🌸•Capítulo 19•🌸


Parado en el pasillo del hotel, específicamente al lado de la puerta de su habitación con su espalda recargada en la pared, Min Yoongi revisó la hora en su reloj de muñeca mientras esperaba, un tanto ansioso, a que su pareja terminara lo que sea que estuviera haciendo en el interior.

La presencia de aquel hombre en su cita la había arruinado totalmente para el alfa, quien no podía oprimir el desagrado que surgía en él con tan solo verlo, menos aun cuando mostraba un interés tan descarado en su pareja, pero así como su cachorro, Yoongi no permitiría que eso dejara influenciar el resto de su velada.

Menos cuando su omega parecía tener algo especialmente en mente.

Cuando la puerta finalmente se abrió, el alfa se enderezó y contempló con curiosidad a su pelirrojo hombre vistiendo la bata blanca que otorgaba el hotel.

Alzó una ceja en una pregunta muda.

Sonriendo, Jimin tomó la mano de su alfa y lo jaló al interior de la habitación. Cerrando la puerta, empujó suavemente a su pareja contra esta mientras alzaba sus brazos para rodear su cuello.

Cuando el mayor inclinó su cabeza hacia abajo, el menor aprovechó de unir sus labios sin darle oportunidad a su amante de hablar.

Yoongi suspiro a gusto cuando su omega comenzó a lamer y morder suavemente su labio inferior, jugando con tranquilidad. Cerrando sus ojos, colocó sus manos en la cintura de su pareja y le permitió dominar el beso más que feliz.

Alejándose, Jimin mordió juguetonamente el mentón de su pareja, y enseguida comenzó a subir con besos por la marcada mandíbula hasta llegar bajo el oído.

—No hagas nada, hoy quiero que me permitas cuidar de ti —pidió el pelirrojo con un tono bajo y sensual antes de alejarse.

Abriendo sus ojos, el alfa contempló el ardiente deseo en el contrario, uno que le hizo morder su labio inferior para no dejar escapar aquel gemido en su garganta.

—¿Me dejarás? —preguntó Jimin, deslizando una de sus manos por el cuello de su alfa, delineando con uno de sus dedos la expuesta piel del contrario hasta que llegó a los botones de camisa, donde comenzó a jugar con el pequeño círculo.

Sus bonitos ojos suplicantes estaban llenos de pasión en aquel dulce color miel derretido. Su delicioso aroma inundando toda la habitación, con sus feromonas estaba intentando atraerlo.

Y Dios, Yoongi realmente estaba amando apreciar a su pareja siendo tan sensual y coqueto, tan atractivo y hermosamente tierno que lo dejaba sin aliento.

—¿Yoonie?

—S-si —dijo en una exhalación—. Sí —repitió con más firmeza, sacándole una atractiva sonrisa malvada y traviesa a su cachorro.

Con su respuesta afirmativa, Jimin comenzó a desabrochar uno por uno los botones de la camisa, con lentitud seductora.

Tarándola para sacarla dentro del pantalón, colocó sus manos en el firme pectoral y las traslado con una suave caricia hacia los hombros, para luego bajar empujando la camisa fuera del cuerpo del alfa.

—Hermoso —expresó lamiendo sus rellenos labios.

Sin más aviso, el omega se inclinó y mordió juguetonamente el pezón izquierdo de Yoongi, quitándole una audible respiración mientras sus dedos se enterraban en su cintura.

—Jimin —jadeó el mayor, contemplando los traviesos ojos de su pareja.

Apreció sin poder desviar la mirada cuando este siguió bajando por su cuerpo con besos que dejaban una marca en su piel, como tantas veces había hecho él.

Su omega estaba marcando su cuerpo y a su lobo le gustó eso.

Sobre sus rodillas, el pelirrojo le quitó el cinturón y pronto abrió el botón del pantalón. Bajando el cierre, reveló la protuberancia bajo la ropa interior.

—Vestido todo de negro, mi bad boy —bromeó sacándole una risita baja al alfa.

—No puedes hacer una broma como esa en este momento, cariño —sonrió Yoongi, moviendo con ternura un rojizo mechón de cabello, llevándolo detrás de la oreja.

—Como si tú no lo hubieras hecho antes —respondió cantarín, finalmente alzando sus manos para agarrar el borde del bóxer.

Con lentitud, bajó la delgada prenda. Sus ansiosos ojos capturando con lujuria como revelaba la húmeda cabeza y enseguida el resto del duro pene de su alfa.

Atrapando su relleno labio inferior, gimió suavemente mientras lo rodeaba con una de sus manos.

—¿Solo vas a mirarlo, Minnie? —preguntó excitado, observándolo desde arriba.

Moviendo su mano de arriba abajo, el pelirrojo omega acercó su rostro al miembro de su pareja mientras intentaba mantener el contacto visual con él.

Sin poder aguantar más, colocó su otra mano en el muslo de su pareja mientras que con su lengua comenzaba a lamer la ranura del pene, capturando con disfrute la primera gota pre-seminal.

—Dios, amor —gimió el alfa, echando su cabeza hacia atrás mientras cerraba sus ojos.

Sintiéndose poderoso, el menor introdujo en su húmeda boca la polla de su amado, quitándole un ronco gruñido lleno de placer al contrario.

Apretando su mano en el muslo de su pareja, el pelirrojo utilizó su lengua para rodear la cabeza del miembro, jugando un poco con él, volviéndolo loco. Luego, comenzó a subir y bajar su cabeza, succionando cuando subía y utilizando su mano para lo que no alcanzaba su boca aún.

—Oh cariño, tan delicioso —exclamó el rubio arena, comenzando a mover suavemente sus caderas solo para ser detenido por un ligero golpe en su muslo.

Gruñendo entre frustrado y excitado, se mantuvo quieto.

Relajando su garganta, Jimin respiro profundamente antes de bajar más y luego retroceder cuando tocó el fondo de esta, escuchando con deleite los gemidos llenos de placer de su alfa, repitió el proceso mientras la mano de su pareja se enterraba entre su cabello y lo jalaba suavemente, apenas conteniéndose para no moverse.

Con su boca llena, el pelirrojo gimió, sintiendo como su propio cuerpo comenzó a sentirse caliente, su duro miembro doliendo y brotando furiosamente pre-semen que manchan la bata del hotel.

Cuando la mano de su pareja dejó su cabello y ahuecó un costado de su rostro, Jimin retrocedió provocando un sonido húmedo al liberar su miembro y se recargó casi con ternura en ella mientras seguía moviendo su mano por la dura erección húmeda.

—Deseo estar dentro de ti, cachorro —expresó con su respiración algo agitada.

—Todavía no, cariño, pero pronto —prometió relamiendo sus hinchados y rojos labios.

Besando la punta del miembro de su alfa, Jimin le ayudó a quitarse el resto de su ropa y luego le dirigió al baño.

—Te preparé un relajante baño con sales —anunció el menor, observando a su desnuda pareja meterse en el interior de la tina.

Yoongi gimió cuando su cuerpo entró en contacto con el agua caliente y reposó sus brazos en al borde de la tina mientras inclinaba su cabeza hacia atrás, soltando un suspiro al sentir como casi mágicamente, toda la tensión se iba.

—¿No estoy olvidando una fecha importante, cierto? —preguntó abriendo sus ojos y enderezando su cabeza—. ¿Minnie? —llamó al no verlo.

—De hecho, sí —anunció logrando que el alfa se enderezara de golpe—. No, es mentira —rió volviendo al baño.

—No fue gracioso, cachorro —refunfuñó volviendo a acomodarse relajadamente en la tina, o lo más relajado que podía estar con una erección bajo el agua.

—Tranquilo, solo soy yo tratando de seducirte —le guiñó un ojo.

Desabrochando el nudo del lazo que estaba frente a la bata, esta se abrió y el omega la tomó de los bordes moviendo sus hombros hacia atrás, permitiendo que la prenda cayera al suelo dejando a la vista su desnudo cuerpo.

Pasando la lengua por sus labios, los codiciosos ojos apasionados del alfa recorrieron cada rincón de aquel exquisito cuerpo.

—También tengo esto —anunció alzando una caja que Yoongi ni siquiera se había percatado de dónde había salido.

—¿Chocolate? —pronuncio al abrir la delgada caja en forma de corazón, revelando el dulce contenido.

—Sí, son con licor —sonrió travieso, volviendo a alejarse—. Pensé que serían de mejor gusto para ti.

—Creo que has olvidado que, entre los dos, tú eres el borrachito parlanchín y tierno —indicó y tomó uno de los chocolates, disfrutando del dulce sabor con un ligero toque de licor que bien podría pasar desapercibido a menos que se comieran varios.

Mientras observaba a su omega pasearse desnudo por el baño, encendiendo velas eléctricas debido a que a este no le gustaba su aroma, Yoongi llevó una de sus manos bajo el agua para rodear su erección mientras contemplaba el duro pene de su pareja junto a su perfecto trasero de burbujas.

—Hey, no toques eso —advirtió el omega cuando percibió movimiento debajo del agua—. Eso es mío durante esta noche.

—¿Solo esta noche? —preguntó divertido el alfa, volviendo a recargar su mano en el borde de la tina.

—Sabes a qué me refiero —musito sacándole la lengua.

Sin esperar más tiempo, Jimin se volvió a acercar una vez apagó la luz del techo, dejando el baño iluminado puramente por las pequeñas velas ubicadas en diferentes partes para no obtener ningún hueco oscuro en la habitación.

Alzando una pierna, se metió en el interior de la tina sentándose entre las piernas de su alfa, y al igual que Yoongi, suspiró a gusto cuando su piel entró en contacto con la deliciosa agua caliente.

Colocando la mano en el pecho de su omega, el mayor lo empujó suavemente hacia atrás, hasta que el delgado cuerpo presionó con el suyo y su erección quedó atrapada entre ambos.

—Se siente bien, ¿no? —preguntó el pelirrojo recargando su cabeza en el hombro de su amante.

—Sí —respondió tomando otro de los chocolates que había mantenido en su otra mano.

Cuando el chocolate fue mostrado frente a él, Jimin separó sus labios y disfrutó del dulce sabor, llegando incluso a lamer los dedos de su pareja, dejándolos ensalivados.

Escuchó un siseo por detrás ante su travesura y entonces traviesas manos grandes comenzaron a pasearse por su cuerpo.

Cuando llegaron a su duro miembro, el omega gimió bajito y separó un poco más sus piernas, dejándolas sobre las del mayor.

—Se supone que soy yo quien te debe de estar dando atención, brindándote este placer —jadeó con sus manos agarrándose en el borde de la tina.

—Tu cuerpo y tu placer es el mío, cachorro —ronroneó dejando de jugar con uno de los pezones para colocar su mano en el rostro de Jimin, girándolo para besarlo con pasión.

El menor gimió permitiendo que aquella dominante lengua se internara en su boca, lamiendo el dulce sabor de chocolate que había quedado, explorando cada rincón ya explorado.

Jimin cerró sus ojos disfrutando de aquella talentosa lengua saqueando su boca, de aquellas grandes manos jugando con su cuerpo, incendiándolo ante el más mínimo tacto y de aquella dura erección restregándose contra él.

Dios, Yoongi lo quería matar de placer antes de siquiera llegar a la acción.

El pelirrojo se quejó entre beso cuando la mano que rodeaba su pene se detuvo, y sintió la otra deslizarse por su cuerpo en una caricia hasta llegar más abajo de su miembro, pasando sus bolas. Su cuerpo se estremeció deliciosamente al sentir dos dedos penetraron en su interior.

—Pero mira cuan húmedo estás ya, cachorro —exclamó penetrándolo con sus dedos, probando cuánto lubricante natural había liberado ya su omega para él.

—E-es mi turno —declaró volviendo a tomar el control del asunto, alejando las expertas manos de su cuerpo.

Moviéndose con cuidado, Jimin se acomodó sobre las piernas de su alfa, sentándose a horcajadas, pero dándole la espalda en vez de enfrentarle como usualmente hacia cuando lo montaba.

—¿Cariño?

—Si me pongo de frente, sé que caeré nuevamente en tus ojos y te permitiré hacerme el amor aun cuando dije que yo haría todo esta noche —explicó observándolo sobre su hombro—. No te muevas —advirtió.

—Está bien, de acuerdo —asintió con una sonrisa ladina. Contemplando la espalda de su pareja bajo la débil luz, colocó sus manos en su cintura—. Solo las voy a mantener ahí —prometió ante la mirada que le brindó el menor.

Llevando una mano hacia atrás, Jimin tomó la dura erección de su amante y la mantuvo firme mientras comenzaba a sentarse.

Ambos soltaron un gemido mientras lentamente, el pelirrojo se inclinaba hacia atrás, hasta que el miembro de su alfa estuvo completamente en su apretado interior.

—Dios... Tan apretado —gimió Yoongi agarrando con algo de fuerza la cintura de su pareja.

Pronto, Jimin comenzó a mover circularmente sus caderas, disfrutando de la sensación de ser llenado.

—Yoongi —jadeó el pelirrojo omega, apoyando sus manos en el borde de la tina para comenzar a saltar con fuerza, sin poder controlar sus movimientos.

El agua comenzó a agitarse como el mar en plena tormenta mientras seguía el ritmo de la apasionada pareja.

Sus gemidos y gruñidos comenzaron a hacer eco en la habitación mientras el agua empezaba a desbordarse de la tina.

Cerrando sus ojos, el omega llevó una de sus manos hacia su miembro y comenzó a masturbarse invadido por placenteras sensaciones.

—Jimin, amor... Y-yo quiero moverme, necesito moverme... Por favor —rogó el alfa.

Observándolo sobre su hombro, Jimin jadeó ante la densa pasión en aquellos hermosos ojos verdes llenos de lujuria.

Se supone que él haría todo, pero ¿cómo negarse a esa necesidad apasionada en los amorosos ojos de su hombre?

Cuando Yoongi contempló a su pareja asentir, no esperó ni un segundo antes de moverse, arrojando más agua fuera de la tina mientras se acomodaba levantándose sobre sus rodillas y colocando las manos de su omega al frente en la pared.

Separando más las piernas de su omega y empujando un poco su pecho para que su espalda se arqueara y sacará ese maravilloso trasero, el mayor tomó su pene y lo volvió a guiar en el palpitante ano de su pareja, entrando ansiosamente de golpe.

—Oh mi... Yoongi~... —jadeó Jimin sintiendo como su alfa perdía finalmente el control y comenzaba a penetrarlo con rapidez y fuerza, golpeando su punto dulce mientras se aferraba con a sus caderas enterrando sus dedos.

Seguramente mañana las tendría marcadas, pero no le importaba en ese momento a Jimin, solo sería un recuerdo de su apasionado encuentro.

El baño se inundó con el sonido de sus pieles chocando, el agua chapoteando y sus interminables gemidos y gruñidos llenos de deleite puro.

—Tócame. Hyung, tócame —sollozó su pareja, sintiéndose casi tocar el cielo con el cosquilleo familiar en su vientre que bajaba directo a sus bolas y miembro—. Solo... Un poco más —rogó desesperado.

Observando el cuerpo de su pareja luchando por no estrellarse y golpearse contra la pared ante sus empujes, gruñó y tiró del cuerpo de su pareja contra el suyo.

Alzando un brazo, lo cruzó por pecho de Jimin dejando su mano en su hombro mientras que la otra viajaba hacia su pene para masturbarlo con rapidez.

Sus empujes cambiaron a unos cortos y fuertes, apenas saliendo de aquel cálido interior que se apretaba cada que retrocedía, como si quisiera mantenerlo adentro.

El cuerpo del omega se arqueó mientras llevaba ambas manos hacia atrás, agarrando los glúteos de su alfa enterró sus cortas uñas en ellos, intentando desesperadamente que se estrellara con más fuerza en su interior, desesperado por más.

—Joder... T-an cerca —jadeó Yoongi, sin dejar de mover sus caderas mientras besaba la marca en el cuello de su pareja.

Sin aviso alguno, enterró sus dientes en la suave piel, sacándole un profundo gemido a Jimin mientras sentía su interior ser llenado con el esperma de su pareja.

—No pares... Por favor —rogó el menor sintiendo que le faltaba tan poco para llegar a su anhelado orgasmo.

Apretando con fuerza el cuerpo de su pareja entre sus brazos, el alfa aceleró sus movimientos de cadera y mano a lo largo de su orgasmo, haciendo todo lo posible para que su cachorro llegara antes de que su nudo comenzara.

Gimiendo, Jimin explotó disparando contra la pared frente a él. Con su respiración agitada, sonrió de forma agotada y se dejó llevar por su alfa, quien los volvía a ubicar en la posición que habían estado inicialmente mientras el nudo se asentaba en su interior.

—Creo que nos tendremos que bañar otra vez —pronunció cansado, disfrutando de los fuertes brazos rodeando su cuerpo.

Besando la reluciente mordedura esta vez con ternura, Yoongi contempló el desastre que habían dejado y sonrió.

—Descansamos un poco mientras el agua sigue caliente —propuso a lo que el pelirrojo asintió más que feliz por ello, acomodándose en aquellos brazos que le rodeaban protectoramente.

—Recuerda que mañana hay que levantarse temprano —pronunció Jimin, tomando la mano de su pareja y entrelazando sus dedos.

—Lo sé amor, podré alarma de ser necesario —prometió besando su sien húmeda.

En un cómodo silencio amoroso, ambos simplemente siguieron disfrutando de la presencia y cuerpo del otro hasta que el nudo finalmente desapareció.

Tomando otro baño esta vez para si lavarse bien, la pareja se aseguró de cercar su cuerpo antes de recostarse desnudos bajo las mantas de la cama, acurrucados en el cuerpo del otro.

Después de todo, si había sido una buena cita.

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