🌸•Capítulo 16•🌸


Cuando el taxi se detuvo, Jimin contempló con grandes ojos sorprendidos el hotel frente a ellos.

—Woow, mira amor, es más alto que el edificio en el cual vivimos —expresó sorprendido el omega, contemplando la gran edificación a través de la ventana del automóvil.

—Vamos cariño, bajemos —pronunció Yoongi luego de haber cancelado al taxista.

Tomando su mochila que descansaba sobre su regazo, Jimin abrió la puerta y se bajó mientras su pareja se bajaba por el lado contrario.

Hablando en un perfecto japonés, la pareja agradeció al beta que les había trasladado desde el aeropuerto hasta el hotel en el cual se iban a hospedar.

—No sabía que manejabas bien el japonés —comentó Yoongi una vez su pareja estuvo a su lado con su equipaje, esquivando esas pequeñas manos que intentaron quitarle su maletín.

—Lo manejo un poco mejor que el inglés, Namjoon intentó enseñarme, pero se rindió para ayudar a Sana con sus tareas —respondió divertido.

—Recuerdo que hubo un tiempo en el que le estuvo enseñando a Jungkook y sorprendentemente si se esforzó en aprender —pronuncio, comenzando a caminar junto a su omega—. ¿Cómo está tu dolor de cabeza? —preguntó observándolo de reojo.

—Dormir en el avión ayudó, aunque sigo sintiéndola algo pesada —respondió cruzando las puertas del hotel que se abrieron automáticamente ante ellos.

—Cuando estemos en nuestra habitación puedes dormir otro poco o tomar otra pastilla —prometió y observó con una pequeña mueca la recepción del lobby, la cual estaba llena de gente.

—Ugh, pareciera que llegamos en temporada activa —observó Jimin, acomodando sus lentes de sol.

En silencio, el omega siguió a su pareja hasta unos sofás color rojo vino que estaban cerca de uno de los grandes ventanales que cubría la mitad de una pared, dejando a la vista parte de una transitada calle entre dos pequeños árboles que se encontraban afuera de la ventana en cada costado.

—Espérame aquí —pronunció dejando la maleta al lado del pelirrojo, entregándole su maletín—. Algunos clientes se pueden volver algo hostiles cuando no consiguen lo que quieren —dijo observando a cierto hombre alfa tenso que parecía tener problemas con el recepcionista que le atendía.

Siguiendo la mirada de su pareja, Jimin asintió y tomó asiento dejando a su costado su equipaje para no estorbar a nadie.

Cuando el hombre comenzó a alzar su voz, el omega arrugó su nariz y le bajó un poco el volumen a sus audífonos al sintir molestia en su sensible cabeza.

"Amor, le bajé un poco el volumen a mis audífonos" avisó.

Girando en su dirección, Yoongi alzó su pulgar anunciando que había comprendido, no queriendo usar su enlace mental para comunicar aquello, ya que sabía que solo podría empeorar la molestia de su omega.

Mientras esperaba, Jimin sacó su teléfono celular y les informó a sus amigos que habían llegado bien y que se encontraban ya en el hotel.

También le recordó a Jungkook que tuviera cuidado cuando llevara a Taehyung a su departamento para que alimentara a sus mascotas por su cuadro, el cual obviamente habían ocultado.

Cuando no obtuvo respuesta alguna de cualquiera de sus amigos, le insistió con mensajes hasta que finalmente le respondieron entre quejas por molestarles tan temprano un fin de semana.

Pero si él no podía dormir hasta tarde luego de haber bebido igual o tal vez menos que sus amigos, entonces ellos tampoco podrían hacerlo.

Se burló un poco de todos ante la jaqueca que seguramente debían tener y luego conversó más con Hoseok y Momo, quienes le recomendaban lugares que visitar al ya haber estado anteriormente en Tokio.

Jungkook también le respondió asegurando que él iría en lugar de su omega para alimentar a sus mascotas, evitando así riesgos innecesarios, pero advirtiéndole que no se quedaría quieto si Shuga le molestaba.

Riendo ante la respuesta del alfa, volvió al chat de Taehyung y sonrió con las caritas llorando que le había enviado por su dolor de cabeza.

El pelirrojo juntó suavemente sus cejas cuando percibió a una presencia frente a él. Alzando su mirada, contemplo a un pequeño niño.

El pequeño que no debía de tener más de cuatro o cinco años, le observaba con curiosidad, con uno de sus deditos dentro de su boca.

—Hola pequeño —pronuncio en japonés, con una pequeña sonrisa de labios.

Observó con curiosidad al pequeño, no se veía perdido y su ropa era bonita. Incluso su cabello el cual era de un color similar al suyo, solo tal vez un poco más oscuro, tenía un corte y peinado a la moda que le daba una apariencia tierna de igual forma.

—¿Y tu padre? ¿O madre? —preguntó observando a su alrededor, pero no había nadie prestándole atención al cachorro.

El niño de pronto quitó su dedo de su boca y sonrió, pronunciando unas palabras que el omega no comprendió del todo al no haberle bajado el volumen a sus audífonos y era un poquito más difícil para Jimin leer los labios de alguien que hablaba otro idioma que no fuera coreano.

Ternura recorrió el cuerpo de Jimin al contemplar esa dulce sonrisita en el infantil rostro, y cuando el cachorro rió animado y aplaudió, el omega fácilmente podría decir que se quedó embobado con esos pequeños mofletes sonrojados que tenían unos diminutos hoyuelos cerca de la comisura de sus delgados labios.

Inevitablemente pensó en el momento en que sostuviera a su propio hijo entre sus brazos y deseó que tuviera aquellos pequeños mofletes, eran adorables, y más si estaban acompañados con una sonrisa como la de su alfa, eso definitivamente sería su perdición.

Cuando el pequeño repentinamente se alejó, el pelirrojo omega le siguió con la mirada hasta unos hombres algo rudos que parecían haberlo estado buscando.

Jimin realmente no era de las personas que juzgaba por las apariencias, sinceramente no lo era, y por ello estaba culpando a Jungkook quien era el que le había recomendado cierto anime que trataba de bandidos, o "Yakuzas".

Si no fuera por aquel anime, él no estaría comparando al hombre que se acercaba a él con uno.

¡Pero no era su culpa! ¡Él simplemente no podía evitarlo!

El alfa que se detuvo frente a él aparentaba unos treinta y tantos años. Su cabello negro y largo llevaba hasta sus hombros y vestía un traje de azul marino completo.

Sus facciones eran algo duras, varoniles, y sus ojos estaban ocultos tras unos lentes de sol al igual que él.

—Disculpe, no le entiendo —negó con expresión confundida cuando se percató de que el hombre le había estado hablando.

—Lo siento, pensé que entendía japonés —se disculpó en perfecto coreano.

Jimin inclinó ligeramente su cabeza hacia la izquierda, sin corregir que de hecho sí sabía japonés porque no quería revelar que no le había estado prestando atención.

Pero si fue un poco sorprendente saber que el hombre sabía coreano.

"Un yakuza que sabe idiomas" pensó tontamente y luego se reprochó por ello.

—No hay problema —respondió cortésmente, moviendo de forma sutil su mano para subir otra vez el volumen de sus audífonos a la vez que llevaba un mechón de cabello detrás de su oreja.

De pronto, se estaba sintiendo algo nervioso ante la intensa mirada del desconocido que parecía atravesar aquellos lentes, o tal vez era debido a la presencia de los dos hombres que acompañaban al alfa y al niño.

Joder, hasta ellos gritaban ser yakuzas.

—Quería agradecerle por cuidar del cachorro —repitió—. ¿Necesita ayuda con algo? —preguntó amablemente por el contrario de su apariencia algo intimidadora.

Pero fue un ofrecimiento... Demasiado amable para el gusto de Jimin, que ni siquiera conocía al hombre o al niño que lo acompañaba, tampoco había hecho más que cruzar unas pocas palabras con el cachorro por unos escasos segundos, por lo que sería injusto aprovecharse.

Sacudiendo su cabeza de forma negativa, se levantó y tomó su maleta junto al maletín de su alfa.

—No, estoy bien, gracias —negó de forma cortes—. Si me disculpa, mi alfa me espera —anunció alejándose sin esperar más respuesta, despidiéndose con un movimiento de manos con el cachorro que le observaba.

Sintiendo a su omega acercarse, Yoongi agradeció al hombre que le había entregado su tarjeta llave y se alejó del escritorio.

—Vamos, estamos en el séptimo piso —informó volviendo a tomar la maleta de las manos de su pareja—. ¿Sucedió algo? —preguntó observando a su alrededor.

—Se me acercó un tierno cachorro y luego un hombre con apariencia de Yakuza me agradeció por cuidar del niño, pero realmente no hice nada —comentó mientras caminaban.

—¿Yakuza? —preguntó divertido.

Deteniéndose frente al ascensor, ambos esperaron a que las puertas se abrieran.

—Es culpa de Kookie —se quejó—. Si no me hubiera recomendado aquel anime yo no lo habría pensado solo por ver su apariencia —refunfuño apoyando levemente su cabeza en el hombro de su alfa.

—Pero para que pensaras en ello solo con verlo... —rió bajo.

—Yah, no te rías Yoonie —pidió enderezándose cuando las puertas se abrieron.

Rodeando la cintura de su pareja, Yoongi tiro más cerca de él cuando varias personas bajaron, no queriendo que alguna pasara a llevar a Jimin.

Cuando finalmente estuvo vacío, la pareja subió en compañía de otras tres personas que esperaban el ascensor.

Viendo los números cambiar ante la subida de cada piso, el pelirrojo omega suspiro girando su rostro hacia su pareja.

—Hoseok y Momo me recomendaron algunos lugares que visitar mientras estamos aquí —comentó—. Aunque no creo que podamos visitarlos todos entre hoy y mañana, no hay suficiente tiempo y no podemos irnos de Japón muy tarde, los dos trabajamos el lunes.

—Deja de pensar tanto que te dolerá más la cabeza —pronunció el mayor besando la pequeña nariz de su omega—. Se supone que vinimos a relajarnos y disfrutar, no a estresarse más, ya hubo suficiente de todo eso durante este mes —indicó con suavidad, pero la firmeza estuvo ahí también, oculta y a la vez no lo suficiente.

Observando a su pareja, Jimin frunció sus labios y asintió dándole la razón.

—Pero nosotros realmente vinimos por temas de tu trabajo —le recordó ganándose un ligero golpe de dedos en su frente—. Ay, hyung —se quejó con un puchero, alzando una de sus manos para tocar la zona afectada.

—Vamos cachorro, es nuestro piso —anunció cuando las puertas se abrieron, ignorando su queja.

Refunfuñando por lo bajo, Jimin siguió a su alfa, quien con la mirada buscaba su habitación mientras avanzaban por el extenso pasillo alfombrado hasta que se detuvo en una puerta en específico.

Pasando la llave por el pequeño cuadrado en la puerta, esta se abrió automáticamente. Haciéndose a un lado, dejó que su pareja entrara primero y luego le siguió, cerrando detrás de él.

—Wow, es una gran habitación —comentó Jimin observando el lugar quitándose sus lentes de sol.

Abriendo la primera puerta a su izquierda, descubrió el baño en el cual, predominaba completamente el blanco a excepción de las toallas, que eran de color gris.

En este no había nada fuera de lo común, un lavamanos, un espejo y una tina. E increíblemente, era bastante amplio.

—Tenemos una tina —comentó saliendo, encontrando a su pareja sentada en el borde de la cama hablando por celular por lo que se alejó dándole su espacio mientras seguía recorriendo la habitación.

La habitación consistía en una cama perfecta para los dos, al frente de esta, apegada a unas de las paredes color crema, había un mueble donde acomodar la ropa en los cajones con una TV sobre ella.

Al lado de la cama, había una pequeña mesita de noche con un teléfono fijo para llamar a recepción. Seguida de este, se encontraba un escritorio con dos cajones y un espejo.

También había un sofá individual azul al lado de un gran ventanal que era de la mitad de la pared hasta el techo, y frente al sofá estaba una pequeña mesita circular de vidrio.

Despidiéndose de su madre, Yoongi observó a su pareja—. Uhm, tal vez esta noche podríamos disfrutar de ella tomando un baño juntos —pronuncio dejando de lado su teléfono, sonriéndole coqueto.

—Suena como a un buen plan —sonrió quitándose su mochila, dejándola sobre el sofá individual antes de sentarse al lado de su pareja—. Por alguna razón, me imaginé que la habitación iba a ser parecida al avión, la ostentosa primera clase —comentó empujando a su alfa hacia atrás para recostar su cabeza en su pecho.

—Chae-young cambió las habitaciones, no hizo lo mismo con el avión porque preferí que viajáramos cómodos si ibas a estar con resaca —explicó alzando su mano para acariciar la nuca de su pareja.

—Resaca es una palabra que no va acompañada para alguien que es profesor de infantes —rió bajo—. Entonces, ¿qué haremos? —preguntó apoyando su mentón en el pecho del alfa para observarlo.

—Tenemos unas cuatro horas antes de que tenga que ver al señor Akanishi, el hotel también tiene un spa, piscina, gimnasio, buffet, bar e internet —nombró—. Como tuvimos un desayuno ligero, ¿quieres comer algo?

—¿Podemos salir a comer afuera? —preguntó entusiasmado con recorrer un poco las calles.

—Mmm... Preferiría que se te pase totalmente tu dolor de cabeza antes de salir —respondió corriendo unos de los largos mechones rojizos detrás de la oreja de su pareja—. Para que le bajaras el volumen a tu audífono significa que el sonido te molesta —indicó recordando a su pareja fruncir el ceño en el aeropuerto mientras buscaban un taxi, sin contar con el pequeño sucedo en el lobby.

—Amor, quiero salir a conocer —insistió con un puchero.

—¿Me puedes prometer que tu cabeza no te dolerá al volver? —preguntó arqueando una ceja.

—Por supuesto —respondió sin dudar.

Observando los dulces ojos mieles de su omega, Yoongi finalmente se rindió y se inclinó para morder el relleno belfo inferior, juntando después sus labios en un beso.

—De acuerdo, vamos —asintió obteniendo una hermosa sonrisa de ojos.

Levantándose del cuerpo de su alfa, Jimin estiró su mano y lo ayudó a levantarse de la cama.

—¿Qué quieres comer? —preguntó el omega saliendo de la habitación junto a su pareja.

—Estoy bien con cualquier cosa —respondió—. Aunque aún es algo temprano para almorzar —observó luego de comprobar la hora en su reloj de muñeca.

Solo eran las 11:30 hrs después de todo.

—Oh... Entonces observemos un poco los alrededores y después comemos algo —propuso más entusiasmado que antes, subiéndose al ascensor junto a su alfa.

—Lo que tú quieras amor —respondió observándole con cariño.

—Eres demasiado consentidor para tu propio bien, alfa —le sonrió dulce antes de besar su mejilla, alejándose para tomar su mano y entrelazar sus dedos mientras le miraba con amor correspondido.


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