🌸•Capítulo 26•🌸
Con sus pies apoyados en la pequeña mesa de centro, Yoongi se encontraba en una posición entre mitad recostada y mitad sentada en el sofá con la ayuda de los cojines.
Empujando sus lentes más arriba, el alfa leía concentradamente unos documentos que tenía entre su mano derecha.
A su lado, Jimin se encontraba recostado a lo largo del sofá con su cabeza apoyada entre el abdomen y cadera de su pareja. Su mano izquierda descansaba sobre su pecho, sosteniendo la de su alfa mientras jugaba distraídamente con sus dedos entrelazados. Apoyado sobre sus piernas dobladas y su abdomen, estaba su computador portátil en el cual se encontraba trabajando.
Chim y Shuga estaban en su habitación observando una serial policial mientras que las otras dos pequeñas bestias jugueteaban en el aire.
La pareja ya había almorzado, y como habían planeado, se encontraban viendo sus respectivos trabajos en un cómodo silencio con ambiente hogareño y tranquilo, no había nada de aburrimiento o inquietud, solo era otra situación, momento, en sus vidas cotidiana.
Momento, que se vio interrumpido por una llamada en el teléfono móvil.
—¿Ese es tuyo, Hyung? —preguntó distraídamente el omega, observándolo brevemente.
Yoongi negó con su cabeza, sus ojos siguiendo el texto que leía en su mente.
Juntando ligeramente sus cejas, el pelirrojo observó a su alrededor hasta que dio con su teléfono celular sobre la mesita de centro, al lado de los pies de su alfa.
Dejando el computador en el suelo, intentó enderezarse solo para sentir a su pareja moverse más rápido que él y recoger su celular. Volviéndolos a acomodarlo en la misma posición, Yoongi le entregó el aparato y retomó su lectura.
Susurrando un gracias, Jimin observó en la pantalla la llamada perdida de SeokJin antes de que este volviera a sonar y vibrar anunciando otra llamada entrante de la misma persona.
Deslizando su dedo por la pantalla, contestó la llamada y lo llevó contra su oído.
—Hola Jinnie —saludó y cerró brevemente sus ojos al sentir los dedos de su pareja cepillar sus rojizos cabellos.
Eso se sentía bien.
—Hola Minnie. Lamento molestar, pero por casualidad ¿sigues trabajando? —preguntó mordisqueando su labio inferior al saber que era una probabilidad muy alta.
—Uh no, de hecho no me presenté hoy —respondió—. Ayer en la tarde fue el celo de Yoongi así que... Ya sabes, Hyung —respondió.
—Oh, ya entiendo —rió bajito—. Lamento molestarte entonces, pero no sé a quién más recurrir —expresó preocupando al menor con aquellas palabras.
—SeokJin ¿qué sucede? ¿Estás bien? —preguntó alerta, obteniendo la atención de su pareja.
—Sí, no, ¡agh! —exclamó arrugando su nariz—. Yo y la bebé estamos bien —prometió—. Estoy en la última consulta médica con la doctora Kim y me acaban de llamar de la escuela de Sana informándome que está enferma y debo de ir por ella —explicó—. Namjoon no puede retirarse del restaurante y Hyekyo no se encuentra en casa.
—¿Y Taehyung y Jungkook? —preguntó curioso.
—Ninguno me contestó el teléfono —bufó—. Realmente lamento molestarlos, a ti en especial.
—No, está bien, no te preocupes Hyung —respondió observando a los ojos de su pareja—. Nosotros podemos ir por Sana a su escuela y cuidar de ella —anunció y Yoongi asintió con su cabeza, respaldando sus palabras.
—Gracias —expresó en un suspiro de alivio—. A penas termine aquí la iré a buscar, no debería de tardar más de una hora —prometió.
—Dile que nosotros la iremos a dejar a su casa —pronunció Yoongi como si hubiera escuchado las palabras del omega contrario.
—Nosotros la iremos a dejar a tu casa, tú solo dinos cuando ya estés ahí, Jinnie —repitió el menor.
—Está bien, gracias. Llamaré al colegio y les avisaré que ustedes irán por ella —anunció.
—Ten cuidado, adiós —se despidió cortando la llamada.
—¿Qué le sucede a Sana? —preguntó el alfa.
—Llamaron de la escuela informando que estaba enferma —respondió—. Supongo que ya sabremos al respecto cuando estemos con ella.
El mayor asintió y se inclinó para besar la frente de su pareja.
—¿Quieres esperar aquí mientras voy a por ella? —preguntó.
Frunciendo sus labios, Jimin se enderezó y se sentó en el sofá. Una ligera mueca surgió en su rostro cuando su cuerpo, especialmente su zona baja, se estremeció en un ligero, no dolor, pero si incomodes.
—Quédate aquí amor, descansa un poco más mientras voy por ella —pidió tomando su mano.
—Está bien —asintió fácilmente, no encontrándole el sentido de discutir aquello cuando su cansado cuerpo seguía necesitando descansar.
Bajando sus pies de la mesa de centro, Yoongi se inclinó y besó con ternura los labios de su pareja antes de levantarse del sofá y dirigirse a la entrada.
—¿Debería de traer algo? —preguntó mientras se colocaba sus zapatillas.
—Llámame cuando estés con ella, tal vez tengas que pasar a una farmacia si no tenemos algún medicamento aquí —respondió acomodando los cojines para que ocuparan el lugar de Yoongi mientras se volvía a recostar en el sofá.
—Está bien, ya vuelvo —anunció tomando su billetera junto a sus llaves antes de salir del departamento.
Quedando a solas, Jimin decidió seguir con su trabajo mientras esperaba.
Al terminar, alzó tu celular cuando este sonó anunciando otra llamada.
—Hola Minnie —saludo animadamente la omega.
—Hola tía Hyekyo —respondió el menor con una pequeña sonrisa de labios.
—Cariño, ¿Yoongi y tú tienen planes para la cena? —preguntó—. ¿Tal vez una cita?
—Nop, íbamos a pedir comida nuevamente —confesó.
—Entonces vengan a cenar a la casa —pidió alegremente.
—Está bien, ¿alguna razón en especial? —preguntó curioso.
La mujer rió—. Lo sabrán cuando estén aquí —anunció misteriosamente antes de cortar la llamada.
"Cachorro" pronunció Yoongi a través de su enlace "¿Estás al teléfono?" preguntó.
"Sí, pero ya terminé" respondió "¿Ya estás con Sana?"
"Sí, ¿tenemos algo para el dolor de estómago?" preguntó.
"Uh, déjame ir a revisar" pronunció y se levantó del sofá.
Subiendo las escaleras, Jimin entró a su habitación y fue directo al baño donde abrió la pequeña puerta del gabinete sobre el lavamanos.
Observando el interior, el omega revisó los frascos y pequeñas cajas con pastillas hasta que encontró dos de ellas con el mismo propósito, solo que una eran gotas y las otras cápsulas.
"Si tenemos, le preguntaré a Jin cuál debo de darle" respondió.
"Bien, entonces vamos directo a casa"
Tomando los dos medicamentos entre sus manos, el omega cerró la pequeña puerta y observó inmediatamente su reflejo en el espejo.
—Uy... No es sano que una niña de diez años vea esto —murmuró tocando con suavidad los chupones en su cuello y parte de sus clavículas que revelaba su holgada camiseta.
Saliendo del baño con ambos medicamentos, se detuvo en su habitación frente a su clóset.
—¡Malo! ¡Disparo! —chillo Shuga agitando sus alas con violencia.
Sacando un suéter delgado que se apegaba perfecto a su torso y brazos, con un útil cuello alto, Jimin negó y observó a sus mascotas.
—Hey, ¿cuándo les dije que podían ver también Running Man? —exclamó divertido, observando como Shuga y Chim seguían quejándose de dos personas en particular que eran demasiado tramposos.
Sonriendo, se cambió de ropa y se revisó en el espejo de la habitación para comprobar que no se viera ninguna de sus pequeñas marcas de amor.
Satisfecho, sacó una pelusa de la prenda color entre morado o gris y tomó nuevamente su teléfono, intercambiando algunos mensajes con SeokJin.
—Minnie, estamos en casa —anunció su alfa desde la entrada.
Prometiendo cuidar de la pequeña mientras Jin estaba ocupado, Jimin volvió a bloquear su celular y lo guardó en el bolsillo de su pantalón.
Asomándose al borde de la habitación, el omega contempló en el primer piso cómo su pareja ayudaba al cachorro a quitarse sus zapatillas.
—Oh cariño, ¿duele mucho? —preguntó al observar la decaída expresión de la pequeña, quien tenía sus manitos sobre su estómago.
En silencio, Sana asintió.
—Súbela Yoonie, dejemos que se recueste en la cama —pronunció.
Estando de acuerdo con su omega, Yoongi dejó la mochila en el suelo y alzó entre sus brazos a la pequeña, torció sus labios en preocupación cuando en vez de quejarse diciendo que ya era grande para ser tomada como un cachorro, Sana se acurrucó en su pecho.
Subiendo las escaleras, entró en su habitación y depositó con suavidad en su cama a la menor, quien inmediatamente se acurrucó de lado formando una pequeña bolita mientras sostenía su estómago.
—¿No deberíamos de llevarla al médico? —preguntó Yoongi agachándose al lado de la cama, acariciando la cabeza de la menor.
—Primero veamos si el medicamento surte efecto, si no es así, la llevamos y le avisamos a Jinnie —respondió el menor, bajándole el volumen a la TV.
—Bajaré por un vaso de zumo entonces —pronunció el alfa levantándose y saliendo de la habitación con Shuga y Chim siguiéndole.
—Y una cuchara para el jarabe —pidió el pelirrojo.
Acomodando las almohadas en la cama, Jimin se recostó en ella quedando en una posición semi sentada.
—Ven aquí, cariño —pronunció tocando el hombro de la infante que le daba la espalda.
Rodando sobre su costado, Sana sostuvo con uno de sus brazos su estómago mientras que con el otro lo estiraba para rodear el cuerpo de Jimin, escondiendo su rostro en el costado del omega.
Mientras esperaba a que su alfa volviera, el pelirrojo acarició la cabeza de la menor con ternura.
Su lobo gemía con preocupación ante el silencio de la infante. Así no era comúnmente Sana.
Cuando Yoongi volvió con lo pedido, se sentó al lado contrario de la menor.
Tomando las gotas, Jimin contó 15 y se detuvo.
—Vamos princesa, toma esto para que te mejores —pidió el omega.
Saliendo de su escondite, Sana se incorporó un poco y tomó en silencio el medicamento, tomando un sorbo del zumo para quitar el amargo sabor en su paladar.
—¿Duele mucho? —preguntó preocupado Yoongi, limpiando con el dorso de su dedo una lágrima en el infantil rostro.
Entregándole de vuelta el vaso, la pequeña negó.
—¿Dónde está papá y papi? —preguntó en un susurro.
—Papá Nam está muy ocupado en el restaurante y papi Jin está en el médico comprobando que todo está bien con tu hermanita —respondió Jimin.
Sana frunció ligeramente el ceño y luego asintió, volviendo a acurrucarse al lado de Jimin, enterrando su rostro en su costado. Su mano formó un pequeño puño sobre el suéter del omega.
Yoongi observó a su pareja un tanto preocupado, y en los dulces ojos de su omega, estaba exactamente el mismo sentimiento.
Sin decirse una palabra, ambos adultos se recostaron al lado de Sana, abordando cada costado, y la rodearon con sus brazos.
Sana suspiró permitiendo que el amor y la preocupación de su tío Jimin y Yoongi le rodeara.
—Sabes que papá y papi te quieren mucho, ¿no? —pronunció el alfa en un tono bajo y suave.
—Que no estén contigo en este momento no significa que no se preocupen por ti —agregó Jimin—. Seguramente deben de estar muriendo de la preocupación.
En silencio, Sana simplemente escuchaba más de las dulces palabras de la pareja, pensando en ellas.
No obteniendo más que silencio por parte de la infante, ambos dejaron el tema tranquilo no queriendo molestarla con ello. Pero era evidente que Sana se seguía sintiendo mal con la pronto llegada de la nueva integrante en su pequeña familia.
Tiempo después, Sana salió de su escondite y comenzó a observar también la TV junto a la pareja.
—Cierto —pronunció Jimin llamando la atención de su alfa—. Tu madre llamó y nos invitó a cenar —informó.
—¿Quieres ir? —preguntó Yoongi alternando su mirada de la película a su pareja.
—Así no tendríamos que pedir comida —se encogió de hombros.
—¿No dijo a qué hora? —preguntó el alfa revisando su teléfono.
—No, pero ya es tarde y me está dando hambre —respondió colocando su mano sobre su vientre plano.
—¿Yo puedo ir? —preguntó Sana observando a ambos.
—¿Cómo está tu pancita? —preguntó el pelirrojo omega.
—Mejor —sonrió—. Y también tengo hambre —añadió.
—Aún no tengo un mensaje de SeokJin —anunció Jimin luego de revisar su teléfono.
—Entonces por qué no vamos a la casa de Sana, y si él aún no está ahí, nos vamos a la casa de mis padres y le esperamos ahí —planeó el alfa.
La niña observó a Jimin.
—Suena como un buen plan —asintió.
Sonriendo, Sana se sentó en la cama al igual que los dos adultos y pronto se levantó de esta.
—Voy al baño —anunció la menor con visible más entusiasmo.
—¿Debería de cambiarme de ropa? —preguntó Jimin observándose en el espejo.
Acercándose desde atrás, Yoongi lo rodeó con sus brazos y apoyó su mentón en su hombro.
—Solo vamos a cenar, no a una fiesta —respondió besando su abultada mejilla—. Además, te ves bien con cualquier cosa.
—Ya estoy lista —anunció Sana saliendo del baño.
—Entraré antes de salir entonces —pronunció Jimin separándose de los brazos de su pareja.
—Esperaré abajo —anunció Sana bajando las escaleras.
Llegando al primer piso, inmediatamente fue hacia la entrada y se colocó sus zapatillas.
—TaTa, no —dijo entre risas cuando el ave tironeó de su mochila.
Colocándosela sobre su espalda, contempló a Yoongi y Jimin bajando las escaleras.
Deseosa de ver a sus padres para que la mimaran, abrió la puerta y salió del departamento.
Su repentino entusiasmo se evaporó al contemplar a sus padres parados frente al ascensor. Ambos, tenían sus manos sobre el abultado abdomen de Jin y se sonreían llenos de amor y felicidad al sentir a su pequeña moviéndose.
Su pecho dolió al contemplar aquello, ninguno se veía muy preocupado por ella como le había dicho su Oppa Minnie y Yoongi.
Una parte de ella deseaba ir y saludarles, pero otra le negaba diciendo que no era bienvenida, no estaba incluida.
Cuando una mano se colocó sobre su hombro, alzó su cabeza para contemplar a Jimin mirarle con preocupación.
Sana inmediatamente apretó sus labios negándose a llorar por ello, ella ya era una niña grande.
Cuando la pareja por fin pareció darse cuenta de la presencia de ellos, Sana observó hacia otro lado.
—Amor, mi princesa —exclamó Jin acercándose, pero su hija se mantuvo en silencio sin verle.
—Cariño, ¿cómo estás? —preguntó Namjoon también siendo ignorado.
Cuando sus padres estuvieron frente a ella, Sana se ocultó detrás del cuerpo de Yoongi.
—¿Todavía te duele mucho la pancita, hija? —preguntó SeokJin observando a sus amigos en busca de respuestas, pero solo recibió una mueca silenciosa.
—Ven princesa, vamos a casa —pronunció Namjoon agachándose y abriendo sus brazos.
—No quiero —anunció haciendo puños la camiseta de Yoongi—. No quiero ir con ustedes.
—Sana...
—¡No! ¡No quiero! —gritó interrumpiendo a su padre omega.
Ambos padres observaron preocupado a la menor que se seguía escondiendo de ellos.
Bajando sus brazos, el alfa se levantó y observó a Jin con dolor y preocupación.
—¿No quieres venir a casa? —preguntó SeokJin tomando la mano de su alfa.
—No, no quiero estar con ustedes —anunció con fuerza.
Jimin observó a su pareja y luego a sus amigos, quienes tenían una expresión adolorida.
—Dennos un minuto —pidió Jimin tomando la mano de Sana y sacándola de ahí.
—¿Qué pasó? —preguntó Namjoon a su hermano.
—Ella esperaba que ustedes fueran a buscarla y no fueron. Luego sale y les ve aquí afuera todo sonrisas y amor mientras... —observó el abdomen abultado de Jin—. En este momento Sana es una niña insegura de su posición en su casa y ver aquello... —torció sus labios—. Tal vez pensó que no se preocupan de ella.
—Pero no es así... —pronunció el alfa contrario.
—Pensé que ella ya estaba mejor de eso ahora que no se junta con esa niña —murmuro culpable Jin.
—No creo que sea una situación que se supera en un par de días o semanas —expresó Yoongi con simpatía.
Volviendo con los demás, Sana observó a sus padres y luego se posicionó al lado de Yoongi, tomando su mano.
—Nosotros iremos a cenar donde los padres de Yoonie —pronunció Jimin—. ¿Por qué no la dejan ir con nosotros y después la pasamos a dejar a su casa?
—¿Eso quieres, hija? —preguntó Jin, observándola.
—Sí —respondió con firmeza, sin observarle.
Torciendo sus labios con dolor, el omega gestante asintió.
—Está bien, cualquier cosa nos llaman —pidió Nam observando a la pareja contraria.
Ambos padres dolidos por el desplante de la menor.
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