ᴇxᴛʀᴀ 1

Mientras Taehyung hacía sus maletas de nuevo, se decía que regresar con aquel hombre a Nueva York no era una mala idea, que podía tener un nuevo inicio al lado de sus hijos, que aquel lugar tenía más oportunidades para él y que debía tomar su oportunidad de estudiar, que no debía perder lo que fue a hacer a aquella cita cuando YongMin tuvo el accidente, que todo debía valer la pena y debía tomarlo. Por eso ni siquiera pensó en que ya había dado todo su dinero para el alquiler del departamento que estaba dejando atrás y en el cual apenas llevaba tres días.

Metía lo poco que tenía en sus maletas y trataba de ignorar la presencia del señor Kim, quien se mantenía cerca de la ventana dándole la espalda pero aún podía notar como su cuerpo daba espasmos del llanto que trataba de contener y que en momentos no podía evitar, Taehyung veía como el corazón del hombre que amaba se rompía frente a él sin poder hacer nada porque su corazón estaba sufriendo lo mismo.

—Ya terminé. —Dijo por lo bajo y el mayor solo le asintió tomando las llaves de su bolsillo para salir.

Taehyung lo siguió en silencio hasta el auto y el camino fue largo, tan largo que pudieron ver el atardecer en la compañía del otro, ambos sumergidos en sus pensamientos y la mirada triste que su antiguo jefe tenía había cambiado a una seria, determinada. Él por su lado se sentía pequeño, pero en cada kilómetro avanzado, sentía que su corazón se saldría de imaginar estar de nuevo al lado de sus niños y cuando estacionaron fuera de una casa tradicional coreana y por la ventana logró ver el momento exacto en el que YangMe lo vió llegar, las lágrimas volvieron a salir, aquellas lágrimas que parecía que habían decidió vivir en sus mejillas este último tiempo. Su niña salió corriendo de la casa con un hombre mayor detrás de ella confundido que quería detenerla, pero que cuando los vió se detuvo.

—¡Appa! ¡Appa TaeTae! —El mencionado se hincó recibiendo en sus brazos a su pequeña aferrándose a ella con fuerza, llorando en su hombro escuchando los sollozos de su niña. —No te vuelvas a ir jamás, no me dejes.

Taehyung negó tomando aquel pequeño y delicado rostro en sus manos, sollozando de tan solo verla de nuevo a su lado y limpió las lágrimas de su hija con tanto amor, sentía que su corazón quemaba con todo lo que estaba pasando.

—Me quedaré a tu lado toda mi vida, hijita mía. —La atrajo de nuevo a sus brazos.

—¿Lo prometes? —Preguntó ella en un puchero pronunciado.

—Appa lo promete.

Seokjin tomó a su hija de los hombros para apartarla con suavidad de Taehyung y ella le extendió los brazos logrando que su padre la cargara, el señor de antes ayudó a Taehyung a levantarse, este se veía un poco tímido haciéndole una reverencia después de ayudarle y muy confundido dirigió la mirada a su hijo quien negó, diciéndole en silencio que no era momento para explicaciones.

—¿Por qué YangMe salió corriendo? —Una mujer más o menos de la misma edad que el señor mayor salía de la casa con YongMin en brazos y Taehyung sentía que ya no podía soportar más sentimientos atacandolo.

—Babi... —YongMin se le quedó viendo, como si no creyera que después de tantos días su papi estaba ahí. —¡BABI!

Se removió inquieto en los brazos de su abuela pidiendo que lo bajaran o que lo entregaran en brazos de Taehyung, la mujer mayor lo bajó porque no pudo con los movimientos bruscos y Taehyung caminó encontrando a su hijo con miedo a que se tropezara con sus piecitos de bebé. Y cuando lo tuvo en brazos sintió tanta paz, después de tanto tiempo sintió que por sus hijos podía hacer cualquier cosa, sobre todo mantenerse firme en su decisión de no regresar con Seokjin, sus hijos merecían un ambiente sano y eso es lo que les daría. Un par de horas después estaban viajando rumbo a Nueva York sin Yoongi con ellos, con una charla extensa y muy incómoda con los padres del señor Kim aclarada y con metas que cumplir que se iba poniendo mientras los minutos pasaban.

Por eso vivió en el hogar de Yoongi, habló con Seokjin únicamente para planear las rutinas de cómo convivirían con sus hijos, buscó un trabajo y estudió. Mataba sus malos pensamientos y su antiguo amor con estudio, leyendo todo el tiempo, preparando en casa recetas, yendo a conferencias, pidiendo ayuda a sus compañeros, saliendo a conocer por su cuenta cafeterías para tomar de inspiración. Ocupó su tiempo en sus estudios y sus hijos, conoció gente, exploró la ciudad, pero nunca pudo volver a enamorarse, porque él había prometido esperar, esperar y esperar a que el amor de su vida pudiera crecer mentalmente para el bien de todos, para el bien de su familia.

Pero no podía negar que sufrió cada uno de sus días, en ese mísero minuto que su mente no ocupaba la escuela, ese minuto cuando detenía todos sus pensamientos y la sonrisa de Kim Seokjin se colaba como una imagen fuerte y clara, hasta el día que el mayor le pidió una nueva oportunidad y cuando llegó a su casa lloró, lloró y lloró. Pero sintió que su herida por fin podía volver a cerrarse y así pasó.

El día de su cita, fue en la intimidad de su hogar. Seokjin le pidió sus llaves y mientras Taehyung trabajaba se encargó de preparar una cena deliciosa, con un ambiente tan romántico que cuando Taehyung entró al comedor, sus ojos se llenaron de lágrimas. El señor Kim se veía guapísimo y estaban solos, Taehyung era el único que debía preocuparse por sus acciones y juzgarse el mismo por ir directo a los brazos del mayor, que sorprendido le correspondió apretándolo contra su cuerpo en manera de confort, de hacerle saber que todo estaría bien. Y Taehyung se aferró de su saco, inhalando sutilmente su aroma con un nudo en la garganta que no pensaba irse, había extrañado tanto la manera perfecta en que las manos de Seokjin lo tomaban que por eso había actuado así, su corazón se unía solo con sentir el calor del mayor llenarlo.

—Hay tantas cosas que debemos hablar. —Dijo aferrado a él. —Hay tanto que mi corazón quiere explicarte, tantas conversaciones planeadas en mi mente, tantas disculpas que pedir, pero en este momento solo quiero sentirte. —Taehyung miró al mayor quien como siempre se mostraba frágil delante de él, sin temor a verse débil. —Sé que entiendes porqué lo hice, no puedo pensar en el arrepentimiento, Seokjin. No quiero pensar en que pudo haber otra manera en que pudimos hacerlo, solo quiero pensar en que estás aquí y en qué...

—Cuidaré y sanare tu corazón. —Completó el mayor con un hilo de voz y aunque Taehyung pudo decirlo con otras palabras, asintió quedándose con esa respuesta. —Te lo prometo por lo que más quiero en la vida, nunca te levantaré la voz, nunca me meteré en la crianza que le das a nuestros hijos, dejaré que me regañes cuando haga las cosas mal porqué ahora sé que me equivoco, que sobre protegía a quienes amo de una manera enferma y olvidé proteger a mi nuevo amor, a ti que me habías dado todo sin dudar. —Seokjin lo tomó con manos temblorosas de las mejillas. —No era tu responsabilidad repararnos. —Sollozó tratando de evitarlo y soltando un sonido doloroso. —No era tu responsabilidad tomar el rol de una esposa, ni de una niñera, ni de una ama de casa. Taehyung, quiero que solo seas tú estando a mi lado, que seas ese cocinero que hace postres deliciosos, que seas el padre que deseas ser y si tú quieres, que seas mi pareja, mi equipo. Alguna vez fuiste mi estrella fugas, pero mi deseo siempre fue tu amor.

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Los extras serán cortitos y randoms sin fechas específicas e intercaladas. No tiene orden cronológico 🤭

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