Besos

Lena conducía a casa del chico. Sabía que iba a ser difícil decir adiós, pero era lo que tenía que hacer. No sabía cómo iba a reaccionar el chico, pero estaba que lo tomara bien y sobre todo esperaba no lastimarlo.

Llegó a su destino y bajó del auto. Escuchó voces familiares y reconoció a Eve, Nia, Eliza y Luka hablando, pero no podía distinguía sobre qué. Caminó hacia donde se encontraban.

- Gracias Nia, gracias a todas. –La morena iba a saludar pero por alguna razón no quiso interrumpir la plática- Ustedes hacen esta situación soportable -*¿situación?*No saben cómo me mata  no poder decirle la verdad -*¿la verdad? ¿De qué hablará?* -'Hey Lee, soy yo, Kara. Estoy viva... o algo así.

El rostro de Lena quedó pálido, no podía haber escuchado lo que creyó haber escuchado. En su negación, dio un paso hacia atrás y chocó con algo. El ruido de un jarrón rompiéndose la distrajo por un momento, cuando volvió a levantar la vista, notó que la miraban. Su vista chocó con la del chico. Ambos sostuvieron la mirada con rostros indescriptibles, y las palabras morían antes de salir de sus bocas. Lena notó la cruz en el cuello del chico y su cabeza explotó en imágenes y recuerdos...

–Mucho gusto, yo soy Luka, Luka Ardeen.

[Lukas cantando 'Wherever you will go']

Yo quisiera una pasta de Moñitos y  un vaso de limonada, por favor

[Luka ayudándole a cargar sus libros]

Hola guapa

-Dori es la mejor. Nia: -Lord Tubbington me dijo que Luka era Kara.

–Kara no querría verte así

[Luka llevándola a El Árbol]

El beso, los fuegos artificiales, la sensación de que Kara y Luka besaban  prácticamente igual.

La noticia le pegó de golpe. Unas lágrimas comenzaban a salir de sus ojos Kritonita. Se negaba a creer lo que su cabeza estaba diciendo. Kara, al fin pudo moverse y caminó hacia ella, lentamente.

- Lena –dijo suavemente, alargando el brazo para tocar a la morena, pero esta negó con la cabeza y salió corriendo de ahí. Kara quiso ir tras ella, pero Eve la detuvo.

- Espera Kara, esto debió ser un shock para ella. Dale tiempo –dijo la  rubia.

- Pero tengo que ver si está bien. Tengo que explicarle –protestó Kara.

- Hija no sabemos si puedes hacer eso. Tenemos suerte de que aún  sigas viva –agregó Eliza.

- Nosotras no dijimos nada, madre, ella lo escuchó. Tengo que hablar con ella, no me importa lo que pase.

Kara iba a seguir a Lena, cuando vio la carta tirada en el piso. La levantó y vio que decía 'Luka'. La abrió y comenzó a leerla mientras caminaba a casa de la morena.

Querido Luka:

¿Cómo estás? Estúpida pregunta ¿no? pero así se empiezan las cartas ¿no? Es que la verdad no sé ni cómo decirte lo que te tengo que decir. No mentiré más, te quiero, te quiero como amigo, pero también me gustas. Y el beso que me diste, fue muy lindo. Pero yo amo a Kara, la amo con todo lo que soy, ella era mi vida. Siempre la amaré y no es justo para ti, querer a una mujer que nunca podrá entregarse por completo.

Disculpa por cómo te traté anoche, no merecías que te gritara, pero es que perdí los estribos por una simple razón; Kara fue la última persona que me besó ¿sabes? y me quería quedar con ese beso, con el sabor de sus labios. No quería que su sabor se borrara de mí, y aunque tu beso fue lindo, afortunadamente su sabor aun lo tengo tatuado en mí. No debería decirte estas cosas, deben dolerte, pero yo sólo quiero ser sincera.

He decidido irme lejos por un tiempo. Espero que lo tomes con calma. Te voy a extrañar, de eso no hay duda. Sin embargo, necesito un tiempo, tiempo lejos de todo, ojala puedas entenderme. Te quiero Luka, eres un gran amigo, el mejor. Enserio te agradezco por haberme dado tantos momentos divertidos y haber tratado de revivirme. Sin embargo, sigo muerta, siempre será así hasta el día en que la vuelva a ver.

Cuídate, Lee

Kara terminó de leer la carta entre llanto y sonrisas. Odiaba como Lena se sentía, pero también adoraba saber cuánto la quería. Arrugó la carta entre su puño derecho; tenía rabia de la situación. No quería ni imaginarse por lo que Lena estaba pasando en estos momentos.

Kara al fin llega a casa de la morena y toca el timbre. No obtiene  respuesta.

- Lena soy yo. Ábreme por favor –dice, ahora tocando la puerta con insistencia. Nadie contesta.

- Lena, sólo quiere saber que estás bien. Por favor abre, no me iré hasta que me abras la puerta.

A los pocos segundos, Lena abre la puerta. Sus ojos rojos y llenos de lágrimas. A Kara le parte el corazón la escena. Lena está seria y no dice nada, pero se queda observando esos ojos cielo.

- Lena yo... -trata de decir, pero Lena le da una bofetada para luego fundirse en un abrazo con Kara.

- ¿Enserio eres tú? ¿No estoy soñando? –decía Lena aun en los brazos del chico.

- Soy yo bebé, soy yo –contestaba Kara, dándole besos en la cabeza.

- ¡Me mentiste! –dijo la morena, separándose al fin de Kara.

- No quería, pero tenía que. Lo juro. No decirte la verdad me estaba matando –se excusaba el chico.

- ¿Sabes qué? Ni siquiera me importa, sólo me importa que estés bien. Que estás aquí... conmigo –dijo para luego besarlo. Sus labios se encontraron y Lena volvió a ver fuegos artificiales; y si alguna duda le quedaba de que él era Kara, ese beso las eliminó. Sus bocas se abrieron para dar paso a un baile de lenguas. En ese beso, estaban dejando salir todo lo que sentían. Se besaron por un rato más, hasta que el oxígeno faltó. Cuando al fin se separaron, se dieron cuenta que aún estaban en la puerta. Se sonrieron el uno al otro y pasaron a la sala. Ahí Kara le contó todo a Lena, quien por primera vez no habló en mucho tiempo y sólo se limitó a escuchar.

- Vaya, todo esto es increíble –comentó Lena, una vez que Kara  terminó con su relato.

-Dímelo a mí.

- Kara, lo siento tanto, por todo lo que te hice pasar.

- No Lena, no hay nada que disculpar. Tú perdóname a mí. Estabas sufriendo por mi culpa y yo no podía hacer nada.

- ¡Exacto! No podías decirme. No es tu culpa. En cambio, yo te hice sufrir con mi actitud y mi tristeza.

- Tú tampoco sabías nada, Lena –dijo, acariciando su rostro– No es culpa de nadie, dejémoslo así ¿quieres?.

- De acuerdo –contestó la morena y se abrazaron de nuevo. El celular del chico sonó. Eran Eliza, Eve y Nia preguntando que había pasado. Kara sólo les dijo que todo estaba bien que luego les contaría los detalles.

- ¿Y ahora que pasará? –preguntó Lena, cuando Kara colgó el teléfono.

- ¿Sobre qué?.

- Bueno, ahora que sé la verdad... -no supo como terminar la oración.

- No entiendo Lena. Todo sigue igual, yo sigo en este cuerpo, tú no puedes decir nada a nadie, aunque para ser honesto aparte de mi madre, Eve y Nia, sólo me interesaba que tú supieras la verdad. Y pues todo es igual. Yo no puede recuperar mi vida como Kara –dijo desanimado.

- ¡Sí puedes! –lo animó Lena.

- Lena, hay que ser realistas –la morena lo tomó de la mano.

- Podemos intentar que tengas una vida lo más parecida a lo que tenías. Yo estaré ahí contigo –Kara le sonrió.

- Siempre lo estás –afirmó y se inclinó para darle un beso en la mejilla.

- ¿Qué pasa con nosotros? –interrogó la morena.

- ¿Nosotros? ¿Te refieres a como amigos o como, como algo más?.

- Ambos.

- No lo sé. ¿Qué quieres tú? ¿Estás dispuesta a tener algo conmigo, aunque esté en este cuerpo?.

- Kara, lo único que quiero es estar contigo. No me importa en que cuerpo estés. Bien podrías estar en el cuerpo de medusa y no me importaría –Kara sonrió– Sólo tendría que cerrar  mis ojos y punto –bromeó– Además, ese cuerpo no está nada  mal –jugó, guiñándole un ojo.

-Sabía que te morías por mis huesitos -siguió la broma -Te amo -A Lena se le aceleró el corazón y unas lágrimas se escaparon de sus ojos Kritonita. Era la "primera vez", que Kara le confesaba su amor

- Yo también te amo, Kara –Kara tampoco pudo evitar dejar salir  unas lágrimas. Escuchar al fin, directamente de la morena, que le amaba, seguido de su nombre, fue más de lo que podía desear. La pesadilla, por fin, había terminado.

Sus rostros se fueron acercando hasta fundirse en un beso, el cual paso de tierno a pasional. La intensidad de los besos y caricias fue creciendo. Sin decir una palabra, la morena tomó la mano de Kara y  lo guio hasta su recámara.

Luka se sienta en la orilla de la cama, con Lena encima de él. El chico comienza a besar el cuello de Lena. Kara siente una extraña pero conocida sensación; su miembro comienza a crecer por la excitación. Kara se detiene por un momento, por la vergüenza

- ¿Qué pasa? –interroga la morena. Kara señala sonrojada, con la vista, su entrepierna– Ah eso –comenta sin importancia, la morena– Bebé es normal, eres niño –dice, guiñándole un ojo.

- ¿No te importa? ¿No crees que soy un pervertido? –cuestiona el chico y Lena le sonríe.

- Ya lo había sentido y no dije nada, ¿verdad? En realidad, me siento halagada, si está así quiere decir que en verdad te gusto ¿no?

- Por supuesto, me encantas, pero... -La morena lo cayó con un dedo en la boca.

- Shh, no pasa nada bebé –comenta y se acerca a la oreja del chico– Créeme, si yo tuviera uno, también estaría así –Kara traga saliva– Porque te puedo asegurar que estoy toda mojada por tu culpa –agrega sensualmente, aun pegada a su oreja. Eso fue suficiente para Kara, para continuar con lo que estaba haciendo y besar a Lena de nuevo.

Lena le quita la camisa a Kara, quien la ayuda con su blusa y brassier. Kara se pierde en el pecho de la morena por un rato, dando besos, lamiendo y succionando. Luego se pone de pie, cargando a Lena, quien le rodea la cintura con las piernas; y se gira. Acuesta a Lena en la cama y se coloca sobre ella. Comienza a dejar un rastro de besos por el cuerpo de la morena y le quita la falda y el calzón. Kara sube por las piernas de Lena, besándolas, y cuando llega a su destino, se pierde ahí. Lena aprieta las sábanas con las manos, al sentir la lengua de Kara dentro de ella. La morena mueve las caderas al compás de la lengua de Kara.

- mmm Kara, oh Kara –gemía. La morena arquea la espalda a medida que el orgasmo se acerca -¡Kara! –grita, estallando en placer.

Kara sube y le besa la frente.

- Te amo –le dice a su morena.

- Y yo a ti –dice, con dificultad, recuperando el aliento. – Ahora, a disfrutar los dos –comenta Lena con picardía. Empuja a Kara, para que ahora él este de espaldas a la cama. – Vamos a liberarte –dice la morena pues el chico está atrapado en su pantalón y le está doliendo la erección.

- Espera –dice Kara, agarrando la mano de Lena- ¿Estás segura de esto?.

- Kara, ya te dije que sólo me importa estar contigo.

- Pero, pero Lee.

- Escucha, te amo y quiere esto. Además, si algún día iba a estar con un hombre, quien mejor que tú para eso.

- ¿James y tú, nunca...?.

- Claro que no. Mi primera vez tenía que ser contigo –le dijo sonriendo.

- Igual la mía –le contestó con  una sonrisa. Ambos estaban felices de ser  la primera vez de la otra.

Lena abre el pantalón y libera al miembro de su prisión. Kara y Lena se miran. La morena se sienta a horcajadas sobre Kara y lentamente se desliza sobre él. Se quedan así, quietos por un momento, hasta que Lena se acostumbre a tenerlo dentro. Una lágrima sale de sus ojos kritonita.

- ¿Estás bien? ¿Te hice daño? –pregunta preocupado Kara.

- No, al contrario. Lloro porque soy feliz. Nunca creí que esto pasaría  y aquí estoy, haciendo el amor con la persona que siempre desee, y aunque no es como lo imagine, es perfecto. Te amo Kara.

- Yo más.

Se besaron y poco a poco Lena comenzó a moverse; el dolor se convierte en placer. Ambos están disfrutando cada momento. Se besan, acarician y gimen. Terminan al mismo tiempo y Kara le da un beso en la frente a Lena.

- Eso fue maravillo –dice el chico.

- Hermoso, amor –comenta la morena y se dan otro beso, para después acostarse abrazados y dejar que el sueño los venza.

Lena comienza a sentir la luz del sol sobre sus ojos. Se mueve un poco y logra despertar del todo. Sonríe al recordar la noche anterior. Se gira y ve que está sola en la cama. Entra en pánico por un momento, pensando que todo pudo haber sido un sueño, pero nota que bajo las sábanas, está desnuda. Se estira y deduce que Kara está en el baño o abajo. Cierra los ojos por un momento, no puede dejar de sonreír.

- Buenos días guapa –escucha y sus ojos se abren de golpe. Conoce esa voz. Se gira y la ve, la ve ahí frente a ella. Su Kara está sonriéndole, mientras sostiene una bandeja con comida.

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