Plan Perfecto

Eve, Nia y Kara idean un plan para que Lena y Kara se reconcilien. Las chicas invitarán a Lena a cenar a un restaurante pero "no podrán llegar" y sólo Kara asistirá.

Lena se encuentra sentada en la mesa esperando a sus amigas. Ella siempre tan puntual y sus amigas no. –*Seguro que se retrasaron por estar de cariñosas* -pensó la morena. También por su mente pasó Luka y se regañó a sí misma, por pensar tanto en él. Pero quisiera o no admitirlo lo había extrañado. No entendía porque ese joven se había vuelto tan importante para ella. Y tampoco dejaba de pensar en Kara, necesitaba tanto de ella. Se sentía sola, por eso había aceptado salir a cenar con Eve y Nia, aparte de que las quería mucho.

Lena observó su celular y notó que sus amigas ya tenían media hora de retraso. Kara la veía desde lejos, había llegado hace 15 minutos y no se atrevía a acercarse. No quería enojarla aún más. Tomó valor y se acercó a la mesa. Tocó el hombro de la morena para llamar su atención– Hola Lee ¿no han llegado Eve y Nia? –fingió demencia. Lena se puso nerviosa en cuanto lo vio– No, no llegan aún –atinó a decir– No sabía que tú también venías –agregó– Oh, lo siento. Creí que sabías –mintió– Si te incomoda, me puedo  ir –hizo afán  de retirarse– ¡No! ¡Espera! –exclamó la morena– Quiero decir, no tienes que irte. Siéntate por favor –dijo, ya en un tono menos urgente. Kara se sentó a la mesa. - ¿Cómo has estado? –le preguntó con dulzura. Lena trataba de ser un fría con él, pero no podía– Bien ¿y tú?Más o menos. No te mentiré Lena, te he extrañado –dijo con sinceridad  y el corazón de la morena se derritió. - *Yo también* Pues la próxima que quieras decirme que hacer  y te quieras meter con Kara, lo pensarás dos veces –contestó con tono duro. – Ya te dije que lo lamento. Por favor Lena, perdóname. Odio estar así contigo –Su voz se quebró y lágrimas amenazaron con salir de sus ojos cielo, pero las contuvo. El estómago de Lena se le hizo nudo, al verlo así. – Ya pues, te perdono –dijo al fin la morena.

A los pocos minutos Eve mandó un mensaje a Lena disculpándose por no poder asistir. La morena le avisó al chico y éste fingió lamentar que ellas no asistieran. Ordenaron y se pusieron a conversar. Pronto las cosas fluían de nuevo, con tranquilidad y armonía entre ellos. Se estaban divirtiendo tanto juntos. Lena sentía que un poco de su vida regresaba a ella, cuando Luka estaba a su lado. El chico se armó de valor y tomó la mano izquierda de la morena entre la suya– Gracias por darme una oportunidad. Prometo que no te defraudaré –le dijo, mirándola fijamente a los ojos, mientras su pulgar acariciaba la mano de Lena. La morena se perdió un momento en esos hermosos ojos. La caricia de su pulgar se sentía tan bien, ella se sentía tan bien. Se la estaba pasando bien y entonces la culpa le entró, por qué ella disfrutaba de la vida, cuando Kara no estaba. Miró el agarré de manos y se soltó. – No quiero que mal interpretes las cosas Luka, tú me caes muy bien pero yo siempre voy a amar a Kara y nadie, nadie podrá ocupar su lugar, jamás –le dijo de forma firme. Kara tenía sentimientos encontrados, adoraba ver cuando la quería Lena pero el saber que nunca habría algo más con ella, en ese cuerpo, le partía el alma. – No te preocupes Lee, yo lo sé. Sé lo que ella significa para ti y me conformo con ser sólo tu amigo. Y créeme, no trato de ocupar su lugar *ese lugar ya es mío* –dijo, regalándole una sonrisa. – Bien, porque yo te quiero y no quiero lastimarte. -*Si supieras lo que sufro* No te preocupes.

Kara llegó destrozado a casa. Estaba cansado de tener a Lena tan cerca y no poderle decir, gritar quien era. Su madre lo vio y enseguida notó que algo no andaba bien. Le preguntó que sucedía y Kara le explicó todo. Eliza lo abrazó fuertemente. – Ella no podrá ser para mí. Nunca le podré decir cuánto la quiero. Jamás me amará, porque está enamorada de  mí ¡Ja! –rió con ironía– ¡Irónico! Que asquerosa es la vida. Creo que hubiera sido mejor no volver – ¡No digas eso Kara! –lo regañó su madre– Aún hay esperanza. Aún puede descubrirlo. Aún pueden pasar muchas cosas. ¿Entiendes? –lo obligó a verla a los ojos– No te rindas, no lo permitiré. -Kara sintió tanto alivio de tener a su mamá. Se sintió reconfortado por sus palabras y le prometió no rendirse.

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