Capitulo XI
Tras un combate largo, lo mínimo que podían tener los tres era un descanso; y asi Reimu se los concedió sin dudar. No era mucho por las nulas donaciones que daban al templo, pero si que le permitían darse un gusto, en este caso, un intento de picnic.
Morry se hallaba preparando unos sándwiches de jamón y queso, mientras que Kaine jugaba con una pelota.
—¡Estuviste increíble allá Morry! — el castaño golpeo su pecho contra la esfera, mientras Morry ocultaba su rubor.
—Ustedes hicieron un trabajo excepcional si me permites agregar, joven Kaine.
—No, no, che, me usaron de saco de boxeo demasiadas veces en un dia, creo que tendre problemas para el siguiente enfrentamiento que tengamos.
—Aun asi — Morry prosiguió, guardando el alimento en un estuche —, ya hemos liberado una de las tres zonas conquistadas por el vaticano, y sabemos que Kaiser y Amsi están bien.
—Oye, Alex — el castaño noto a su amigo sentado frente a una hoja, estaba escribiendo la carta a su abuela pero se le notaba extraño, sudaba mucho y sobaba sus manos entre si, como si estuviera sobre estimulado — ¿estas bien che? Parece que te va a dar algo.
—Bueno, es que lo estaba pensando y... — Alex murmuraba cosas sin sentido, cosa que desespero al castaño.
—Habla bien idiota, habla bien o te mato — el mas bajo se asusto, tirando un poco sus manos hacia atrás mientras las agitaba.
— ¿Creen que los siguientes santos serán más fuertes? — la pregunta sorprendio a Kaine, pero no a Morry, quien solo detuvo sus acciones —, quiero decir, solo ganamos porque Morry era capaz de ganarle, de lo contrario nisiquiera nosotros cuatro habriamos podido hacer algo contra Cashr.
—Che, para un poco negrito lindo, claro que si, solo que no pude manifestar mis redes por culpa del combate que tuve contra Amsi, si nos hubiéramos preparado en lugar de pelear entre nosotros habriamos tenido mas chances y... — Alex golpeo la mesa antes de levantarse, el estruendo hizo que el castaño gritara.
—¡No lo estas entendiendo, Kaine! ¡Nos enfrentamos a tipos que pueden destruir ciudades de un golpe y te lo estas tomando, sinceramente, muy a la ligera! ¡Mi abuelo murió por culpa de esta gente y quien sabe a cuantos están matando ahora! — su tono estaba por romperse, Kaine consternado por el regaño se mantuvo callado, Morry trato de decir algo, pero el mas pequeño solo se dirigió hacia la puerta —. No quiero hablar ahora.
El argentalio trato de pronunciar unas palabras y seguir a su amigo, pero el norhiano lo detuvo, negando con la cabeza.
—Esta pasando por mucho — justifico el hombre de cabello negro, mientras el castaño solo chasqueaba la lengua y guardaba la pelota.
—Lo se, por eso no puedo estar molesto.
Mientras el hombre se dirigía para guardar sus cosas, hasta que sus ojos chocaron contra la carta que Alex escribia.
. . .
"Abuela, no estoy bien. Te extraño, a ti y a Roxanne, no se si pueda aguantar esto... Lo único que me motiva es acabar con los hombres que acabaron con mi abuelo."
Lo resto era ilegible, estaba todo tachonado.
. . .
Alex se hallaba mirando las dunas, con las manos entrelazadas y los ojos inchados, sintiendo los áridos vientos golpear su rostro oculto el rostro.
—Veo que sigues de mal humor, joven Alex — el chico se limpio la cara, observando a quien le hablaba: era el mismísimo Shigeta, que se hallaba fumando.
—Señor Shigeta — el joven se levanto con vergüenza — ¿Qué hace aquí?
—Vine a ver como estaban. No pensaba que llegarían tan lejos para ser honesto, hoho — su risa incomodo al pequeño, quien se limito a suspirar —, te noto deprimido, pequeño, ¿puedo saber por qué? ¿sera acaso de lo que hablamos la anterior vez, eh?
—Bueno —Alex suspiro con modestia —, siento que tuvimos suerte la anterior vez. Tuvimos suerte de que Morry ganara por nosotros, y aun asi tenía miedo de que no fuera asi...
— ¿No confias en ellos?
—¡Si! Es solo que si yo o Kaine no pudimos hacer nada, ¿Qué nos espera en las siguientes peleas? ¿Somos lo suficiente? ¿Seremos capaces de ganarle al que viene?
—Uh, tienes miedo, eso es normal, Alex, eres una cría apenas. No tendrías que... — no acabo, Alex golpeo la piedra sobre la que se hallaba, reduciéndola a polvo.
—No acabes. Esa. Palabra. —Aunque no tenía pavor, sabía que el más joven no haría caso por más razón que tuviera, aunque sus ojos demostraban un pesar tremendo.
—No puedes eludir la verdad — el mago amarillo fue severo —, tu mente sigue centrado en la venganza, asi jamas lograras tu objetivo.
—No voy a desistir...
—Tu tono de voz no parece indicar eso — Alex oculto su rostro con las manos, buscando evitar algo mas —. ¿Acaso fuiste tu quien, ocasiono la muerte del guerrero de tinta?
—No, yo, trate de salvarlo — suspiro pesadamente — ¿A quien engaño? No soy capaz de matar a alguien que estuvo a nada de asesinarme y quiero acabar con un sujeto que me lleva mil años de experiencia.
—Entonces, ¿aun buscas venganza?
—Yo... no lo sé — con esas palabras el chico solto aire, levantando la mirada hacia el cielo.
—Dudas, dudas, dudas — repitió el mago, rascándose la barba —. ¿Quieres un consejo? Trata de calmarte.
—¡Todos han dicho eso desde que llegue! ¡No puedo estar calmado sabiendo todo lo que pasa!
—Entonces te condenaras a ti y a tu grupo — el moreno agacho la cabeza.
—Tiene razón, ¿pero que puedo hacer? ¿Acaso...? —estiro su mano al hombre de ropa amarilla, como si buscara algo en consecuencia.
—Te daría gustoso el libro si lo que quisiera ver es un suicidio, pero reflexione de nuestra anterior charla — se llevo las manos a la espalda, viendo como la mirada de Alex lucia mas melancolica —. ¿Por qué no buscas el poder de otra forma? ¿Tu condición tal vez?
—El problema es que yo — se rasco el cabello, entrecerrando los ojos de forma repetitiva—, no poseo una condición o algo que me ayude.
—Tendrás que crear una, solo tu capacidad de ignorar de resistencias no será suficiente como para enfrentarte a Tarantula o a Durero —oir el ultimo nombre puso aun mas nervioso al pequeño, sus puños brillaron en un intenso azul mientras su mente lo transportaba al enfrentamiento de su abuelo; si tan solo hubiera tenido sus poderes en ese entonces tal vez las cosas habrían sido diferentes.
—Las técnicas de la señorita Reimu me ayudaron mucho, si las perfecciono podre derrotarlos — el pequeño golpeo su nudillo con su palma — he descubierto que mi energía fluctua mucho mas fuerte a medida que lanzo mis ataques a distancia: la mayoría de ellos tienen que ver con esferas o proyecciones de mi puño, si pudiera maximizar mi movimiento y centrarla en espirales seria capaz de aumentar la potencia.
—Curioso, tu abuelo tenia la condición de que si su aura pasaba cierto tiempo activa, le permitia crear un segundo latigo aun mas fuerte que el anterior — el moreno hizo un ademan, levantando del suelo una pared de piedra — ¿Por qué no pones en marcha lo que piensas?
Con dudas levanto la cabeza y asintió, cerro sus ojos y se concentro, vio la energía en una imagen mental pasar desde su pecho hasta su brazo y después hacia su puño, y asi empezó a estirar. Lanzo un golpe que rompió la barrera del sonido, pegándole al objeto y dejando un hueco del tamaño exacto de sus nudillos atraves de todo el objeto, pero se decepciono.
—No. Asi no es... — el joven se decepciono.
—¿Cuál es el problema?
—Ese golpe fue como mi "doble slash", es simplemente concentrar energía en todo mi brazo para lanzar golpes al mismo tiempo, donde uno es más poderoso que el otro y mucho mas centrado, lo use varias veces y es efectivo, mi ataque ignora la armadura y le doy directamente al órgano como si el aura ni siquiera afectara... — Alex retrocedió un par de pasos — Lo que yo busco es diferente. Como un taladro o algo que afecte a todo el cuerpo de mi rival sucesivamente. Algo que gire y rote.
—La proporción aurea —contesto el otro.
—¿Proporcion aurea? — el joven giro la cabeza —, ¿pero eso no es exclusivo del arte?
—El arte toma la fuerza de la vida, no solo de nosotros, sino de la naturaleza, no hay forma de amarla mas bonita que la musica o los trazos de un pintor, aunque la definición es relativa, lo mas común es encontrar que todo se relaciona al mundo que nos rodea — el afraak estiro ambos brazos, haciendo que el chico mirara el paisaje —, tu haz sido bendecido por un poder Alex, ¿puedes ver los atomos? ¿Puedes sentir el universo a tu alrededor? ¡ese es el milagro del poder que podemos manejar; que no estamos limitados a solo los cinco sentidos!
Alex maximizo su vista, la maximizo lo mas que pudo, al punto que vio cada atomo de cada piedra, animal, árbol o cosa. Y entonces pudo sentir como cada constructo estaba hecho de cientos de atomos en una espiral constante, una de la que estaba conformada de un microtejido en constante giro.
—¿Puedes ver? El propio universo se amolda a las rotaciones, giros, al igual que la proporción aurea; todo esta conectado en una perfecta sincronía que puedes hallar.
El pequeño cerro los ojos y comprendió, se dio media vuelta y observo atentamente las rocas, diviso su puño y de nuevo sintió cada celula de su cuerpo rotar, la energía que broto como fuego tomo una forma redonda, girando sobre si mismo como los atomos. Tomo una bocanada de aire y lanzo el golpe, un brillo tan poderoso que hizo a Shigeta cerrar los ojos adorno toda la llanura, cuando pudo abrir los ojos se sorprendió de lo que vio: como un agujero negro, la zona que el chico había golpeado se había deformado junto al propio espacio tiempo, incluso la luz era incapaz de escapar. Cada atomo o celula de aquel pequeño constructo se deformo en una espira, auto consumiéndose a si misma hasta desaparecer en menos de un segundo, ahora solo estaba Alex, mirando el resultado.
—Eso, eso, eso — como un computador, empezó a repetir— ¡Eso es lo que buscaba! ¡Esto es diferente; no destruí solo los átomos de esas rocas, influí en el propio espacio-tiempo del objeto y lo desvanecí totalmente!
—Un grado mayor de la comprensión de tu poder — el negro sonrió, satisfecho al ver como el pequeño saltaba.
—Solamente necesito una forma de hacerlo naturalmente siempre, ¿pero como? — Alex se agacho, su cambio de temperamento había sorprendido al mayor, quien solo pensó que se trataba de cosas de occidentales.
—Puedes crear una condición con ello, puedo aconsejarte algo — el sujeto cruzo las piernas mientras empezaba a flotar como un monje —, pero déjame preguntarte algo, ¿estás dispuesto a hacerlo a cambio de más poder? —aunque con dudas, no pudo hacer más que asentir con la cabeza, apretó sus puños con determinación, listo para lo que venía.
. . .
—¿Y dejaron que se fuera asi como asi? — Reimu sostenia a Kaine entre sus brazos, ahorcándolo.
—Reimu, tienes que ser comprensiva, estaba alterado — Morry trato de justificar a su amigo, buscando evitar que se desmayara.
—¡Es un chico de quince años! ¡Dios mio, esas cosas deben hablarse para evitar problemas mas grandes en el futuro! — la castaña solto a Kaine, quien cayo de espaldas con el rostro rojo. La sacerdotisa se dio la vuelta, caminando hacia el templo de nuevo.
—¿Estas bien, amigo Kaine? — Morry levanto a su amigo.
—Si, es solo que, tiene razón ... — Kaine solto un jadeo con pesar — Alex es mi mejor amigo.
—No quería sonar invasivo considerando que desconozco como ustedes se sienten conmigo, pero me gustaría saber de ustedes dos... ¿Por qué lo quieres tanto?
—Ja, es buena pregunta che, ¿vos sabes...No, viste las películas donde el protagonista suele ser un boludo patético? — rio de forma nerviosa — Que, ¿hasta que no pasa algo realmente fuerte que cambia su vida y lo obliga a tomar las riendas no hace nada? Pues eso paso conmigo —Morry se mostro preocupado, pensaba que no seguiría pero fue así —. Después de la muerte de mi abuelo, tenia que laburar e ir al colegio yo solo, la verdad es que en un inicio quería hacerme su amigo por conveniencia, sabia que era de estudiar y que su familia era de guita...
—¿Y que paso? — Morry estaba consternado.
—Descubri que había veces donde su abuelo llegaba a las doce de la noche para conseguirles comida, su abuela tenia suficiente dinero solamente por regalías y que el no tenia amigos. Me dio algo de pena, asi que trate de ofrecerle dinero para que hiciera mis tareas en un inicio, pero cuando lo ayude, vi que no era el tipo de persona que haría eso, supongo que de cierta manera, sentí que era idéntico a mi: sin padres, criado por sus abuelos, solitario...
El norhiano bajo la cabeza, le parecía tierno y de cierta manera estaba identificado con ellos dos, había crecido después de todo con una madre agobiada por el trabajo y con sus hermanos de figura paterna.
—Incluso cuando le ofrecí dinero para que hiciera trampa por mi en los exámenes lo negó y simplemente me ayudo a estudiar, ¿puedes creerlo? Por eso no creo que el sea capaz de ir a los extremos de matar.
—¡Chicos! —Reimu se volteo, mirando como Alex llegaba, ahora con una sonrisa, levantando un brazo — ¡hola, disculpen por la tardanza!
La sorpresa no les permitió notar las extrañas muñequeras negras del pequeño, Reimu, Kaine y Morry lo abrazaron, ahora se les notaba mucho más aliviados.
—Tranquilos, solo me sentía algo mal...
—Enano culiadito, tenia miedo de que te hubieras enojado fiero fiero — Kaine miro a los ojos de su amigo, quien solo sonrio apenado.
—No, Kaine, perdóname en serio, simplemente me sentía mal y no estaba en mis cabales.
—Oh, Alex en serio, perdóname — Reimu siguió, acariciando la cabeza de su estudiante —, si tan solo hubiera sabido que te estabas sintiendo asi habría hablado contigo.
—Ay Reimu, me ruborizaras, pero en serio, estoy bien...
La escena fue interrumpida cuando Mina hizo funcionar una radio.
"Fuerzas militares de las naciones unidas se han movilizado masivamente hacia la forja de armas nacional, planean un ataque a gran escala para buscar eliminar al santo que tomo desde hace dos semanas la industria. Se espera un éxito del treinta por..." Se cortó en el peor momento, la niña tembló al sentir la mirada de Reimu y Ikki.
—Bueno, supongo que hasta ahí quedo el descanso... — Kaine hablo, sacando su placa mientras sonreía. Morry y él se adelantaron, Reimu sostuvo del hombro al mas pequeño.
—¿Estas seguro de esto?
—Si, puedo hacerlo, Reimu, ellos son mis amigos y los acompañare —el pequeño negrito le guiño el ojo mientras enseñaba su brazo, la castaña se quedó sin palabras al ver aquella muñequera, algo le había llamado la atención peligrosamente.
. . .
En medio de la oscuridad de una catedral dos figuras hablaban, una mas alta que la otra; sus formas de hablar denotaban un fuerte nerviosismo, un pesar fuerte y sobre todo, una duda extrema.
—Durero, temo por nuestra vida, deberíamos irnos cuanto antes — el santo de armadura blanca y celeste miraba a la enorme puerta que los separaba del papa, quien se hallaba reposando.
—Me niego a tracionar al vaticano, y recomiendo que cuides tus palabras si no quieres morir.
—No me subestimes, ni tampoco atrevas a hablar pestes de mi. Pero primero tintas, después Cashr, ¿no entiendes que nos esta llevando a nuestra perdición? — el hombre era honesto, fue entonces que la puerta se abrió lentamente. Mientras la charla se desarrollaba, unos gemidos atrajeron la atención de ambos, quienes entraron rápidamente, solo para toparse como su líder se hallaba llorando a los pies de una una figura perturbadora: una mujer de piel palida yacía en un enorme cristal, petrificada y atrapada en aquel peculiar sarcófago. El hombre giro la cabeza, observando a sus dos únicos ayudantes.
—Perdonenos nuestra santidad... — el hombre mas grande se agacho junto a su semejante.
—No es necesario disculparse — su tono pese a todo era amable, solo se levanto de su asiento y paso entre ellos —, Tarantula, recupera los huesos de Chang y dale un entierro digno.
El hombre se mantuvo callado antes de hacer caso a su jefe, por otro lado, el papa poso sus manos sobre el rinoceronte, quien levanto la mirada.
—Durero, haz sido un gran aliado, espero que sepas entender que si las cosas no resultan, tu sacrificio será necesario.
—Estaría encantado, su santidad — el tono de voz de aquel hombre había pasado de uno amenazante a sumiso de solo ese pedido. El sujeto se dio media vuelta, dirigiéndose hacia su posición original de nuevo en una teletransporacion, dejando solo al santo. Sus manos se tensaron y de un golpe destruyo una de las estatuas de la sala.
. . .
—Santo cielo, este lugar apesta — el trio había llegado a las afueras de una fabrica masiva, fácilmente Kaine había contado como 120 o mas kilómetros de pura maquinaria moviéndose sin cesar, los humos toxicos se desprendían a lo largo y ancho de las instalaciones, nublando aun mas el cielo. El ambiente era pesado y triste, algo que decepcionaba a Morry.
—¿Sucede algo señor Morry? ¿Señor...? — Alex se sorprendio al ver como el norhiano observaba una flor muerta, pero se pasmo mas al ver como unas pequeñas lagrimas salían de sus ojos.
—Que melodramático — Kaine hizo una mueca mientras susurraba para si mismo, a el tampoco le gustaba pero no era para largarse a llorar, o eso fue lo que pensó en un primer momento pues cayo por un desnivel a un estanque. Sus amigos, exaltados fueron a ayudarlo, el castaño se hallaba cubierto de porquería.
—¡Que asco! ¿Qué demonios con esto? — Kaine logro salir con dificultad, tosia con nauseas viendo el liquido negro. Cuando giro la cabeza se percato de enormes tuberías que venían de las fabricas —. Mierda, huelo a caca ahora.
Alex no pudo evitar reir, ya mas relajado ayudo a su compañero quien lo observaba disgustado.
—Yo no soy el que se urga la nariz.
—¡Yo no me urgo la nariz! — Protesto el pequeño, pero su rostro se puso rojo de golpe — ¡¿Cómo me viste?!
—¡Jajaja! ¡te mandaste vos solo al frente! — la carcajada ahora salía del castaño, Morry solo se limito a sonreir, el también había visto a Alex picarse la nariz.
El ambiente se había relajado, y eso ayudaba bastante al mas pequeño, finalmente reino el silencio entre los tres, quienes se miraron ahora cada uno de forma risueña. Pero todo cambio cuando sintieron un estallido proveniente de lo lejos. Sus ojos se dirigieron a una de las torres, que ahora se hallaba incendiando, el disparo había venido de un tanque, y por los lados de este se acercaban mas y mas, eran las fuerzas militares.
—¡Oh no! — Kaine se llevo ambas manos a las mejillas, un temblor invadio su cuerpo al igual que el de Alex.
—Esto esta mal, están marchando a su propia muerte — dijo Morry con impotencia.
—No... Kaine, ¡ve a distraerlos! — ordeno Alex, haciendo que el flacucho gimiera.
—¿Yo? ¿Por qué yo?
—Porque vos sos de los mas rapidos, y necesitas cargar electricidad para usar tus redes, asi que te ayudara a estar listo — Kaine gruño, pero su mirada cambio al observar unas enormes baterías a lo lejos.
—¿Sabes que enano? Tenes razón — sin decir mucho mas, manifestó su traje, corriendo de allí.
—¡Pero los militares están por alla! — Trato de exclamar, pero su amigo se había retirado —, aish, Morry, ¿crees que poder salvar a los que están adentro?
—Acabare antes de la hora del te, ¿pero tu que harás, pequeño?
—Tratare de ver si puedo rodear el lugar.
—Esta bien, pero por favor — puso su mano sobre el hombre de su amigo —, no hagas nada apresurado. Se que todavía estas con esos pensamientos, pero no te arriesgues.
Alex quito la mano de su compañero con lentitud, aunque se negaba a verlo fijamente, asintió. Después de eso también empezó a correr, sus pasos fueron recubiertos por botas de un intenso rojo, para que en un segundo se viera rodeado por el brillo rojo que lo caracterizaba, dio un salto, liberando al águila de Reimu. El muchacho se sostuvo bien, sobrevolando por los alrededores.
Con su mirada especial observo por de las paredes, el metal se le dificultaba, pero podía mirar a través de el. Varios de los obreros eran amenazados por criaturas extrañas, de pieles negras, pero la llegada de Morry los alerto, huyendo del hombre que sin un traje o algo utilizo unos nunchakus que había traído, con un giro de su arma choco la cabeza de uno de los seres, causando que estallara en cientos de partes. Mientras seguía su danza mortal, Morry giro, salto y golpeo con una velocidad digna de algún astro junto a las dos barras de metal que se movían con maestria, y la verdad es que para Alex era tan asombroso que no quería quitar la vista de las acrobacias y ataques de su amigo.
Pero sin poder disfrutar mucho mas, un estallido ocasiono que se centrara de nuevo en su entorno, frente a el uno de los tanques disparaba a una figura tosca sobre uno de los edificios, portando un traje gris, de sus puños brotaban ondas de aire tan densas que levantaban y aplastaban el armamento, llevándose a varios de las fuerzas del orden.
—Es él... — Alex lo vio, y entonces una ira indescriptible se apodero de su cuerpo, un ardor que paso de su pecho a cada extremidad, gramo y celula de su ser.
Imágenes vinieron a su mente, de su abuelo y el combate que tuvo, de como aquel cuerno le había dañado, con su capacidad de razonamiento obstruida no pudo hacer otra cosa que gritar, se solto del águila en un arriesgado movimiento, agarrando en el aire al santo del rinoceronte y llevándoselo hacia abajo, mientras ambos caian el pequeño empezó a lanzar una ráfaga de golpes rápida que conectaban sin mucho resultado al terso cuerpo del mas alto, quien solo se limito a recibir antes de chocar contra uno de los depósitos.
...
Kaine observo aquel pedazo de metal de proporciones inmensas, había oído de estas cosas en ciencia ficción pero jamas pensó que el ejercito cargara con baterías asi, mientras se sobaba las manos relamiendo sus labios, el sonido de un arma cargada le apunto.
—Che, para loco, ¿en serio crees que esa arma le va a hacer algo al traje? — pregunto seriamente el rosado, girando lentamente la cabeza y elevaba las manos.
—No, pero al menos sabre que me fui haciendo algo — el militar temblaba, Kaine lo noto pero aun asi decidio guardar silencio.
—Tranquilo, estoy con los buenos, ¡el gran ejercito liberador de Vindland! ¡armas, tetas y comida chatarra! —se burlo, ocasionando el enojo del sujeto —cuchame una cosa, no tengo tiempo para esto, asi que mejor que vayas a laburar con tus amigos.
—No pienso dejarte ir, todos ustedes son unos asesinos, y aun asi tienen el descaro de hacerse llamar héroes — el hombre iba a disparar, cuando una torrencial cantidad de árboles, rocas y vehículos se elevaron por los cielos, desperdigándose a traves del campo de batalla.
El soldado gimió de terror pero Kaine estaba preparado, durante ese lapso de tiempo había dejado su pie puesto en la bateria, sintiendo la electricidad cubrir su cuerpo de pies a cabeza, los rayos se tornaron de un color semejante al de su armadura y de un ademan cientos de tallos de arboles se levantaron, con un color brilloso magenta atraparon todos los objetos descendientes. Algunos hombres fueron atrapados majestuosamente por el santo de armadura rosada, que a super-velocidad los ponía alrededor del otro hombre.
—Che, perdón por no poder quedarme a charlar, pero debo ir a ayudar a los tuyos — sin que pronunciaran una sola frase, Kaine se volvió electricidad pura, desapareciendo y dejando una estela rosada que se desvanecía.
. . .
Alex esquivo agachándose uno de los golpes de Durero, mismo ataque que, incluso hallándose a varios metros alejado, destruyo toda una pared reforzada de cientos de kilos. La onda de sus puños era digna de temer, incluso habiendo eludido el golpe sus piernas temblaron, la presión era tremenda y la condición del santo de gris ocasionaban mas problemas. Aun asi, el rojo insistió, conecto varios golpes por todo el cuerpo, con ganchos dirigidos a las zonas blandas, centrándose en el vientre y costados del mas alto.
—Estas tratando de llegar a mis órganos vitales — advirtió el gris, antes de sostener de la cabeza al chico y mandarlo contra algunos hombres que corrieron asustados de ambos —, no funcionara. Mi cuerpo puede aguantar el daño interno.
—¡Voy a acabar contigo! — el santo disparo sus estrellas fugaces, o eso intento, pues solo dejo ir un pequeño aire que nisiquiera empujo a Durero — ¿¡que!? — el rinho choco con su hombro al pequeño, haciendo que los dos chocaran contra pilares y ocasionaran un colapso, tras unos segundos enormes rocas se alzaban, Alex temblaba aun de pie mientra Durero utilizaba una viga de metal para golpearlo sin piedad.
—Tu destino será perecer como tu abuelo, pero juro que sere mas rápido contigo — su tono de voz solo irritaba mas al pequeño, quien en un arranque de ira apretó los dos botones de su cinturón, ocasionando que el traje inyectara aquellas agujas hasta sus huesos.
Un alarido broto junto a una reforzada aura rojiza, y con cero dificultad atrapo el objeto, solo para jalar al santo de rinoceronte y propinarle un uppercut de derecha, mismo que fue contestado por un derechazo del mas alto, la onda del golpe empujo al chico atraves de la fabrica, donde los restos saltaron hacia algunos sobrevivientes, uno de estos dio en la cabeza de uno de los hombres que cayo abatido.
—Grr... ¿uh? —mientras aun era poseído por el frenesí asesino, el joven alcanzo a ver como los trabajadores trataban de ayudar al caído. Voltearon la mirada con desprecio, e incluso empezaron a aventarle cosas —¡No! — la situación fue tal que perdió su "rage quit" —, no lo entienden, estoy tratando de salvarlos.
—¡Mataste a este hombre! — varios sujetos, con miedo y lágrimas agarraron piedras y palos, no iban a dejar que se acercara.
Toda la ira y el rencor fue cambiado por una sensación de remordimiento y soledad. Entonces miro por donde venía y vio lo que su pelea ocasionaba, si tan solo hubiera estado consciente habría llevado la pelea a otra dirección. Recordó a Morry y como había hecho lo imposible por evitar que la gente muriera en su pelea contra Cashr y se sintió peor, sostuvo la mano sobre su casco y empezó a temblar.
Del hueco en la pared broto el rhino, con sus brazos extendidos y listo para reanudar el combate. Pero el chico solo permaneció callado e inmóvil. Apunto de lanzar un golpe mortal el sonido de una barra de metal resonó por todo el edificio, Durero se estremeció mientras se agarraba la cabeza, con sus piernas temblando y sintiendo ondas de sendo darle espasmos musculares.
—Aléjate de él, Durero — Morry se hallaba allí, con su nunchaku brillando todavía después del golpe antes de hacerlo girar de nuevo.
—Morry... —en voz baja el de armadura roja se sostuvo el pecho, temblaba.
—Escuchen — el santo de dragon giro la cabeza, los que venían con él ayudaron a sus compañeros —, ustedes huyan, yo me encargare de él.
—Morry — Durero muy apenas pudo controlar sus estímulos —, mi condición es una contra directa a tu sendo, ¿en serio crees que tienes chance contra mi?
—Hare lo que pueda — recito el norhiano mientras sostenía de los dos extremos su arma, antes de que su traje apareciera alrededor de su cuerpo.
En ese instante un poderoso duelo empezó, Morry, cargado de sendo rojizo por su ruleta, hizo una voltereta, golpeando con sus chacos la coraza de su rival, enviándolo a través del techo hacia las nubes.
Mientras esto se desarrollaba, Kaine entro a las instalaciones, con su velocidad era fácil y no tardo en sacar a los mas de quinientos trabajadores del lugar, pero mientras seguía su camino un temblar casi lo hizo tropezar, levanto la mirada extrañando, observando en el cielo como el santo de dragon peleaba desenfrenadamente contra el rinoceronte, ambos estaban parejos: de hecho Morry llevaba ventaja, pues por cada golpe del gris, este recibía cincuenta o mas golpes.
—¡Bien ahí! — el de armadura rosada se sorprendió al notar a Alex inmóvil, en un inicio temio lo peor y fue hacia el —, ¿enano? ¿Qué sucede, negrito?
—Yo...Casi mato a alguien — el santo de rojo se miro las manos.
—¿Qué? — balbuceo su amigo.
—¡Yo casi mate a un trabajador! ¡Todo porque no me controle! — en ese instante se derrumbo, cayendo de rodillas, lloriqueando.
—¡Alex! — Kaine lo ayudo, abrazandolo amablemente, era algo extraño para el pequeño, si, eran amigos, pero ese tipo de muestras de afecto no era común.
—Soy un mounstro...
—¡No! Escúchame, lleve a varios a las estaciones de la cruz roja, por ahora no hay ningún muerto de milagro, e incluso algunos inconscientes estaban bien.
—No es solo eso, Kaine — melancólicamente, observo a su amigo —, no quiero hacer esto por justicia. Quiero venganza.
—¿Venganza? — el rosado estaba consternado ante la revelación, pero tampoco podía decir que no se lo veía venir.
—Mi venganza, mi enojo, casi ocasiona todo esto...
—Alex...Yo, vine aquí porque quería asegurarme de que estuvieras bien, y lo estamos, ¿no?
—Supongo...
—No solo eso, yo confio en ti, si, tuviste un ataque de ira, pero se que ese enojo no te representa, porque te he visto llorar, te he visto reir y se mas que nadie entre nosotros que tu no eres capaz de matar. Santísimo cielo, yo estoy completamente seguro en que realmente vas a saber hacer lo correcto —culmino el castaño mientras levantaba la mirada, Morry se había llevado el combate aun mas lejos.
—El señor Shigeta me comento la fabula del ajolote —Alex miro su mano y entendió —. Yo no seré el ajolote.
. . .
En un desierto, enormes cráteres se extendían por kilometro y kilómetros de tierra harida, ambos santos no se daban tregua alguna, Morry con una gran agilidad y presicion golpeaba las partes mas débiles del grandote, haciéndole perder el equilibrio, pero por le lado contrario, los golpes de Durero estremecían al chico aun si este esquivaba los golpes.
—¡Ata! — con su brazo izquierdo, el dragon desvio un contragolpe del gris, contestando asi con un rápido derechazo que hizo que parte del casco se fracturara. Por cada ataque Morry estaba sintiendo como su respiración se exaltaba y como sus brazos y piernas temblaban de forma antinatural.
—Cashr era fuerte, pero ni aun asi fue capaz de vencerte solo por su orgullo y confianza, ¡pero yo soy diferente! — Morry se dispuso a lanzar una patada, pero la condición del rinoceronte había llegado a su punto culmine; perdió toda fuerza en sus piernas antes de que el mas alto lo agarrara entre sus brazos, estrellándolo contra la arena y ocasionando que el suelo se fragmentara en cientos de partes a traves de toda la hectárea y las millas aledañas —, pensé que tal vez el anciano de Gratham se daría cuenta y me vencería, pero sus años lo habían vuelto lento y torpe.
—No...Uses su nombre — el traje verde del chico estaba desgastado y su casco ya lucia sin brillo, pero aun asi estaba dispuesto a seguir.
—Que adorable — Durero abrió sus palmas, iba a lanzar un ultimo ataque, pero un temblor por debajo de sus pies lo detuvo.
—¡Che gordo teton! — cientos, y cientos de raíces brotaron del suelo, tan grandes que abarcaban incluso rascacielos atropellaron al hombre llevándoselo por delante mientras cientos de espinas impactaban contra su armadura — ¿¡Y si haces dieta en lugar de andar palanganeando!?
Kaine había llegado a escena, con sus manos en el suelo sobre uno de sus tallos. Morry fue ayudado por Alex, quien también estaba allí, aunque su aura no era de curación pudo curar algunas de las heridas de su compañero.
—Oh, Morry, perdóname por no ayudarte —confeso avergonzado.
—Alex—el hombre sonrio por debajo de su casco, poniendo su mano sobre la cabeza de su aliado —, no tienes que disculparte, no te culpo de nada. Eres un chico todavía después de todo.
Con mas calma, los santos se prepararon, aunque por la condición el verde tenia problemas estaba dispuesto, pero Alex preparaba algo.
—Cierto, no quería confesártelo, Morry, pero ahora tengo una condición.
— ¡Eso es fantástico amigo mio! ¿en que consta? — Alex tomo una bocanada de aire, extendiendo piernas y brazos.
—El señor Shigeta, me ayudo a hacerla — con eso, el aura, debilitada de Alex lo rodeo —, me puso cuatro sellos que limitan mi poder, solo soy capaz de romperlas si mi aura no escapa de mi cuerpo —con esas palabras, la pequeña neblina transparente se sello en el cuerpo del chico quien gimio, antes de agarrarse el estomago con dolor —, la condición es que todo mi cuerpo se tensa, particularmente mis piernas y brazos.
Mientras sonidos de gruñidos y de movimientos antinaturales salían del pequeño, el ambiente se había oscurecido, una gran fluctuación de energía empezó a brotar del chico, era energía residual que su cuerpo generaba naturalmente, que era sellada en sus musculos.
—Mi cuerpo, duele... —Morry trato de ayudarlo, pero un campo de fuerza lo detuvo — ¡tranquilo! ¡es normal! Si no fuera por el traje mi cuerpo reventaría — eso ultimo lo susurro para si mismo.
El rinoceronte peleaba contra las enormes raíces, que lo golpeaban y estampaban contra montañas. Cada que destruia una con sus puños brotaba otra, y otra y otra, cada una impidiéndole siquiera avanzar o moverse. Con un estallido de energía a sus piernas pudo saltar, liberándose temporalmente del asalto, pero no espero tener al astuto castaño esperándolo por detrás.
—¡Te regalaste! — asegurándose de no tocarlo, Kaine enredo al musculoso entre sus cuerdas, haciéndolo chocar varias veces en el suelo, sus otras estructuras sometieron al rinoceronte extendiendo sus extremidades —vas a ser mi conejillo de indias.
El rosado levanto su mano, creando varias raíces que la rodearon. El sol empezó a iluminar en el momento adecuado que Kaine saltaba animado, de los tallos broto una hermosa flor semejante a un girasoles, grande y dorada, abarcaba toda su palma. Pequeños brillos empezaron a llegarle, momento donde apunto al sujeto, y sin darle tiempo disparo un poderoso rayo dorado que dio contra el torso del santo.
—¡Este ataque te acabara definitivamente! ¡cien mil grados kelvin en la palma de mi mano! ¡lanzado a un cuarto de la velocidad de la luz! — con ese grito, el ataque ceso en menos de un parpadeo. La flor lentamente callo marchita mientras Kaine gemía del cansancio, mirando como las rocas de alrededor se habían derretido de aquel ataque y enormes paredes de humo se elevaban —, eso fue...Facil... —con dificultad, el castaño se levanto, solo para ser recibido de un derechazo, seguido de golpes brutales que lo hicieron vomitar.
—¡Niño insolente! ¡Inutil! — Durara tenia el traje totalmente destruido, lleno de quemaduras y con partes totalmente destrozadas por el laser, lo único intacto eran sus guantes reforzados y su casco. En un golpe a matar coloco a Kaine contra una de sus propias raíces que lentamente se desvanecía. Con rabia se agazapo, apuntando su enorme cuerno contra el corazón del santo rosado, listo para dar su estocada, una patada lo mando a cientos y cientos de kilómetros al norte.
—Ah...Abuela no quiero ir a clases... —El castaño se hallaba totalmente mareado, desvariaba después de semejantes puños que había parado con el rostro. Penso que su salvador era Morry, pero pudo divisar una figura roja, en un inicio creyo que era Alex, pero era un poco mas alto. Cuando su visión se aclaro solo pudo observar una imagen residual celeste que dejo un intenso brillo.
"Estoy siendo vencido..." pensó Durara mientras veía como su cuerno se había destrozado, giro la cabeza, solo para observar como un puño lo enviaba de nuevo contra la tierra, levantando el suelo y ocasionando un estallido que sacudió todo el estado. Con su cuerpo hecho trizas pudo ver a su atacante, era Alex, quien estaba levantado allí, con un cuerpo mucho mas marcado y un traje que brillaba intensamente.
—Durara, no voy a matarte — el rojo fue contundente con sus palabras —, te dejare vivir, pero si tratas de dañarme a mi o mis amigos, no pienso perdonarte.
— ¿En serio así es como trataras a uno de los asesinos de tu abuelo? — una voz vino por detrás del chico, una sombra lo cubrió y frente a el se hallaba el causante de todo. Tapado por su casco dorado y con una capa que cubría su cuerpo, el mismísimo papa permanecía inmóvil ante él.
—Tu— Alex preparo sus puños —, prepárate, sentiras el poder de mi "Acto 1".
—Pequeño Alex, ¿levantas tus puños contra mi? ¿Es en serio? Ni aun con tu poder nuevo podrias compararte a mi. —mientras hablaba, Durero saco de sus guantes una especie de chicle.
—¡Impacto! ¡Golpe rotatorio! — Alex moldeo una esfera alrededor de su puño, misma que empezó a contorsionarse de forma espira, formando un tornado alrededor de todo el brazo del muchacho, quien salio a toda potencia hacia su rival.
El papa levanto la mano, recibiendo el ataque en esta, pero lo que sintió no fue algo que tenia previsto: todo su cuerpo se deformo ligeramente, sus musculos, sus nervios, sus huesos, hasta sus atomos fueron obligados a contorsionarse en una forma de espiral. Una onda de energía se extendió directamente hacia el casco de la santidad, que por obra de su propia aura, pudo librarse por medio de impulsar el cuerpo del santo de rojo hacia atrás. Mientras esto pasaba, su casco empezó a destruirse, aplastándose a si mismo hasta desintegrarse en la nada.
—No... ¡no puede ser, eres...! —La identidad de aquel villano estaba revelada; era aquel padre que le había salvado la vida, el mismo que había conocido en la estación de tren.
—Oh, lo mismo ya no tenia intención de resguardar mi identidad, Alex — el hombre de cabello azul se giro —, puedes llamarme Isaac.
Alex se quedo helado, tenia al asesino de su abuelo frente a el, pero ¿Qué podía hacer o decir? ¿todas esas charlas eran falsas? ¿O es que solo quería conocerlo mas? ¿Por qué le había salvado la vida? Sus preguntas se esfumaron al sentir una colosal sombra cubrirlo, Durero se había transformado en un parpadeo en una bestia enorme. Un enorme cuerno se extendía a través de la llanura, que utilizo para empezar a golpear todo lo que veía. Iba a volver contra Isaac, pero este había desaparecido.
—¡Alex! —Kaine corría hacia su compañero, junto con Morry, ambos observando a la criatura.
—Chicos, yo, he descubierto quien es el papa — Kaine quedo atónito, pero Morry parecía mas asustado — ¿Por qué, me dejaron con el en Afraak?
—¿Dejarte con alguien? Pero si te dejamos solo cuando estabas recuperándote allí —respondió con rapidez Kaine.
—De haber estado allí, yo lo habría reconocido... — Kaine y Alex quedaron estupefactos al oir la revelación, pero no había tiempo que perder, el rinoceronte estaba destruyendo todo a su paso.
—¡Invoquemos al Dios! — Ordeno Alex.
—¡Si! — los otros contestaron al unísono.
El trio levantaron unas placas un poco mas grandes, del cielo brotaron tres portales, desplegándose de ellos cada uno de los vehículos titánicos, mismos que se acoplaron en uno solo, creando al mecha. En pose de batalla, el robot provoco a la criatura quien gruño con rabia antes de abalanzarse hacia los tres. La velocidad de su movimiento era sorpresiva, para suerte, Kaine se encargó de eludirlo de rapidos saltos que dejaba huellas por donde pasaban.
El robot se coloco sobre una montaña, solo para dar una maniobra al instante que el rinoceronte mutado trataba de empalarlo, empleando toda su fuerza, los tres levantaron por la espalda a la criatura.
—¡Esta bestia posee gran ímpetu! ¡Pero no nos rendiremos! — con su clásico melodrama, Morry tomo posición dominante del mecha, con su fuerza física aumentada lanzo por los cielos a la criatura, saltando al mismo tiempo junto a los cohetes de la espalda y pies que poseía, tiro un puntapié que destrozo el prominente cuerno de la criatura, quien cayo de espaldas soltando un grito gutural.
—¡Es hora de acabarlo! — Alex tomo la posición esta vez, dio un golpe al suelo, mismo del que se desprendió una onda de energía que llego por el suelo, explotando como un geiser a la criatura que se elevó nuevamente.
Los tres santos hicieron una cruz con los brazos, y en un grito, el poderoso rayo se disparó en un divino destello que ilumino todo el hemisferio norte, el laser empujo a miles de kilómetros a la bestia, hasta alcanzar la exosfera y, consecutivamente, sacarlo de orbita.
. . .
Sobrevolando la industria en su robot, los tres no habían pronunciado ni una sola palabra desde su victoria, Alex todavía no podía quitarse de la cabeza aquella imagen y Morry solo miraba abajo. Kaine bufo, mirando por el visor del robot a la tierra, solo para sonreir. Cuando sus dos amigos posaron sus ojos a lo que veía, también sonrieron; todos los trabajadores y militares los saludaban, vitoreándolos.
—Chicos... —Alex hablo para sus amigos — la batalla recién comienza.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top