carrito lleno de cosas—. Incluyendo la comida de Shuga y los demás.

—¿No quieres comprarte algo? —preguntó Yoongi mientras seguían deambulando por los pasillos, simplemente observando los productos.

Los bellos ojos mieles de Jimin brillaron con interés mientras observaba a su alfa.

—Oh bueno... Hace tiempo que no comemos algo dulce, ¿no? —pronunció, relamiendo sus labios.

—Creo que había pasteles en la sección de congelados, ¿quieres comprar uno o le pedimos a Jin que nos lo prepare y compramos los ingredientes? —preguntó.

—Comprémoslo, no quiero molestar mucho a Jinnie después de haber estado hasta tan tarde en su casa anoche —respondió frunciendo sus labios.

—Al menos fue una celebración bastante tranquila a comparación de otras que hemos tenido —comentó con una sonrisa divertida—. Solo bebiste una cerveza al inicio, y ni siquiera la terminaste —recordó.

—No me sentía bien tomando cuando tu no podías —respondió—. Y no tenía deseos de tomar sinceramente. ¿Qué? —preguntó, observando a su alfa cuando este se detuvo repentinamente.

Con fingida preocupación, Yoongi colocó su mano en la frente de su pareja.

—¿Qué dijiste? ¿No querías beber? ¿Estás enfermo y no me lo habías dicho?

—Yah, hyung —se quejó golpeando suavemente el hombro del mayor—. No eres gracioso —gruñó llenando de aire unos de sus mofletes cuando su alfa comenzó a reír.

—Tenía que asegurarme, cachorro, no es normal que no tengas deseos de beber cuando estamos con nuestros amigos —respondió con una sonrisa, besando la abultada mejilla de su dulce omega.

—Si, si, claro —bufó y siguió caminando, escuchando la risa de su pareja que le seguía de cerca—. ¿De qué sabor quieres? —preguntó el pelirrojo cuando finalmente llegaron a los pasteles.

—Llevemos chocolate —respondió tomando la caja transparente que contenía el pastel grande en vez del pequeño vaso que estaba escogiendo su pareja.

—Cariño, tendremos para toda la semana con esa —pronunció dudoso de la elección del mayor.

—Nos la merecemos después de la semana que hemos tenido, ¿no? —se justificó—. Además, me vendría bien algo dulce para cuando llegue del trabajo a partir del lunes, tratar con Akanishi seguramente me pondrá amargo —recordó arrugando su nariz.

—Está bien, pero recuerda que hace poco estuviste enfermo —aceptó volviendo a empujar el carrito mientras su pareja caminaba a su lado.

Ya estando en la caja, la pareja sacó todas sus compras para poder pagarlas y luego volvieron a guardarlas en el carrito.

Saliendo del supermercado se dirigieron al auto.

—Creo que lo mejor sería llevar el pastel adelante —pronunció Jimin guardando todas sus comparas junto a su alfa en el maletero del auto—. Tengo miedo de que se dé vuelta y se arruine.

—Tienes razón —aceptó Yoongi cerrando la puerta—. ¿Tienes algún otro plan para hoy? —preguntó subiéndose al auto junto al menor.

—No, ya limpiamos el departamento, preparamos el almuerzo y comimos —respondió dejando el pastel sobre sus piernas mientras se colocaba el cinturón de seguridad—. Creo que podemos simplemente echarnos en el sofá o en la cama y disfrutar de una película o serie.

—Una tarde de películas, suena como un buen plan —sonrió el alfa comenzando a conducir hacia su departamento.

Cuando su teléfono comenzó a sonar, Jimin lo sacó con cuidado del bolsillo de su pantalón y contestó la llamada de su hermano.

—Hola Kookie —saludó.

Minnie, necesito un gran favor de su parte —anunció logrando que el omega frunciera el ceño.

—¿Qué sucede?

Sé que aún falta una hora para la exposición, pero necesito que se vengan ahora y me traigan la pintura que les pedí guardar —respondió en voz baja, asegurándose de que su pareja no estuviera cerca—. Sé que dije que iría a buscarla yo mismo, pero Tae está muy nervioso y me busca a penas me pierde de vista —explicó.

La boca de Jimin formó una perfecta o al escuchar las palabras de su hermano.

Mierda... Se había olvidado totalmente de la exposición de su hermano y amigo.

—Claro, no hay problema —pronunció pasando una mano por su cabello—. Solo deja que nos cambiemos de ropa y nos vamos —pidió.

Gracias —sonrió observando cómo su omega lo comenzaba a buscar con la mirada—. Por cierto, usen ropa casual pero un poco elegante, habrá cámaras —advirtió.

—Está bien, gracias. Nos vemos allá —se despidió.

Avisen cuando estén afuera —pidió Jungkook.

—Lo haremos, adiós —pronunció cortando la llamada—. Amor, creo que tenemos un cambio de planes —anunció observándolo.

—¿Qué sucede? —preguntó echándole una rápida mirada a su omega.

—Nos olvidamos de que hoy era la exposición de los chicos —anunció—. Comienza en... —observó su reloj—. Menos de una hora y Jungkook nos pidió que nos presentáramos antes y que le llevemos la pintura, tendremos que llegar, dejar las cosas en el departamento y cambiarnos de ropa antes de prácticamente volar —pronunció mordiendo su labio inferior—. Dios, ¿cómo se me pudo haber olvidado? —refunfuñó.

—Hey —pronunció colocando su mano sobre la de su pareja—. Si te sirve de consuelo, a mí también se me olvidó totalmente.

El pelirrojo resopló negando con su cabeza.

—Mientras lleguemos a tiempo no creo que se den cuenta —pensó.

—Y si no se lo decimos, entonces tampoco lo sabrán —sonrió el alfa colocando sus dos manos sobre el volante nuevamente para acelerar un poco.

Taehyung se agachó a la altura de su hijo y lo observó con seriedad.

—Muy bien conejito, repíteme las reglas que te dijo papi —ordenó.

—No hablar con extraños —pronunció levantando uno de sus deditos—. No alejarse de papi o papá —levantó otro—. No soltar la mano de papá o papi —levantó el siguiente—. Si estoy solito, voy con tío Minnie o cualquier conocido —dijo levantando otro dedo.

—Muy bien bebé —sonrió el omega besándole la frente—. Si quieres ir al baño me avisas —le recordó.

Beom-gyu asintió y sonrió en grande cuando reconoció a Jimin y Yoongi.

—Es tío Minnie y tío Gigi —exclamó el cachorro corriendo hacia la pareja.

Levantándose, Taehyung observó un poco confundido a sus amigos antes de acercarse.

—Pensaba que las puertas todavía no eran abiertas —pronunció.

—Decidimos venir un poquito antes para no hacer fila —respondió el alfa encogiéndose de hombros.

—¿Estás usando lentes, Hyung? —notó arqueando una ceja con curiosidad

—Y de ahora en adelante los tiene que usar siempre —rió Jimin con el cachorro entre sus brazos.

—Fue lo que aconsejó el médico —dijo no muy feliz el alfa, arrugando su nariz.

—Lo que ordenó —corrigió su pareja, consiguiendo que su amigo riera—. Este lugar es increíble, TaeTae —exclamó observando a su alrededor.

—Gracias —sonrió el peliazul—. Fue difícil escoger cual de todas mis fotos exponer, al igual que para Kookie con sus pinturas. Y hablando de él ¿dónde está? —preguntó observando a su alrededor.

—Estoy aquí —anunció el alfa apareciendo a su lado y rodeando la cintura de su omega—. Las puertas ya han sido abiertas y las personas han comenzado a entrar —informó antes de que Tae hiciera preguntas.

—Ven conejito, tenemos que ir a saludar —llamó Taehyung.

Bajando de los brazos de Jimin, Beom-gyu fue hacia sus padres y tomó la mano de ambos.

—Nosotros seguiremos mirando antes de que no haya espacio ni para caminar —pronunció el pelirrojo alejándose en el sentido contrario con su alfa.

Cuando estuvieron lejos, el omega observó sobre su hombro y luego contempló a su pareja.

—No parece que se haya dado cuenta, ¿no? —susurró.

—No dio esa impresión —respondió.

—Ya quiero ver su expresión cuando vea la sorpresa de Kookie —exclamó con emoción.

—Shh... —pronunció su alfa deteniéndose y colocando un dedo sobre los rellenos labios—. Ten cuidado cachorro, mantén la voz baja —le recordó.

—Lo olvidé —susurró apenado, observando a su alrededor, pero sus amigos seguían cerca de la entrada saludando a sus invitados.

—Está bien —aseguró besando castamente sus labios—. Vamos, sigamos viendo la exposición —pronunció volviendo a caminar con su pareja.

Mientras miraban desde las pinturas más asombrosas a las fotografías más increíbles, la pareja se fue topando con más amigos y familiares, disfrutando de la exposición.

Jungkook y Taehyung se desenvolvían bastante bien por los alrededores, turnándose para vigilar a su hijo mientras explicaban sus obras.

Llegando cierto momento, Jungkook se acercó a Jimin que hablaba con sus otros amigos con su hijo de la mano mientras observaba a su alrededor.

—Chicos, ¿han visto a Tae? —preguntó.

Sus dos hermanos alfa negaron al igual que Jimin y SeokJin.

—Lo perdí de vista y ya quiero mostrarle mi sorpresa —expresó con el ceño fruncido.

—Ahora que recuerdo —pronunció Namjoon—. Creo que lo vi hablando por teléfono mientras se dirigía hacia allá —señaló con su cabeza.

—¿La salida trasera? —preguntó confundido Jungkook—. ¿Pueden cuidar de Beom-gyu mientras lo busco? —pidió observando al grupo de cuatro.

—Por supuesto —asintió Jin colocando su mano sobre el hombro del cachorro.

—¿Dónde está Sana? —preguntó el infante.

—Está con NingNing y sus padres —respondió Namjoon—. ¿Quieres ir a verla? —preguntó y el cachorro asintió.

—Nosotros iremos entonces —pronunció SeokJin con una suave sonrisa—. ¿Vienen con nosotros? —preguntó.

—Nos quedaremos por aquí —negó Yoongi, siguiendo la vista de su cachorro que no había dejado de observar donde Jungkook había desaparecido.

—Nos vemos después —se despidió la pareja alejándose con el cachorro.

—Yoonie, la mamá de Taehyung también salió —pronunció tirando de su chaqueta—. ¿Crees que se trate del padre? —preguntó preocupado.

—No lo sé, pero lo vamos a averiguar en caso de que necesiten ayuda —anunció dirigiéndose hacia la salida trasera con su omega siguiéndole de cerca.

Cuando salieron, contemplaron a ambos padres de Taehyung en una acalorada discusión.

—¿Necesitan ayuda? —preguntó Yoongi capturando la atención de todos.

—No te preocupes, este idiota ya se va —anunció la madre de Tae.

El alfa observó a su esposa dispuesto a discutir, pero luego juntó sus labios con desagrado cuando Yoongi y Jungkook dieron un paso adelante.

—Vuelve a casa y seguiremos hablando de esto —anunció antes de retirarse.

—Dios, que imbécil más terco —pronunció la mujer con un suspiro.

—¿Por qué no me dijiste que te ibas a separar de papá? ¿O que ya no están viviendo juntos? —preguntó el omega observando a su madre.

—Porque no es tu problema hijo, y definitivamente tampoco quería que te enteraras así —suspiró—. La cosa fue bastante simple, tu padre no quería que te siguiera viendo ni a ti, ni a mi nieto. Me negué, me hizo escoger y entonces le pedí el divorcio —anunció—. Nada de esto es tu culpa así que no escuches sus idioteces, yo me encargaré de él —prometió.

—Puedes venir a quedarte con nosotros unos días si gustas —invitó abrazándola cortamente.

—Gracias, pero ya he comprado otra casa y me he llevado a Nana conmigo por sí quieren ir a visitarnos —pronunció observando a su hijo y luego a Jungkook.

—El próximo fin de semana —prometió el alfa cuando su pareja le observó.

—Creo que ya deberíamos de volver —pronunció Jimin—. Ustedes son los artistas después de todo.

—¿Dónde está mi bebé? —preguntó Taehyung mientras entraban nuevamente al edificio.

—Está con Hobi y Jin —respondió Yoongi.

—Vamos por nuestro hijo, tengo una sorpresa para ustedes —anunció Jungkook no permitiendo que el encuentro con ese hombre les arruinara el resto de la velada, ni su regalo.

Tomando la mano de su omega cuando tuvieron a su hijo con ellos nuevamente, lo dirigió al espacio reservado que había estado vacío antes de que abrieran las puertas.

—Yoonie, vamos más cerca —pronunció Jimin arrastrando a su pareja hacia al lado de sus amigos.

Ambos sonrieron cuando contemplaron al omega peliazul observar confundido a Jungkook y luego el cuadro oculto tras una manta.

—¿Qué es esto? —preguntó Taehyung tomando en brazos a su pequeño mientras se volvían el centro de atención de todos.

—Este cuadro, es la pintura más importante que he hecho hasta el momento —anunció—. Uno, que no está a la venta sin importar cuánto ofrezcan por ella y solo hoy estará aquí exhibiéndose con las demás.

Acercándose al cuadro, agarró la manta blanca que lo cubría.

—Esta obra, es llamada, mi felicidad —anunció quitando finalmente la manta, revelando la hermosa pintura.

Taehyung, al igual que el resto de las personas, retuvo el aliento mientras contemplaban la hermosa pintura llena de colores cálidos y brillantes.

En ella, Taehyung estaba pintado con su cuerpo de perfil, revelando un gran vientre el cual estaba siendo protegido por sus brazos mientras su perfecto rostro miraba directamente al frente con una gran sonrisa amorosa y enternecida.

Pero sus ojos, aquellos ojos grises Jungkook los había pintado reflejando tanto amor y felicidad, tan reales, que daban la sensación de que en verdad estaban mirando a uno.

La pintura mostraba tanto amor, felicidad y pureza, que llenaba de alegría y un sentimiento cálido los corazones de quienes la estaban mirando.

—Ese es el día antes de que naciera nuestro conejito —murmuro observando a su alfa.

—Ese fue el segundo día más feliz de mi vida en realidad, ya que el primero es cuando nos unimos en cuerpo y alma —pronunció rodeándolo con sus brazos—. Pero ustedes dos, son mi felicidad completa, los que alegran mis días —anunció observando a su hijo y omega.

—Te amo —pronunció Taehyung uniendo sus labios.

—Se ven tan felices —murmuró Jimin contemplando con alegría a sus amigos.

Rodeando por detrás el cuerpo de su omega, Yoongi enterró su rostro en la curvatura de su cuello e inspiró profundamente su aroma.

—Lo son, y nosotros también lo somos —sonrió depositando un suave beso sobre la marca para subir al oído—. Y pronto con más integrantes —prometió entrelazando sus manos encima del plano abdomen de su pareja.

Jimin soltó una risita mientras asentía con su cabeza.

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