CAPÍTULO 5

Hola mis queridos lectores. Nuevamente gracias por apoyarme con mis historias.
Espero que este capítulo sea de su agrado.

-¿Y quién es el escorpión dos de hoy? -preguntó Malena al día siguiente en cuanto entró a la cocina y aspiró el inconfundible olor a café y empanadas de pollo. Eran sus favoritas-. ¿Josh? -volvió a preguntar cuando éste no le respondió.

-¿Hmmm?

-¿Hmmm qué? ¿Hmmm, me respondes? O ¿Hmmm, están ricas las empanadas?

-Hmmm, las dos cosas -contestó con la boca atiborrada de empanada.

-¿Nunca habías comido empanadas?

-No. Ni en Australia ni en Corea se ve esta delicia.

-Bien. Satélite. ¿Cuál es mi misión de hoy?

-El escorpión en cuestión se llama Dylan Borja. Es propietario de Transportes Borja. Según el informe de Kwan todo está bien. Sin embargo, se rumorea que su empresa está al borde de la quiebra por mal manejo. Aunque otros opinan que es un apostador.

-¿Y eso lo tenemos que averiguar?

-Exacto.

-¿Y qué esperamos? -preguntó mientras se ponía de pie y se dirigía hacia la puerta.

-Alto ahí mi pequeña saltamontes -ella se detuvo y giró-. ¿A dónde crees que vas?

-¿A alistarme? -fue más una pregunta que una respuesta.

-Nada de eso. Él aplazó la cita para el medio día. Se verán en un restaurante de comida árabe. Así que tienes tiempo de disfrutar de estas maravillosas empanadas que prepara Gaby.

****

Llegaron al restaurante un poco antes de lo previsto. Josh, como el día anterior, se ubicó a una distancia prudente para poder vigilarla. Ella se sentó en la mesa reservada y colocó su bolso junto a ésta. Estaba en una esquina junto a una plantas ornamentales con flores de tulipanes. Daba la espalda a la entrada del restaurante.

-Atenta luna. Escorpión dos se aproxima por las seis-treinta y tres.

-Copiado.

-Hola. Tú debes ser la hermosa Malena.

"Salamero" -escuchó a través del dispositivo.

Ella sonrió. -Así es. Y tú eres ¿Dylan, no?

-Borja. Dylan Borja. Un gusto en conocerte.

-Si me estás tendiendo la mano, no pienses que soy una grosera. Lo que sucede es que soy ciega.

-¡Oh! Perdona. No me dí cuenta.

Ella rió. -Estás perdonado.

Dylan se sentó y colocó el maletín que llevaban a un lado de su silla. Estuvieron hablando de todo un poco. Dylan le contó acerca de su empresa de Transporte. Y ella de las cosas que hacía antes de quedar ciega. Y que ahora está en un proyecto enseñando a los niños ciegos a usar la sunu band.

El camarero llegó con su comida y estuvieron en silencio. De pronto, oyó caer un tenedor. -¡Pero qué torpe soy! -se disculpó Dylan.

-No te preocupes. A mí me sucede a menudo -lo excusó y rió.

Después del almuerzo le invitó un helado como postre en el parque. Ella asintió.

Llegaron al parque y la hizo sentarse en una banca bajo la sombra de un árbol.

-Espera aquí. Voy por los helados. ¿Quieres alguno en especial?

-Un banana Split. Gracias.

-Bien. Ya te lo traigo.

-Descríbeme a este escorpión -le pidió a Josh que sabía que estaba cerca de ellos.

-Alto, uno ochenta. Cabello castaño. Ojos verdes, tienen cierto brillo extraño. Labios gruesos, besables -ella rió bajito-. Es... Atractivo. Pero... Ah ya regresa -terminó y cortó la comunicación.

-Aquí tienes tu helado -dijo mientras lo colocaba entre sus manos.

-Gracias.

-Voy por el mío.

-Tranquilo te espero.

-Fíjate por donde vas mocoso -le escuchó decir. Y su voz se oía agresiva.

-Lo siento señor -la voz del pequeño daba a entender que sentía miedo.

¿Por qué había reaccionado de ese modo? ¿Acaso ese era su verdadero yo? De ser así le restaba puntos. Y muchos.

-Descríbeme lo que sucede en el parque.

-¿Ah? Bien -tomó aire-. Hay muchos niños jugando en la zona de juegos. Una pareja se besa apoyados en un árbol. De hecho se comen a besos -ambos rieron.

-¿Te gustan los niños, Dylan? -le preguntó en cuanto hubo regresado.

-Eh... Sí. Claro que me gustan -ella no le creyó. Se había demorado para responder y se le oía claramente que mentía.

-¿A dónde vamos ahora?

-Bueno... Abrieron hace poco una feria por aquí cerca. Hay juegos y varias atracciones.

-Se oye genial.

Al entrar en la feria, se dirigieron al carrusel donde la montó dejándola la hora que duraba el recorrido. Ella se sintió sola. A decir verdad se sintió sola en casi todas las atracciones en las que estuvo. Sólo en la montaña rusa sintió su presencia porque estaba a su lado. Pero su estado de ánimo había cambiado. Lo sentía tenso. Enojado.

Después de la feria la llevó a cenar. Su ánimo iba empeorando.
Ella no sabía que había sucedido para que el chico alegre con el que se encontró en el restaurante haya cambiado tanto en tan poco.

-Te pido un taxi -le ofreció.

-No te preocupes. Mi chofer vendrá por mí.

- Me parece perfecto -hizo una pausa-. Eh... Yo tengo algo importante que hacer. ¿Te importa esperar tú a tu chofer, sola?

-No. Él ya debe estar llegando.

-Bien. Entonces, nos vemos.

***

-Este no me cayó bien -fue el saludo que le dio a Josh al subirse al campero y cerrar de un portazo.

-Ya decía yo que ese mal genio tenía nombre y apellido -dijo aguantando la risa-. Pero dime ¿Qué te pareció?

-Desatento, malgeniado y no gusta de los niños. Como si él no hubiese sido uno.

-¿Qué puedes esperar de un jugador?

-¿Jugador?

-Verás -Josh se dispuso a explicar sus observaciones-. En el restaurante, cuando fingió que se le cayó el tenedor, lo hizo para poder sacarte el efectivo que llevabas en tu billetera -ella hurgó en su bolso y comprobó que le faltaba dinero-. En el parque, cuando el niño lo tropezó, el maletín que cargaba encima se abrió y dejó ver su contenido. Con la lente de la cámara pude ver hojas y billetes de apuestas de carreras de caballos.

-Espera. ¿Cargas con una cámara?

-Sí. Una Canon EOS-1D X Mark II. Tiene la lente más potente.

-Bien. Continúa.

-Oki Doki. En la feria, todas las veces que te dejó en una atracción, se fue a jugar el dinero que te robó.

-Es un malnacido. Hijo de...

-Malena... Las señoritas no tienen ese tipo de vocabulario.

-Señorita tus pelotas.

Josh se rió con ganas. -Malena. Deberías decir "señorita mis pelotas" -dijo entre risas.

-Pero yo no tengo pelotas -seguía enojada-. Así que serán las tuyas.

-Está bien. Está bien. Al menos queda más que descartado. Y ya sabemos cuál es el motivo por el que su empresa está al borde de la quiebra.

Josh miraba a Malena mientras salía del auto para rodearlo y ayudarla a bajar. Estaba realmente disgustada.

-Tranquila. Velo por el lado positivo. Nos dimos cuenta antes.

-Sí. Pero...

-Pero nada. Vamos -la consoló pasándole un brazo por los hombros-. Tienes que descansar. Mañana tenemos un día bastante largo. Tu cita empieza a las siete de la mañana. Y según el itinerario del escorpión en cuestión, tienes actividades para entretenerte todo el día.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top