capítulo diez: como los viejos tiempos
( incluso la oscuridad que vemos es tan hermosa; quiero que confíes en mí. )
-Multimedia, nuevo traje de Cal-
CAPÍTULO DIEZ:
( como los viejos tiempos. )
AURORA OBSERVÓ el paisaje de Bogano desde la puerta de la Mantis. Sonrió en dirección al pelirrojo al ver como se acercaba luego de un recorrido habitual por el lugar.
Había pasado una semana desde que ella despertó tras el ataque de la Segunda Hermana. Los chicos le habían pedido explicaciones a qué sucedió pero la pelirroja solo dijo que le había atacado un imperial.
Mientras habían estado en Bogado por ese tiempo en lo que ella se recuperaba del todo.
─¿Encontraste algo?─le preguntó ella al pelirrojo mientras se levantaba.
Cal asintió.─BD encontró algo que tal vez te guste.─dijo él con una sonrisa.
Ara se levantó de donde estaba sentada. Cal se acercó a donde ella y dejó un beso en el cabello de ella y juntos entraron a la nave.
Greez había puesto la mesa con ayuda de Cere. Ara había cocinado ese día, cosa que alegró al pelirrojo ya que prefería la comida de ella antes que la de Greez.
─Greez, ¿no has pensado en ser tu mejor quien me acompañe a buscar el holocrón y sea Ara quien cocine?─preguntó Cal mientras se servía un poco de carne.
Greez levantó sus brazos asustado.─No gracias niño, estoy bien en mi nave, dónde puedo quedar vivo. Además, no puedo competir con los años de experiencia que tiene esa niña en la cocina tras haber trabajado en una cantina en Tatooine.
─Si pero ...─Cal se detuvo. Ara le observó y rió divertida al ver cómo el pelirrojo cerraba los ojos saboreando la comida hecha por ella. ─Por el creador, comería esto de por vida.─dijo el pelirrojo dando otro mordisco.
─Aaaaaa ya para con eso Cal.─reclamó Greez.─He aprendido un par de trucos con ella así que mientras ustedes sigan salvando a la galaxia les tendré mejores platos de comida acá esperando por ustedes.
─Aunque Ara cocina bueno desde hace mucho.─dijo el pelirrojo.─¿Te acuerdas cuando nos escapabamos en la noche y hacías postres para nosotros?
Ara abrió los ojos recordando.─Es cierto. Nos dieron un solo reclamo por eso cuando se enteraron.─dijo Ara divertida.
─Aunque Xo y el maestro Tapal se quejaron porque nunca le guardamos.─recordó Cal.
Ara miró a Cal.─Hacíamos muchas cosas de pequeños ahora que lo pienso.─dijo ella.
─Cuando uno es joven asumen que no sabemos mucho.─comentó Cal.─Pero creo que es la época en la que más sabes. Es donde más riesgos tomas y haces cosas que te meten en problemas.
─Y aprendes de esas experiencias.─dijo la pelirroja observando a su amigo.─ Yo solía creer que lo sabía todo cuando era joven.
Cere miró a los jóvenes dialogar entre ellos mientras terminaban de comer. La chispa y el dinamismo que había entre ellos era innegable. Parecían almas gemelas; dos pedazos de esencia en una sola.
Las risas que ambos soltaban mientras recordaban momentos juntos era una melodía para la Mantis. Les hacían creer que incluso en medio de todo este caos la esperanza existe, y eso se podía ver en la relación de Aurora y Cal.
Ambos llevaron los platos al fregadero y limpiaron el lugar mientras Cere y Greez ponían la nave lista para partir por provisiones.
Ara tomó asiento donde Cal suele estar en la nave mientras esperaba que se cambiara para la llegada. Tenía sus piernas arriba de la silla mientras escuchaba un poco de música desde su datapad y audifonos.
─I, I loved you in spite of the deep fears that the world would divide us.─Cere observó a Greez con una ceja alzada al escuchar a la pelirroja cantar. Ara no tenía una mala voz cabe recalcar.─So, baby, can we dance, oh, through an avalanche?
Ara se levantó de su asiento a medida que la canción acababa y caminó al ritmo de la canción que sonaba en sus audífonos.
Observó a BD a unos pasos de ella y lo tomó en brazos para comenzar a bailar con él al ritmo de la canción.
Desde que Ara se había recuperado estaba en constante movimiento debido a que era la única forma en que podía dejar de pensar en el dolor de su pierna; la cual tenía una gran cicatriz a lo largo y en su estómago; en la cual tenía otra cicatriz gigante que le cruzaba por el medio.
Por el pasillo cruzó Cal y Ara abrió la boca sorprendida al ver el nuevo traje de su amigo. Era uno blanco justo como el de ella junto con un protector en la parte de arriba igual como lo usaba ella.
─¿Dónde lo encontraste?─preguntó ella dejando a BD en una mesa y acercándose.
─BD lo encontró en Bogano.─dijo él tímido.
─¿Sabes qué significa?─dijo ella. Cal le miró curioso.─Que somos un equipo completo ahora. Tenemos trajes iguales Cal.─dijo ella con una sonrisa.─Somos como el maestro Obi Wan y Anakin.
─Pero ellos no usaban trajes iguales.─dijo confundido el pelirrojo.
Ara le miró con ojos entrecerrados.─Pero no lo arruines.─dijo ella rodando los ojos.─En todo caso, te ves hermoso con ese traje.
Cal rio divertido.─Gracias, Solete.
Ara rodó los ojos divertida y se acercó donde Cal dando pequeños pasitos de baile por la canción que sonaba por sus audífonos. Le tendió uno de ellos a Cal para que escuchara la canción mientras ella colocaba sus brazos alrededor del cuello del pelirrojo y movía sus caderas al ritmo de la canción.
Ara comenzó a cantar la canción mientras guiaba a Cal con sus pasos.─Whatever chains are holding you back, holding you back, don't let 'em tie you down.
─Whatever chains are holding you back, holding you back, tell me you believe in that.─cantó él siguiendo a su amiga.
Ara sonrió.─What a feeling to be right here beside you now, holding you in my arms.─siguió cantando ella.─When the air ran out and we both started running wild, the sky fell down.
Cal tomó la mano de la pelirroja y le dio una vuelta mientras seguía la canción.─ But you've got stars, they're in your eyes and I've got something missing tonight.─Colocó una mano en la cintura de ella mientras se movían de derecha a izquierda lentamente, siguiendo el ritmo de la canción que sonaba. Observó con detalle los ojos de Ara y sonrió.─What a feeling to be a king beside you, somehow, I wish I could be there now.
Ambos querían poder quedarse justo en ese momento, donde nadie los interrumpiera y en donde solo ellos dos existían. Los ojos de Cal irradiaban alegría al ver los emocionados de Ara.
Él alejó su mano de la cintura de ella mientras ella sus brazos del cuello de él, pero no se alejaron de donde estaban; al contrario, pareciera que el espacio entre ellos se hacía mucho más pequeño a medida que el tiempo pasaba.
Ara le sonrió antes de dejar un beso largo en la mejilla del pelirrojo antes de tomar asiento en su silla en cabina. Cal se llevó una mano en donde Ara dejo el beso y cerró los ojos recordando su tacto.
─Niño ven, que ya vamos a aterrizar.─le dijo Greez.
Cal notó que aún tenía el audífono bluetooth de la pelirroja al escuchar una canción de rock salir por este. El le hizo un gesto a ella de que era buena canción y ella respondió emocionada con otro gesto.
Cuando llegaron a Pantora, Greez dejó la nave un puesto para que le arreglaran una pieza delantera y le echaran gasolina.
Cere le tendió una lista a Ara.─Acá están algunos alimentos que necesitamos. Greez y yo nos quedaremos acá a atender a la Mantis mientras ustedes pueden ir por esto.─le tendió una bolsa llena de créditos.─Creo que esto alcanzará.─dijo ella.
─De inmediato señorita.─dijo Ara tomando la lista, la bolsa llena de créditos y otra bolsa de compras que usaba Greez.
Cal se unió a la pelirroja y juntos salieron del estacionamiento de naves.
─Beep beep boop. (¿No han pensado en colocar armas de casualidad?)─preguntó el droide.
Ara miró a BD extrañada mientras Cal soltaba una risa larga.
─BD, no haremos eso.─dijo la pelirroja.─Es peligroso.
─Digo, podríamos intentarlo.─dijo Cal encongiendose de hombros.─Al menos que pueda electrocutar a las personas.
Ara levantó una ceja.─Él puede hacer eso.─dijo ella.
─Pero no a alto voltaje.─respondió Cal guiñando un ojo.─Yo te apoyo pequeño. Lo haré una vez lleguemos a la Mantis.
BD hizo pitidos de alegría mientras Cal sonreía emocionado.
─Increíble.─dijo la pelirroja.─Bien pero si sale mal, no digan que no se los dije.
─Beep trill trill boop. (Es un riesgo que espero correr.)─dijo el droide.
Los tres caminaron por las calles de Pandora en busca de lo que necesitaban hasta que tuvieron todo en ella y comenzaron a caminar hacia la nave tras dos horas de paseo.
En el camino BD no dejaba de hablar de lo emocionado que estaba por su mejora cosa que divertía a los pelirrojos. Cal llevaba la mochila en su espalda mientras BD estaba en la espalda de Ara.
Cal tomó la mano de la pelirroja y la acarició mientras caminaban hacia la nave. Ara sonrió ante el tacto de su amigo y le dio un apretón.
Greez los notó llegar agarrados de la mano y abrió los ojos sorprendido.─Eso es nuevo.─Ambos se sonrojaron ante el comentario. Cal dejó la mochila en el suelo y se sacudió las manos.─Se me olvidó, necesitamos estos aparatos para arreglar algo de la nave.
Aurora colocó su cabeza en el pecho de Cal mientras soltaba un suspiro de cansancio. Cal pasó una mano por el cabello de su amiga consolandola.
─Vamos solete. Mientras más rápido vamos, más rápido llegamos.─dijo él.
Cal tomó de la mano a la pelirroja y la arrastró hacia afuera. BD se quedó en la nave ya que necesitan de él para algo.
Ambos comenzaron a caminar hasta el puesto de reparaciones en donde encontraron lo que necesitaban. Salieron de ahí con una bolsa algo mediana y caminaron nuevamente hacia la nave hasta que Cal se detuvo frente a una heladería.
─Creo que podemos comernos unos helados, ¿no?─sugirió él.
Salieron de la heladería con unas paletas de helado en mano. Cal llevaba el bolso de tela con las piezas de Greez en su hombro mientras sostenía la mano de Ara y con la otra su helado.
Ambos disfrutaron de este momento que tenían. Caminar por las calles agarrados de manos y comiendo helado; pareciera un sueño hace años atrás.
El sol se estaba ocultando en Pantora haciendo de la vista una espectacular. Los colores anaranjados del cielo hacían contraste con la pareja y caía directo en ellos. Era una vista romántica, así como el momento.
Ara fue la primera en terminar su helado y tiró el palito en un basurero. Cal le siguió y siguieron caminando de manos camino a la nave pero, se estaban tomando su tiempo, como si no quisieran que se acabara este momento.
Ambos se estaban sosteniendo en ese momento en donde nadie les molestaba y eran libres de hacer lo que quisieran. Sus corazones latian con frenesidad, sus mejillas sonrojadas los delataban de sus emociones y el agarrar de sus manos solo se hacía más firme.
Ara recostó su cabeza en el brazo de Cal aunque este puso su brazo alrededor de ella mientras ella lo pasaba por su cintura y dejaba su cabeza en el pecho de él.
De repente, Cal se detuvo frente a un callejón, arrastró a la pelirroja hacia allá y la colocó contra una pared. Ara se fijó en los ojos de Cal que destellaban alegría por todos lados y la sonrisa en su cara era más alumbrante que el mismo sol.
─¿Qué pasó?─preguntó Ara confundida.
Cal le observó detalladamente. Acarició la mejilla de Ara y colocó un mechón tras su oreja.
─Quiero retomar lo que éramos antes de la purga.─dijo Cal sin dejar de ver los ojos de Aurora.
Ella abrió los ojos sorprendida.─¿Qué?
─Quiero estar contigo.─respondió el pelirrojo.─Quiero poder caminar contigo de la mano cuando quiera, ser a quien abraces en las noches cuando tengas miedos, a quien le cuentes tus miedos, ser quien te saque una sonrisa todos los días... Quiero ser tuyo, Ara.
Aurora miró los ojos verdes de Cal sin saber qué decir. Ella deseaba estar con Cal desde el momento en que le vio. No había dejado de amarlo durante todo ese tiempo pero los secretos de su pasado, de todo lo que le pasó tras la purga le atormentaba y no sabía si Cal aceptaría eso de ella.
Él era todo lo bueno del mundo pero de ella no se podía decir lo mismo, o eso creía la pelirroja. Ella sabía que Cal merecía a alguien mejor.
Pero era muy egoísta como para dejarlo ir.
Con una mano ella trazó la cicatriz de Cal que pasaba por su nariz hasta la parte de atrás de su oreja y acarició con su cabello.
─Sabes que ese no es el camino de los jedis.─dijo Ara.
─No nos importó cuando éramos niños, no creo que debamos de hacerle caso ahora.─recordó él acercándose un poco más a Aurora.
Aurora bajó su mano al pecho de Cal al sentir como sus respiraciones se mezclaban y como las puntas de sus narices se tocaban. Ambos estaban ansiosos por ese momento. Cal inclinó su cabeza hacia abajo mientras dejaba su mano en la cintura de Aurora.
─Cuando eres joven,─comenzó a decir Cal.─ ellos asumen que sabes nada.─Aprovechó y acercó sus labios a los de la pelirroja y sonrió.─Pero yo sabía que quería estar contigo el resto de mi vida.
Sus ojos admiraron la belleza de Aurora por varios segundos. Sabía que ella era el mejor lugar en toda la galaxia. Ella estaba nerviosa, pero sabía que nada malo pasaría en los brazos de Cal.
La bolsa que estaba en el hombro de Cal cayó al suelo. Ara observó la funda unos segundos y, cuando posó su mirada en Cal otra vez, tenía los labios de él sobre los de ella.
Ambos cerraron los ojos al sentir sus labios sobre el otro. Cal cruzó sus brazos por la cintura de Ara mientras ella colocó los de ella alrededor del cuello de él. Sus labios se movían al compás de una melodía agradable que no parecía terminar.
Las manos de Cal acariciaron la cintura de Aurora, recostando sobre la pared. Ara acercó a Cal con sus brazos, tratando de acercar su cuerpo al de ella lo más que pudiera.
Ambos sonrieron en medio del beso y se separaron unos segundos antes de volver a juntar sus labios otra vez.
Era muy simple. Ella adoraba a Cal así como él adoraba a Aurora.
Quería comenzar de nuevo con ella, quería tenerla para siempre a su lado. No quería esperar mucho porque no sabían el tiempo que les quedaba a su lado. No quería que le apartasen de su lado otra vez.
Este beso le trajo varios recuerdos a Aurora y solo pudo aferrar su agarre a Cal con temor de que alguien les quitará el momento, de que fuese todo un sueño.
Pero era real, tan real como las cicatrices en sus cuerpos, tan real como el atardecer que caía sobre ellos; tan real como los sentimientos que tenían hacia el otro. Era su momento, el primero de muchos a su lado.
Cuando sus labios se apartaron, Aurora se recostó en la pared observando los ojos de Cal como si fueran la primera maravilla de la galaxia. Cal recostó su frente contra la de ella tratando de recuperar el aliento.
Dejó un beso en la frente de ella y la sostuvo en brazos mientras sonreían ante el recuerdo de lo acontecido. El latido de sus corazones iba al mismo palpitar y las emociones de ambos estaban en la misma sintonía. La euforia del momento hacía de este uno mágico y durable.
Cal abrazó a la pelirroja y sonrió mientras dejaba su cabeza sobre la de ella.
─Te quiero mucho, Cal.─dijo Aurora recostando su cabeza en el hecho de él escuchando los latidos de su corazón.
Cal sonrió.─Y yo te adoro.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top