🌸•Capítulo 24•🌸
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Enterrando sus uñas en el respaldar del sofá, Jimin gimió largamente mientras su alfa seguía jugando con su cuerpo, burlándose de él.
—Yoonie... Alfa, por favor —rogó arqueando su espalda, inclinando su desnudo cuerpo hasta que su pecho rozó el sofá.
Parado detrás de él, Yoongi sonrió malvado mientras seguía penetrando con tres dedos el interior de su omega, el cual ya estaba más que listo para recibir su duro pene otra vez.
En algún momento el resto de la ropa de Jimin había desaparecido, y ambos habían buscado la superficie plana más cercana por necesidad, quedando en el sofá.
En ese momento, Jimin se encontraba a espaldas de su pareja, con sus piernas separadas y sus manos apoyadas en el respaldar del sofá. Ante la encantadora pose de su omega, Yoongi había deslizado sus manos desde los hombros, pasando en una suave caricia por los omóplatos y bajando hasta su cadera.
Agachándose sobre sus rodillas, el rubio arena acarició y besó los perfectos muslos gruesos y firmes del menor. Y estando en la perfecta altura, se apoderó de los glúteos de su pareja con ambas manos, separándolos para revelar aquella pequeña entrada ansiosa.
Se había burlado de su omega desde entonces, mordiendo suavemente las redondeadas y firmes nalgas de su cachorro mientras sus dedos jugaban con aquel pequeño paraíso, brindando desde dulce besos amorosos hasta juguetonas mordidas y posesivas succiones, dejando más de una marca entre sus muslos, y glúteos.
Su lobo aullando satisfecho con cada marca que proporcionaba en la cremosa piel de su omega.
—Yoonie~... Necesito venirme —gimió Jimin moviendo su cuerpo de atrás hacia adelante, montando los dedos de su alfa mientras sus pezones se restregaban contra el agradable cuero azul marino del sofá.
Sabiendo que se había burlado lo suficiente de su cachorro y que no creía que aguantara más, Yoongi se levantó del suelo abriendo un poco sus piernas y colocó sus manos en la cintura de su pareja, moviéndolo hasta que quedó en la posición y altura perfecta.
—Rápido~... Lo quiero rápido... —jadeó Jimin con dulce desesperación a los oídos del mayor.
Su lengua surcó de una esquina de su boca y humedeció sus labios con lentitud para luego succionar el belfo inferior, excitado por el dulce entusiasmo de su omega.
Un tanto desesperado y ansioso por tener a su pareja en su interior nuevamente, Jimin le observó sobre su hombro con fogosidad y calor, rogándole con sus dulces ojos mieles que le hiciera el amor.
—Mierda, cariño —gruñó Yoongi llevando una de sus manos a su pene—. No puedes mirarme así y esperar que no me vuelva loco —jadeó bajando más su otra mano para atrapar uno de los glúteos y apartarlo.
—N-nadie dijo que no te p-podi-ah... —gimió apretando con fuerza el agradable cuero bajo sus manos mientras sentía la cabeza del pene de su alfa traspasar su entrada.
Tensando su mandíbula, Yoongi siguió empujando hasta que estuvo profundamente enterrado en el interior de su omega.
—Dios... Siempre tan apretado —se deleitó con una profunda respiración inestable, y colocando sus manos en la cintura de su omega, comenzó a mover sus caderas.
—Oh... Sí, Yoonie... —gimió Jimin empujándose hacía atrás para ir al encuentro de su alfa.
Gruñendo, Yoongi sintió su necesidad volver a estrellarse con fuerza ante él mientras le embestía a un ritmo casi controlado cuando su deseo era lo contrario.
El alfa sabía que si se venía en ese momento, tendría un pequeño lapsus de descanso en el cual podría recuperarse y alimentarse antes de que el calor le volviera a atacar. Pero primero, debía de darle algo de placer a su cachorro antes de buscar su anhelado y necesitado orgasmo que quemaba en su interior.
Apretando sus dientes juntos, siguió moviendo sus caderas a un ritmo constante mientras bajaba su mano derecha hasta rodear el lloroso pene de su omega.
Jimin lloriqueó y sollozó de placer mientras su alfa comenzó a masturbarlo de forma áspera, que era justo lo que necesitaba en ese momento.
Gruñidos de placer se combinaban con gemidos mientras seguía empujando su cuerpo hacía atrás, persiguiendo la erección de su alfa cada vez que este retrocedía para encontrarse con él en el camino, logrando que sus pieles chocaran en un lujurioso sonido perverso y delicioso.
Y cuando una uña presionó suavemente en la pequeña abertura de su pene, el cuerpo y mundo de Jimin se sacudió sin aviso y explotó con un profundo grito dejándose caer hacía adelante mientras cada músculo se estremecía de forma placentera.
Entonces, estaba flotando en la bruma del placer mientras sus músculos que rodeaban la polla su pareja se apretaron.
—Lo siento cariño, esto será rudo —exclamó Yoongi con un gruñido salvaje.
Soltando el ahora suave pene de su cachorro, se apoderó con ambas manos de la cintura de su omega y apretó en un fuerte agarre donde sus dedos se hundieron suavemente en la piel, entonces, se dejó de controlar.
Jimin gimió débilmente mientras su cuerpo fue empujado ruda y repetidas veces hacía atrás, chocando contra el cuerpo de su alfa mientras este le penetraba de forma salvaje y desordenada, la forma en que Yoongi le necesitaba en ese momento.
El sonido que producía sus pieles chocando no era solo lujurioso, era morboso y sucio, excitante.
Gruñendo, Yoongi inclinó su cabeza hacia atrás disfrutando de absolutamente todo.
Sus caderas moviéndose dentro y fuera, el cuerpo de su omega estrellándose contra él, los soniditos ahogado e incoherentes que apenas podía pronunciar Jimin y por supuesto, el malditamente apretado y caliente interior de su pareja.
—Oh Dioooos... —jadeó Yoongi sintiendo como sus bolas hormigueaban y una presión surgía en su abdomen bajo.
Pero... Algo faltaba...
Sus ojos se posaron sobre el cuello de su omega y su lobo gruñó.
Soltando la cintura de su pareja, Yoongi se inclinó y traslado sus manos al pecho de Jimin. El menor gimoteó mientras su cuerpo era enderezado y sacudidos por los movimientos.
El pelirrojo apenas tenía fuerza para moverse, él solo quería seguir disfrutando de no hacer nada mientras su alfa se encargaba de todo.
Arrastrando su nariz por el cuello de su omega, presionó un húmedo beso sobre la marca antes de abrir su boca y enterrar sus dientes en la piel.
Ambos lobos aullaron felices ante la unión que se establecía nuevamente entre ellos por dicho acto, era una conexión que surgía cada vez que se mordía, como si fuera la primera vez.
Un ahogado grito brotó de los rellenos labios del pelirrojo mientras su polla arrojaba un poco más de semen.
Sí, esto era lo que faltaba...
Pronto, Yoongi tiró con fuerza las caderas de su cachorro mientras se estallaba con rudeza dentro de él, sintiendo como expulsaba su semilla en el apretado interior de su pareja.
—Jimin~... —jadeó soltando el cuello del menor, disminuyendo la intensidad y ritmo de sus embestidas hasta que finalmente, se quedó quieto en su interior.
Terminando de llenarlo, su nudo rápidamente hizo aparición.
—Jesús... —murmuró inclinándose hacia adelante con su cachorro, presionándolo contra el sofá.
—Hyung... Pesado, no tengo fuerzas —balbuceo el menor.
Soltando una pequeña risa perezosa, el mayor los movió con cuidado hasta que se sentó en sofá con el laxo cuerpo de su omega sobre él.
—Mierda Yoonie, freíste mi cerebro —rió con cansancio, apoyando su nuca en el hombro de su pareja.
—Sí, como si tú no hubieras hecho lo mismo conmigo —respondió con una sonrisa ladina, rodeando con sus brazos la cintura de su omega.
—¿Por qué no me dijiste que hoy sería tu celo? —preguntó Jimin una vez su respiración estuvo estable nuevamente.
—Sinceramente, lo olvidé —respondió presionando sus labios suavemente en la mordedura remarcada—. Con esto del trabajo y Akanishi, no lo recordé.
Suspirando, Jimin gimió cuando contempló a sus cuatro mascotas observarlos desde lo alto de un librero.
—Y ustedes realmente son unos pervertidos —refunfuño sacándole una profunda y ronca risa a su alfa.
—Te lo dije —canturreó—. ¿Con hambre, amor? —preguntó cuando escuchó gruñir el estómago de su pareja.
—Sí —respondió—. Pensé que íbamos a almorzar juntos pero luego me vi acompañando a TaeTae y su hijo al dentista para finalmente recordar el celo de cierto alfa y terminar aquí, para ser asaltado apenas crucé la puerta —bromeó.
—Y como todo alfa responsable, debo de alimentar a mi cachorro, ¿no? —respondió divertido—. Después de todo, por mi culpa nos hemos saltado la hora de almuerzo.
Jimin asintió repetidas veces con su cabeza, moviendo su largo cabello que seguía pegado a su sudoroso cuerpo.
Tomando la liga de su muñeca, se hizo una pequeña coleta.
—Te lo soltarás cuando estemos haciendo el amor otra vez, ¿no? —preguntó el alfa acariciando con su mano el abdomen de su pareja.
Sonriendo, Jimin asintió y gimió bajito mientras sentía el nudo de su alfa desaparecer.
—Vamos, seguramente tú tampoco has comido algo —pronunció levantándose del regazo del mayor, deslizando la polla de su alfa fuera de su interior.
—Espera —pronunció Yoongi incorporándose cuando su omega se levantó finalmente de su regazo.
Curioso, Jimin observó sobre su hombro como su pareja separaba sus nalgas y contemplaba con lujuriosa fascinación su semilla deslizándose de su entrada. Un escalofrío placentero recorrió su cuerpo ante ello.
—Te pones muy pervertido cuando estás en celo —pronunció en una larga exhalación.
—¿No te gusta? —preguntó soltando sus glúteos, observándolo con una pequeña sonrisa de labios.
Dándose vuelta, Jimin atrapó el rostro de su pareja y le besó.
—Es una parte de ti que me encanta, al igual que todo tú —pronunció juntando sus labios en un dulce beso.
Sonriendo, se alejó antes de que el beso se pudiera transformar en algo más que les llevaría muy seguramente a otra apasionante ronda de sexo.
—Vamos, veamos qué podemos comer —pronunció y observó ya la medio erección de su alfa—. ¿O tal vez debemos subir a la habitación?
Yoongi negó levantándose del sofá—. Hay que comer para tener energías —anunció.
—Tendremos que limpiar bien el sofá —dijo el menor arrugando su nariz al contemplar la mancha de semen que había dejado.
—Después nos preocuparemos de ello —respondió con simpleza el mayor, dirigiéndose a la cocina junto a su pareja.
—Tal vez debería de ir a limpiarme —pronunció Jimin cuando sintió el semen de su alfa escurrirse entre sus muslos con cada paso.
Por muy excitante que fuera, también era algo incómodo.
Y sintiendo aquel pensamiento de su omega, Yoongi asintió y soltó su mano.
—Límpiate mientras cocino algo rápido, pero no te bañes —pidió—. Sabes que me encanta tener mi aroma sobre el tuyo cuando estoy en celo.
—Tu aroma ya está combinado con el mío —le recordó divertido el pelirrojo.
—Ya sabes a lo que me refiero —le gruñó juguetón, golpeando suavemente el trasero de su cachorro.
—Está bien, está bien —rió alejándose.
—¡Y tampoco te vistas! —advirtió su alfa desde la cocina mientras subía las escaleras.
Sonriendo, Jimin negó con su cabeza entrando en su habitación y fue directo al baño.
Tomando una toalla pequeña, la mojó con agua tibia y la estrujó hasta que estuvo húmeda. Rápidamente se limpió los rastros de semen entre sus muslos y entrada hasta que no hubo nada.
Volviendo a mojar la toalla y estrujarla, se limpió su propio semen que había caído sobre su pecho.
Observándose sobre el espejo, tocó con cariño la marca en su cuello y suspiró lleno de amor.
Mojando nuevamente la toalla para seguido estrujarla, salió del baño deteniéndose en su habitación. Tomando el control de la Tv, la encendió y buscó un capítulo de Running Man.
—Chicos, vengan aquí —llamó con un suave silbido.
Pronto, sus cuatro aves estuvieron en su cama contemplando con atención la Tv.
—¡Jimiiin! —chillo Shuga y el pelirrojo sonrió.
—Solo hasta que con Yoongi necesitemos usar la cama —advirtió dejando el control sobre la mesita de noche.
Observando la ropa de su alfa tirada descuidadamente en el suelo, una sonrisa traviesa surcó en sus labios mientras tomaba la camisa de su pareja.
Dejando la toalla sobre la cómoda bajo la TV que estaba colgada de la pared gracias a un soporte, se colocó la camisa que fácilmente cubrió su trasero y entrepierna. Asintiendo satisfecho, salió de la habitación tomando nuevamente la toalla entre sus manos.
Al llegar a la cocina, mordió su labio inferior mientras contemplaba la desnuda figura de su alfa a espaldas freír algo en el sartén.
—¿Falta mucho? —preguntó rodeando la isla, colocándose detrás del mayor.
—El arroz principalmente, estoy friendo la carne que nos dio Namjoon antes de irnos a Tokyo —respondió y apagó la cocina una vez estuvo lista.
—Entonces date vuelta y déjame limpiarte también —indicó retrocediendo un paso.
Dándose media vuelta, el alfa arqueó una ceja al contemplar a su cachorro vestido con su camisa con una expresión inocente.
—Cachorro desobediente —pronunció acercándose a su pareja.
—¿Me la vas a quitar? —preguntó con una sonrisa coqueta.
—Te voy a castigar —corrigió y rodeó con un brazo la cintura de su pareja mientras su otra mano tomaba uno de los muslos.
Viéndose sentado sobre el frío mesón de la isla, Jimin observó confundido a su pareja hasta que este se alejó un poco y apoyó sus manos sobre su pecho.
Cuando encontró los pezones de su omega, Yoongi sonrió con maldad atractiva y los apretó con sus dedos sobresaltando al pelirrojo.
—Yoonie —gimió inclinando su cabeza hacia atrás.
—Juguemos un poco mientras el arroz está listo —ronroneó inclinándose y capturando con su boca el pezón izquierdo de su cachorro, sin importarle la ropa entre ellos.
Gimiendo, Jimin arqueó su espalda y olvidó la toalla a su lado. Llevando sus manos al borde de la camisa, intentó quitársela para ser detenido.
—Mi travieso omega, ahora tendrás que tenerla puesta hasta que yo decida lo contrario —expresó y sonrió al escuchar el gimoteo disgustado del menor, quien resignado asintió.
Mordiendo, chupando y pasando su lengua sobre la pequeña protuberancia, Yoongi se burló de su pareja dejando su camisa totalmente mojada sobre el pezón izquierdo.
Internando una mano entre ellos, el alfa rodeó sobre la camisa la dura erección de su pareja que sobresalía, comenzando a masturbarlo.
Alzando sus manos, Jimin gimió enredando sus dedos entre el cabello de su pareja, jalando suavemente de ellos.
Gruñendo ante la punzada de dolor, Yoongi se alejó y le brindó la misma dulce atención al pezón derecho mientras sus manos siguieron masturbándolo a través de la ropa.
—¡Yoongi! —gimió Jimin viniéndose vergonzosamente rápido al estar tan sensible.
Cuando ambas zonas estuvieron húmedas y la respiración de Jimin agitada ante su reciente orgasmo, el mayor se alejó con una sonrisa de autosuficiencia. Su pene en una dolorosa erección nuevamente.
—Dios —se quejó Jimin observando el desastre que había dejado en el interior de la camisa.
—¿No te gusta jugar? —se burló su pareja desabrochando los botones y quitándole la camisa.
Tomando la toalla húmeda, limpió los restos que habían caído sobre el pecho de su pareja.
—Listo, otra vez limpio —pronunció con una sonrisa inocente.
Bufando, Jimin hizo un adorable puchero y luego sonrió mientras se bajaba del mesón con un pequeño salto.
Colocando sus manos en la cintura de su alfa, Jimin le dio vuelta hasta que lo apoyó contra la isla y entonces se dejó caer con cuidado sobre sus rodillas.
—¿Amor? —pronunció observándolo con fuego en su mirada.
—Esto también necesita ser limpiado —pronunció con inocencia dulce, tomando la toalla con una mano y con la otra, la erección de su alfa.
Yoongi gimió y cerró sus manos sobre el borde del mesón, entrecerrando sus ojos observaba a su omega con atención, contemplando con calor como utilizaba la toalla para subir y bajar sobre su miembro mientras supuestamente lo limpiaba.
Deteniéndose, Jimin acercó su rostro y besó la punta, capturando una gota de pre-semen.
—Delicioso —canturreo y apoyó su relleno moflete contra la dura erección—. ¿No, amor? —preguntó observándolo, restregando su mejilla como un minino.
La imagen del rostro de su pareja manchado con su semen disparó en su mente y Yoongi maldijo.
—Maldición —exclamó acalorado, viniéndose con tan hermosa y erótica imagen—. Vergonzosamente rápido —se quejó y observó al sorprendido el rostro de su pareja manchado con semen al igual que su fantasía—. Lo siento.
Riendo bajo, Jimin recargó su frente en la cadera de su pareja.
—Ahora, trata de decirlo sin esa gran sonrisa satisfecha en tu rostro —se burló y el mayor rió.
Ayudando a su pareja a levantarse del suelo, le limpió el rostro con dulzura y besó sus labios.
—Este será un lindo recuerdo que usaré siempre que me esté masturbando —canturreo.
—Tonto —resopló el menor y se alejó con una sonrisa suave—. Pero ahora sí tengo hambre —dijo estirando su labio inferior en un puchero.
—El arroz ya debe de estar listo —prometió alejándose—. Pon la mesa, amor.
Sonriendo, el omega rápidamente se comenzó a mover sacando la ropa sucia del suelo para luego colocar la mesa.
Mientras comían, ambos no podían quitar ni las miradas ni las manos del contrario.
—Vamos, subamos a la cama —pronunció Yoongi apenas terminaron de almorzar, el calor invadiendo su cuerpo con intensidad nuevamente.
—Parece que tendré que llamar al trabajo mañana para avisar que no podré ir —rió Jimin siguiendo a su pareja más que feliz.
—Ni lo dudes —sonrió el alfa observándolo sobre su hombro, el calor reflejado en sus ojos verdes quemando su cuerpo.
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