🌸•Capítulo 21•🌸
Jimin acomodó el sombrero del infantil mono animado Mickey mouse en su cabeza y observó a su pareja con semblante enojado mientras caminaban a la salida de Disney resort.
—Bueno, al menos alcanzamos a subir a varios juegos y comprar unas cositas para los cachorros —intentó animar el omega—. Incluso pude comprarle un lindo recuerdo a TaeTae que no dejaba de quejarse porque yo conocí Disney antes que él.
Yoongi asintió dándole la razón, pero la molestia aún estaba en su cuerpo y rostro, con esa pequeña arruga en su frente y sus labios presionados con fuerza.
Es que simplemente no podía creer que ese estúpido alfa había convencido a su padre para tener otra junta antes de que se fueran, y lo peor es que ni siquiera se trataba de una reunión como tal.
Era un estúpido y jodido almuerzo de despedida en el hotel en el que se estaban hospedando, el cual también poseía Akanishi.
Al negarse, su padre había hecho uso de su lugar como CEO de empresas Mins para obligarle asistir con Jimin, recordándole la razón principal de su viaje a Japón. Luego, utilizando su posición como padre le había pedido como un favor que asistieran, ambos, porque incluso llamó a su cachorro para comentarle al respecto cuando le comenzó a ignorar las llamadas y mensajes.
Joder, sabía que si lograban que Jin Akanishi se volviera su inversionista se volverían más grandes, pero...
Tampoco podía seguir ignorando el descarado interés que ese alfa mostraba en su pareja, el cual su omega ignoraba, más no era inconsciente.
Él no dudaba de Jimin, nunca en la vida lo haría, pero aún así su lobo no podía evitar encorvarse enojado y gruñir al idiota cuando miraba con interés y curiosidad a su pareja.
"Nos vemos después" recordó las palabras de Akanishi.
Joder, incluso ya hasta estaba comenzando a pensar que tal vez aquella interrupción en su cita y en su desayuno no habían sido casualidades como aparentaba.
Ni siquiera creía que ese alfa conociera la palabra casualidad.
Yoongi apretó sus dientes con fuerza, tensando su mandíbula hasta el punto de dolerle ante dicha idea.
—Muy bien, alto —exclamó repentinamente Jimin. Colocándose frente a su alfa, posicionó una de sus manos contra su pecho—. Cariño, estás pensando todo esto demasiado —pronunció con suavidad, subiendo su otra mano hasta ahuecar una de las mejillas del mayor.
—Se supone que sería nuestro día, nuestra cita —expresó frunciendo el ceño.
Imitando a su pareja, el pelirrojo observó a su alrededor y luego tomó la mano de su alfa mientras comenzaba a caminar nuevamente, tirando de él.
Empujando suavemente a su pareja para que tomara asiento en la desocupada banca, el omega también le quitó las bolsas de compras y las dejó en el suelo, a sus pies junto a las suyas.
Entonces, se sentó en el regazo de Yoongi de lado y alzó una de sus manos llevándola a la nuca del contrario, guiándolo a esconder su rostro en su cuello dejó fluir libremente su aroma con sus hormonas para relajarlo y tranquilizarlo.
Pronto, el mayor rodeó con sus brazos su cintura e inspiró profundamente la exquisita combinación de ambos aromas, disfrutando de las suaves caricias que proporcionaba su omega con su pulgar en su cuello.
Lentamente, su lobo se fue calmando y su cuerpo relajando.
—¿Mejor? —preguntó el pelirrojo sin alzar su voz, manteniendo un tono suave y dulce.
—Sí, lo siento —respondió en un suspiro.
—¿Me dirás de qué va todo esto? —preguntó recargando su relleno moflete en la cabeza de su pareja—. Nunca antes habías reaccionado así por un cambio de planes a última hora —indicó con suavidad.
—Supongo que fue... Todo —explicó sintiendo un ligero calor en sus mejillas ante su comportamiento, cerrando sus ojos se escondió más en el cuello de su pareja—. Me molestó que padre no aceptara no como respuesta y usara tanto su posición como mi jefe y padre antes de llamarte y pedirte lo mismo.
—Vamos Yoonie, los dos sabíamos que estaba esta posibilidad cuando se trata de viajes de negocios —le recordó—. ¿Es sobre el señor Akanishi?
Yoongi gruñó como respuesta, sin poder evitarlo.
—Ese hombre sabía que teníamos planes y aun así organizó un almuerzo de despedida —bufó—. Me hace pensar que en nuestra cita de anoche el que interrumpiera no fuera coincidencia, ni esta mañana en el desayuno —explicó torciendo sus labios en una mueca—. Él tiene interés en ti aun sabiendo que eres mi pareja, mi omega.
Dejando de acariciar la nuca de su alfa, Jimin le obligó a salir de su escondite con suavidad y luego ahuecó el rostro de su pareja con ambas manos.
Observando aquellos hermosos ojos verdes con pequeñas manchitas castañas y grises, el pelirrojo acercó su rostro y beso una, dos, tres veces de forma dulce los labios de su alfa para luego morder suavemente el belfo superior mientras gruñía bajito, finalmente sacándole una sonrisa a Yoongi.
—Puede estar interesado en mí, así como vi que su secretario, asistente o lo que sea lo está en ti —pronunció finalmente—. Pero nada de eso importa —anunció con seguridad—. Ya sabes —sonrió suave, solo un simple pero dulce estiramiento de labios—. No importa cuántas personas puedan estar interesadas en nosotros, porque tú y yo nos amamos. Estamos unidos de una manera que fue organizada por el destino y decidida por nosotros, nadie se interpondrá en nuestro intenso y real amor el cual solo crece más con cada día que pasa —expresó.
—Dices las cosas más dulces y correctas, cachorro —pronunció con una pequeña sonrisa, recargando su frente en la de su pareja.
Jimin sonrió.
—¿Y sabes qué más? —preguntó con un brillo juguetón destellante en sus mieles ojos—. ¿Ese alfa está interesado en mí? Bien, pues me vale. Él solo está malgastando su tiempo porque ante mis ojos solo está un increíble hombre llamado Min Yoongi, mi pareja y mi alfa. Así que calma a tu bestia interior y recuérdale eso a tu lobito.
Sonriendo, el rubio arena alzó sus manos colocándolas sobre las más pequeñas de su pareja que atrapaban su propio rostro y besó a su omega.
Deslizando su lengua, saboreo el exquisito dulce sabor de Jimin, reclamando su boca con una desbordante ternura que transmitía su amor.
—Tienes razón —susurró alejándose unos escasos centímetros—. Y si Yudai llegase a estar interesado en mí, lo siento por él porque ante mis ojos solo está un increíble omega llamado Min Jimin, quien sostiene mi corazón en sus pequeñas y delicadas manos.
—Hey, mis manos no son pequeñas —se quejó con un dulce puchero que Yoongi atrapó entre sus dientes y tironeó suavemente, sacándole una boba sonrisa enamorada al pelirrojo.
—Gracias cachorro, necesitaba desahogarme —expresó bajando sus manos unidas.
—Lo sé cariño, siempre estaré para ti cuando quieras hacerlo, al igual que tú lo estás para mí —respondió sonriente, besando por última vez de forma casta los labios de su alfa antes de levantarse del regazo de su pareja, tomando unas pocas bolsas—. ¿Vamos?
Sonriendo, Yoongi se levantó tomando las restantes bolsas y las dejó en una sola mano para tomar la otra libre de su omega, entrelazando sus dedos.
—Por cierto, te ves muy tierno con ese gorro, cachorro —dijo guiñándole un ojo de forma juguetona.
—Y tú te ves muy rudo con el tuyo —rió Jimin, contagiando a su pareja.
Sip, ese era el alfa que Jimin conocía.
Dejando las bolsas con los regalos sobre la cama, Yoongi tomó la maleta y la abrió para descubrir que ya no tenían espacio.
La ropa y otras compras tenían la maleta totalmente ocupada.
—¿Qué sucede? —preguntó Jimin saliendo del baño, contemplando a su alfa observar la maleta.
—Creo que tendremos que llevar unos pocos en tu mochila y los que sobran en la mano —respondió.
Observando las seis bolsas sobre la cama, Jimin dudo que le cayeran todas.
—Espera, que tal si... —pronunció acercándose y comenzando a acomodar la ropa—. Bien, corre bastante viento en el aeropuerto por lo que supongo que podríamos llevar estas chaquetas a mano —anunció y dejó sobre la cama dos prendas de cuero negro a los pies de la cama, que por supuesto, era otra de sus ropas de pareja que se regalaban mutuamente.
Al apreciar un poco de espacio, el alfa acomodó dos de las bolsas más grandes y tres dentro de la mochila del omega, quedando solo una que afortunadamente, cayó sin problemas en el maletín del mayor.
—Bien, problema resuelto —sonrió satisfecho y el pelirrojo asintió.
—Como no hay otro lugar donde guardar esto sin que nada malo les pase, tendrás que usarlas —anunció el menor colocándole sus lentes—. Vamos a comer, tengo hambre —pidió antes de que Yoongi inventara alguna excusa para quitársela.
Con esas palabras, ambos volvieron a acomodar las cosas cerca de la puerta antes de retirarse de la habitación.
—Espero que haya sushi en el bufet —pronunció Jimin mientras salían del elevador—. No sería como el sushi giratorio donde quería ir pero... Sigue siendo sushi.
—Aunque tal vez la experiencia no sea la misma, sé que el sushi seguirá siendo el mismo por lo que buscaré una tienda en Seúl para el próximo fin de semana —prometió Yoongi.
—No hay necesidad de ello —anunció una voz a sus espaldas.
Absteniéndose apenas de rodar sus ojos y bufar al reconocer aquella voz, Yoongi se dio vuelta junto a su pelirroja pareja para contemplar a Jin Akanishi con su costoso traje negro y expresión arrogante en su rostro.
A su lado, su asistente personal, Yudai, le acompañaba con un traje similar, solo que este era azul marino y acentuaba las curvas de su cuerpo.
Ambos vestían de forma elegante a diferencia de Jimin y Yoongi, quienes simplemente usaban unos jeans, unas camisetas y unos suéteres. Mientras que el del alfa era en un tono miel, el del omega era el mismo modelo solo que con un color un poco más claro.
—¿Qué es eso en tu cabeza? —preguntó Yudai contemplando a Jimin con una ceja arqueada.
Confundido, el pelirrojo observó hacia arriba y alzó sus manos, tocando el gorro de Mickey que había olvidado quitarse.
—Ups, lo olvidé —pronunció con un tierno sonrojo en sus rellenos mofletes mientras se lo quitaba un tanto avergonzado.
—Está bien —pronunciaron inmediatamente ambos alfas, observándose con sorpresa y... Oculto disgusto no muy bien disimulado a decir verdad.
—Puedes seguir usándolo si gustas, Jimin-san —pronunció Akanishi—. Se te ve muy bien —prometió—. ¿Cierto, Yudai?
El omega observó a su jefe antes de volver a contemplar la pareja frente a ellos.
—Sí, resalta tus facciones infantiles —pronunció con una sonrisa.
"¿Eso era un halago?" se preguntó Jimin.
—Gracias —sonrió de igual de forma el pelirrojo y observó a su pareja—. Iré a dejar esto en nuestra habitación.
—Ve cachorro, te esperaremos aquí mismo —respondió.
"Por favor... Ni discutas con él" pidió el menor a través de su enlace, observándole un poco dudoso.
"Lo intentaré" respondió Yoongi antes de contemplar a su pareja volver a subirse al ascensor y desaparecer tras la doble puerta dorada.
—Yudai, consigue una reservación en un restaurante de sushi giratorio —ordenó el alfa de traje.
—Sí, señor —respondió el omega, sacando su teléfono y alejándose unos pasos para trabajar en ello.
—No es necesario —pronunció Yoongi, observando al hombre contrario.
—E interrumpido en su cita nuevamente, es lo menos que puedo hacer por Jimin —argumentó.
—Sí, parece que es algo que no puede evitar ¿no? —sonrió un poco sarcástico.
Akanishi alzó una ceja.
—Está todo listo —anuncio el omega pelinegro al volver con ellos—. También el chofer nos está esperando afuera.
Los dos alfas siguieron simplemente observándose en silencio, solo reaccionando cuando Jimin volvió a aparecer en el ascensor.
—Ya estoy listo, lo siento —se disculpó el pelirrojo yendo al lado de su pareja.
—No te preocupes —anunciaron ambos alfas en sincronía.
Yudai juntó sus labios y los apretó levemente ante ello.
—Señores, el auto espera —les recordó observando como Yoongi rodeaba con su brazo la cintura de su pareja.
—¿Auto? —preguntó Jimin mientras comenzaba a caminar junto a su pareja—. ¿No íbamos a comer aquí? —susurró a su alfa.
—Una forma de recompensar del señor Akanishi por interrumpir, otra vez, en nuestra cita —respondió Yoongi.
Los cuatro se subieron en el auto del señor Akanishi, que no resultó ser otra cosa más que una limusina.
—¿Cuántos años tienes, Jimin? —preguntó Akanishi interrumpiendo el silencio del viaje.
—Cumpliré 26 este año —respondió el pelirrojo.
—¿Aún sigues en la universidad o ya terminaste? —preguntó.
—La terminó y actualmente se encuentra trabajando en un jardín infantil privado —respondió Yoongi por su pareja.
Sentado a su lado, Jimin tomó la mano de su alfa y entrelazó sus dedos.
"Posible inversionista" le recordó el omega a su alfa.
Yoongi arrugó levemente su nariz y luego empujó sus lentes más arriba.
—No sabía que utilizabas lentes —observó Yudai—. Te dije que sería bueno que fueras al médico por ello cuando estábamos saliendo —comentó.
—No me gustan —respondió el alfa.
—Si las usa ahora es solo porque yo mismo se las coloco —se burló Jimin con cariño.
—¿Hace cuánto están saliendo? —preguntó Akanishi.
—Prácticamente desde el día que nos conocimos —respondió Yoongi y observó a su pareja quien asintió con una suave sonrisa divertida—. Lo que vendría siendo unos cinco o seis años, por ahí.
—Vaya... ¿Y aún no se casan? —preguntó con ojos calculadores.
Antes de que Yoongi pudiera responder al respecto, el conductor se detuvo e informó que ya habían llegado al restaurante.
Bajándose de la limusina, los cuatros se internaron al local de sushi que se notaba que era para gente adinerada.
Igh... Jimin observó a su pareja y luego suspiró antes de internarse con todos.
Con unas cuantas palabras por parte de Yudai, fueron llevados a la mesa reservada para cuatro donde tenía una rueda en el centro de la mesa, la cual giraba de forma individual. Pronto, el sushi fue servido junto a copas de vino.
Eso no era lo que Jimin había pensado cuando tuvo la idea de comer en un sushi giratorio, según en otros lugares era una larga mesa con banquillos donde el sushi salía directamente de la cocina y gracias al mecanismo de la mesa este pasaba por todo lo largo hasta volver a la cocina.
Esa era la clase de lugar al que él había querido ir, pero al menos estaba comiendo sushi por lo que no podía quejarse.
—¿Bebes, Jimin? —preguntó Akanishi.
—Si —sonrió—. No tengo preferencia realmente, pero Yoongi es más fan del vino por lo que se podría decir que es lo que más bebo a menos que estemos con nuestros amigos —explicó.
—Es un gran compañero de copas a decir verdad —sonrió su pareja—. Aunque se vuelve muy hablador y le gusta hacer aegyo por lo general.
—Hyung —rió el pelirrojo tapando su boca al contener algo de sushi.
—¿Aegyo? —preguntó el alfa contrario.
—Actos y gestos tiernos —respondió su asistente—. No sabía que fueras débil ante ello, Yoongi.
El nombrado se encogió de hombros y observó a su pareja, dando una silenciosa respuesta muy clara.
Él era débil ante Jimin.
Mientras el almuerzo continuaba, Yudai no pudo evitar sentir algo en su interior al contemplar como toda la atención de ambos alfas se concentraba en Jimin, olvidando completamente su existencia.
E incluso cuando el pelirrojo se retiró para ir al baño unos segundos, la conversación siguió tratándose de Jimin por más que intentó hablar con Yoongi sobre él y lo que tuvieron algún día.
Sabía que le estaba rechazando de forma sutil, y eso no le gustaba.
Cuando Jimin volvió del baño y tomó asiento, se vio repentinamente sentado en el suelo observando el techo del restaurante.
—¡Jimin! —exclamaron ambos alfas, levantándose de sus lugares para ayudar al menor quien reía avergonzado.
—¿Estás bien? —preguntó el señor Akanishi una vez el pelirrojo estuvo en pie.
Jimin abrió su boca y luego la cerró sacudiendo su cabeza levemente.
—Tal vez he bebido un poco demasiado, sería mejor que volviera al hotel —respondió observando a Yudai quien se mantenía en su puesto, comiendo tranquilamente.
"Cachorro, ¿estás bien" la voz preocupada de su alfa apareció en su mente.
"Sí hyung, pero tomemos la oportunidad para retirarnos" explicó.
—Entonces nosotros...
—Oh, no se preocupen y sigan disfrutando de su almuerzo —pidió Yoongi rodeando la cintura de su pareja, apenas conteniendo su sonrisa—. De todas formas, en un par de horas estaremos en el avión volviendo a Seúl y a mi cachorro le vendría bien dormir un poco antes.
Apretando su mandíbula, Akanishi asintió con su cabeza.
—De acuerdo.
Sentados en la mesa, ambos contemplaron a la pareja retirarse del restaurante.
—Te gusta Jimin, ¿no? —preguntó Yudai con confianza.
—Es de mi interés —respondió.
—Bueno, Yoongi es de mi interés —reveló logrando que el alfa le observara—. Por lo que unir fuerzas nos vendría bien, ¿no? —propuso con una sonrisa.
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Espero que estén teniendo un buen fin de semana mis copitos, y disculpen la actu tan tarde sjjsjsjs
Se me cuidan, un besote y un abrazote <3
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