🌸•Capítulo 28•🌸


Jimin colocó su mano en la espalda de su pareja y la deslizó de arriba hacia abajo mientras le miraba con preocupación.

Cuando finalmente su alfa dejó de vomitar, se levantó y tomó una toalla pequeña la cual humedeció y volvió a su lado.

Retrocediendo, Yoongi se apoyó en la puerta de la ducha y recargó su cabeza en esta mientras cerraba sus ojos. Sintió a su dulce cachorro ubicarse sobre sus piernas estiradas, acomodándose a horcajadas y limpiar su rostro y boca con delicadeza.

—¿Tan malo estuvo mi desayuno? —intentó bromear el pelirrojo, pero la preocupación estaba pintada en su rostro.

—No cariño —respondió el alfa abriendo sus ojos—. Creo que algo de lo que preparó madre en la cena me ha caído mal porque durante la noche también me levanté —explicó.

—¿Y por qué no me despertaste? —preguntó frunciendo el ceño.

—Porque tú también tienes que levantarte temprano para ir a trabajar, cachorro —le recordó.

Jimin chasqueó su lengua con descontento.

—Si te hubiera hecho lo mismo ahora estarías todo enfurruñado conmigo —indicó.

—Como tú lo estás ahora —aceptó con diversión, tocando con su dedo índice la punta de la pequeña nariz de su omega—. Vamos, termina de desayunar mientras yo me cambio de camisa, ya que ensucie esta —pronunció.

—¿Seguro de que puedes ir a trabajar? —preguntó el menor, levantándose.

—Ya falté un día y medio, no es bueno que el próximo CEO falte más —respondió levantándose—. Y tú tampoco puedes faltar solo para cuidarme —indicó tomando su cepillo de dientes.

—No me gusta —gruñó Jimin cruzando los brazos sobre su pecho—. Al menos prométeme que me llamarás si te sientes mal, podemos pedir una hora con el doctor Ji.

El alfa enjuagó su boca con agua antes de observar a su pareja a través del espejo.

—Solo tengo el estómago un poco delicado, por qué no mejor me das algún medicamento y si de aquí a la tarde me encuentro igual, vamos con el médico —propuso.

—Bien —asintió su omega—. Pero quiero que almorcemos juntos para comprobar si estás mejor o no, así le digo a Chae-young noona que pida una hora.

—Hecho —asintió el alfa y salió del baño para cambiarse de ropa.

Tomando algunas pastillas, Jimin de igual forma salió del baño y observó la desnuda espalda de su pareja con algunas marcas rojas productos de sus rasguños en medio de su apasionado encuentro.

—¿No quieres que te eche una crema? —preguntó tocando con la yema de sus dedos la piel rojiza y levemente sobresaliente.

—Nah, no duelen y a diferencia de los míos en tu cuerpo, estos se pueden ocultar fácilmente bajo la ropa —respondió colocándose una camisa celeste mientras se daba vuelta.

Sus ojos se posaron donde sabía que estaban los chupones rojizos y morados que su omega había tenido que ocultar bajo un pañuelo alrededor de su cuello.

—Tienes suerte de que el calor aún no golpee con fuerza —sonrió Jimin, acercándose para ayudarle a abrochar los botones.

—Entonces solo debo de volver a hacerlos en un lugar menos visible —sonrió coqueto, colocando sus manos sobre la cintura del menor.

Negando con su cabeza, el omega se levantó levemente sobre la punta de sus pies para unir suavemente sus labios antes de alejarse.

Jungkook estaba observando en qué lugar colocar una de las fotografías de su pareja cuando percibió un pequeño disturbio en la entrada trasera por donde se encontraba entrando y saliendo el personal.

Curioso, terminó de darle indicación al hombre que esperaba con el cuadro y luego se alejó.

Estando cerca de la puerta, su ceño se frunció al contemplar a su asistente discutir con un terco y prepotente hombre mayor, intentando utilizar su poder y apariencia como alfa para intimidar a la mujer.

Sus ojos inmediatamente viajaron al rededor buscando a su omega, encontrándolo en el otro extremo de la galería de arte, lo bastante distraído hablando con otros trabajadores como para percatarse de que su padre estaba en la puerta.

No queriendo que la indeseada visita de aquel hombre arruinara el ánimo de su pareja, el alfa se acercó y se ubicó al lado de su asistente, obstaculizando la entrada e impidiendo que el señor Kim observara el interior.

—Señor Kim —pronunció—. ¿A qué debo esta inesperada visita? —preguntó con una actitud firme y un tanto arrogante a los ojos del hombre mayor.

—Quiero hablar con mi hijo —demandó.

—¿Ahora sí es su hijo? —cuestionó con burla, alzando una ceja.

Según recordaba, la última vez que había visto al hombre había renegado de Taehyung como su hijo y de Beom-gyu como su nieto.

—No intentes meterte conmigo, niño —advirtió feroz—. Trae a Taehyung aquí afuera o mejor aún, hazte a un lado y déjame entrar —exigió.

—Por favor señor, retírese en silencio o me estará obligando a llamar a seguridad —anunció la mujer.

—Te sugiero que no me amenaces si no sabes quién soy, tonta beta —se burló con malicia.

—Y yo le sugiero que no moleste a mi personal en mi presencia, señor Kim —expresó Jungkook dando un paso al frente—. Usted ya dejó en claro que no quería saber nada de Taehyung y ciertamente él tampoco desea saber nada de usted, así que asuma las consecuencias de sus palabras y déjenos en paz —ordenó.

—No te entrometas en esto, hablaré con Taehyung cuando quiera —anunció con impaciencia, intentando sobrepasar al joven alfa.

Inmediatamente Jungkook avanzó otro paso impidiéndole seguir, cuando el hombre mayor intentó empujar su cuerpo ni siquiera logró moverlo de su firme posición.

Irritado, el alfa contempló a su alrededor y luego ordenó su chaqueta de traje. Observó por última vez a Jungkook, anunciando que no lo dejaría así de simple y se retiró.

—Muchas gracias, ese ahjusshi no me estaba escuchando para nada —pronunció su secretaria una vez el alfa arrogante se fue.

—Está bien —pronunció sin mirarla—. Volvamos a trabajar —anunció cuando finalmente perdió de vista al padre de su omega.

Pronto, la mujer comenzó a hablar con él revisando unos últimos detalles.

Mientras hablaban, Jungkook se percató de la mirada soñadora que tenía la beta en él, así como los intentos de coqueteo.

Los había percibido antes cuando estaban a solas de forma sutil, intentos disfrazados con amabilidad, pero ahora eran más directos y abiertos.

Si la mujer pensaba que su intervención con el molesto hombre había sido para ayudarla y defenderla, alentándola a seguir con ello, estaba totalmente equivocada.

Jungkook solo había querido deshacerse del problema antes de que llegara a su pareja, ya que no deseaba que nada molestara a su omega.

Estaba seguro de que en ningún momento había dicho o hecho algo que pudiera confundir la beta y tomar más confianza con sus maliciosas intenciones.

—Entonces ¿todo está bien? —preguntó luego de escucharla.

—Sí Jungkook-ah —respondió logrando que el alfa alzara una ceja ante la repentina confianza—. Solo hay un espacio vacío y me pregunto...

—Está bien —interrumpió—. Es una sorpresa que le tengo a mi omega e hijo, yo me ocuparé de ese detalle —anunció cruzando sus fuertes brazos sobre su pecho.

—Por supuesto —asintió contemplando los brazos del contrario y los tatuajes en uno de ello—. Pero si lo deseas... Yo podría ayudarte —pronunció la beta, acercándose y colocando su mano sobre el antebrazo del alfa—. Ya sabes, en agradecimiento por ayudarme con aquel hombre molesto —mordió su labio inferior.

El lobo de Jungkook grupo con enojo y disgusto, su estómago se revolvió al sentir las intenciones de la beta.

Arrugando su rostro con disgusto, Jungkook sacudió la mano de la mujer y retrocedió un paso, volviendo a colocar distancia entre los dos.

—En ningún momento dije que quería algo a cambio, ni siquiera te ayude a ti realmente, solo arreglé el problema antes de que afectara a mi omega —aclaró—. Que seas una beta estoy seguro de que no significa que no comprendas el significado de la marca que he colocado en el cuello de mi pareja —espetó con disgusto—. Tu contrato terminará al termino de la exposición —anunció.

—Pero si mi contrato es por seis meses —exclamó.

—Sí, pero eso era antes de que supiera que no conocías tu lugar —bufó—. Y no te confíes, mi Taehyung puede ser un omega muy amable pero también tiene su genio, en especial con los idiotas que no pueden tener sus manos para sí mismos.

Apretando sus labios con fuerza, la mujer se dio media vuelta.

—Y si no te mantienes profesional hasta después de la exposición, me aseguraré de buscar una forma para no pagarte los días trabajados —advirtió.

Observándole sobre su hombro, la beta volvió su vista hacia al frente encontrándose con Taehyung. Irritada, siguió su camino ignorando el saludo del peliazul omega cuando pasó por su lado.

Cuando Taehyung estuvo frente a su alfa, tenía el ceño fruncido.

—¿Y a esa que le pasa? —preguntó—. En la mañana era toda sonrisas.

Descruzando sus brazos, Jungkook tomó la mano de su pareja y lo atrajo más a su cuerpo. Bajando un poco la cabeza, tomó los labios de su omega disfrutando de su dulce sabor a vainilla.

Su lobo rápidamente se relajó a gusto ante el tacto de su omega, quien borró inmediatamente la presencia de aquella mujer y su sucio tacto.

—Mm... —ronroneó lamiendo los labios ajenos—. Estabas comiendo un dulce...

Alzando sus brazos, Taehyung rodeó el cuello de su pareja.

—Estuve revisando la habitación de nuestro conejito antes de venir, encontré un escondite secreto bajo su cama lleno de dulces y galletas —reveló divertido—. Me los he traído todos y los he dejado en la oficina.

—Ese cachorro —pronunció divertido el padre alfa, sus manos sobre la cintura de su omega—. Al menos le fue bien en el dientista.

Taehyung rió—. Ni me lo recuerdes, aún está enojado conmigo por haberle engañado y no comprarle su helado.

—Tuvo suerte de que solo fuera una carie, ya he advertido a mis padres y a tu madre junto a Nana que no se dejaran engañar por sus ojitos bonitos y que no podía comer más dulces.

—Hay que estar atentos a que realmente se lave sus dientes como le pedimos y también hablé con Minnie esta mañana cuando le fui a dejar y le pedí que tuviera un ojo en cuántos dulces y galletas comía —comentó y recordó el motivo principal por el cual se había acercado a su pareja—. Me voy a ir un poco antes a recoger a nuestro conejito, Jimin-ah me advirtió que hoy no se podía quedar unos minutos más esperándome.

—¿Quieres las llaves del auto? —preguntó.

—Por favor —asintió besándolo castamente—. Ah, cuando salgamos al centro comercial recuérdame de ver un alzador para nuestro conejito, la silla que tiene ya le está quedando pequeña —pidió y el contrario asintió.

—Por cierto, terminando la exposición hay que buscar otra asistente —informó entregándole las llaves.

Taehyung arqueó una ceja—. Bueno, ahora entiendo su mal humor —bufó—. Le diré a Jin que me ayude a buscar a alguien que tenga más de cincuenta años, así no intentara ponerte las manos encima —refunfuño.

—Mejor alguien de cincuenta años, omega y emparejado, así ninguno de los dos corremos riesgo —pensó mejor.

—Buena idea —asintió—. Te veré en la casa con nuestro bebé —se despidió.

—Espera, te acompaño al auto —pronunció caminando a su lado.

—El estacionamiento no está muy lejos —observó Taehyung, entrelazando sus dedos cuando su alfa tomó su mano.

—Lo sé —asintió saliendo de la galería junto a su pareja.

—Si sabes que siento que algo te molesta, ¿cierto? —pronunció llevando su otra mano hacia su cuello, sobre su marca.

—Lo sé —respondió observando a su alrededor, asegurándose de que ese molesto hombre no estuviera.

Observando en silencio a su pareja, el omega espero paciente hasta que llegaron al auto.

—¿Tu padre te ha estado llamando? —preguntó finalmente Jungkook.

Taehyung frunció el ceño—. No, cambié de teléfono después de que me llamara solo para culparme por sus discusiones con mamá —respondió—. ¿Por qué?

—Apareció hace un momento exigiendo querer hablar contigo —reveló—. Se veía que no venía con buenas intenciones-...

—Como siempre —interrumpió el omega con un bufido.

—Lo eché, pero algo me dice que no será lo último que veremos de él —arrugó su nariz.

—Y por eso me lo estás diciendo —comprendió.

—Y porque no quería que te hicieras cualquier idea equivocada con esto también de la asistente —agregó.

—Está bien, me llama la curiosidad y a la vez me preocupa saber qué es lo que quiere mi padre ahora —suspiró—. Se lo mencionaré a mamá, tal vez ella sabe.

—De acuerdo, ten cuidado y te veo en casa —se despidió el alfa atrayendo a su pareja para un último beso.

Jimin sonrió a sus pequeños soles y se despidió de ellos junto a los padres.

—Me sorprendes que hayas sido el segundo en llegar —pronunció el pelirrojo contemplando a su amigo parado a su lado, esperando a su hijo quien se había alejado para ir al baño.

—Me vine antes y estaba un poco sorprendido en realidad de lo rápido que avanzaba el tráfico —confesó—. ¿Mi conejito estuvo bien hoy? —preguntó.

Jimin se despidió de otros de sus alumnos antes de contestar.

—Sí, se comió su paquete de galletas junto a su leche de chocolate y luego no le vi comer nada más, aunque sus amigos estaban un poco de mal humor porque Beom-gyu no las quiso compartir con ellos como usualmente hace —comentó.

—Creo que será así hasta que se acostumbre a comer poco dulces otra vez —suspiró Taehyung—. Pero es por su bien, su pediatra también ya me estaba advirtiendo del ligero sobrepeso de mi conejito para su edad, si no fuera porque le encanta jugar y moverse, sería una pequeña bolita de ternura.

—Estoy seguro de que pronto estará dentro de su peso ideal, no te preocupes que es normal que algunos pequeños estén un poco pasados o por debajo, son niños después de todo —consoló.

—Listo papi —anunció el pequeño cachorro corriendo hacia ellos.

—¿Te llevo a tu cita con Yoongi? —preguntó el peliazul tomando de la mano a su hijo.

—Por favor, solo déjame ordenar un poco mis cosas —pidió luego de despedirse de su último alumno.

—Está bien, te esperaremos en el auto —pronunció antes de salir del aula junto a su hijo.

"Yoonie, ya voy a la empresa" anunció a través de su enlace mientras guardaba las cosas que tenía sobre su escritorio.

"Ya estoy mejor cachorro, encontrémonos en el restaurante de Namjoon" pidió.

"Está bien, te veo allá entonces, Hyung" aceptó colocándose su mochila sobre su espalda.

—Señora Shim —pronunció al contemplarla bajo el marco de la puerta.

—Otra vez retirándose temprano —observó la beta con cierta desaprobación que tocó a Jimin.

No quería que ella le observara de esa forma, no luego de haber conocido el lado amable que suele esconder de los demás.

—Si, yo... Mi pareja está enferma y quiero verlo —se explicó.

La presión en la frente de la mujer mayor se relajó un poco.

—Por eso ayer... —murmuró e ignoró la expresión confundida del omega—. Bueno, me dijeron que te recordara que mañana hay reunión de profesores —anunció.

—Muchas gracias —pronunció Jimin con una pequeña reverencia, observando como la mujer mayor se retiraba.

Estando a solas nuevamente, el pelirrojo omega salió cerrando la puerta detrás de él y en seguida se retiró de la instalación para encontrarse con su amigo en el estacionamiento.

Al menos ahora estaba un poco menos ansioso al saber que el malestar de su alfa ya había pasado, si Yoongi le hubiera mentido, él habría sentido el malestar a través de su lazo.




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Espero que disfruten su fin de semana mis copitos, nos vemos <3

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