────﹝ my guardian angel ﹞
──── ❛ Dicen que una muerte que de verdad te importa no te hace llorar, sino que te derrota ❜ ────
prologue!
El cansancio podía notarse en el rostro de Sahily, lleno de sudor y tierra que fue acumulándose tras varias horas de pelea contra los demonios que quisieron entrar a Áureos.
Se deshizo rápidamente de la armadura, necesitando recuperar el aire perdido antes que su cuerpo se diera por vencido y terminará desmayada en ese bosque donde no se encontraba ningún áureos.
Todos estaban muertos a su alrededor.
Era la primera vez que Sahily se enfrentaba a una pelea tan brutal. Era su primera vez que pudo observar cómo esos ángeles oscuros, también llamados demonios, eran capaces de matar a todos a su alrededor con solo el deseo de poder llegar a su ciudad dorada y atacar lo que tanto han cuidado.
Un gruñido se escapó de sus labios al no poder sostenerse por más tiempo y se dejó caer sobre sus rodillas, pidiendo internamente que Ithiel llegará. Lo necesitaba tanto como el aire que cada vez se hacía más pesado, más difícil de obtener.
El sonido de una rama quebrándose hizo que la áurea se levantará, agarrando la pesada espada para protegerse por si un demonio seguía con vida.
Daría todo de sí misma para erradicar a esas criaturas, incluso si eso podría tomar su propia vida.
Sus ojos grises recorrieron cada rincón de ese bosque quemado, los árboles apenas sobrevivieron por los golpes y el cielo estaba oscureciéndose, siendo difícil de poder identificarlos. Una ráfaga a su alrededor hizo que su cabello se agitara, mostrando las cortadas de su cuello y hombros que estaban llenas de sangre dorada.
───── ¿Quién está ahí? ───── ella exigió, manteniendo su posición fija ───── ¿Vienes a morir como tus hermanos?
Sahily no obtuvo ninguna respuesta, haciendo que sintiera la frustración. No estaba sintiéndose lo suficientemente fuerte para mantener los juegos de los demonios y eso la pondría en desventaja.
Antes de poder realizar un movimiento, dos pequeñas figuras salieron de un arbusto quemado, mostrándose ante la áurea.
Sahily no pudo esconder su asombra al mirar a los dos áureos que apenas podían tener unos siete años. Sus alas, unas doradas como los áureos y las otras oscuras como los demonios, estaban moviéndose con nerviosismos ante la mirada fuerte.
───── Lo lamentamos. Estábamos jugando cuándo te oímos ───── dijo la pequeña áurea, agarrando la mano de su acompañante con nervios ───── Teníamos miedo.
Una sonrisa se deslizó en los labios de la áurea, guardando su espada ───── Está bien. ¿Se han herido? Dentro de poco vendrán los áureos y nos podremos ir a casa.
El niño asintió, enseñando sus alas doradas que estaban llenas de tierra ───── Cuándo estábamos volando, me golpee contra un árbol. Me duelen ───── murmuró, bajando su mirada azulada al suelo ───── No puedo volar.
Sahily dejó escapar una pequeña risa, entendiendo como los más pequeños no podían volar sin tener algún accidente. Ella se acercó, mirando más de cerca a aquella extraña amistad.
───── Estarás bien. Las sanadoras van a ayudarte y la próxima vez, aléjate de los árboles ───── le aconsejó, alejando el cabello oscuro de sus ojos ───── ¿Por qué no caminamos?
La áurea asintió, mirando los cuerpos en el suelo ───── ¿Qué pasará con ellos? ¿Las sanadoras van a ayudarlos?
Sahily bajo su mirada, sin tener una respuesta concreta. No quería mentirles, pero la verdad era muy cruel para aquellos dos pequeños que apenas estaban iniciando en su vida.
───── Ellos... los áureos vendrán por ellos ───── les habló, mostrándoles una sonrisa tranquilizadora.
───── Pero están sangrando ───── señaló el áureo, frunciendo sus cejas ───── ¿Los demonios hicieron esto? Mi mamá dice que son seres muy malos y que quieren herir a los áureos.
La áurea respiro profundamente, sin poder aclarar su mente sobre cómo les podría decir a esos dos áureos que estaba sucediendo sin asustarlos. Ya era suficiente que vieran esos cuerpos sin vidas para darse cuenta de la dura realidad en que vivían.
───── Voy a explicarles cuándo estemos lejos de aquí ───── les prometió, agarrando las manos de aquellos dos pequeños ───── Volaremos hacía el sur, las ráfagas del viento nos ayudaran, ¿les parece bien?
El áureo asintió, intentando mover sus alas que seguían un poco adoloridas. Sahily miró a su alrededor una última vez antes de irse, tenía que asegurarse que ningún demonio los siguiera antes de volver a Áureos.
───── ¿Dónde está tu hermano? Él siempre está cerca de...
La pequeña áurea no pudo terminar sus palabras cuándo sintió como una mano agarró su brazo, moviéndola rápidamente cuando una flecha quedó incrustada en el árbol que estaba detrás de ella. Sahily sacó su espada, deteniendo la segunda flecha que iba para el áureo.
Sus ojos grises observaron a su alrededor, buscando a ese demonio que había escapado antes que pudiera hacerles algún daño. Puso a los dos astrales detrás de ella, protegiéndolos de cualquier ataque.
No pondría en riesgo a esos dos pequeños áureos por estar en el lugar equivocado.
───── Sal de tu escondite y enfréntame a cómo debe de ser ───── ella canturreó con una media sonrisa ───── A menos que temas a que un par de áureos vean cómo te derribó con facilidad.
Un siseó se oyó por todo el bosque, haciendo que las sombras se movieran en dirección a los áureos. Sahily sintió como las pequeñas manos de sus acompañantes agarraron su camisa en un intento de tranquilizarse.
───── ¿Tú vas a matarme? ───── habló aquel demonio con voz dura, soltando una fuerte risa ───── No lo creo, pequeña ángel guardián. Te mataré a ti y me llevaré a esos dos pequeños conmigo al infierno. Será divertido.
La áurea sonrió, ladeando su cabeza con intriga ───── ¿Estás seguro de poder hacerlo?
Sin perder ni un segundo, el demonio apareció enfrente con una niebla oscura a su alrededor. El brillo de la espada hizo que Sahily reaccionara, llevando a los dos pequeños antes que pudiera herirlos.
Ella sacó su espada con un simple movimiento de mano y golpeó al demonio justo en su rostro, lo suficiente para gritarles a los dos pequeños áureos que corrieran al bosque.
Sahily se giró al mismo tiempo que el demonio se levantó, deteniendo la espada que iba para su pecho. No separó su mirada de ese ser oscuro, observando como el brillo malicioso estaba ahí, tal como los anteriores que mató en esa pelea.
Esos seres seguían llegando y no podía darse la oportunidad de dejarlos libres, no cuando había otros dos áureos con ella que no sabían que estaba escurriendo.
Sahily separó su mirada, pateando al demonio justo en su estómago y estrelló su codo en el rostro de aquel ser, juntando toda su fuerza para dejarlo débil. Desde la distancia, podía oír las pisadas de los dos pequeños que estaban en el bosque, tomando cada oportunidad para alejarse de ese lugar.
───── Vamos, áurea, puedes darme más que unos simples golpes ───── el demonio se burló, escupiendo la sangre. Juntando toda su fuerza, derribó a la áurea al suelo, manteniéndola prisionera ───── Eres débil, puedo oler que apenas llevas unos meses. Qué lástima que te hayas encontrado conmigo.
Sahily apretó sus labios, sintiendo como su corazón estaba latiendo más rápido de lo normal. Estaba cayendo en la trampa de aquel demonio, descubrir sus puntos débiles y aunque tuviera razón, no podía dejar que entrara en su mente.
───── Apenas estoy iniciando ───── murmuró con esfuerzo.
La áurea se movió, utilizando sus piernas para deshacerse de ese peso extra. Agarró la espada, hiriendo al demonio en su pierna quién dejó salir un fuerte grito, pero no se detuvo, haciendo lo mismo.
Sahily se sorprendió de sentir ese dolor recorrer todo su cuerpo. Era la primera vez que le sucedía y no estaba lista, menos en ese momento donde estaba sola. Un segundo golpe la aturdió, dando unos pasos hacia atrás al tener que recuperarse.
───── Parece que iré por mis premios y después te mataré. Eso será más divertido, ¿no?
───── ¡Déjala tranquila! ───── una suave voz gritó, llamando la atención de los dos seres. La niña estaba arriba de un árbol, mirándolos con miedo ───── No puedes matarla, es un pecado.
El hombre rio, mirando a los dos áureos ───── Parece que tienes a dos ángeles guardianes. Veamos qué tan fuertes son.
Antes de poder alzar sus alas, Sahily se tiró encima de ese demonio, golpeándolo justo en su rostro con la poca fuerza que tenía. La adrenalina estaba corriendo por todo su cuerpo, olvidando que su pierna estaba sangrando.
───── No los tocara ───── ella siseó, apretando la espada en su mano ───── Jamás atraparas a ningún pequeño áureo.
Sahily alzó la espada, viéndose reflejada en la mirada oscura del demonio que brillaba con emoción. Sintiendo todos sus sentimientos revueltos y la falta de conciencia sobre lo que estaba haciendo, enterró la espada en el pecho del demonio sin remordimiento.
Ella respiró profundamente, sintiendo como toda su energía se evaporó. Su cuerpo cayó a un lado del bosque, mirando el cielo oscuro donde las estrellas estaban apareciendo, lo único que estaba iluminando ese bosque.
────── ¡Parece que has olvidado algo muy importante, áurea! ───── una voz grave gritó por todo ese espacio, haciendo que Sahily se congelara ───── Siempre revisa que estés sola antes de darte por vencida.
Sahily cerró sus ojos por unos segundos, pensando en lo que sucedería. Pensó que todo estaría bien, pero se equivocó y ahora, puso en riesgo a dos pequeños áureos.
Lo que pasó fue como un recuerdo en cámara lenta para la áurea. Levantarse del suelo fue lo más difícil y enfrentar al demonio que mantuvo cautivo a los dos pequeños áureos, teniendo cuidado de no herirlos.
La pelea fue peor, siendo golpeada en repetidas ocasiones hasta que pudo liberarse, pero nunca pensó que el demonio iba a poder derribarla con un simple golpe y agarrar a uno de los pequeños áureos, lanzándolo contra un árbol.
Sahily no pudo detenerlo, solo salvar a la pequeña áurea antes que ella tuviera el mismo destino. Apenas pudo detener al demonio antes que enterrara su espada en ella, en cambio, utilizó su brazo para insertarla en el pecho del demonio.
Supo que todo había acabado cuando su cuerpo se volvió ceniza. Con pasos temblorosos se acercó al cuerpo del pequeño áureo que no estaba moviéndose, cayó sobre sus rodillas mientras puso su mano encima de su pecho, necesitando oír los latidos.
Cerró sus ojos cuando no lo hizo, dejando que las lágrimas salieran de sus ojos. El nudo en su garganta se hizo más pesado al punto de no poder detenerlo y lo dejó salir, rompiéndose por completo.
Esa fue la primera vez que Sahily expulsó toda esa tristeza en su interior y también, la primera vez que perdía a un áureo tan indefenso cuando era su trabajo poder mantenerlos a salvo.
──── ❛ La traición de los demonios no se compara en nada con la traición de un ángel ❜ ────
con las nuevas ediciones que estoy haciendo a mis historias, decidí en escribir un prólogo para Áureos así que díganme que les parece :)
hermoso banner hecho por TheWalkyrie. Está hermoso, ¿no? Pasen por su libro de gif shop, no se arrepentirán ❤
manip creado por _Gardeniaaz miran que bello que es. Los gráficos de ella son preciosos así que si necesitan uno, pueden ir a ver su tienda gráfica ✨
espero que dejen sus votos y comentarios.
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