two ──── city in the sky





─────────── CHAPTER TWO,

CITY IN THE SKY ───────────



Ambos llegaron a la casa Caelum dónde residía toda la familia del líder Izan y también su punto de reunión. Era grande, sus paredes contenían múltiples ventanas y una sola entrada para evitar problemas.

Recorrieron el jardín delantero, alejándose lo más posible de la casa de al lado que era la suya. Sin evitarlo, Sahily dio un vistazo, esperando encontrar a sus padres, pero como siempre, el resultado fue el mismo: no estaban.

La vida de un áureo principal era difícil, siempre estaban ocupados planeando misiones para resguardar a los dos mundos. Sus padres dejaron hace mucho las espadas para sustituirlas con papeles de planeación.

El único tiempo que tenía para verlos era durante la cena dónde mayormente hablaban de sus misiones, los primeros años se volvió aburrido y tedioso hasta que ella se acostumbró, sabiendo que sus padres no tenían un conocimiento más allá que Áureos.

Antes de poder entrar a la casa, ambos fueron revisados por áureos para mayor seguridad sin importar que eran familia.

──── En serio, no pienso matar a mi tío ──── Ithiel insistió serio, viendo las manos del áureo pasar por las piernas de su hermana ──── Y para la próxima, tengan una áurea cerca, no me agrada tu forma de búsqueda.

──── Ithiel ──── Sahily siseó, fingiendo estar en calma ──── Ellos saben que, si tocan de más, harán una visita inesperada al cielo ──── les advirtió con una media sonrisa que hizo que los áureos se alejaran con rapidez ──── Y sin pagar ni un solo centavo.

──── Pueden entrar.

Ithiel agarró el brazo de Sahily dejando que caminara delante de él. Ambos se dirigieron a la sala de mensajería dónde siempre estaba su tío esperando respuestas de las misiones.

──── ¿Sabes? ──── habló Ithiel, rascando su barbilla ──── En la próxima podríamos asustarlos.

──── A veces me asusta la forma en que piensas ──── confesó, rodando los ojos ──── Y no, definitivamente no seré cómplice en otros de tus planes.

──── ¿Por qué? ──── él se justificó, mirándola con desaprobación ──── Son realmente buenos.

Sahily dejó salir una pequeña risa ──── Si eso es lo que piensas, hermano.

Sin esperar una respuesta, Sahily abrió la gran puerta de madera y dejó que Ithiel pasará, dándole un guiño que mejoró su humor.

La sala de mensajería no era muy diferente al resto de los lugares, para ella, era más parecido a una gran biblioteca que almacenaba recuerdos de las misiones que el líder Izan se encargó de escribir manualmente.

La gran mesa se encontraba en medio, llena de papeles y tinta desperdiciada. Ithiel, como solía ser, habló directamente al líder Izan sin omitir detalles sobre lo sucedido.

Sahily sonrió a su hermano cuando oyó como se puso como el áureo que más luchó contra el gigante Mon, no interfirió en su relato dejando que tomara el crédito.

Pasó por detrás de él, directo al ventanal que daba enfrente del instituto dónde todos los áureos obligatoriamente estudiaban y entrenaban.

El Instituto Valentis era un gran establecimiento, preparado para abarcar tantos áureos además de tener diferentes salas de entrenamiento y educación. Ella junto a Ithiel se graduaron hace diez años, antes de lo planeado.

No fue sencillo para ninguno de los dos, adelantaron lecciones que tomaban meses en pocos días con sus adiestradores personales que no eran los más amables además de rellenar su mayor requisito: ir a misiones. Tuvieron que dejar atrás el Instituto Valentis para ir al Instituto Audare, uno donde solo su familia podía entrar.

Sahily siempre tuvo la duda de por qué no pudo terminar como el resto de los áureos, en cambio, hicieron que se formara a partir del esfuerzo y dejar que aprendiera ya en sus misiones.

Claro que el resto de sus compañeros no les gustó ver como los sobrinos del líder Izan se abrían paso con rapidez, dejándolos atrás y por eso perdió varias amistades que ahora, no se arrepiente de dejarlos.

Ser familia del líder Izan tenía sus ventajas como sus desventajas, Sahily ya vivió las dos partes y ninguna le agradó lo suficiente. Había grandes beneficios por pertenecer a ese linaje, suficiente para que los celos se incrementaran.

La mayoría de las misiones que el líder imponía eran hechas por los jóvenes áureos pertenecientes a su familia, si llegaban a compararlos, la diferencia con el resto de los habitantes los sorprendería y ahí era dónde había una desventaja.

El líder impuso una regla que demostró bastante descontentos en los habitantes de Áureos con respecto a las misiones. Todas serían hechas por su familia, dejando que ellos vivieran una vida plenamente feliz.

Para algunos, era un impedimento de querer demostrarse ante el líder y servir, el objetivo por el cual entrenaban arduamente. El resto, en cambio, agradeció al darles la protección de resguardarse en el cielo.

Desde que Sahily supo que fue su propio tío que propuso esa regla, le desagradó, manteniéndose lo más distante del resto de su familia ya que sabía, que algún día, iba a tener que guiar sus almas al cielo, le causaría demasiado dolor y podría nublar su juicio sobre el bien y mal.

Para Ithiel, la opinión de su hermana era muy importante y al sentir sus emociones encontradas, también decidió alejarse y aceptar el destino para el que fue creado.

Ella siguió viendo el Instituto Valentis hasta detenerse en el entrenamiento de los áureos de su clase, por lo que vio estaban realizando resistencia en el vuelo y varios de ellos estaban por caer de agotamiento.

Entre el montón, pudo distinguir a Ava, la única áurea que se mantuvo a su lado después de su salida apresurada. Aunque seguían teniendo el mismo objetivo de mantener salvos a los dos mundos, era difícil tener una amistad estable por el poco tiempo que quedaba en Áureos.

Incluso si llegara a pensar en tener una relación amorosa con algún áureo, sería un gran problema ya que no se dedicaría a él.

Ava, al percatarse de la mirada de su amiga, se detuvo para darle una resplandeciente sonrisa. El resto de los áureos que la perseguían chocaron entre sí con su detenida abrupta, incluso pudo oír los quejidos adoloridos desde la distancia.

La áurea de inmediato huyó del lugar, intentando esconderse con el grupo delantero y excusarse del problema que ocasionó atrás.

Varios de los áureos de último año obtuvieron misiones pequeñas para comenzar su conteo y así poder graduarse. Ava fue una de las afortunadas que pudo ser elegida para bajar al mundo cuando esté fue azotado por huracanes que dejaron muchas pérdidas.

Sahily conocía la personalidad de su amiga, incluso pudo aceptar que esa fue una de las razones por la que le agradó de inmediato, pero después de esa misión, Ava trajo consigo muchos gestos que en Áureos no eran vistos y por eso, fue excluida de otras misiones al no poder separar sus emociones.

Los áureos solían ser reservados y Ava era lo contrario, dejando salir fuertes carcajadas o demostrar su cariño a través de gestos dulces que solo los más pequeños tenían y molestaba terriblemente a los mayores así que no era una sorpresa ver que actuará como una niña aun sabiendo que fue su responsabilidad.

De inmediato, Sahily cerró la cortina al sentir la mirada molesta de uno de los adiestradores sobre ella y la diversión en su mirada, no quería más problemas de los que consiguió el último año y menos después de la última que casi termina abalanzándose contra uno de ellos.

Ithiel hizo que recuperara su postura antes que se arrepintiera de sus acciones e hizo prometerle que hablaría con él si seguían molestándola.

La puerta fue abierta por el mayor augur haciendo que los gemelos fruncieron su ceño al verlo completamente sudado y balbuceando palabras que no pudieron descifrar.

Ithiel se calló de inmediato, olvidándose de la misión y poniendo su atención en el áureo. El líder Izan fue el primero en actuar, acercándole una silla.

──── Siéntate, augur, cuéntame lo que ves ──── musitó dando una clara petición ──── ¿Qué es lo que ves?

──── Sahily ──── Ithiel llamó, dándole una mirada.

Ella comprendió el mensaje de inmediato, acortó la distancia entre ellos y agarró las manos de su hermano. Él la puso detrás, cubriéndola con su ancha espalda de cualquier cosa que pudiera suceder.

Su hermana era lo más preciado que tenía y siempre la cuidaría, incluso si eso signifique interponerse en cada momento en que ella corriera peligro.

Los curiosos ojos de Sahily cayeron en el áureo, su aspecto sudoroso y se preguntó qué era lo que estaba viendo que lo había desestabilizado por completo.

──── ¿Oyes algo? ──── susurró a su hermano, recibiendo una negativa de inmediato.

Los augurus eran importantes en Áureos ya que eran los encargados de crear las misiones, buscaban a los que estaban en problemas y datos necesarios para que los áureos pudieran completarlas con éxitos.

Ellos habían podido salvar miles de vidas, tanto humanos como áureos, aunque sus visiones también llegaban a ser una molestia al no mostrar mucha información.

Sahily siempre se había preguntado cómo funcionaba ese don, pero los augurus eran reservados, tanto que solo llegaban a hablar con el líder Izan y a veces, con ciertos habitantes.

Los murmullos del augur no tenían coherencia y eso solo alimento a la curiosidad de los gemelos. Antes de poder hablar, el líder Izan se levantó, recordando la presencia de los áureos.

──── Pueden retirarse, llenaré la misión con los datos que me han brindado ──── él explicó ──── Descansen hasta la próxima misión.

──── Todavía no he terminado ──── Ithiel dijo, entrecerrando los ojos con las acciones del augur ──── No llegue a la parte más importante.

──── No será necesario, retírense ──── pidió con una calma que los gemelos supieron que era fingida ──── Sahily ──── llamó a la menor, sabiendo que era la única que podía hacer que Ithiel cambiara de opinión.

Sahily asintió, tomó el brazo de su hermano y lo llevó a la salida, aunque él no quisiera. Afuera, Ithiel sobó su brazo mientras su hermana pegaba el oído en la puerta.

──── Eso dolió, gracias ──── él musitó con molestia.

──── Cállate, trato de oír ──── chistó.

──── No hubiera sido necesario si estuviéramos dentro ──── murmuró, copiando la acción de su hermana.

──── Oh, no te quejes ──── ella le dijo, frunciendo sus cejas ──── De cualquier forma nos hubieran sacado y lo sabes.

──── No oigo nada ──── Ithiel comentó ──── Pareciera que no estuvieran ahí.

──── Las puertas son inaudibles ──── comentó otra voz, asustando a los gemelos.

La esposa del líder cruzó sus brazos, mirando a los gemelos tratar de componer su postura después de haber sido descubiertos. Sahily arregló su cabello, asintiendo.

──── Son muy buenas ──── concordó ──── Necesito una de esas, así mantendré a Ithiel muy lejos.

──── Pensé que ustedes eran unos áureos serios, no unos pequeños que ahora se dedican a oír tras las puertas ──── ella regañó decepcionada ──── Ni siquiera mis hijos son así.

──── O no se ha dado cuenta ──── susurró Ithiel.

──── ¿Qué acabas de decir? ──── cuestionó la áurea.

──── Absolutamente nada ──── Sahily se interpuso ──── Lo lamentamos.

──── Eso espero, ahora vayan a cambiarse, mejor dense un baño, se miran terribles ──── arrugó su nariz en disgusto ──── Y coman, sus padres les dejaron comida.

──── Gracias ──── asintió Sahily, sonriendo.

La áurea se dio vuelta, regresando a su camino. Ithiel aprovechó la situación para sacarle la lengua de una manera infantil haciendo que Sahily rodara los ojos.

Antes de empeorar la situación, ella lo tomó de la armadura, instándolo a caminar a la salida.

──── ¿Por qué siempre nos dejan de lado? ──── gruñó con molestia ──── Siempre estamos en misiones, por lo menos déjenos saber la nueva.

──── Solo quieres ganarla antes que se la den a otro ──── ella comentó divertida.

Él no contestó, aceptando silenciosamente que era exactamente lo que quería. Ella sonrió, negando mientras Ithiel tomó su mano, copiando la sonrisa.

Para los áureos, siempre eran extraños los cambios de ánimos de los gemelos, podían estar enojados, frustrados, pero se calmaban con la presencia del otro, eran su propio remedio.

Usualmente, Sahily era la que calmaba a Ithiel al ser el áureo que más se enojaba por ser excluido, ella solo lo ignoraba porque sabía que su gemelo conseguiría la información de algún modo.

Los dos caminaron por el pasillo, cruzando por el Instituto Audare. Los áureos tendían a esforzarse por lo que no era sorpresa encontrarlos siempre entrenando.

Los gemelos pasaron alrededor, viendo la pelea improvisada de sus primos dónde se retorcían en el suelo para liberarse del agarre del otro.

Salieron de la casa, decidiendo caminar para tomarse su tiempo en llegar a su destino que era exactamente al otro lado.

──── ¿Crees que sea una misión que trate con humanos o criaturas?

──── No importa, no nos la darán ──── musitó.

──── Pero qué buena fe tienes ──── se quejó, dándole un golpe suave.

──── Acabamos de venir de una, Ithiel, utiliza tu cabeza ──── le recordó, jalándole varios mechones rubios con fuerza.

──── ¡Ay, Sahily! ──── chilló, entrecerrando los ojos con molestia ──── Eso duele, ¿quieres que te haga lo mismo?

──── Quiero ver que lo hagas ──── ella amenazó.

Ithiel solo bufó, alzando su barbilla con orgullo. Era claro que no pelearía con su hermana en un lugar público, pero dentro de su casa, todo cambiaba y por eso, la mayoría de tiempo, Ezer era quién los detenía.

El silencio se prolongó entre los dos, solo oyéndose el tintineo de las cadenas que se envolvieron en sus muñecas. Sahily le dio una mirada y después a Ithiel que hizo lo mismo.

La cadena era gruesa, bañada en oro blanco y que la tenían desde que eran unos pequeños áureos, conforme fueron creciendo, se fue ajustándose. Más que un solo accesorio, era un recordatorio de un destino que cambiaría su vida.

Los gemelos nacidos en Áureos como Ithiel y Sahily eran escasos, tan extraño de ver que podían pasar años sin que nacieran y cada vez que sucedía, tenían una profecía que haría cambiar toda su expectativa.

Para ellos, su profecía no fue la mejor y con solo pensarlo, se estremecía de lo que podía suceder. Su abuela, una augur, fue quién se los dijo antes de fallecer, tratando de ser suave y lo que sus padres se negaban a hacer.

Lo que Sahily podía recordar acerca de la profecía que los rodeaba era poco ya que su mente se cerró, pero lo que tenía, era más que suficiente para tener miedo.

Cuando uno de ellos deje de ser la prioridad del otro era dónde su mayor miedo se haría realidad así que desde ese día, prometieron estar siempre juntos y nunca ignorar sus llamados.

Hubo un tiempo dónde el miedo hizo que ambos se encerraran, buscando soluciones o una forma de eliminar esa profecía, pero jamás la obtuvieron, Ithiel fue el primero en aceptar que no podían seguir huyendo de lo inevitable y después, Sahily también lo hizo, tomando el mismo ejemplo de su hermano.

Su abuela sabía lo que sucedería si lo contaba, pero no había escapatoria, tenía que hacerlo antes que muriera o los gemelos jamás hubieran sabido la verdad.

La cadena era un modo de unirlos, recordarles lo que podía suceder si no cumplían además de darles una incógnita, ¿cuál sería el mayor miedo a que se enfrentaría? ¿Y quién sería el que resultaría herido?

La profecía era la mayor razón por la que tenían misiones juntas, además de la diversión al ver el rostro de decepción al otro cuando llegaban a atrapar la criatura.

Todos sabían dónde estaba Ithiel, definitivamente estaría Sahily así que era mejor no molestarlos.

Él trataba de cuidarla lo más que podía, aunque Sahily siempre se negaba, también era una áurea que podía defenderse y hacer que le temieran, pero para Ithiel solo era su pequeña hermana, sin importar la profecía, era lo más preciado que tenía.

Ithiel subió la mirada, enfocándose en ella. Sahily lo imitó, una sonrisa genuina expandiéndose en su blanquecino rostro. Con su otra mano, Ithiel apartó el flequillo, negando.

──── Sigo sin aprobarlo ──── señaló, tratando de contener la sonrisa.

──── Y por eso me gusta mucho más ──── ella murmuró, dejando salir una pequeña risa.

──── ¿Qué hay con tus clases? ¿Llegarás a tiempo? ──── indagó, observando la lentitud de sus pasos.

──── Siempre lo hago ──── aceptó, alzando sus cejas con curiosidad ──── ¿Por qué? ¿Te preocupa que pierda mi trabajo?

──── Como si eso es posible ──── bufó ──── Aun no entiendo como haces tantas cosas en poco tiempo.

Sahily sonrió con orgullo ──── Soy especial.

──── Eso todo lo sabemos, te pregunté cómo lo haces ──── Ithiel bromeó.

Ella abrió su boca, indignada ──── Eres un tonto ──── le reprochó, dándole un golpe en su brazo.

Ithiel río, pasando su brazo sobre los hombros de ella y atrayéndola en un abrazo, depositó un beso en su cabello, esperando calmarla.

──── Es broma, hermana, no te lo tomes tan serio. ¿Todavía no terminas de conocerme? Que decepción ──── negó.

Sahily solo rodó los ojos, ignorándolo. Ella era una adiestradora en Áureos, una de las pocas áureas que aceptaron ese trabajo al tener que tratar con los más jóvenes y no involucrarse tanto en misiones con su familia a excepción cuando Ithiel iba a una.

En cambio, su gemelo fue el áureo que le tocó ser un defensor de su familia, un voto en el consejo ya que, a pesar de su actitud infantil, era uno de los mejores y sus estrategias siempre habían sido acertadas.

De algún modo, los gemelos seguían complementándose aun cuando no querían.

Ambos llegaron a su casa, tomándose unos segundos afuera, pensando si quieren entrar.

──── ¿No quieres dar otra vuelta? ──── Ithiel propuso.

──── Aunque quisiera, necesito un baño ──── le dijo, frunciendo su ceño levemente ──── El aliento de ese gigante era horrible, ¿cómo pueden vivir así?

──── Ten cuidado ──── susurró cerca de su oído ──── Lo vanidosa empieza a salirse de control.

De inmediato, Sahily golpeó a su hermano en el estómago con más fuerza de lo necesario, tal vez desquitándose porque nunca le gustó que le dijeran esa palabra exactamente y él lo sabía.

Ella sonrió en grande y decidió adentrarse a su casa, los pasillos completamente en silencio, solo oyéndose los quejidos adoloridos.

──── Shh ──── ella intentó callarlo ──── Van a oírte y es lo menos que quiero.

Ithiel se arqueó, respirando profundamente y asintió, tratando de no pensar mucho en el dolor.

──── Vas a pagarlo ──── le dijo.

Sahily rio divertida ──── Claro, quiero que lo intentes, hermano.





segundo capítulo de Áureos, me emociona que poco a poco estemos descubriendo más sobre los gemelos y espero que les encante.

díganme, ¿a quién prefieren? ¿Sahily o Ithiel?



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