Cap. 14: Relax
La oficina de Aioros estaba decorada con antiguas efigies griegas. En las paredes, se exhibían cuadros renacentistas y barrocos. Shura, por un momento pensó que se trataban de reproducciones, pero su sorpresa fue mayor al descubrir que las piezas de arte eran originales. Tal vez, en un pasado, Shion había comprado esos cuadros en una subasta privada y las había añadido a su colección.
Estaba tan absorto en la observación, que no se dio cuenta de que el dueño de la oficina se encontraba a sus espaldas. El griego tocó su hombro con suavidad y Shura dio un respingo volteando a ver al causante. Fue en ese momento que Aioros sonrió y le preguntó:
--¿Qué te trae por aquí, joven camarada?
--Sólo vine para aparentar que te persigo, Aioros. –respondió el español asombrado. Volteó a ver los cuadros de nueva cuenta y le preguntó. –Son originales, ¿Verdad?
--Tal y como los puedes ver aquí, Shura... pero no creo que sólo vengas a ver las obras de arte. Si es así, puedes dirigirte al Vaticano. –ambos rieron por ese último comentario. Lo invitó a sentarse en el sillón y le ofreció una copa de vino. Después se sentó junto con él y platicaron animadamente sobre trivialidades... hasta que llegó el momento de hablar asuntos serios:
--¿Y cómo van los negocios por aquí? –preguntó el español.
--Pues Don Mu me ha pedido un informe de todos los movimientos de los últimos meses. Y en cuanto a los tratos, el jefe nos ha pedido que cesen, ya sabes, por la treta de tu líder...
--Pues en nuestro caso, te informo que les estamos siguiendo la pista. Pero hay algo que me inquieta... -Aioros lo miró con preocupación y Shura suspiró antes de contestar. –No hemos podido unificar la organización. Tú sabes que es de vital importancia mantenerla unida, pero esto se hace cada vez más difícil. Si Saga no se dedica a lo suyo, temo que la policía nos encuentre y caigamos, ¿Entiendes?
--Sí, lo sé. Por eso no creo que estés muy contento con él... y ahora pienso que debes unirte a nosotros antes de que se derrumbe el poder... -Aioros caviló por unos instantes, pero recordó algo importante.--pero, pasando a otros asuntos, ¿Cómo está mi hermano?
--Está bien. Ahora está con el jefe en Alemania. Después me informará de lo que se efectuó la junta. Pero no te preocupes por él, es un chico muy listo y seguramente está al pendiente de alguna situación "peligrosa". Después de todo, le he adiestrado muy bien... -volvieron a reír, pero el sonido de la puerta los hizo ponerse en alerta.
Ambos se pusieron de pié y notaron que el líder de Italia estaba frente a ellos. Aioros se inclinó saludándolo y le informó:
--Shura ha venido a Roma para tratar de asesinarme, tal y como usted sospechaba, Don Mu.
--Me alegro que no sea así, Aioros. De hecho, me alegra que nos visites con tu mejor postura, Shura. –indicó Mu con una sonrisa en el rostro. Shura le extendió la mano y Mu le preguntó. -¿Cuánto tiempo planeas quedarte, amigo?
--Dos días para aparentar, Don Mu. –su sonrisa fue reemplazada por una expresión de seriedad. –Mi visita no es sólo apariencia, vine porque Aioros me pidió que le diera detalles a usted...
--Bueno, si es así, pasa a mi oficina para hablar de negocios... -le invitó a salir de la oficina con la mano.
***
--¿Cómo les fue, Ojousama? –preguntó Shaka al ver entrar a su protectora en compañía de Shun Rei, Dohko, Milo, Tamashii y Santiago.
--Bien, le han hecho algunas pruebas para diagnosticar su enfermedad. Pero, -volteó a ver alrededor. -¿Dónde está Angello y Aphrodite?
--Están en "El salón de Té" esperándolos, Ojousama... me dijeron que querían pedirle permiso para hablar sobre el uso del equipo de cómputo de "La Caja Amarilla"...
--Bien, después arreglamos eso...
El ocaso anunciaba el anochecer con la gama de colores que pintaban día a día el cielo azulino. Toda la mañana se la habían pasado en el hospital de la Fundación Graude entre médicos, enfermeras y aparatos de evaluación. Jamás se habían sentido cansados como aquel día y sus apetitos habían crecido al pasar de la tarde. Shun Rei era la única de todo el grupo que no estaba agotada, a pesar que le aplicaban las evaluaciones médicas. Tenía una firme esperanza de que al final diera por terminado el sufrimiento al que se acostumbró durante tantos años.
Midoriko avanzó al "Salón del Té" y corrió la puerta encontrando a los dos extranjeros en ropas orientales. En cuanto la vieron, se levantaron de los cojines en los que estaban sentados y se inclinaron en pose de respeto. La Yakuza avanzó por la estancia y les preguntó con una sonrisa en el rostro:
--¿Se portaron bien?
--Sí, señorita Midoriko. –Se apresuró en contestar Aphrodite. –De hecho, Shaka nos ha mostrado toda la residencia.
--Me alegra que conozcan el lugar, y, ¿Ya comieron? –preguntó Midoriko divertida pero con voz cansina.
--Por supuesto que no, signorina, -respondió Angello. –la esperábamos...
--Bueno, pasen al "Salón del Tigre y el Dragón" entonces.
Asintieron con la cabeza y caminaron al comedor. Descubrieron que la mesa había sido servida con deliciosos platillos de la gastronomía china. Los demás ya se encontraban acuclillados en los cojines esperando a su líder y anfitriona. En cuanto llegó Midoriko, se sentó y comenzaron a servirse. Pero una visita los detuvo por un momento, pasando por la entrada y yendo al comedor. Los ojos de Shun Rei se encendieron y lo invitó a pasar levantándose repentinamente:
--¡Shiryu! ¡Qué bueno que llegaste!
--Sí, me alegra verte, Shun Rei... -se dirigió a Midoriko. -¿Puedo pasar a sentarme?
--Claro, siempre eres bienvenido, Shiryu...
El dragón se sentó al lado de su prometida y comenzaron a comer. Las sonrisas no se hicieron esperar en ambos jóvenes. Milo giraba sus ojos a todos los comensales observando y analizando la personalidad de cada uno, siguiendo su propia psicología empírica y teórica.
Descubrió que Tamashii era muy impulsiva, pero también discreta, al parecer tenía el Trastorno de Bipolaridad; Shun Rei necesitaba estar en más confianza para desenvolverse; Death Mask... bueno, lo conocía bastante bien por lo que no lo analizó mucho tiempo, impulsivo y violento, no lo podía negar en sus acciones; Aphrodite... siempre discreto y sin ningún indicio de alboroto; Shiryu, bastante feliz y eso lo podía suponer con la presencia de Shun Rei, estaba más animado que de costumbre; Santiago... le costó un poco de trabajo debido a que su personalidad calculadora y fría la disfrazaba con su buen humor y, finalmente, la líder de los Yakuza... la personalidad de ella, sin duda alguna, rayaba en lo infantil que se portaba...
...Milo era un psicólogo empírico. Le gustaba analizar a la gente con sus acciones para provocar reacciones y descubrir el punto débil de los demás. Para él, no sólo era un pasatiempo, si no una virtud codiciada por muchos. Un poco de su historia les hará comprender el porqué. Nacido de cuna griega, perdió a sus padres a la corta edad de siete años. Presenció la muerte de sus progenitores escondido detrás de las puertas del clóset. La causa era simple: primero, la extorsión y después un ajuste de cuentas. Después de autoanalizarse por largos años, descubrió que el deseo que más tenía escondido en el subconsciente era la venganza....
... Entró en la mafia como todos los que empiezan la peligrosa carrera: el narcomenudeo. Pasaba el tiempo y comenzó a subir matando, robando y relacionándose con los jefes que dirigían la organización. Todo con verdadero ojo clínico y su don de analizar. Si su destino hubiera sido otro, seguramente sería uno de los psicólogos más importantes de su país y, quizá del mundo. Pero el camino se transformó en un medio de supervivencia con el que se ganó el apodo de "Escorpión"...
...Llegó tan alto, que el mismo líder de la mafia griega lo acunó en sus brazos y lo convirtió en uno de sus hombres de apoyo. Con Milo a su lado, la mafia comenzó a crecer y reinar sobre el terror que implantaban. Tanto así, que hubo un día en el que dicha organización se codeaba con "La Cosa Nostra" y el vasto imperio criminalista de Rusia. Pero Milo también sabía que si no se ataba a otra organización, Saga se lo llevaría con él a la ruina. Fue entonces que le propuso un trato de servir de espía y así llegó con los rusos...
... Conoció a Camus, Shun, Hyoga y a la misma Katya Nicolaievna Tokarev, quien le otorgó todo el apoyo que tenía. Fue cuando se dio cuenta de que se había metido en la boca del lobo. A pesar de seguir mandando información para Saga, la mentalidad de Milo cambió por completo. Ya no deseaba la venganza, sino un lugar donde estar seguro y con la lealtad al frente. Pero con lo que no contaba era que debía asesinar a Shion Wang, aunque eso le viniera consecuencias irreparables de confianza...
--Y dime, Shiryu, ¿Cómo van los negocios por allá? –preguntó la ninja sin dejar de comer. Shiryu iba a contestarle, pero la voz de Midoriko se antepuso:
--No hablamos de negocios en la mesa*, Tamashii...
--Disculpe, Ojousama... -pidió la ninja olvidando que su señora había visto recientemente la primera película de las sagas de "El Padrino". Midoriko siguió comiendo en silencio al igual que los demás, pero en la mente de Shun Rei vino una pregunta de vital importancia:
--Oye, Shiryu, ¿A qué te dedicas? ¿Cuál es ese negocio tan importante que tienes?
--Pues... -el japonés no sabía que contestarle, pero recordó el otro giro al que se dedicaba Saori Kido. Todos se quedaron con el aire conteniéndolos en los pulmones ante su próxima respuesta. –Pues... me dedico a ayudarle a mi jefa en la Fundación Graude, una organización que se dedica a ayudar a los niños con pocos recursos, Shun Rei... -el alivio discreto no se hizo esperar. Shiryu esperaba que estuviera complacida con la respuesta.
--¿Y en qué la ayudas, Shiryu? –volvió a preguntarle la chica. Shiryu tragó saliva antes de contestar.
--Pues en varias cosas. Sirvo como escolta, así como también de secretario o supervisor o... -las opciones se le estaban acabando. –como un consejero... son muchas cosas las que hago, querida...
--¡Qué bien es ayudar a los demás!, ¿No lo cree así, Midoriko? –se dirigió a la Yakuza, quien sonrió plena.
--Sí, se siente muy bien ayudarle a todos...
El resto de la comida terminó animosamente, pues Santiago no podía engullir el arroz con los palillos y Midoriko se burlaba de él. Entre risas y bromas, se levantaron de la mesa, dejando que las sirvientas recogieran los muertos. Pasaron al "Salón del Té" para desperezarse un rato y Midoriko convocó a todos los de su mando en "La Caja Amarilla". Una vez todos reunidos, Midoriko se sentó en el diván, mientras que los otros la escuchaban de pié.
--Bueno, primero daré instrucciones. Saldremos a divertirnos un rato y, claro, supervisar el lugar. Como tenemos una visita fuera de nuestro círculo, unos no podrán ir y sé que un monje no podrá acompañarnos, así que, Shaka y Santiago, se quedarán a cuidar a Shun Rei en compañía de Dohko...
--Acierta muy bien, Ojousama. –respondió Shaka sereno. –Está claro que yo no puedo tomar alcohol y haré lo que me pide hasta su regreso.
--Bien. Los demás quiero que se alisten lo más discreto posible. –todos asintieron con la cabeza y Midoriko continuó. –En cuanto a otros asuntos, Shaka me ha dicho que ustedes dos –señaló a Death Mask y Aphrodite. –desean ocupar la computadora... bueno, en ese caso, sólo quiero saber porqué...
--Encontramos en el pendiente de Death Mask un microchip. –contestó Aphrodite mostrándole la pequeña pieza a la Yakuza. –Creemos que contiene información importante y queremos saber el contenido...
--Pueden usar la computadora. En el cajón del escritorio se encuentran diversos adaptadores. Usen el que les quede más conveniente, pero por ahora, quiero que se alisten para salir...
Todos salieron del lugar dejando a Tamashii en "La Caja Amarilla" junto con Midoriko. Se levantó del diván y caminó a la computadora. Tamashii le preguntó discretamente:
--¿A dónde vamos a ir, Ojousama?
--Vamos al cuartel de Seguchi Sama. Le espera una sorpresa. Él no ha cumplido con las cuotas estipuladas por el consejo Yakuza. Veremos lo que dice si nos ve personalmente. Quiero que vigiles a Milo, no deseo que sea más un espía de Saga, ahora que se han separado.
--En seguida, Ojousama...
Salió de la habitación ensimismada de la orden que había recibido de su líder, ¿Milo siendo un espía de Saga? Era claro que él lo había sido en un pasado, pero... ¿Ahora? Caminó por el pasillo hasta encontrarse con Santiago. Quería investigar algo y quién más que el español para ayudarla. Subió a su habitación y tocó la puerta tres veces.
--¿Puedo pasar, Santiago?
--Sí. Adelante... -se oyó desde el interior. Tamashii abrió la puerta y descubrió a Santiago poniéndose una camisa blanca. –Dime, ¿Qué tienes que informarme? ¿Alguna orden de Midoriko?
--No, pero tengo una duda de la información filtrada por la Mafia griega...
--Eso se arregla fácil. –tomó de la cama su celular y marcó un número para después llevarse el auricular al oído. -¿Bueno? ¡Hola, tío! ¿Cómo han estado todos por allá? –guardó silencio para escuchar al interlocutor. –Muy bien, ¿No has sabido ninguna información acerca de nosotros?... entendido, gracias... -colgó y miró a Tamashii, quien expectante, esperaba la respuesta solicitada.
--¿Y bien? ¿Qué te dijo tu informante?
--Que Milo, oficialmente, está fuera de la mafia y no ha habido una información de parte de él... -respondió Santiago abrochando su camisa frente al espejo. Tamashii suspiró profundamente y Santiago viró hasta la delgada figura de la ninja. -¿Estás profundamente enamorada de él?
--No sé de lo que me hablas, Santiago... -la chica desvió la mirada y Santiago sonrió al comprobar que las suposiciones estaban correctas.
--Tú bien sabes a lo que me refiero. Pero yo no tengo nada en contra del amor. Si lo amas de verdad, sácalo a como dé lugar de este círculo. Sabes muy bien que Saga puede asesinarlo por traición y tu deber ahora es protegerlo. Al final, toda respuesta provendrá de ti...
--Gracias por todo, Santiago. –le dijo Tamashii yendo a la puerta para salir. –bueno, iré a cambiarme. La señora me espera... -Salió de la habitación hasta cerrar la puerta tras de sí. Un alivio se propagó en su alma. Milo era el hombre que más amaba y, lo mejor, era que no podía traicionar a los Yakuza, ni a ella.
***
El cuartel general de Seguchi era un bar de mala muerte en el corazón de Tokyo. Todos los Yakuza se reunían ahí para hacer tratos o divertirse. Y la líder de todos ellos estaba parada frente a él fumando de su Bong junto a sus nuevos escoltas, Milo, Death Mask y Aphrodite y adentrándose en ese lugar de perdición. Tamashii pasó después de ellos advirtiendo que no se corría peligro alguno.
Los cinco estaban vestidos de negro. Death Mask, Milo y Aphrodite vestían costosos trajes, al igual que sus corbatas, para mezclarse con la mayoría de la gente tatuada. Tamashii estaba ataviada con un vestido negro largo que tenía una abertura en uno de sus costados y dejaba ver su pierna marcada por el ejercicio. Midoriko llevaba su inseparable katana y su kimono ahora era negro con dos puntos blancos al frente.
Pasaron por la pista, donde varias chicas se desnudaban sensualmente y se sentaron en una de las mesas del fondo. La música sobrepasaba los decibeles estandarizados por la asociación de bares de la ciudad, pero las autoridades no protestaban debido a que valoraban su vida. Tamashii pidió sake al mesero que los atendía y se retiró a cumplir dicha orden. Los cinco observaban el lugar descubriendo que no sólo había striptease, sino casino y barra libre toda la noche. El mesero llegó con la bebida solicitada y se retiró. Midoriko habló fuerte y claro para que todos la escucharan:
--Ustedes que no saben qué es el Sake, quiero que lo prueben y me den su opinión...
Midoriko sirvió la bebida en pequeñas vajillas y le entregó a cada uno su tacita. Después de brindar, los tres extranjeros bebieron de un solo sorbo el licor y Milo exclamó:
--Es algo fuerte, pero me extraña que no embriague al instante...
--Si no estuviera acostumbrado a beber licor, diría que es una bebida muy concentrada. –dijo Aphrodite a la par de que manchitas carmesí se instalaron en sus mejillas. Death Mask pidió otra ronda más y siguió bebiendo. Ante la acción del italiano, Midoriko preguntó:
--¿No te gustó, Death Mask?
--Sí, signorina. De lo contrario, no hubiera tenido las agallas de seguir bebiendo...
--Me alegra escuchar eso, italiano... -contestó la líder sirviéndose más. Aphrodite se levantó y fue directo al sanitario dispuesto a realizar sus necesidades fisiológicas. Una vez que terminó, salió de ahí, pero chocó con un sujeto calvo y con diversos tatuajes en los brazos y en la nuca. Éste lo miró amenazante y el suizo se disculpó:
--Lo siento muchísimo, señor...
--¡Largo de aquí! Éste no es lugar para turistas extranjeros como tú... -respondió el calvo con aires violentos. Aphrodite lo miró con recelo y el hombre le espetó. -¿Por qué me miras así? ¿No te dije que te largaras de una buena vez?
--Lo siento, pero también tengo derecho a divertirme, ¿No es así? –respondió sereno, aunque al hombre no le gustó el tono en que lo dijo.
--Quieres pelea, ¿No? –El sujeto tomó del saco a Aphrodite, a pesar de que éste no había cambiado su mirada. –Pues entonces te daré tremenda paliza que te acordarás por el resto de tu vida, ¿Eh?
Entonces, cuando le iba a atestar un golpe, alguien lo detuvo. Se volvió para ver al causante y descubrió que otro extranjero le sostenía la muñeca. Aphrodite reconoció al instante a su salvador y lo nombró alegre:
--¡Death Mask!
--Suelta al caballero, calvo de pacotilla... -pidió el italiano aún sosteniendo la muñeca del otro. Éste último, soltó al suizo y le preguntó al italiano con sarcasmo en el rostro:
--¿Y tú quién eres para darme órdenes, imbécil?
--¿Quieres saber mi nombre antes de ir al infierno, maldito bastardo? Pues soy Death Mask... -lo empujó para ganar tiempo y sacar su arma, pero una voz que retumbó en ese espacio se lo impidió:
--Un momento... -unos pasos de tacones se oyeron acercarse a ellos. Death se hizo a un lado dejando ver que una mujer se acercaba a ellos. El Yakuza abrió los ojos sorprendido, pero se calmó y rió estrepitosamente:
--¿Una mujer? ¿Es acaso que una mujer me va a dar órdenes? ¡No me hagas reír! –la chica desenvainó su katana y la posicionó para el ataque.
--Esta mujer te cortará el meñique por desafiarme indirectamente...
--¿Dices que me quitarás de los Yakuza? Sólo mírate, ¡Ni un solo tatuaje tienes en el cuerpo! ¿Y aún dices que desista? ¡Estás loca!
--¿Quién es tu líder? ¡Dímelo!
--Soy yo, mi señora... -un hombre se acercó hasta ellos. Vestía un traje negro al igual que su corbata y sus zapatos tenían un brillo tal que las luces neón se reflejaban en el calzado. El Yakuza se detuvo y el líder lo volteó a ver inclinando su cabeza:
--Sesshoukawa Sama... Siento tanto que este impertinente la desafiara... -puso una rodilla en el suelo y su vista se dirigió al subordinado. –Le pido disculpas... Vamos, Yukio, reverencíate ante la señora Sesshoukawa... -le ordenó al Yakuza, pero éste se mostró amenazante. Midoriko sólo empuñó más su katana y sonrió.
--Así que, a pesar de que tu Sempai te lo ordenó, me desafías, ¿Eh?
--Te arrepentirás, maldita mujer... -Sacó una escuadra del bolsillo de su saco y apuntó. Midoriko corrió y Yukio disparó, pero ella se movió a la izquierda y lo esquivó.
--Eres muy lento, Yukio... -debido al movimiento de su katana, le provocó un corte en el abdomen y avanzó levantando su arma. El otro cayó de rodillas tomándose de la herida y pidió disculpas con voz entrecortada:
--Lo siento, Sesshoukawa Sama. No lo volveré a hacer...
--Eso espero. –guardó su katana y se volteó a donde estaban sus escoltas. Tamashii ya había sacado su wakizashi, pero su líder se había adelantado. Milo, Aphrodite y Death Mask sólo pudieron quedarse callados, aunque muy impresionados, ¿Realmente su nueva líder podría ser tan peligrosa? La pregunta ya estaba contestada por la acción anterior.
Seguchi Sama se levantó de su posición y otro de sus sublevados se acercó. El Yakuza le susurró algo en el oído y el subordinado les indicó:
--Seguchi Sama quiere que los escoltemos hasta su mesa. –les indicó el camino con su mano. –Por aquí, Sesshoukawa Sama...
--Arigato, Kohai... -Midoriko se dirigió al líder, quien se arrodilló de nueva cuenta. –Debes adiestrar mejor a tus hombres, Seguchi San. Haz lo que creas conveniente con este perro blasfemo...
Caminaron por la pista de baile hasta llegar a la mesa donde se encontraban anteriormente. Pidieron otra botella de Sake y la trajeron con prontitud. La calma volvió a ser la de antes por lo que no dudaron en pedir otra botella cuando se había acabado. Death Mask miraba a Aphrodite con preocupación y éste volteó al percibirlo.
--¿Qué pasa, Death? –preguntó en un susurro Aphrodite al ver su rostro.
--¿Estás bien, Dite?
--Sí, ¿Por qué lo preguntas? Ah, por lo que pasó hace rato. No te preocupes. Si no hubieras llegado, seguramente ya estuviera muerto el Yakuza. –Death lo miró extrañado. Aphrodite sonrió. –ya, tranquilo, estamos aquí para proteger a la señorita Midoriko y, sobre todo, para divertirnos...
--Bueno, está bien...
La noche pasó larga y, después de siete botellas de Sake, el grupo se encontraba atontado debido a la embriaguez del licor. Milo había invitado a Tamashii a bailar en dos ocasiones y los dos se encontraban callados incómodamente sin mirarse el uno al otro. Aphrodite y Death Mask se hallaban a al lado de la líder bebiendo en silencio. Midoriko seguía tomando de su taza y de pronto abrazó a Aphrodite completamente transformada en un ser infantil:
--Te gusta, ¿Cierto? –preguntó con la voz embriagada al suizo.
--¿Qué, señorita? –el rubor a causa del licor se extendió en todo su rostro. Midoriko sonrió.
--No te hagas el idiota, sabes muy bien a quién me refiero, ¿Te gusta Death Mask?
--Este... sí. –bajó la cabeza con timidez. La Yakuza cruzó los brazos y siguió sonriendo.
--Lo sabía. Bueno, acepto su relación. Tú y Death Mask pueden estar juntos...
--¡¿Qué?! –exclamó Death Mask casi escupiendo el Sake. Se le había subido el color al rostro y no pudo disimularlo más.
--A Midoriko Chan le gustan los anime Yaoi, o sea, los animes de romance entre hombres. Aunque no lo crean, Midoriko Chan es muy romántica. –comentó Tamashii terminando de beber su porción.
Midoriko se levantó súbitamente y sacó su katana para dirigirla a Milo. Éste se quedó petrificado al notar que la punta de la cuchilla estaba frente al rostro y los otros pararon sus respiraciones. Entonces la líder le advirtió con voz infantilmente cruel, lo que provocó que al Escorpión sintiera escalofríos recorrer toda su columna:
--Si intentas traicionarnos, ten por seguro que la tortura que sufriste con Katya será mil veces mayor conmigo... así que ni pienses que te perdonaré... --Milo tragó saliva antes de contestarle:
--Esté tranquila, mi señora. Me he prometido que mil veces muerto antes de traicionarla...
--Además, le romperías el corazón a un ser muy querido, Milo... -finalizó Midoriko volteando a ver a Tamashii, quien no podía creer lo que había dicho su líder. Ésta guardó su katana y tomó la taza para sorber el contenido de un sorbo y les indicó a todos. –Vámonos. Tengo que llegar para ver si Shun Rei se encuentra a salvo...
--Shaka y Santiago la vigilan, Ojousama... no hay de qué preocuparse... -le recordó Tamashii. Midoriko volteó a verla y le dijo caprichosa:
--Pero estoy cansada, Matashii Sempai... ha sido un día muy largo para todos...
--Está bien, vámonos...
Todos se levantaron de la mesa y caminaron a la salida. Al llegar a donde estaba el auto, Midoriko le entregó las llaves a Milo y todos abordaron el vehículo. Aphrodite y Death Mask se sentaron juntos con la líder en la parte trasera y Tamashii de copiloto junto a Milo. Éste último no tuvo problemas para conducir debido a que había sido el que menos había tomado. Y así llegaron a la residencia de los Sesshoukawa donde pudieron descansar lo que les restaba de la madrugada...
o
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top