twenty three ──── two giants
─────────── CHAPTER TWENTY THREE,
TWO GIANTS ───────────
Esa noche, Sahily decidió quedarse encerrada en su habitación y no ir a la casa de Lexie. Oyó como Ezer mando a Ava junto a Ithiel cuando Nirelle se negó a tener una noche de chicas, especialmente con esas dos humanas.
La áurea sentía que todo iba mal en esa misión, no entendía cómo su hermano no estaba enfocando sí siempre habían hecho bien sus asignaciones, era como si tuviera su propio impedimento.
Sahily no se dio cuenta que se quedó dormida hasta que oyó pisadas por toda la habitación. Apenas abrió sus ojos para notar como Ithiel apagó la luz de la mesa y se acostó a su lado, murmurando sus usuales palabras, algunas que no conocía hasta quedarse dormido.
El ronquido que soltó Ithiel solo mostró lo cansado que se encontraba con solo ir a una reunión. Ella volvió a acomodarse, intentando dormir y apagar sus pensamientos por unos minutos.
La mañana del día siguiente fue normal para Sahily, comió su desayuno en silencio y enfocada en el libro que encontró en una de las repisas de la casa, no podía negar que era interesante como los humanos desarrollaban sus ideas.
──── Lexie preguntó por qué no fuiste ──── Ava habló, sentada enfrente de la áurea.
──── Supongo que te disculpaste en mi nombre ──── murmuró, sin quitar la mirada del libro.
──── ¡Fue una noche súper genial! ──── contó con emoción ──── Vimos una película súper romántica y comimos palomitas.
──── Seguro fue inolvidable ──── murmuró, aún distraída.
El libro fue quitado de las manos de Sahily, sorprendiéndola. Ezer solo le dio una mirada, pidiéndole atención sin ninguna pelea.
──── Tenemos una nueva misión ──── habló, sentándose encima de la silla ──── Los demonios están llegando y los áureos no pueden seguir conteniéndolos así iremos a ayudarlo. Pensaba hablar con Raisa, pero creo que lo aplazaremos, no estamos en el mejor momento.
──── ¿Iremos todos? ──── Ithiel interrogó, cruzándose de brazos.
──── Sí a excepción de Ava. Tendrás que cuidar a Raisa en todo momento y si es necesario, fingiras alguna pelea para que puedas quedarte con ella en todo momento ──── recalcó, esperando que la áurea entendiera lo importante que era.
──── ¿Tomará mucho tiempo? ──── indagó Ava, apoyando sus codos en la mesa.
──── Solo será un día, probablemente menos así que alístense. Lleven todas las armas que puedan y no olviden sus armaduras ──── pidió ──── Lo que nos espera no será nada agradable.
──── Será divertido ──── susurró Sahily, levantándose.
Sin querer atrasos, la áurea fue a su habitación. Sacó su armadura, sintiendo como su pecho se apretó de la emoción, deseando utilizarlo.
La armadura que los áureos le otorgaron era tan hermosa como la que tenía en su hogar. La larga falda oscura contenía detalles dorados y no pudo enamorarse de las armaduras de sus brazos que parecían ser unas alas.
Sahily amarró su cabello en una coleta, no queriendo que fuera un estorbo. Colocó las dagas en su cintura junto a la cadena que solía ayudarle en las misiones.
Su espada brillo en cuando la tocó, recordando a quién pertenecía. La movió varias veces, recordando el peso y lo fácil que era utilizarla porque le pertenecía.
Ella fue una de las últimas en bajar, reuniendo al grupo de áureos que estaba listo para irse. Ese día estaba oscuro así que fue un gran punto a favor para los áureos que tenían que hacer uso de sus alas.
Sahily dejó que sus alas doradas salieran y salió volando detrás de Ezer que se encargaba de liderar el camino. Zadkiel se mantuvo a su lado, mostrando lo diferente que era, aunque para Sahily solo demostraba como dos seres podían unirse para poder acabar la oscuridad.
Los áureos pasaron horas volando, enfocados a su alrededor hasta sentir la presencia de los demonios. Su alrededor era un caos, lleno de oscuridad y la pesada lluvia que solo empeoraba el entorno.
──── Maten a cuántos puedan ──── exigió Ezer, sacando su espada.
Unas medias sonrisas cruzaron los rostros de los gemelos, gustándole la petición. La velocidad de Sahily fue una envidia para el resto de los áureos cuándo solo necesito de un empujón para girar, como un torbellino y llevarse a cientos de demonios que estaban encerrando a sus primos.
La áurea cayó sobre sus pies, manteniendo la diversión. Alzó su rostro, fijando su mirada en los demonios y sacó su espada, lentamente.
──── No me lo hagan tan fácil ──── pidió.
Los demonios titubearon por unos segundos, preguntándose si podrían contra esa áurea, que en ese momento parecía tan ansiosa de pelear que no parecía venir del cielo.
Le temieron, pero no había escapatoria.
El rugido de los demonios solo fue una señal para que Sahily sacara todo lo que adquirió en Áureos, moviéndose ágilmente entre sus cuerpos y enterrando su espada hasta que se convirtieran en cenizas.
La áurea había perdido la cuenta de cuánto tiempo había pasado hasta que un temblor bajo sus pies la detuvo, enfocándose a su alrededor.
El demonio que estaba en el suelo, con la espada de Sahily enterrada en el estómago, sonrió engreídamente.
──── Parece que tenemos invitados ──── él habló, riendo.
Sahily solo apretó sus dientes, sacando la espada para enterrarla en el pecho del demonio dónde se suponía que debía de estar su corazón.
Un golpe en su espalda hizo que perdiera el equilibrio y saliera expulsada unos metros. Apenas pudo ponerse sobre sus rodillas cuando un olor putrefacto inundó su nariz.
Dos grandes figuras aparecieron entre la niebla de la lluvia, moviendo las aguas de la laguna que estaba cerca. Supo de qué se trataba de gigantes cuando los áureos salieron volando y fueron capturados como si se trataran de objetos pequeños.
Sahily se acercó, apretando la espada ──── ¡Og! ──── llamó a uno de los gigantes que solo la observó ──── Parece que mi piedad se ha esfumado y tendrás que rogar para que tu muerte no duela.
El alardeo de la áurea funcionó para atraer a aquel gigante. Por lo alargadas que eran sus piernas, el gigante llegó rápidamente, intentando embestir contra ella, pero no esperó que su velocidad fuera más rápida.
La espada de Sahily se incrustó en la espalda del gigante, dejando que soltara un aullido que derribó varias rocas. Ithiel llegó a un lado, tirando de la cadena alrededor del cuello del gigante y tiró, haciéndolo caer.
Varios áureos se unieron, manteniéndolo en el suelo mientras Sahily se paró sobre el pecho del gigante, observándolo.
──── Espero que tu viaje al infierno sea agradable.
Tras esas palabras, la áurea enterró su espada en el pecho. Dónde una vez había un gigante, solo quedaron cenizas y un gran olor que molestaba al resto.
Apenas pudo tomar un respiro cuándo la áurea oyó un fuerte grito. Giró, viendo como el cuerpo de Nirelle fue lanzado directo a unas rocas puntiagudas. Ninguno pudo llegar a ella por lo que cayó al suelo, inconsciente.
Ithiel corrió, siendo el primero. Sahily iba a hacer lo mismo cuando sintió como su cuerpo se congeló, observando cómo el segundo gigante estaba peleando con Zadkiel.
Golem de Praga era uno de los gigantes más fuertes, uno de los peligros que tuvieron que detener en varias ocasiones para no ser la pesadilla de los humanos, pero ahora se estaba convirtiendo en la suya al notar como estaba cerca del áureo que quería.
──── ¡No vueles! ──── Sahily gritó, llena de pánico al ver la situación.
Zadkiel no la oyó por lo que extendió sus alas y salió volando, siendo perseguido por el gigante.
Sus piernas se movieron, deseosas de salvar a Zadkiel antes que pudiera resultar herido cuándo se detuvo, oyendo como Ithiel la llamaba.
──── Ayúdame ──── él pidió, sus ojos grises llenos de angustia ──── No sé si está bien o...
Sahily sabía que no podía ignorar el llamado de su hermano, no cuando podría romper la profecía y destruir todo lo que habían trabajado. Ella cayó sobre sus rodillas, a un lado de la áurea y se concentró en transmitirle sanidad, esperando que su cuerpo aguantará un poco más.
──── Sigue viva ──── ella susurró, tomando un respiro ──── Tienes que alejarla de aquí. Su cuerpo está muy lastimado.
Un suspiro salió de los labios de Ithiel, mirando a Nirelle con angustia.
──── Gracias ──── él murmuró ──── Ve a ayudar a Zadkiel. Él te necesita.
Sahily no esperó que lo repitiera para salir corriendo. Su cuerpo estaba lleno de adrenalina y solo pensaba en que Zadkiel tenía que aguantar.
Sacó las dagas de su cintura y las lanzó con precisión, enterrándolas en la parte trasera de la cabeza del gigante.
──── ¡Deja de volar! ──── gritó otra vez.
Como la áurea supuso, lo peor sucedió. El gigante movió su mano, golpeando el cuerpo de Zadkiel y lo tiró al agua, sumergiéndolo.
La lluvia no ayudaba al resto de los áureos que seguían lanzando flechas a su cuerpo y la niebla hacía díficil que el gigante se entretuviera con otro áureo.
──── ¡Utilicen las cadenas! ──── demandó una áurea de cabello rojizo. Su rostro estaba sonrojado por el esfuerzo de la pelea ──── ¡Deténganlo!
Los áureos hicieron caso y juntos tiraron la cadena a los pies del gigante. Haciendo uso de su fuerza, le dieron la suficiente ventaja para que Sahily pudiera volar por encima del agua.
──── ¡Sahily, ve por él! ──── Ezer chilló, completamente mojada ──── ¡Me encargaré de Golem!
Como si pronunciar su nombre fuera una maldición para el gigante, intentó moverse, pero los áureos lo tenían sujeto. Sahily pasó por toda el agua hasta distinguir el cuerpo de Zadkiel que seguía sumergido.
Se lanzó al agua, haciendo uso de sus alas para impulsarse. Ella pasó su brazo por la cintura de Zadkiel mientras con su mano libre le quitaba la armadura que solo lo hundía.
Su rostro estaba golpeado y se encontraba inconsciente, la sangre estaba brotando de una herida en su cabeza que no se miraba nada bien.
Sahily sentía la preocupación abarcar todo su cuerpo cuando notaba que el áureo no reaccionaba. Movió sus piernas, impulsándose para salir a la superficie.
La cabeza de Zadkiel cayó en su hombro, inconsciente. Apenas podía mantener su cuerpo a flote cuando otros áureos llegaron, ayudándola a sacar el cuerpo del agua.
Sahily cayó a un lado, dejando las armas y así poder enfocarse en Zadkiel. Transmitió toda la sanidad que pudo a su cuerpo y finalmente respiro con tranquilidad al sentir que estaba sanando. Su don estaba cansado de ser utilizado, pero no podía dejarlo herido.
──── Estará bien ──── aseguró Pox, la áurea que le ayudó. Sus ojos oscuros estaban llenos de cansancio ──── Solo se llevó un buen golpe.
──── Gracias ──── murmuró.
Con cuidado de no llenarse de sangre, Sahily apartó el cabello oscuro de la herida en Zadkiel y luego sostuvo su mano, necesitando que estuviera bien.
──── Esos gigantes nos dejaron a todos muy mal ──── Pox habló, también sentándose a un lado.
──── Rompieron la promesa de no volver a atacarnos ──── musitó Sahily, viendo su alrededor. Todo estaba en calma y eso era tan angustiante para ella ──── ¿Alguien murió?
──── No, aún no. Los demonios están haciendo tratos con otros gigantes para acabarnos así que más de un áureo morirá ──── contó, apretando sus labios ──── Quieren llegar a la criatura sin importar el costo.
Sahily bajó su mirada, frunciendo sus cejas ──── La criatura no tiene alas.
──── Entonces los demonios la molestaran hasta que salgan o mataran a todo lo que ama ──── dijo, encogiéndose de hombros ──── Ya sabes cómo es esto. Todos moriremos, tratando de proteger a esa criatura así que espero que no la pierdan.
──── Hacemos lo mejor que podemos. También hemos tratado con demonios ──── murmuró con dureza.
──── Bien ──── Pox asintió. Se levantó, tomando la espada llena de sangre ──── Sahily, dile al pequeño demonio que gracias por ayudarnos. Tuvo las agallas que otros no.
──── Se lo diré ──── asintió.
Pox dio unos pasos atrás antes de girarse y observarlos otra vez ──── Se llama Zadkiel, ¿no?
Sahily trató de esconder la sorpresa de su rostro y asintió, impresionada de que pudiera saber su nombre. Pox se fue sin decir ni una palabra más, dijo lo suficiente para darle una pequeña esperanza.
Tal vez, Zadkiel podría ser aceptado por los otros áureos sin importar de dónde viene o el color de sus alas. Si era así, no habría nada que la detuviera.
Un movimiento a su lado, hizo que Sahily saliera de sus pensamientos. Ezer frunció sus cejas, mirando al áureo postrado en el suelo.
──── Lleva las armas. Cargaré a Zadkiel e Ithiel llevará a Nirelle ──── ordenó, quitándose el peso extra ──── Parece que los nuevos se llevaron la peor parte.
──── Necesitan más entrenamientos ──── murmuró, guardando las dagas en su cintura ──── Necesitan oír las órdenes.
──── Nos encargaremos de eso más tarde ──── musitó el áureo ──── Ahora vámonos, quiero llegar a casa.
Ezer cargó a Zadkiel con facilidad, poniéndolo en su hombro. Sahily se encargó de acomodarlo, alejando el cabello de su rostro.
──── Iré por detrás ──── susurró.
Sahily vio a sus hermanos volar, cada uno con áureos heridos e inconsciente. Ella se quedó atrás, observando su alrededor, todo un desastre por los gigantes y demonios que quisieron atacarlos.
Lo bueno de toda esa situación fue que ningún áureo salió lastimado o muerto.
──── ¿Estás bien?
Un áureo se acercó a ella, intentó recordar su nombre, pero no tenía idea. Algunos áureos del pueblo se ofrecían a pelear en momentos donde los necesitaban así que supuso que el líder estaba tomando otras medidas.
Ella asintió, cargando el resto de armas.
──── Si, solo necesitaba aire ──── murmuró.
Él asintió, cruzándose de brazo ──── Cuídate. Es la primera vez que veo como los demonios se descontrolan.
──── Ellos quieren a la criatura, ¿no? ──── dijo, encogiéndose de hombros ──── Harán todo a su alcance para capturarla.
──── Creo que es la primera vez que siento lástima por los áureos que aceptaron está misión ──── contó, dando un paso atrás ──── Los demonios apenas están jugando.
Sahily frunció sus cejas, interesada por sus palabras ──── ¿Qué sabes?
Los ojos claros del áureo se pusieron en ella, transmitiéndole su preocupación ──── Los demonios mayores están interesados en la criatura. Una vez que los menores mueran, ellos van a aparecer y será un gran peligro para todos los humanos.
El dolor que atravesó la cabeza de Zadkiel fue momentáneo, tanto que se sorprendió de haber sentido algo así. Abrió sus ojos, tratando de acostumbrarse a la oscuridad que invadía toda la habitación.
Giró su cabeza y apretó sus dientes, sentía dolor, pero podía tolerarlo. Sus ojos recorrieron todo el lugar hasta encontrarse con la mirada de Sahily.
La áurea se mantuvo quieta con sus piernas cruzadas y la cabeza inclinada.
──── Eres un idiota ──── ella dijo.
Zadkiel rio, sorprendido ──── ¿Qué dijiste? ──── preguntó, queriendo oírla otra vez.
──── Tú eres un idiota ──── repitió firmemente. Ella se levantó, cruzándose de brazos ──── Te grite que no volaras y fue lo primero que hiciste.
Él ladeó su cabeza, creando una mirada de disculpa ──── Perdóname por esta vez.
──── No puedes arriesgarte de esa manera ──── le reprochó, frunciendo sus cejas ──── En la próxima podrías salir peor.
──── Estaré bien ──── prometió el áureo. Estiró su mano, dejando que Sahily lo tomara con cuidado ──── Voy a oírte, no más tonterías de mi parte. Ahora, ven aquí.
Zadkiel se movió unos centímetros, dejándole espacio en la cama. Sahily dudó por unos segundos, sabiendo que no estaba bien pero igual se acostó, queriendo callar todos esos pensamientos por esa noche.
La áurea sintió como su cuerpo se relajó, olvidando toda la pelea y golpes que recibió. Sus ojos se cerraron, deseosa de dormir para recuperar toda esa energía que dejó atrás.
Zadkiel solo observó como la áurea iba durmiéndose poco a poco, sin soltar su mano. Una sonrisa creció en su rostro cuando ella giró, quedando frente a él.
Siendo cuidadoso de no despertarla, acarició su mejilla sonrojada, sintiendo lo cálida que se encontraba. Arregló su flequillo, sabiendo lo mucho que le encantaba que estuviera recto, perfecto.
Sus labios estaban apenas abiertos y con un suave color rosado que le gustó. Lo mejor que pudo haber hecho fue aceptar esa misión, en Áureos, nunca hubiera tenido esa oportunidad de ver la criatura más hermosa.
Zadkiel se acomodó, apretando sus labios con la molestia en todo su cuerpo. Cerró sus ojos, prometiéndose a sí mismo que no se daría vencido.
Ella se merecía que pelearán por su amor y Zadkiel estaba determinado a hacerlo.
Sahily supo que no estaba en su habitación incluso antes de despertar. Ese peso en su cuerpo no era normal y tampoco el frío así que se asustó cuando abrió sus ojos y vio un brazo encima de su cadera.
Giró su rostro para encontrarse con Zadkiel, profundamente dormido que soltaba unos suaves ronquidos. El pánico creció en su pecho y se sentó, reprochándose a sí misma por quedarse dormida.
Se suponía que solo iba a descansar por unos minutos y ahora despertó con el áureo. Sus ojos grises cayeron otra vez en el rostro de Zadkiel, admirando la forma en que sus heridas sanaron y solo tenía unos cuantos moretones.
El áureo fue valiente y tan descuidado que solo quería gritarle por su tontería. Tenía que escucharla y no resultar herido, era lo único que pedía, pero se alegraba que estuviera bien.
Ella se levantó, tratando de alejar toda culpabilidad en su rostro por si se encontraba con alguien. Arregló su cabello y salió, dirigiéndose con cuidado a su habitación dónde pudo respirar tranquila.
Como era usual, ella se arregló, queriendo fingir que nada pasó en su mañana. Tomó todo su cabello para ponerlo en una coleta alta junto a una diadema sencilla.
Miró su aspecto antes de bajar a la cocina. Ithiel era el único en la mesa, pareciendo tan somnoliento que Sahily se preocupó por su aspecto.
──── ¿Te sientes bien? ──── ella interrogó, pasando sus pulgares bajo las ojeras de su hermano.
──── No dormí bien ──── murmuró, moviendo la taza de café entre sus dedos ──── Nirelle no se está recuperando.
──── ¿Por qué? ──── preguntó, frunciendo sus cejas ──── Le di bastante de mi sanación.
Ithiel alzó la mirada, viéndose en los ojos claros de su hermana ──── Una de sus alas está muy lastimada. Tomará mucho tiempo recuperarse.
──── Ella estará bien, estoy segura que podrá ──── apoyó, sonriéndole ──── Otorguémosle unos días. ¿Dónde está Ezer?
──── Salió con Ava a vigilar a Raisa. Supongo que su drama familiar terminó ──── dijo, recordando cómo su hermano le exigió que mintiera sobre una pelea ──── Espero que no me haya hecho quedar como el malo.
──── Si alguien fuera el malo, seria yo ──── bromeó, poniéndose al lado de Ithiel ──── ¿Cómo haremos para que Raisa libere sus alas?
Él frunció sus labios, pensando ──── Tal vez no sería mala idea lanzarla de un acantilado.
Sahily rio, sorprendiendo a su hermano. Ella lo abrazó, sintiendo como se sentía mejor al tenerlo a su lado. Sus corazones comenzaron a latir al mismo tiempo, recordándoles que siempre estarán juntos.
──── ¿Sabes cuánto te amo? ──── ella preguntó en voz baja.
Ithiel sonrió ──── Lo sé. Me amas de la misma forma en que yo te amo ──── susurró ──── Somos gemelos. Nuestras almas siempre estarán unidas.
──── Lo están ──── concordó con suavidad ──── ¿Crees que vayamos a salir de todo esto?
Ithiel asintió, mirándola fijamente ──── Lo haremos. Ezer no dejará que ninguno de los salga lastimado.
──── Se pondrá más peligroso.
──── Y para eso estamos entrenados ──── dijo, entrelazando sus dedos con los de Sahily ──── Llevaremos a Raisa a Áureos y volveremos a nuestra vida normal.
──── Me gusta esa idea ──── aceptó en voz baja.
Esa noche, los gemelos se reunieron junto a Ezer para mejorar su plan. Tenían que estar alertas por los movimientos de los demonios queriendo entrar a Kartalago, siempre había algunos que llegaban a escaparse de los áureos.
La universidad seguía siendo su perfecto escondite para Raisa, incluso los demonios no les gustaban pelear enfrente de tantos humanos, no querían dañar a sus diversiones.
Era momento que todos ellos actuarán, no sólo fingir que eran humanos, debían de dar un paso más.
──── Cada determinado tiempo tendremos que ir a ayudar ──── Ezer habló, cruzándose de brazos ──── Así podremos informarnos acerca de los demonios que están peleando.
──── ¿Qué haremos con Raisa? ──── Ithiel interrogó, sentando encima de la mesa.
──── No hay que alejarse de ella. Sahily, quiero que me ayudes en esto, eres la más cercana a esas humanas ──── pidió.
──── Está bien ──── asintió, no queriendo molestar a su hermano.
──── Tratemos de enfocarnos en esta misión, los demonios apenas están iniciando ──── dijo, su mirada endureciéndose ──── No sé si vamos a estar preparados para combatirlos.
──── Lo estamos, pero Raisa necesita saber lo que es ──── Ithiel confirmó, ladeando su rostro ──── Hay que hablar directamente con ella y así dejamos de perder tanto tiempo.
──── Te olvidas que es humana, hermano ──── replicó la áurea ──── Si llegamos a decírselo, probablemente se espante y se esconderá de nosotros por un tiempo. Los humanos suelen reaccionar de esa forma con situaciones estresantes.
──── Por eso me encargaré de decirle ──── Ezer intervino ──── Entre todos, soy el más indicado de hacerle saber quiénes son sus verdaderos padres. No quiero que ninguno se exponga a algún peligro si llega a mostrar sus dones.
──── Inconscientemente lo hará ──── Sahily susurró ──── Tenemos que prepararnos.
──── Lo estamos, hermanos. No nos preocupemos, volveremos a casa ──── prometió Ithiel, sonriéndoles ──── Es lo que siempre hacemos, ¿no?
¿quién tuvo un deja vu con el primer capítulo? los leo 🧡
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