Cameron Linda Asteri
Pasó el tiempo y con él, el octavo mes del embarazo llegó. La barriga de Lena ya estaba bastante grande.
Kara y Lena llegaron a casa después de haber ido por un helado. Prendieron las luces y ¡Sorpresa! Sus padres, Eve, Nia y demás amigos estaban ahí. Les habían hecho un baby shower. Todo idea de Nia, apoyada por los Luthors, Eliza y claro, su novia Eve. Lena y Kara se emocionaron mucho. Todos estaban muy contentos. Cada quien llevó diferentes regalos para la bebé.
Ya más tarde, cuando la mayoría se había ido. Lena y Kara platicaban con la rubia y con Nia, mientras los Luthors y Eliza ayudaban a recoger el desastre.
- Muchas gracias por esto –dijo de corazón Lena.
- Sí, muchas gracias –afirmó Kara.
- No hay de que, ya saben que mi chica es la mejor –dijo Nia, dándole un pequeño beso a su novia.
- Fue un placer. ¡Además todos ayudaron! –agregó Nia– Incluso Lord Tubbington, quien no pudo asistir porque ya tenía compromiso, pero les mandó un ratón –la morena y Kara pusieron cara de espanto– De peluche ¡claro! –aclaró la chica. Todas rieron.
- Gracias –dijo Kara.
(1 mes después)
Era de noche. Kara dormía.
- ¡Kara! –escuchó la chica y se despertó enseguida– Creo que rompí la fuente –agregó la morena y Kara se levantó enseguida.
Salieron disparadas hacia el hospital. Les llamaron a los Luthors, a Eliza, y a Eve y Nia. Lena entró a la sala de parto, y por supuesto, Kara con ella. Los demás esperaban afuera; a estas alturas, los del Glee Club también habían llegado al hospital.
- Respire y puje señorita Luthor –decía la doctora. Kara agarraba la mano de su novia, tranquilizándola. Era increíble la paz y seguridad que Lena sentía sólo por saber que la ojo azul estaba ahí con ella.
- Una vez más –dijo la doctora. La morena pujó y todos en la sala escucharon un llanto. Kara y Lena pensaron que ese era el ruido más hermoso. Lágrimas corrían por sus ojos.
- Confirmado. Es niña –comentó la doctora. Rápido se la dio a una enfermera para que hiciera lo que tenía que hacer y una vez que la bebé estuvo lista. La enfermera, acercó al bebé a Kara y Lena.
- ¿Quiere cargarla? –Preguntó a la rubia.
- Primero Lee –contestó Kara, cediéndole su lugar a la morena. Ella sonrió y recibió en sus brazos a su hija. Su corazón se detuvo de la alegría. Kara miraba a su hermosa hija, quien le devolvió la mirada por un momento, y Kara supo que ese era el ser que más amaría en este mundo.
- Hola pequeña. Hola, somos tus mamis –dijo Lena y la bebé la miró. A la morena no le dejaban de salir las lágrimas.
- Es perfecta –comentó la ojo azul.
- Lo es –confirmó la morena y miró a su novia– Gracias. Te amo –dijo. La chica se acercó a besarla.
- Gracias a ti. Te amo.
- ¿Quieres cargarla? –interrogó la morena.
- Por supuesto –dijo Kara y tomó a su hija en brazos. Las lágrimas volvieron a salir. – Hola hermosa –saludó y puso su dedo cerca del bebé, quien tomó el dedo con su manita. A Kara se le paró el corazón. El bebé hizo un puchero, bostezó y cerró los ojos. La ojo azul besó su cabecita. – Te amo hija.
Después de dejar a su hija con Lena, para que pudiera alimentarla, Kara salió a la sala de espera. Todos estaban expectantes.
- Sí, es niña. Y es hermosa –afirmó una muy orgullosa madre.
Una vez que se los permitieron, los Luthor y Eliza pasaron a conocer a su nieta. Luego Eve y Nia, y después los demás.
A los dos días, madre e hija ya estaban en casa. Kara prácticamente se la vivía pegada a sus dos amores. Se tuvieron que ir adaptando a su nueva vida, desveladas, llantos, cambios de pañal, pero eran tan felices, que nada importaba.
Los días pasaban y la niña crecía sana y bella. Tenía los ojos cielo de Kara y la piel morena, pero no tanto como su madre y cabello negro. Como jamás llegaron a un acuerdo, al final, le habían puesto Cameron Linda Asteri Danvers-Luthor. Kara le decía Cameron, Lena Asteri, Eve, simplemente CLA, y los demás Linda. (Pobre niña, se volverá loca). Cameron Linda Asteri era la alegría de la casa y era muy consentida por sus abuelos y por sus tías, y claro, por sus mamás.
(1 años después)
Kara y Lena decidieron salir a cenar. Dejaron a CLA con sus abuelos, después de miles de recomendaciones y se dirigieron hacia El Árbol.
Estaban ya en el postre cuando una canción conocida comenzó a sonar: Wherever you will go
- ¿Ya escuchaste? –preguntó Lena.
- Sí –contestó la chica. – Mira –dijo sorprendida. Lena volteó pero no vio nada "novedoso".
- ¿Qué cos... -no pudo terminar la pregunta, cuando vio a la ojo azul hincada frente a ella.
- Lee –decía nerviosa– Sabes que te amo, a ti y a nuestra hija. Sabes que soy feliz a lado de ustedes. Hacen mi mundo perfecto. Son todo para mí –la morena escuchaba con lágrimas en los ojos. – Lena Luthor –dijo sacando una pequeña caja, que abrió, mostrando un hermoso anillo. - ¿Me harías el honor de ser mi espo...? –ni siquiera terminó la pregunta, pues Lena ya estaba besándola.
- Sí, sí. Mil veces sí. –respondió la morena. Se pusieron de pie. La chica le colocó el anillo a Lena y luego la abrazó y giró con ella en brazos.
- Dime algo –dijo Lena, ya camino a casa.
- ¿Qué?.
- ¿Tú planeaste lo de la canción? –Kara sonrió.
- Sí amor. Yo les dije que la tocaran cuando estuviéramos en el postre –Lena suspiró.
- Te amo, te amo ¡Te amo! –gritó por la ventana. La rubia rió.
- ¡Y yo a ti! –la imitó.
Cuando comunicaron la noticia, todos saltaron de alegría.
- Ya era hora –comentó Eve (Cabe aclarar que la rubia y Nia se habían casado 4 meses atrás y vivían juntas).
Los preparativos de la boda comenzaron. Querían casarse antes de retomar la escuela. Eliza y Eve ayudaban a Kara a escoger su vestido, zapatos, maquillaje... y los Luthors, Barry y Nia a Lena. Sin embargo, las decisiones como flores, invitaciones, pastel, las tomaban juntas.
El día de la boda llegó. Las chicas habían conseguido a un padre católico (por Kara) y a un rabino judío (por Lena) dispuestos a hacer una celebración simbólica. En el bello jardín donde se celebraba la boda, habían puesto un pequeño altar. Lena estaba algo nerviosa, pero más que nada emocionada de poner unirse legalmente con su amada. Kara estaba contenta, pero también tenía nervios. Cameron Linda Asteri, estaba linda con su vestidito. Ya caminaba y sería paje, junto con...
*Flashback*(hace un mes)
- Bueno ¿y para qué querían vernos con tanta urgencia? –preguntó Kara a Eve y Nia, quienes sonreían enormemente.
- Hijo ven –dijo la rubia. Kara y Lena tenían rostros de signos de interrogación. Un niño como de cuatro años apareció en la sala.
- Kara, Lena, él es nuestro hijo. ¡La agencia, al fin, nos dijo sí! –Dijo emocionada Nia.
- Saluda hijo –dijo Eve.
- Hola –dijo con voz tímida el pequeño.
- Es hermoso –dijo Lena- Sí –comentó Kara– Hola pequeño. Soy tu tía Kara y ella es tu tía Lena. Es un placer –dijo dándole la mano, la cual el niño estrechó– Buen agarré –dijo Kara guiñándole un ojo y el niño sonrió.
- Gracias –Lena se acercó y le dio un beso. El niño se sonrojó.
- ¿Cómo te llamas pequeño? –preguntó Lena.
- Luka –contestó el pequeño. – Bueno, ese nombre me pusieron mis mamis. Cuando me encontraron los del orfanato, no tenía ninguna identificación conmigo y nadie sabe mi verdadero nombre. –agregó encogiéndose de hombros. Kara y Nia miraron a la rubia y a Nia. Ellas sonrieron.
- Ese es tu verdadero nombre, hijo. Y es en honor a un gran joven que conocimos –dijo Eve, guiñándoles el ojo a la morena y a Kara. Ambas devolvieron una sonrisa.
- Muy bien Luka ¿te gustaría visitarnos un día y conocer a tu prima Asteri?-preguntó Lena.
- Sí –dijo sonriendo Luka.
*Fin del flashback*
Cameron Linda Asteri, estaba linda con su vestidito. Ya caminaba y sería paje, junto con Luka y otros niños de la familia.
La ceremonia comenzó. La pequeña CLA daba pasitos, mientras lanzaba flores. Las damas (Eve y Nia) pasaron junto con los padrinos (Win y Barry). La marcha nupcial sonó y Kara caminó hacia el altar, junto a su madre. La rubia esperaba ya en el "altar". La marcha nupcial se escuchó por segunda vez. La rubia giró y vio a Lena. Estaba hermosa, era una visión. Mirada cielo se conectó con la de Kritonita. La morena caminaba hacia su novia, custodiaba por sus padres. Llegó hasta Kara y se sonrieron.
- Que lo que Dios ha unido no lo separe el hombre –terminó el sacerdote. Luego vino la boda oficial ante una juez. Para después pasar a la fiesta. Fue uno de los mejores días en la vida de Lena y Kara y sólo comenzaba.
Como luna de miel, habían decido irse un fin de semana a la playa, pues no querían dejar a Cameron Linda Asteri sola por mucho tiempo. Llegaron al hotel que habían reservado. Kara cargó a Lena y entraron a la habitación, ya, como esposas.
Comenzaron a besarse, primero lento para luego dar rienda suelta a la pasión. Se ayudaron mutuamente a quitarse los vestido y lo que estorbase del peinado. Cayeron a la cama, solamente en pantaletas. Kara llevó su lengua a los senos de Lena; sus pezones se irguieron al contacto. La respiración de la morena se agitó y gemidos escapaban de su boca. La ojo azul atendía un seno con la lengua y el otro con la mano y viceversa. Las piernas de Lena temblaban y sentía su centro mojado, quien estaba igual. La mano de Kara comenzó a acariciar los muslos morenos, abriéndose paso hacia el centro de su esposa; su dedo índice se detuvo en su zona y la presionó ligeramente. Lena se sintió morir. Kara le quitó las pantaletas a su esposa, metió dos dedos en ella y comenzó con su labor. La morena sólo podía gemir y gemir y tratar de no desmayarse ahí mismo, del placer. Lena estaba a punto de explotar, podía sentirlo. Kara seguía entregada a su labor, mientras le daba ocasionales besos a Lena en la boca, en el cuello o lamía sus senos. La morena estalló, gritando el nombre de Kara.
Una vez que la morena recuperó el aliento, fue su turno de darle placer a su esposa. Le quitó las pantaletas y se colocó sobre de ella. Su boca fue a dar en los senos de la chica. Los lamió y chupó, mientras Kara gemía. Luego fue bajando por el cuerpo de su esposa, repartiendo besos y mordiscos. Volvió a subir y mientras se besaban, la morena llevó su mano al centro de Kara e introdujo dos dedos. Comenzó a moverlos, primero despacio y luego un poco más aprisa. La chica gemía y gemía, hasta que el orgasmo llegó.
La chica se recuperó y de nuevo fue su turno. Fue depositando besos en el cuerpo de su amada, hasta que llegó a su centro. Ahí, introdujo su lengua y a Lena se le fue el aliento por un momento. Lamía de arriba hacia abajo y luego de forma circular. La morena se revolcaba en la cama, gemía y apretaba ligeramente la cabeza de Kara sobre su zona. Y después de unos minutos, se corrió.
Ahora Lena estaba sobre Kara, de nuevo. Miró de forma seductora y pícara a la pelinegra y sin dejar de verla, fue bajando hasta que se perdió en el centro de Kara. Introdujo su lengua y comenzó su trabajo. La pelinegra arqueaba la espalda y gemía. El orgasmo estaba por llegar. Kara agarró la sábana con fuerza y estalló en placer, mientras gritó el nombre de Lena.
Se comenzaron a besar de nuevo, tratando de darse un respiro. Después de unos minutos de besos y caricias, entrelazaron sus piernas y sus centros se encontraron. Comenzaron a moverse, frotándose. Seguían besándose, pero el roce de sus cuerpos, hacía que fuese difícil respirar. Así que sólo gemían, hasta que juntas, llegaron al orgasmo.
- Fue maravilloso –dijo Kara, tratando de respirar normalmente– Te amo –agregó, dándole un beso en la frente.
- Tú eres maravillosa. Te amo –respondió Kara, igualmente afectada.
Antes de dormirse abrazadas, tuvieron que pararse por uno... varios vasos de agua.
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