Dahiana miró a Marcos con tristeza, pero no podía hacer nada por él. Era la realidad. Y así como Amelia se lo había dicho hace mucho tiempo, no valía la pena mantener a la gente viviendo engañada.

 — La realidad es que sí, me estorbas.

Marcos la miró sin creérselo. Habían pasado mucho tiempo juntos, hasta incluso habían sido novios. Para Marcos, Dahiana era una persona muy importante y aunque las cosas venían mal desde hace un tiempo, lo había tolerado por ella. No solo era una ex, era la chica que tenía una parte de su alma entre sus manos. Desde que había comenzado la universidad, habían pasado muchas cosas juntos. No podía tirarlo a la basura ahora.

Por un momento sintió miedo. ¿Acaso no era nada sin ella? ¿Qué clase de persona era?    

—Ahora que Estiven ha vuelto, quiero intentar de nuevo lo que había entre nosotros y no puedo hacerlo si estás en medio.

Un rencor se apoderó de él por un momento. Se sentía mal consigo mismo por odiarla, pero le daba más repulsión verla. Así que se paró derecho y con el mayor desprecio en su alma, le dijo:

  — Que puto asco me das.

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Una disculpa para la persona en la que está basado esto -que no creo que lo leas algún día, pero si por alguna razón encuentras esta clave perdida-. Y perdón por la grosería ;)