1. viaje al pasado; los cristales kyber

( Mirándolo ahora, todo parecía tan simple )

VIAJE AL PASADO

( los cristales kybers. )

AURORA Y CAL ESTABAN EN EL SALÓN DE ENTRENAMIENTOS DE LOS YOUNGLINGS peleando con unos palos largos de madera que usaban como entrenamientos junto al Maestro Yoda.

─No me ganarás, Kestis.─dijo la pelirroja de doce años quitando su imitación de un casco mandaloriano. Cal atacó con su palo de madera que la pelirroja esquivó a la perfección.

─Eso está por verse, Jisan.─dijo Cal. Aurora se colocó su casco y atacó.

Ambos jedis siguieron su pelea saliendo del salón y llegaron a los pasillos del Templo Jedi. Algunos maestros pasaban por ahí observando a los padawans peleando contra el otro.

Aurora y Cal tenían la fama de ser traviesos pero de tomarse en serio su entrenamiento, así que no era sorpresa verlos pelear de vez en cuando en sus tiempos libres.

─Joven Kestis y joven Jisan.─dijo una voz tras ellos. Aurora y Cal se detuvieron y miraron al maestro Kenobi frente a ellos, aunque tuvieron que levantar sus cabezas debido a la altura.─¿Acaso no tienen un viaje por hacer?

Aurora miró al maestro Kenobi y se quitó su casco de cartón.─Sí maestro, pero el Maestro Yoda aun no ha dado la orden de partir.

─Y quisimos aprovechar el tiempo para practicar antes de tener nuestros sables de luz.─dijo Cal.

─Ajá.─dijo el maestro Kenobi arrodillándose frente a ellos-─¿Y ya saben que color quieren en sus sables?

Ambos jedis asintieron.─Yo lo quiero rosado o azul, así como el suyo maestro.─dijo la pelirroja con una sonrisa.

─Yo de color anaranjado, como mi cabello.─dijo Cal.

Obi Wan sonrió ante las ocurrencias de los pequeños.─Bueno, eso está excelente. Espero ser de los primeros en ver esos sables de luz a su regreso.

─Joven Jisan, joven Kestis, hora de partir, ya es.─dijo el maestro Yoda tras ellos.

Ambos se despidieron del maestro Kenobi y siguieron al maestro Yoda a la nave que los llevaría a las Cuevas de cristal no sin antes dejar todo lo que habían usado para entrenar, menos el casco de cartón mandaloriano de la joven Aurora.

Cal y Aurora se sentaron juntos en su viaje a Ilum, algo alejados de los demás compañeros.

─¿Por qué siempre tienes ese casco Mandaloriano?─preguntó alguien tras ella.

Aurora se volteó al ver que una niña de piel verdosa hablaba; era un Twi'ik.

─Bueno, soy de Mandalore, y allá son conocidos por los Mandalorianos. Y me gusta tener presente una parte de mi planeta en mí.─dijo la pelirroja con sencillez.

─Es un casco tonto.─ dijo la niña de piel verdosa. La pelirroja bajó la cabeza triste mientras la piel verdosa se fue a hablar con otros niños.

Cal vio lo triste que se puso su amiga y miró en dirección de la niña que había estado.

El pelirrojo le quitó el casco mandaloriano color rosado a mi amiga y le sonrió. ─A mi me gusta tu casco.─dijo Cal con una sonrisa pero Aurora seguía triste.

─Claro que lo haces, lo dices para hacerme sentir mejor pero ... ─unas lágrimas rodaron por los ojos de la pelirroja que limpio con rapidez.─¿Y si tiene razón? ¿Y si es tonto?

─Nada de lo que haces es tonto.─le dijo Cal.

Aurora miró sonriente a su amigo y recostó su cabeza en su hombro mientras sostenía su casco entre sus piernas.

Los jóvenes llegaron a Ilum en dos horas y lo primero que sintió Aurora fue el frío del lugar. Cal sacó de su mochila de viaje dos abrigos y le entregó uno color rosado a la pelirroja; que le pertenecía mientras él se quedaba con su abrigo amarillo.

Al llegar a la Cueva de los Cristales, tras una larga caminata y un frío congelador, la belleza del lugar robó los alientos de varios de los presentes.

Ahsoka Tano hizo presencia unos segundos más tarde y se reunió junto a los demás, al lado del maestro Yoda.

─Reúnanse niños.─dijo el maestro Yoda llamando la atención de todos los presentes.─La fuerza encarnada en un jedi es. Y gran responsabilidad conlleva un gran poder, ¿no?─El maestro Yoda hizo presencia de su sable de luz verde y continuó.─Construir su sable de luz harán hoy, pero antes de encontrar su cristal kyber deberán.

Muchos murmullos comenzaron a sonar por el lugar. Ahsoka miró a la pelirroja y le guiño un ojo cuando sus miradas se encontraron. Aurora se sonrojó y sonrió tímidamente ya que ella era su modelo a seguir.

─El corazón de su sable de luz es el cristal.─contó el maestro Yoda.─Si un Jedi quiere ser, a la Cueva de Cristal deben entrar.

─Confíen en ustedes.─dijo Ahsoka Tano.─Confíen en los demás, y así tendrán éxito. Pero, sobre todo, superen sus miedos. Tienen hasta el anochecer para encontrar sus cristales, después de ahí, la Cueva se cerrará y nadie podrá sacarlos por una rotación.

─¿Cómo sabremos cuál es nuestro cristal, maestra Tano?─dijo Aurora con timidez.

Ahsoka sonrió enternecida.─Solo tú podrás saberlo.

El grupo de younglings miró la puerta y suspiraron a la vez antes de entrar.

Cal iba a un lado de la pelirroja observando el lugar. Era impresionante. Aurora estaba encantada con lo que veía y sabía que amaría explorar a fondo el lugar.

Al llegar al medio, habían solo tres puertas. Pilj, el fanfarrón de la clase, se fue en una dirección sin aviso, mientras Coelia, Marx y Boonie se quedaron observando los lugares a los cuales ir.

Pero Cal escuchó un canto, proveniente de la puerta del medio, una melodía tan suave y sencilla que le hizo recordar a una canción de cuna.

─Creo que sé donde tengo que ir.─le dijo a la pelirroja.

─Pues ve, caballero jedi.─dijo ella.

Cal le sonrió y justo se iba a ir hasta que recordó lo que llevaba en sus manos.─Hey, creo que necesitarás esto.─dijo tendiendole el casco Mandaloriano a Aurora.

Ella sonrió en su dirección y le abrazó con rapidez.─Gracias Kestis. Que la fuerza te acompañe.

─Y a ti.─dijo él antes de correr por la puerta del medio.─Nos encontramos acá.─fue lo último que dijo antes de desaparecer.

Aurora observó el lugar y observó una luz brillante en la puerta izquierda; la más oscura de todas.

─¿Alguien más puede ver esa luz?─preguntó ella pero nadie le respondió. A los segundos se dio cuenta de que solo ella quedaba en el lugar.─Bueno, lista o no, allá vamos.─dijo la pelirroja entrando por el pasillo oscuro.

Cal por un lado estaba siguiendo aquella melodía. Sonaba tan bien y relajante que parecía hasta hipnotizante.

Y logró ver su cristal, en lo más alto de una pirámide de hielo que había frente a él.

─Eso tomará tiempo.─se dijo antes de subir por ella.

Aurora seguía caminando por los pasillos en espera de algo grande. La luz de su linterna apenas alumbraba el camino hacia aquello que brillaba con intensidad frente a sus ojos.

Tenía mucho miedo, eso no lo podía negar, pero tenía más miedo a no poder encontrar su cristal. Siempre había sentido que tenía que dar lo mejor de lela misma y esto era la prueba de todo lo que había logrado hasta ahora y lo que menos quería era decepcionar a alguien, mucho menos al maestro Yoda o a la maestra Tano.

Aurora llegó a un claro lleno de agua y sonrió al ver algo brillante en ella. Sin duda ese era su cristal.

Cal por otro lado ya tenía su cristal en manos cuando lo impredecible pasó. Un pequeño temblor sacudió la cueva. Cal cayó al suelo sosteniendo su cristal con cuidado. Cuando paró el temblor notó que todo seguía intacto, hasta que miró hacia arriba y todo quedó negro para el.

Aurora por otro lado se había quitado su abrigo y dejado su casco en el suelo. Miró en dirección al cristal y suspiró antes de lanzarse al agua.

Se sorprendió al sentir el agua caliente, y luego se fijó en que esta tenía calentadores bajo ella lo cual hacía este efecto. Nado hasta abajo y sintió el cristal en sus manos. Aurora subió a la superficie con una sonrisa en su rostro pero se agarró al barandal con fuerza al sentir un pequeño temblor en el lugar.

Cuando paró, lo primero que hizo fue salir y colocarse su abrigo y casco antes de mandarse corriendo a la entrada en donde esperaría a Cal. Pero al llegar, Cal no estaba ahí.

Aurora salió del lugar dándose cuenta de que la puerta estaba casi cerrándose y todos estaban ahí menos su amigo el pelirrojo.

─Maestro Yoda, ¿ha visto a Cal?─preguntó ella con la esperanza de que su amigo estuviera bien.

─Al joven Kestis, no he visto.─respondió el maestro.

Aurora miró a Ahsoka y esta negó con la cabeza. La pelirroja lo pensó dos veces antes de mirar a la maestra Ahsoka.

─Maestra, ¿puede sostenerme esto un momento?─le dijo entregando su cristal. Ahsoka abrió los ojos pero lo tomó.─Vengo ahora.

Y, justo como un rayo, Aurora pasó la puerta de cristal con prisa, en busca de su amigo.

─Esos dos serán el ejemplo de algo grande.─dijo Ahsoka al maestro Yoda.

Él asintió.─Grandes caminos, les espera a ellos dos.

Aurora llegó al lugar donde se suponía que su amigo debería de estar, pero no lo veía por parte hasta que vio un cabello pelirrojo sobresalir desde arriba de una escultura de hielo.

Subió con rapidez esa escultura y al llegar observó a su amigo noqueado en la cabeza. Aurora se arrodilló frente a él y comenzó a darle golpes en su cara.

─Cal, despierta. Tenemos que irnos.─decía entre cachetadas.─Cal, no seas necio que no te queda.─le dijo mientras seguía tratando de hacer que reaccione.─Por fa, Cal, no me dejes sola. Eres mi único amigo.

Una lágrima de la pelirroja cayó en la mejilla del pelirrojo, y justo ahí sus ojos comenzaron a abrirse.

─¿Aurora? ¿Qué pasó? El cristal... ─y ahí entro en cabeza en joven.─Mi cristal, estaba ...─Lo vio a un lado de él.─Que susto. Tanto que luché por ti.

Aurora abrazó al pelirrojo con fuerza.─Tenemos que irnos ahora. La puerta está por cerrarse.

Cal señaló un lugar frente a ellos.─Por acá, sígueme.─Cal agarró la mano de su amiga y la dirigió por el atajo que había frente a ellos.

Aurora y Cal caminaron unos minutos hasta que llegaron a la parte de arriba del claro en donde la pelirroja encontró su cristal pero otro temblor sacudió el lugar. Cal se tambaleó y empujó a Aurora lejos del abismo pero la suerte no corrió por él y un pedazo de hielo le golpeó la cabeza haciendo que perdiera la conciencia y cayera desde arriba.

─¡CAL!─gritó la pelirroja al ver como su amigo caía.

No lo pensó dos veces y fue tras él.

Cuando cayó al agua encontró a su amigo en el fondo. Aurora nadó hasta donde él y como pudo lo subió a la superficie. Lo difícil fue sacarlo del agua pero con algo de ayuda de la fuerza lo pudo lograr. Aurora se recostó a un lado de su amigo y respiró agitadamente.

Volvió a ver al pelirrojo el cual estaba recuperando la consciencia y sonrió al ver a su amiga a un lado de él.

─¿Me salvaste?─ella asintió.─Gracias Solete, te debo una.

─Me debes muchas.─recordó ella.

Cal colocó su mano sobre la de ella y sonrió.─Eres la mejor amiga que pueda tener.

Aurora miró a su amigo, apretó el agarre de su amigo y sonrió.─Y tu eres el mejor amigo que pueda tener.─dijo ella.

Ambos se levantaron y se abrazaron a sí mismos por el frío. Aurora vio su casco en el suelo mojado y suspiro antes de tomarlo.

─Es hora de hacer uno nuevo.

La puerta se cerró justo cuando regresaron donde los demás. Todos sus compañeros se acercaron donde ellos preocupados al verlos mojados pero ninguno entró en detalles.

Cuando entraron a la nave, Ahsoka les entregó una sábana para cubrirse y se quedaron dormidos en uno de los asientos de la nave arropados entre los dos.

─Maestro, no entiendo algo.─comenzó a decir la jedi.─¿Ellos dos no tienen una atadura grande?

Yoda asintió.─Sin embargo, suficientemente grande no es, para en la catástrofe acabar.

─Ella demostró ser un Jedi hoy.─dijo Ahsoka observando a los younglings dormir.─Será un gran ejemplo para los demás.

─Y al joven Kestis aun no has visto.─dijo Yoda.─Digo de la fuerza, él es.

Ambos jóvenes durmieron al lado del otro con tranquilidad, al saber que siempre, no importase lo que pasara, tendrán la compañía del otro. 

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