🌸•Capítulo 29•🌸
Yoongi colocó su mano sobre su abdomen e hizo una suave presión como si el dolor disminuiría de forma mágica con ello, obviamente eso no funcionó.
Arrugando su frente, el alfa prosiguió leyendo su correo ignorando las molestias de su cuerpo.
Al menos no había ido al baño a vomitar, pero tal vez eso se debía porque no había comido nada después del desayuno en el departamento con su pareja.
Esa mañana, Yoongi había terminado nuevamente en el baño luego de haber desayuno con su pareja, ganándose otra vez una expresión preocupada en el dulce rostro de su omega.
"Yoonie, ¿estás ocupado?" preguntó la voz de su cachorro.
"Solo estoy leyendo cariño" respondió y torció sus labios en una ligera mueca cuando su cabeza dolió.
Pronto, su celular comenzó a sonar y vibrar. Sacándolo del bolsillo de su chaqueta, el rubio arena contempló la vídeo llamada de su pareja.
Deslizando su dedo por la pantalla para contestar, ubicó su teléfono delante de él en una posición para que su cachorro pudiera observarle bien.
—Hola amor —saludó su omega.
—Hola cachorro —respondió con una suave sonrisa.
Jimin arqueó una ceja—. Dijiste que estabas leyendo, ¿dónde están tus lentes? —preguntó.
—Ah... —pronunció observando sobre su escritorio—. Lo olvidé —respondió abriendo el primer cajón bajo el mesón, encontrando sus nombrados lentes—. Aquí están —sonrió mostrándoselos.
Su omega bufó—. Ahí guardados no te sirven de mucho Yoongi-ah, por eso te duele la cabeza —regañó.
—Está bien cariño, ahora lo usaré —pronunció sacándolos del estuche y colocándoselos—. Dime, ¿no estás en clases? —preguntó.
—Estamos en un pequeño receso, por eso aproveché de llamarte y ver como estabas, esta mañana me dejaste algo preocupado —respondió.
—Lo siento cachorro, pero ya estoy mejor.
—Lo mismo me dijiste ayer y hoy volviste a despertar enfermo —entrecerró sus ojos—. ¿Cómo estás realmente, alfa?
—No he vuelto a vomitar, pero tampoco he comido nada desde esta mañana —respondió—. Y mi abdomen comenzó a doler —confesó.
Jimin arrugó su linda nariz.
—Entonces es algo bueno que haya sacado una hora con el doctor Ji —anunció.
—No creo que pueda ir cachorro, tengo una reunión con mi padre y me ha invitado a almorzar así que hoy no podremos comer juntos —dijo con sus cejas levemente juntas en forma pensativa.
—No te preocupes, hoy hay reunión después de clase. Y la hora la pedí para la tarde, aunque sólo conseguí una media hora antes de tu salida. ¿Está bien? —preguntó.
—Sí, así si podré —asintió luego de comprobarlo.
Tendría que adelantar un poco de trabajo para despejar esa última media hora libre.
—Bien, entonces te iré a buscar y de paso también le pedimos que revise tu vista —decidió su omega.
—Sabes que él solo me va a mandar al oculista —indicó sonriendo.
—Entonces le ahorraremos tiempo y pediré directamente la hora —resolvió y observó a su alrededor cuando un timbre sonó—. Ya tengo que ir amor, si te duele mucho, avísame y vamos antes al doctor.
—Sí cariño, adiós —sonrió el alfa con ternura.
—Adiós, te amo —sonrió el menor.
—Yo igual —respondió agitando su mano antes de que la llamada terminara.
Volviendo a guardar su celular, Yoongi empujó sus lentes más arriba y apretó un botón en el teléfono fijo sobre su escritorio.
—¿Joven Min? —preguntó su secretaria.
—Necesito que despejen la última media hora de mi agenda —pidió—. Jimin vendrá al final del día así que también asegúrense de informar abajo para que no le den problemas con la nueva recepcionista.
—Está bien señor, nosotros nos encargamos —respondió la omega.
Cortando la comunicación, el alfa siguió con su trabajo ignorando su dolor abdominal el cual no parecía mejorar.
Mientras firmaba un documento, un sonido en su puerta interrumpió en su oficina.
—Adelante —anunció.
Abriendo una de la doble puerta, Jaebum apareció vistiendo un traje bien presentable y con una carpeta entre sus manos.
—Pronto será su reunión con el CEO —le recordó acercándose—. El asistente personal del señor Min envió esta carpeta, su padre desea que lea la propuesta —informó dejando el folder con el documento sobre el escritorio.
—Está bien, gracias —pronunció entregándole en cambio otra carpeta—. Estos documentos ya están firmados —anunció y se recargó en el respaldar de su silla—. ¿Cómo lo llevas? —preguntó.
El alfa se encogió de hombros.
—Es un poco más denso o exigente en todos los aspectos a mis otros trabajos y Chae-young es estricta conmigo, pero he aprendido nuevas cosas con ella —respondió con honestidad—. Me gusta.
Yoongi asintió con su cabeza, conforme.
—Sé bueno con Chae-young, su embarazo la tiene un poco perfeccionista... Más de lo normal —sonrió.
—Sí, me he dado cuenta —rió el contrario.
—Avísame cinco minutos antes de que sea hora de encontrar a mi padre —pidió.
Asintiendo, el alfa se retiró de la oficina en silencio.
Abriendo la carpeta, Yoongi comenzó a leer los documentos en el interior hasta que fue la hora.
Levantándose de su escritorio, salió su oficina para ser detenido por su secretaria, quien se paró frente a él con un vaso de agua en una mano y en la otra, un frasco con pastillas.
—El joven Jimin llamó y pidió que tomara medicamento para su dolor antes de ir a cenar con su padre —anunció estirando su mano con las pastillas—. Debió de habernos dicho que no se sentía bien —le regañó.
Abriendo el frasco, el alfa tomó una pastilla y la dejó en su boca. Tomando el vaso de agua, se la tragó y volvió a dejar todo en las manos de la omega.
—No es un dolor de muerte —explicó—. Nos vemos después de almuerzo —se despidió dirigiéndose al ascensor.
Cuando las puertas se abrieron, Yoongi entró observando a su padre.
—¿Leíste lo que te mande? —preguntó observándolo.
—Sí —asintió apretando el botón del estacionamiento en el subterráneo—. Es una propuesta interesante, hasta el momento solo hemos abierto restaurantes normales, no uno dentro de un edificio.
—Como nuestros restaurantes varían no sólo con la típica comida coreana, se quiere construir un centro comercial donde en cada piso estará uno de ellos y también una tienda con nuestras carnes y frutas —sonrió.
—Demasiado conveniente para nosotros —expresó el hijo.
—Lo sé, pero es una oportunidad que no quiero desaprovechar y mucho menos si ya tengo inversionistas dispuestos a participar —anunció.
—Parece que ya has tomado la decisión entonces —pronunció divertido Yoongi, saliendo del ascensor cuando las puertas se abrieron en el piso destinado.
—Así es, pero quería saber también tu opinión porque es un proyecto que dejaré en tus manos a partir del lunes —dijo golpeando suavemente el hombro del alfa más joven.
—¿No tendrás problemas con ello? —preguntó dirigiéndose a su propio auto.
—No, ya he preparado el terreno para ti. Mañana solo lo anunciaré de forma oficial —prometió subiéndose al auto de su hijo.
—¿Quién propuso este proyecto? —preguntó curioso Yoongi, colocándose el cinturón de seguridad—. ¿Papá?
—Ahora iremos a cenar con él —respondió volviendo a observar por la ventana.
—¿No me dirás con quién trabajaré a partir del lunes? —preguntó encendiendo el auto, tenía el presentimiento de que su padre le estaba ocultando algo...
¿Pero qué?
—Es Jin Akashi —anunció—. Abrirá un centro comercial aquí en Seúl y si nos va bien, abrirá otro en Tokyo —respondió finalmente.
—Así que finalmente aceptaste sus demandas —pronunció sin poder evitar la mueca en su rostro.
—No todas, participará en el proyecto sí, pero serás tú quien estará al mando de todo —explicó.
—¿Y cuánto tiempo tendré que tratar con él? —preguntó con el ceño fruncido.
—Se quedará por aquí lo que dure el proyecto.
—Pero puede durar meses —le recordó.
—Fue parte del trato —pronunció observándolo—. Sé que no te cae muy bien, pero es trabajo, tendrás que ser profesional.
—Bien, pero terminaré de ser profesional si el idiota se mete con mi omega —advirtió.
—Lo suficientemente justo —asintió.
Con las puertas del ascensor abriéndose ante él, Jimin salió y sonrió sorprendido cuando se encontró con Jaebum esperándolo.
—Te queda bien el traje —pronunció riendo ante el gruñidito bajo de su amigo—. Aunque admito que no me esperaba que te cortaras el pelo.
—Chae-young me aconsejó que tratara de encajar con la imagen de la empresa, ya sabes, todos sofisticados con dinero —alzó su dedo meñique, moviendo su muñeca en un medio círculo.
Jimin rió—. Lo echaré de menos, y también tus aros.
—¿Quién dijo que me los saque? —preguntó corriendo el cabello que cubría sus orejas, revelando las argollas—. Renuncié a no tener mi pelo hasta mis hombros, pero no a mis aros, excepto el de mi ceja porque era demasiado obvio.
—Chico listo —sonrió—. Al menos donde trabajo no fueron tan exigentes con ello —pronunció tocando su oreja y los aros que había en estos—. Yoonie siempre me está regalando aros o anillos —dijo con cariño.
—El hombre te conoce y sabe que tienes una debilidad por esas cosas —sonrió.
—Así como yo sé que él los tiene por los relojes o los vinos —sonrió comenzando a caminar—. ¿Cómo ha estado?
—Se encerró en su oficina después de almorzar, no tenía una expresión muy feliz cuando llegó —susurró antes de ir detrás de su escritorio, el cual estaba al frente del de Chae-young.
—Hola noona —saludo el pelirrojo omega.
—Buenas tardes, joven Jimin —sonrió observando como el pelirrojo simplemente entraba en la oficina de su jefe con confianza.
Tras cruzar la puerta, el omega la cerró detrás de él y fue directamente hacia su alfa que estaba sentado en los sofás, con sus ojos cerrados y su cabeza inclinada hacia atrás. Una de sus manos hacía presión sobre su abdomen.
Preocupado, Jimin fue hacia él y se sentó a horcajadas sobre su regazo.
—¿Por qué no me dijiste que dolía mucho, cariño? —preguntó con suavidad, atrapando el rostro de su alfa entre sus manos.
—Creo que empeoró después de comer con papá y el nuevo socio —pronunció abriendo sus ojos—. Y no sé si fue por la comida o por la compañía —bufó.
—¿Discutiste con tu papá? —preguntó inclinándose para besarlo, pero su pareja le corrió el rostro. Jimin le observó.
—Lo siento amor, vomite hace poco —explicó colocando sus manos en la cintura de su pareja.
Comprendiendo, el pelirrojo deposito un suave beso en su mejilla y otro en su frente.
—¿Por qué discutieron? —preguntó trasladando sus manos a la nuca de su alfa, guiando su cabeza hacia su cuello.
Tenía la esperanza de que su aroma ayudara a relajar un poco el cuerpo del mayor.
—No lo hicimos, pero papá firmó un trato con Jin Akanishi y a partir del lunes yo estaré tratando con él hasta que el proyecte termine —explicó.
—Pero solo serán unas visitas cortas y llamadas, ¿no?
Yoongi movió su cabeza de forma negativa y salió de su escondite.
—Vivirá aquí hasta que el proyecto termine —reveló.
Jimin formó una pequeña o con sus labios.
—Aigoo, mi pobre alfa se enfermó por culpa de ese mal hombre ¿no? —preguntó con voz melosa, acariciando la nuca de su pareja—. Venga, vamos al médico y luego directo a casa, nos olvidaremos de él y cuidaré de ti —pronunció con cariño, levantándose del regazo del mayor.
Sonriendo levemente, Yoongi se levantó también. Observó a su omega recoger su maletín y luego volver a su lado extendiendo la mano hacia él. Tomándola, simplemente se dejó llevar saliendo de su oficina, despidiéndose de sus secretarios.
—¿Cómo te fue en tu reunión? —preguntó subiéndose al ascensor.
—Bien, el próximo mes haremos una semana de actividades para motivar a los niños y a los padres a hacer ejercicio por lo que será una semana ocupada —comentó.
—Suena interesante, ¿qué es lo que harán? —preguntó.
—Aún no está todo decidido, tenemos que pensar en ideas y plantearlas en la próxima reunión —explicó bajándose del ascensor junto a su alfa cuando llegaron a su piso—. Las llaves, yo conduciré —pidió soltando la mano del mayor.
Entregándole la llave, Yoongi fue hacia el lado del copiloto y se sentó.
Dejando el maletín en los asientos traseros, Jimin se colocó el cinturón de seguridad y encendió el auto.
—No tomes la ruta principal, habrá tráfico a estas horas —pronunció Yoongi cerrando sus ojos.
Tal vez debió de haber dormitado unos minutos, porque cuando volvió a abrir sus ojos, su omega ya estaba buscando un lugar en el estacionamiento.
—¿Duele mucho? —preguntó el pelirrojo observándole con preocupación una vez apagó el auto.
Yoongi arrugó su nariz y se quitó el cinturón al igual que su pareja. Cuando abrió la puerta y salió del auto, se sintió un poco mareado.
—Esto no me gusta —pronunció Jimin estando inmediatamente a su lado, rodeando su cintura con uno de sus brazos.
—Ya estoy bien, solo me he mareado un poco, cachorro —pronunció cerrando la puerta.
Sin soltar la cintura de su alfa, Jimin guio a su pareja al interior del edificio.
Estando frente a la enfermera detrás del escritorio, el alfa se mantuvo en silencio permitiendo a su pareja hablar por él.
—Gracias —pronunció Jimin volviendo a caminar junto a su pareja a los asientos destinados para hacer un poco más cómoda la espera.
En la pared, una Tv grande estaba colgada y por ella estaban pasando las noticias.
Cuando un enfermero les llamó anunciando ser su turno, el omega no se separó de su alfa y entró junto a él en la consulta.
—Buenas tardes, chicos —saludo el médico señalando el asiento frente a él—. ¿Díganme, quién ha venido hoy? —preguntó.
—Yo no me he estado sintiendo muy bien hoy —anunció Yoongi.
—Desde ayer —corrigió su omega—. Despertó en el baño vomitando y hoy igual —añadió.
El doctor observó al alfa, quien asintió en silencio.
—Bueno, ¿puedes describirme lo que sientes? —pidió el hombre mayor.
—Un poco de náuseas, otro de mareo y hoy también se sumó el dolor en mi abdomen —pronunció.
—Sube a la camilla por favor, recuéstate en ella y muéstrame tu abdomen —indicó levantándose.
Obedeciendo, Yoongi se levantó e hizo lo ordenado.
—¿Empeora después de comer? —preguntó el doctor mientras revisaba su estómago ejerciendo presión.
—Ayer en la tarde estaba un poco mejor, pero... Si, después de almorzar empeoró —respondió haciendo una mueca cuando el médico presionó cierto lugar.
—¿Duele?
—Un poco —respondió.
—¿Has fumado más de lo usual últimamente? ¿Abusado del alcohol o bajo mucho estrés? —preguntó.
—No.
—Pero sí estuvo trabajando mucho las semanas pasadas y el fin de semana pasado pasó un mal rato —añadió Jimin quien se había mantenido observando en silencio.
—¿Es verdad? —preguntó el doctor Ji observando a Yoongi mientras se alejaba.
—Tal vez —asintió sentándose en la camilla.
—¿Comiste comida picante tal vez? —cuestionó.
—Sí —asintió—. Ayer en la cena y hoy en el almuerzo —respondió.
El doctor Ji asintió y volvió a sentarse detrás de su escritorio.
—Bueno, lo que tienes no es nada grave así que no se preocupen —dijo observando a Jimin—. Lo que Yoongi tiene, es gastritis aguda y por lo general solo dura un par de días hasta que el agente causante salga del sistema —explicó—. Esto puede causarse debido a algunos fármacos, abuso de alcohol, alimentos picantes, fumar, estrés, ect.
—Pero nunca antes comer comida picante me sentó mal —refunfuñó Yoongi.
—Tal vez abusaste de ella o tal vez fueron diversos factores que se juntaron y lo provocaron. Como Jimin dijo, estuviste bajo presión hasta hace poco también —indicó—. Te recetaré algo que puedes conseguir en la farmacia de la clínica y podrías evitar la comida picante un par de días hasta que te vuelvas a sentir bien —aconsejó.
—Gracias —pronunció la pareja levantándose.
Despidiéndose, ambos salieron de la consulta.
—Ves, te dije que no era nada grave —pronunció el alfa rodeando los hombros de su omega.
—Pero ahora ambos sabemos que es —respondió leyendo la receta en su mano—. Vamos a la farmacia a retirar esto y luego con el oculista —anunció.
—¿Podríamos solo ir por los medicamentos? —pidió.
—Nop, aprovechemos de hacer todo ya que estamos aquí y luego iremos a casa para que pueda cuidar de ti y mimarte —prometió besando su mejilla.
—Está bien —dijo en un suspiro, siguiendo a su pelirroja pareja obedientemente.
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